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domingo, 3 de marzo de 2019

Aquel OVNI escoltó por varios minutos al U-2. Poco después, en segundos, el espacio se tornó color naranja y en la aeronave se sintió una fuerte explosión.


Aquel OVNI escoltó por varios minutos al U-2. Poco después, en segundos, el espacio se tornó color naranja y en la aeronave se sintió una fuerte explosión.



¿A qué se debe la persistente obsesión por abatir OVNIS? Si damos por hecho que las grandes potencias entienden que los extraterrestres poseen una tecnología miles de años más avanzada que la nuestra… ¿Entonces, por qué ciertas naciones se empeñan en atacar dichas naves prodigiosas, sabiendo ya de antemano que irremediablemente perderán siempre en ese enfrentamiento? Ahí dejo la pregunta… aunque, aplicando la lógica, intuyo que tras esos enfrentamientos bien pudiera esconderse un “plan a largo plazo”, es decir, “un modo de incomodar a esas civilizaciones estelares que desde miles de años atrás visitan la Tierra;  impidiendo un acercamiento paulatino que habría de  darse una vez superada toda sorpresa inicial”.



Se da por hecho que los extraterrestres deberían estar mucho más avanzados tecnológica, espiritual y socialmente que los seres humanos  y que no verían con buenos ojos lo que está ocurriendo actualmente en la Tierra; es decir, el desastre ecológico y humano que arrastramos desde siglos atrás: Es ahí donde están los poderosos, aquellos que administran las naciones del mundo, incomodados frente a nuevas alternativas sociales que harían peligrar su estatus de poder, que precisamente ven como un privilegio inherente y que de ninguna manera quisieran perder.


Por ello, tal vez, las elites de poder en la Tierra han creado una entelequia, un engaño, una teoría para convencer a todas las naciones del mundo sobre la necesidad de ocultar esta realidad: ¿Cuántas noticias sobre avistamientