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miércoles, 20 de junio de 2018

A BORDO DE UN OVNI: El aspecto más sorprendente de este platillo volante se hizo patente cuando subí a bordo. Por dentro era absolutamente enorme. La nave sólo medía unos 15 metros de diámetro, y sin embargo caminamos en una dirección durante lo que me parecieron unos diez minutos. El espacio era de literalmente cientos o miles de pies, está claro que penetramos en una realidad artificial…

A BORDO DE UN OVNI: El aspecto más sorprendente de este platillo volante se hizo patente cuando subí a bordo. Por dentro era absolutamente enorme. La nave sólo medía unos 15 metros de diámetro, y sin embargo caminamos en una dirección durante lo que me parecieron unos diez minutos. El espacio era de literalmente cientos o miles de pies, está claro que penetramos en una realidad artificial…


Existen muchos testimonios de personas que han estado en el interior de esas naves prodigiosas descritas como OVNIS. Naves extraterrestres de diferentes formas y orígenes, si tenemos en cuenta que en algunas de ellas su tecnología es altamente desarrollada en comparación con otras que visitan la Tierra, todo ello dependiendo lógicamente de su origen planetario; de igual modo si comparamos un Ferrari con cualquier otro utilitario: ambos son descritos como coches, pero intrínsecamente son distintos…


Por ejemplo, el contactado español Jesús Jofre Milá, en su libro CONTACTO OVNI mi experiencia personal describe el interior de la nave extraterrestre Stel-la, toda vez que Sharhim, uno de los tripulantes extraterrestres le explico qué aquella nave había sido “creada mediante energía”.  Ello añadiría una diferencia sustancial respecto a otras naves extraterrestres que son “construidas utilizando básicamente materia” tal y como entendemos en la Tierra por maquinas voladoras.  Es decir, los habitantes de aquella civilización estelar interaccionarían muy posiblemente en otras dimensiones a lo que nosotros definimos como “universos paralelos”; y ello siempre teniendo en cuenta que estos estratos dimensionales “se diferencian básicamente en su nivel vibracional especifico”: Para entender este concepto imaginemos una habitación a la cual llegan diferentes frecuencias de radio y que todas ellas tienen codificada una información que el propio aparato de radio solo es capaz de traducir.



Ahora imaginemos que existen seres formados por esa misma energía “en frecuencias específicas”, y quienes podrían encontrarse en nuestra misma habitación mientras que nosotros mismos seriamos incapaces de percibirlos utilizando únicamente nuestros cinco sentidos, “debido precisamente a que su nivel vibratorio de la materia es distinto al nuestro”, es decir, “se encontrarían en un mismo espacio, un mismo tiempo… pero en distinta dimensión”, tal y como le explico Asket, extraterrestre que pertenecía al Universo Dal, al contactado suizo, Billy Meier:
-Este Universo, -decía Asket-, es desconocido para vosotros. Se trata de un Universo paralelo al vuestro. Pero los parámetros de espacio y tiempo son distintos. Existen, -decía-, universos paralelos que no son perceptibles, pero existen. (Del libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos)

Representación artística de Asket
A continuación, he incluido como  primer ejemplo un fragmento del citado libro CONTACTO OVNI mi experiencia personal de Jesús Jofre Milá en el cual dicho contactado español narra su experiencia “en una nave energética extraterrestre” (terminada esta descripción he rescatado seguidamente otros dos testimonios sumamente esclarecedoras respecto a la tecnología empleada por otras civilizaciones ajenas a la Tierra, maquinas muchas veces incomprensibles para los científicos humanos, toda vez que los hombres de ciencia intentan desesperadamente “asimilar unos principios de la física ajenos a su tiempo” quizás porque sus mentes funcionan guiados por “hipótesis lineales de la realidad”; siendo estos postulados precisamente alimentados dentro de la más pura e intransigente ortodoxia científica terrestre).

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Del libro CONTACTO OVNI mi experiencia personal de Jesús Jofre Milá

Sharhim llevó su mano izquierda a la hebilla de su cinturón. Detrás de él la esfera se iluminó con su tenue luz anaranjada, apareciendo de nuevo. Al momento, sin perder nuestro contacto, salimos flotando hacía allí. En un instante llegamos y ante mis ojos desapareció una porción de su superficie, lo que nos permitió penetrar en su interior. Cruzar ese umbral supuso una nueva fuente de sensaciones. Fue como si pasase a través de un filtro que barriese todo mi cuerpo, con una ligera descarga eléctrica, también noté un cambió en el aire que respiraba, no sé bien cómo explicarlo, como más puro y más denso. De hecho, podía sentirlo llenando mis pulmones como algo mucho más tangible que el aire habitual que respiramos. Realmente, creí haber entrado en otro mundo.

Me sentí absolutamente aislado del exterior, con una sensación de quietud y calma, en un estado de permanente equilibrio de todos los sentidos. No pude ver nada especial, ningún tablero de mandos, ni aparato o artilugio alguno.
- Esta esfera no es una nave construida, sino creada de energía materializada, por eso no esperes ver aparatos ni artilugios, pues todo funciona por acción de mi voluntad. Ahora desaparecerá para tí toda percepción sensorial, pues es necesario el cese de actividades físicas y neuronales, para la limpieza y reequilibrio de tus cuerpos sutiles. Sitúate aquí.

Con un suave empujón - aun estábamos conectados a través del traje-envoltura de luz -, Sharhim me posicionó hacia el centro de la esfera. Allí quedé flotando, mientras él descendía hasta la base de la esfera separándose de mí. Sentí un ligero movimiento de mis brazos que se alzaban hasta quedar alineados con mis hombros y las piernas que se me abrían en A, como en la figura del hombre perfecto de Leonardo.

Observe a Sharhim mientras, a mi alrededor, múltiples corpúsculos de tenue luz anaranjada se fueron amontonando, densificándose poco a poco, hasta el punto que podía notar, perfectamente, una ligera presión sobre todas las partes de mi cuerpo. Y suavemente, placenteramente, me dormí.
Me desperté muy lentamente, curiosamente tenía los ojos abiertos, pero una especie de neblina me impedía ver bien. Pronto se fue disipando, lo que me permitió apreciar que se trataba de la tenue luz anaranjada que me había envuelto momentos antes. ¿Momentos? y que sabía yo del tiempo transcurrido. Cuando la luz se hubo disipado completamente, comencé a distinguir a mí alrededor. Estaba dentro de la esfera de transporte y solo podía distinguir hasta los límites de la misma, que presentaban un opaco color azul oscuro. De pronto toqué el suelo, no me había dado cuenta de que descendía. A mi lado, Sharhim puso de nuevo su mano en mi hombro.


- Ahora ya estas equilibrado energéticamente y tus cuerpos sutiles limpios de energías densas y contaminadas. He compensado la correspondencia armónica de tus centros de captación de energía y continuas protegido por el traje lumínico, que compensará cualquier desequilibrio físico, mental o emocional que puedas sufrir desde este momento hasta que finalicemos nuestro viaje. .
¿Qué viaje? -pensé- mientras el cristal exterior de la esfera comenzaba a transparentar, permitiendo ver el exterior.
- Estamos en mi nave, Stel-la, la que viste en la Estación de Radar aunque ella ha transmutado, también conmigo, a un nivel evolutivo más avanzado.
Casi me da un patatús, aunque debo confesar que fue más por la sorpresa que porque notase nada especial en mi cuerpo.
- Esperaba tener que compensar tus niveles vitales por tu primera impresión, pero no existe desequilibrio notable en ti. Sígueme.

Le seguí, me movía normalmente pero sentía un leve mareo y una ligera sensación de ingravidez, como si mi cuerpo pesase menos de lo habitual y estuviese menos asentado en el suelo.
-El perfecto ajuste de todos tus cuerpos ha revertido en un aumento notable de tu vibración, lo que permite que, a través del traje lumínico, se produzca un cierto grado de trasvase del nivel de energía del interior de la nave a tu cuerpo físico. Ello produce una cierta resintonización de la frecuencia vibratoria de tu nivel celular, muy adecuada para tu integración al grado de gravitación en el interior de la nave, de ahí la sensación que notas. Pronto desaparecerá cualquier percepción de ello.


El contactado Jesús Jofre Milá
Casi me mareo al oír lo complejo de su explicación y sin darme cuenta me puse a reír.
-Por un momento he superado mi nivel de traslación del lenguaje a tu nivel de comprensión. No volverá a ocurrir. Aunque no alcanzo a entender el sentido humano de lo risible. Quería decir que la gravedad en el interior de la nave es inferior a la terrestre y aunque he ajustado la energía a tu densidad física, necesitaras un pequeño periodo de adaptación.
- Lo siento- dije en voz alta -es que me ha sorprendido tu explicación. Y no me reía de ti sino de mi propia estupidez.
-No te preocupes. Ven sitúate aquí.
Llegamos a una sala con una de las paredes de forma curva que estaba, aparentemente, vacía, sin muebles ni aparatos electrónicos con miles de luces como yo había imaginado. Sharhim me había situado cerca de la pared curva cuando, saliendo del suelo, aparecieron ante mis ojos dos elementos de forma cúbica. Parecían formados por la misma luz densa que vi en la esfera. Lentamente se fueron solidificando hasta tomar un aspecto más compacto, de color oscuro.

Sharhim se situó entre esa forma cúbica y la pared y se sentó en ella. La forma se adaptó a su cuerpo. Al tiempo que me invitaba con un gesto a sentarme. Toque con mi mano aquello y comprobé que era blando y me senté hundiéndome en la masa, que compensó mi peso y me situó a la misma altura que Sharhim, envolviéndome de forma suave pero sujetándome todo el cuerpo. Desde la espalda hasta la mitad del torso y por debajo de mis glúteos hasta mi cintura, dejándome libre las piernas y los brazos. Pensé que era muy cómodo, aunque en la posición que habíamos quedado parecíamos niños castigados frente a la pared. De pronto, de esta, apareció una protuberancia inclinada que se solidificó y se llenó de zonas iluminadas.



Sharhim pasaba su mano sobre esas luces en algún orden que no pude controlar, hasta que la pared que teníamos frente a nosotros comenzó a transparentar y se convirtió en una ventana de forma ovalada que permitía ver el exterior.
-Puedes cerrar tu boca antes de que se te seque la garganta. Solo observa, habrá tiempo para explicaciones.
Ante la advertencia me di cuenta que tenía la boca abierta y la cerré, pero se me volvió a abrir sola, hasta que hice un esfuerzo y controle mi asombro ante todo lo que estaba viendo.
- Como ya te dije esta es una nave trasmutada a un nivel evolutivo más avanzado, toda ella es una masa de energía, casi luz, que se transforma en función a las necesidades de cada momento. Puede cambiar su nivel de vibración para desaparecer de la vista de los humanos y transformase para adoptar la forma aerodinámica más adecuada a cada entorno material al que viajamos. Sus componentes no tienen tornillos, soldaduras ni remaches, pues no es una nave construida sino una nave creada. Más adelante te hablare de lo que vosotros llamaríais su tecnología, pero como te dije ya habrá tiempo para ello.

Enseguida llamo mi atención lo que podía ver en el exterior de la nave, estábamos saliendo por una especie de gran hangar: de una altura inmensa. Me recordó la nave nodriza de Shalock Wodoir.

Ya fuera del hangar pude contemplar el cielo estrellado y al fondo no muy lejos un pequeño planeta oscuro, al que nos acercábamos rápidamente y superamos enseguida. Era la Luna, al otro: lado la imagen vista en tantos reportajes de nuestro planeta azul me impresionó.
- La luna da cobertura a nuestra nave estación, que a pesar de nuestras pantallas deflectoras podría ser detectada por vuestros satélites.
Apenas presté atención a las palabras de Sharhim pues estaba absorto en la contemplación de la tierra que parecía que se acercaba hacia nosotros a gran velocidad. Era una imagen increíble y emocionante a la vez que me mantenía fascinado. Note un cierto cambio en el aspecto de las paredes que nos rodeaban como si hubiese variado la densidad e incluso el color de las mismas.
- Estamos llegando a la atmósfera de Merla, la nave se resintoniza para adaptarse a la fricción y superar el calentamiento que se produce.

Esperaba ver fuego alrededor de la nave como se ve en las películas pero nada de eso ocurrió, solamente una cierta sensación de haber entrado en un medio más denso como la que se siente cuando se entra en el agua.
Pero no había tiempo para especulaciones pues el planeta se acercaba a una gran velocidad. Pronto estuvimos en la zona nocturna y nos acercamos bastante a la superficie, de nuevo pude percibir cambios en la nave y un descenso casi instantáneo de la velocidad. Me extraño no notar la desaceleración en mi cuerpo.
- Aquí en el interior de la nave gozamos de una compensación de todos los procesos de atracción de la masa planetaria por lo que no estamos sujetos a las mismas leyes físicas de la superficie. Comprendo tu necesidad de explicarte todo lo que estás viviendo pero ahora sería conveniente que acallases tu mente de tantas preguntas y así podrás estar atento a lo que te voy a enseñar.




Jesús Jofre Milá explica su experiencia de contacto.

Estuve a punto de protestar pues yo no había preguntado nada, solamente estaba pensando en todo lo que veía y era Sharhim quien contestaba lo que yo me preguntaba tan solo un instante después de haberlo pensado. Le miré un momento y la vi sonreír con un gesto de comprensión y oí en mi mente.
- Tranquilo, relájate y observa. …Ahora viajamos con la nave resintonizada a un nivel de vibración más alta de la que puede percibir el ojo humano y como la situación no nos exige, todavía, una materialización total, tampoco es perceptible a las ondas de radar, ni interfiere vuestras señales de comunicación.
Solamente dejamos un trazo magnético en los canales de energía telúrico-magnética por las que nos deslizamos y la cuales utilizamos como energía de propulsión en vuestro medio, para este tipo de nave luz que, como ya te dije son como vías de circulación por donde pasamos. Es necesario eliminar ese rastro para que recuperen su estructura energética habitual después de nuestro paso.
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La siguiente descripción de una nave extraterrestre corresponde a Preston B. Nichols, técnico electrónico, quien fue requerido por una Agencia Gubernamental estadounidense para el análisis de cierto artefacto volador que obviamente no tenía un origen terrestre. Al parecer, en este caso, los militares estadounidenses intentaban vislumbrar el funcionamiento de aquella maquina interestelar, donde necesitaron previamente modificar su atmósfera interior…:




Del libro Encuentro en las Pléyades, de Preston B. Nichols & Peter Moon

A BORDO DE UN OVNI

Durante la mayor parte de la década de los setenta estuve trabajando para un importante contratista de defensa de Long Island. Fue en 1974 ó 1975 cuando mi jefe me dijo que había sido seleccionado para formar parte de un grupo especial que analizaría cierta tecnología extranjera localizada en una base no especificada de las Fuerzas Aéreas estadounidenses. Supuse que lo que íbamos a examinar era algún tipo de tecnología rusa o china y comenté que me encantaría unirme al grupo. Entonces simplemente me dijo que la tarea no era voluntaria tenía que ir.
Fuimos seis los que subimos al avión que despegó del aeropuerto Republic Field de Long Island.

Volamos durante un rato y después aterrizamos. Mirando desde el aire, calculé que nos dirigíamos a Ohio. Así que tocamos suelo y antes de que pudiéramos desembarcar, el piloto avanzó por la pista e inmediatamente entró en un hangar. Entonces nos llevaron directamente del avión a la parte trasera de una furgoneta sin ventanas. Después de viajar durante dos o tres horas, no teníamos ni idea de dónde podíamos estar. Finalmente la furgoneta se detuvo y se abrieron las puertas traseras. Salimos a algún tipo de hangar subterráneo que se encontraba totalmente vacío. No había viento ni ningún tipo de característica que pudiera describir el lugar, sólo puertas que se abrían y cerraban. Desde una apertura se podía ver un pasillo. Nos llevaron por ese pasillo hasta un control de seguridad, donde nos dieron una charla informativa sobre el tema.


Ya he mencionado que en total formábamos un grupo de seis personas. Uno de ellos era mi jefe, pero ni él ni ninguno de los demás recuerda gran cosa de lo que pasó. La charla corrió a cargo de unos empleados de las Fuerzas Aéreas, fácilmente reconocibles por sus uniformes. Mi jefe entabló algunos diálogos bastante extensos con ellos. Finalmente, después de ser informados sobre varios factores de seguridad, nos llevaron a otro hangar, donde vimos un OVNI con forma de disco.
Yo miré a uno de los empleados de las Fuerzas Aéreas y le dije: ¡Eh!, eso es un OVNI
El piloto dijo: «A callar. Se supone que no debemos decir cosas como ésta. Es un aparato extranjero.»

Entonces nos dijo que nos encontrábamos en el Grupo de Tecnología Aérea Extranjera. Por supuesto se trataba de una muy sagaz utilización del lenguaje. A continuación los empleados de las Fuerzas Aéreas que representaban al Grupo de Tecnología Aérea Extranjera procedieron a ofrecernos una visita guiada del OVNI.

Desde fuera, el aparato era plateado y tenía el aspecto del típico platillo volante en forma de disco. Parecía tener unos 15 metros de diámetro y 6 metros de alto. También tenía una cúpula de quizá unos 4,5 metros de ancho. Toda la nave descansaba sobre tres patas que salían de la parte inferior. Había una rampa que ascendía desde el suelo hasta una puerta situada en el borde del artefacto.

El aspecto más sorprendente de este platillo volante se hizo patente cuando subí a bordo. Por dentro era absolutamente enorme. La nave sólo medía unos 15 metros de diámetro, y sin embargo caminamos en una dirección durante lo que me parecieron unos diez minutos. El espacio era de literalmente cientos o miles de pies. En aquel momento no lo supe explicar. Con los conocimientos que ahora poseo, está claro que penetramos en una realidad artificial cuando entramos en la nave.
Este es un aspecto clave para la construcción de un OVNI y su capacidad de viajar de un lugar a otro. Más adelante hablaré sobre ello.
Aunque he dicho que caminábamos por una realidad artificial, era algo tan real como la habitación en la que usted está sentado ahora mismo. El siguiente punto de interés que observé es que no se podía ver ningún tipo de control. Ni botones, ni palancas, ni mandos. Mientras caminábamos por el pasillo de compartimento en compartimento, las luces se encendían justo antes de que entráramos.

Miré hacia atrás y vi que las luces se apagaban cuando nosotros salíamos de una zona. La iluminación estaba muy bien controlada. Mientras seguíamos inspeccionando el aparato, uno de los empleados de las Fuerzas Aéreas nos informó de que el platillo originalmente había tenido una atmósfera extraña, pero que había sido «retroequipado» para que ésta fuera compatible con los seres humanos.
Finalmente llegamos a un compartimento que identificamos como la sala de control. La parte más destacada de esta zona eran tres butacas colocadas en la parte frontal. Cuando digo butacas quiero decir exactamente eso. Estaban diseñadas para poder reclinarse cómodamente. En la parte trasera había un conjunto de asientos más pequeños.

Nuestro grupo fue informado entonces de que las butacas contenían todo tipo de bobinas, cables y otros objetos. Resultaba evidente que cuando una persona o entidad se encontrara reclinada en la butaca, ésta podría captar los pensamientos directamente de su mente. Los lectores de The Montauk Project: Experiments in Time observarán que esta tecnología resulta increíblemente similar a la de la así llamada Silla de Montauk.


En las paredes, frente a las butacas, había cuatro pantallas de observación. Éstas estaban también conectadas con los procesos mentales del operador. Sentado en la silla, uno podía solicitar ver diferentes mapas, cartas estelares o fotografías del exterior del aparato. Sólo con pensarlo, uno podía observar lo que había fuera del aparato, en cualquier dirección.

Detrás de las pantallas de observación había otra pequeña sala que contenía una gran cantidad de cristales de roca. Éstos, conectados en varios puntos por cables, estaban rodeados por unas bobinas en espiral. Las paredes de esta sala no eran más que pantallas de observación. No existían ventanas, ni aquí ni en ningún otro lugar del aparato.

Entonces nos subieron a un nivel superior al del área de control. Aquí se encontraban las habitaciones de la tripulación. Además de las instalaciones habituales, este nivel contenía laboratorios y una amplia instalación médica. Los laboratorios contenían mesas de gran tamaño, posiblemente para la experimentación con seres humanos.

Bajo la sala de control, en la parte inferior del platillo, había una habitación enorme llena de diferentes agrupaciones de cristales, todos interconectados por cables. Ni yo ni mis colegas pudimos reconocer nada de la habitación, excepto que la instalación eléctrica estaba muy bien hecha. Parecía consistir básicamente en oro, plata y platino. Nos dijeron que no había gran cosa de cobre.

Saliendo de esta amplia «sala de cristales» había cuatro habitaciones más pequeñas que conectaban con cuatro cápsulas semicirculares situadas debajo del centro de la nave. Cada una de estas cápsulas contenía un surtido de lo que parecían ser antenas. La sección inferior del platillo quedaba aislada del resto de la nave y estaba rodeada por una enorme bobina. Esta bobina en realidad consistía en un montón de vueltas de alambre grueso y se parecía a un neutralizador magnético de los que se utilizan en los televisores. La enorme bobina estaba conectada con el conjunto de cristales de la sala central, que parecían ser el núcleo central de energía. Así es cómo estaba básicamente construida la nave.

Por la tecnología que pude observar, quedaba claro que la propulsión del aparato estaba basada en principios electromagnéticos. Las cuatro cápsulas contenían antenas que generaban un campo eléctrico. El campo magnético lo aportaba la bobina eléctrica antes citada. Más adelante daré una descripción más detallada.

Como parte de nuestra investigación, activamos las bobinas del platillo y colocamos voltímetros en los cables para poder medir los diferentes voltajes. También observamos corrientes alternas, varias formas de ondas y diferentes frecuencias. Se hizo levitar el aparato entre 3 y 6 metros sobre el suelo del hangar para que pudiéramos llevar a cabo otros experimentos y pruebas.

Habían instalado todo tipo de antenas y equipo electrónico muy sofisticado; algunas piezas eran únicas. Nunca las había visto antes ni las he vuelto a ver después, excepto en esa ocasión. Había algunos analizadores de señales, de espectro y computadoras muy avanzadas.

Basándome en mis primeras observaciones y en las teorías propuestas por nuestro grupo, tenía que existir algún tipo de sistema técnico de manipulación de la realidad. Si definimos la realidad como un sistema de percepción pactado y una interacción que se atiene a ciertas reglas, la manipulación de la realidad se refiere a alteraciones de ese sistema. O, lo que es más importante, a crear un sistema diferente que pueda actuar de interfaz con el sistema original de realidad.

Sé que si yo estuviera construyendo una nave espacial no querría depender de una nave que mantiene artificialmente (mediante una máquina) un espacio enorme dentro de un aparato pequeño. Si las maquinas fallaran, todo se encogería y quizá desaparecería. Sería una pesadilla. Si fuera yo quien la construyera, querría un sistema pasivo. No habría electricidad ni fuerza. Teniendo en cuenta la forma física de la estructura del aparato que había examinado, estaba claro que tenían que haber creado una realidad alternativa en su interior. El cómo realizarlo ya es otro tema y más adelante hablaré de ello.

Después de trabajar con mi equipo de ingenieros, llegué a la conclusión de que había un único sistema tras los controles que utilizaba las tres butacas para captar órdenes de los seres sentados en ellas. El conjunto de cristales detrás de la sala de control era una computadora. En cuanto a la mayor agrupación de cristales de la planta inferior, junto con los despliegues de antenas, todo ello dentro de una bobina que rodeaba la base, lo definí como un generador de realidad espaciotemporal. Era un sistema autónomo y al parecer una instalación sencilla.

Tras regresar a mi trabajo en Long Island, mis compañeros no hicieron mención alguna a la visita al platillo volante. Se trataba de un asunto confidencial y no debíamos hablar sobre el mismo.
Cuando finalmente les pregunté, no se acordaban. Al mismo tiempo, yo tenía mis propios problemas de memoria. Estaba viviendo una vida soterrada de la que no tuve conocimiento completo hasta años después. Fue en esa «otra» vida donde pude ser testigo de otro OVNI. Ello ocurrió en las instalaciones subterráneas de Montauk. En mi vida soterrada, estaba trabajando tanto en los laboratorios Brookhaven como en el proyecto Montauk y vi ese aparato durante un encargo de trabajo.


Preston B. Nichols habla sobre su experiencia con un Draco



Proyecto Montauk ¿Están viajando militares al Año 2749? | VM Granmisterio

Ese platillo era de forma más ovalada que el de Wright -Patterson que ya he descrito. Tenía las mismas pantallas de observación y butacas, pero también mandos y botones, además de varios sistemas operativos. Para ese proyecto yo no estaba encargado de una manipulación inversa, sino que únicamente me habían pedido que ayudara a desmontar los diferentes sistemas, así como la propia nave. El aparato se podía desmontar por secciones, que es algo parecido a las informaciones que han circulado sobre las naves de los alienígenas grises. En los dos platillos que pude observar de cerca, el casco parecía formar una unidad completa.

Mientras desmontábamos el aparato de Montauk me pareció ver un sistema de control, otro de ordenadores y algún tipo de propulsión, pero nunca pude descubrir exactamente de qué se trataba.
También había algún tipo de sala de radio. Es evidente que este aparato no funcionaba con un único sistema de manejo correlativo como el que he descrito anteriormente. Este platillo nunca fue activado, pero no estoy seguro de por qué. Quizá no podían hacerlo funcionar o no sabían cómo hacerlo.

Para mí está claro, por lo que he podido experimentar personalmente, que el OVNI de Wright Patterson era la forma más avanzada disponible y podríamos considerarlo como el Cadillac de los platillos volantes. La única cosa más avanzada sería un vehículo puramente espiritual. Profundizaré en los aspectos técnicos de este vanguardista platillo volante, pero antes relataré mi siguiente encuentro personal con un OVNI.


PROYECTO MONTAUK Especial (No encontraras uno igual)
https://www.youtube.com/watch?v=f4i-3VcIHa0


El Proyecto Montauk y El Control Mental Por Stewart Swerdlow


Reptilianos y Manipulación Genética; Las Confesiones de Stewart Swerdlow


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Y como tercer ejemplo de naves extraterrestres, llegamos al testimonio sumamente esclarecedor del ingeniero mexicano Pablo Hawnser, quien a través de su libro La respuesta,  aporta indudablemente uno de los mejores libros escritos por un contactado respecto al fenómeno extraterrestre (Pablo Hawnser relata su experiencia en tercera persona como Eric). En este libro podemos encontrar infinidad de información respecto al planeta Milburbek situado a 50 años-luz de la Tierra y origen de aquellos seres de una “humanidad distinta” quienes contactaron con él en octubre de 1989…:



Del libro La respuesta, de Pablo Hawnser

…Comenzó a recapitular su primera visita a Milburbek, su estancia en Milgar y las imágenes tan nítidas de sus recuerdos de Parthelia, Galimor y Birken...

- ¿Cuántos habitantes tiene este planeta? -preguntó Eric sin poder contener su curiosidad.
Shem lo miró unos segundos, seguramente estaba analizando si debía contestar a la pregunta, después contestó:
- Este planeta es tres veces más grande que el tuyo. Nuestro sol es cinco veces más grande y ocupamos el quinto lugar de las posiciones respecto al centro de nuestro sistema. La población es de aproximadamente 15 mil millones de habitantes.
La distribución de tierra y agua es geográficamente diferente a la de ustedes, pero proporcionalmente es similar. Los habitantes de este mundo hemos trabajado muchos años para lograr que la superficie del planeta sea lo más natural posible, para que se mantengan reguladas en forma normal las condiciones meteorológicas y aprovechar así la regularidad natural de las precipitaciones de lluvia, las temperaturas y los vientos.
Todas las áreas de uso habitacional y de producción están balanceadas para no afectar las condiciones ideales. Por lo anterior, las zonas verdes naturales como los bosques, se protegen en forma absoluta, las zonas de riego se equilibran con espejos de agua y las zonas que de todos modos no tenían superficie vegetal se aprovechan como áreas de captación solar y construcciones, así no se altera el albedo (que es la cantidad de calor que refleja la superficie del planeta hacia el espacio) de las superficies y sus efectos en la naturaleza.



…La nave en que partieron Eric y Shem llevaba aproximadamente unos 250 pasajeros y el abordaje tomó aproximadamente tres minutos para que todos quedaran confortablemente acomodados, sólo había dos edecanes guiando a la gente en la entrada que cuando se cerró la compuerta se quedaron en tierra.
Dentro de la nave solamente se llegaba a percibir un suave zumbido que desaparecía después y que indicaba la partida, segundos más tarde del despegue se encendían las pantallas de televisión y se podía gozar del panorama. Cada juego de tres pantallas daba la visión del exterior y, eventualmente, la central presentaba imágenes con acercamiento para ver con detalle alguna montaña, algún valle, bosque, lagos o aspectos de la ciudad. En general lo que se podía ver eran campos sembrados, bahías y ciudades.

La nave realizó el viaje de unos 1.000 kilómetros a una altura de 100 kilómetros aproximadamente (diez veces más alto que los aviones comerciales en la Tierra).
-Al menos para esta distancia -explicó Shem- se pueden distinguir tres etapas del viaje:

PRIMERA. El ascenso comienza con extrema suavidad, en los primeros diez segundos es de cero a diez centímetros por segundo. En los siguientes cinco segundos llega a un metro por segundo y continúa incrementando la velocidad de ascenso vertical y después de un minuto llega a aproximadamente 100 kilómetros por hora ya una altura de 1.000 metros.

SEGUNDA. Ahora comienza a tener desplazamiento horizontal simultáneamente, pero como está sumergida en una atmósfera con cierta densidad, para aprovechar su forma aerodinámica se inclina iniciando un ascenso helicoidal que le permite, dentro de la masa de aire, una mayor rapidez en el ascenso. La velocidad se mantiene aproximadamente a 1.100 kilómetros por hora (300 metros por segundo) para no rebasar la velocidad del sonido y evitar molestias a los vecinos en la superficie del planeta al no provocar los estampidos que se generan por las ondas de choque que se dan al romper dicha velocidad.

TERCERA. A cinco minutos del despegue ya se tienen casi 50 kilómetros de altura y la nave acelera hasta su velocidad de crucero, que en este caso es de unos 10.000 kilómetros por hora (2.8 kilómetros por segundo) y continúa el ascenso helicoidal hasta que la nave intercepta el rumbo de la trayectoria que se quiere y continúa por él hacia su destino. A la altura de crucero sigue una trayectoria geodésica, esto es, paralela a la superficie del planeta, y en cinco minutos más estará llegando a su destino. Los siguientes tres minutos los utiliza en efectuar el descenso y una disminución de velocidad, similares a los del despegue.

Los pasajeros no notan ni los ángulos de ascenso y descenso, ni las aceleraciones. Las pantallas señalan el destino, las instrucciones que vengan al caso y alguna información adicional, después se apagan. Unos segundos más tarde, se abre la compuerta de acceso a la sala de la estación y los pasajeros habrán tardado aproximadamente 15 minutos en llegar a su destino, contados a partir del abordaje.



Cómo fue mi primer contacto con los extraterrestres. Entrevista a Pablo Hawnser


Eric se embelesó viendo en las pantallas el paisaje, cambiante y policromo. Cuando se aproximaban al destino, las cámaras hicieron un acercamiento de éste, era una zona con grandes y bellos edificios rodeados de jardines, bosques y lagunas, se distinguió el típico aeropuerto con su burbuja central y los tentáculos radiales, no era muy grande, era una sola burbuja con unas 20 salas alrededor.

Se apagaron las pantallas y unos segundos después estaban saliendo de la nave en Galimor, que era la traducción fonética de los caracteres con que estaba escrita en la entrada el nombre del lugar, según le tradujo Shem.
Descendieron de la nave y siguiendo por el pasillo de banda llegaron a la sala principal de distribución, en ese lugar Shem le pidió a Eric lo disculpara unos momentos mientras hacía unos arreglos y se dirigió a una oficina situada en uno de los extremos.

Aunque no le sorprendió mucho conocer el sistema de transporte por bandas, sí era una novedad verlo funcionando para distancias kilométricas en diferentes velocidades como la cosa más natural, al igual que el magnífico tren automático, amplio, cómodo y rápido en el que se habían trasladado de Milgar al aeropuerto de Parthelia.

Se entretuvo observando la vida normal de todas aquellas personas, tratando de imaginar de dónde venían, cuáles eran sus ilusiones y preocupaciones.
Recapitulando el viaje, se sentía un poco descontrolado por tantas novedades, tal como sucede el primer día en un viaje a otro país donde todo es ligeramente diferente a lo acostumbrado, otro idioma, otras costumbres, otro ambiente, otras personas ... Pero no le parecía estar en otro planeta a sabrá Dios qué distancia de su hogar en la Tierra. Era simplemente como cuando unos 25 años atrás voló a la ciudad de Los Angeles para conocer Disneylandia; es más, quizá entonces estuvo más impresionado por las novedades que encontró.

No obstante lo anterior, sentía en el estómago un sobrecogimiento de emoción que nacía de su mente, ni el Metro ni las bandas o las escaleras eléctricas eran algo fuera de lo común, era sólo el saber que físicamente no estaba en su mundo.

Recordó el abordaje a la nave, cuando entró con todos los pasajeros, éstos tranquila y cortésmente se acomodaron en los asientos. Aunque el lugar era diferente, fue muy similar al abordaje de un DC-10, la diferencia estuvo cuando después de unos segundos las pantallas mostraron el suavísimo despegue desde una altura aproximada de diez metros. Fue como una película, pues no se sentía absolutamente ninguna vibración, ni nada parecido. Recordó cuando en la nave se mostró el ascenso, subió y aceleró poco a poco hasta que alcanzó una gran velocidad, incluso cuando ya debía ir inclinada, en la sala no se sentía absolutamente nada. Podía volar incluso a 90 grados con respecto a la horizontal del plano de la superficie del planeta y los pasajeros lo sabrían únicamente por las imágenes en las pantallas, no sentían absolutamente nada porque la nave tenía su propia gravedad. Si la nave hiciera un giro completo, para los pasajeros sería como si no se hubiera inclinado siquiera.



La nave proporcionaba a los pasajeros una gravedad artificial en la parte inferior similar a la del planeta del cual despegó, era totalmente independiente de las fuerzas gravitatorias. Por lo que tocaba a la comodidad de sus pasajeros, éstos podían ponerse de pie y caminar hacia las máquinas despachadoras de té, servirse y regresar a su lugar como si estuvieran en una sala de espera. Si una persona se levantara por té cuando la nave comenzara a elevarse con una velocidad vertical ascendente de unos 20 kilómetros por hora, unos segundos después cuando se estuviera sirviendo el té, ya tendría una inclinación de 45 grados respecto a la superficie en el punto de despegue y se estaría desplazando a 500 kilómetros por hora y acelerando. Para cuando el pasajero se sentará a tomar su té, después de unos cinco minutos, la nave se estaría desplazando en pleno crucero a cerca de 10.000 kilómetros por hora.


El mensaje de las Pléyades por Pablo Hawnser

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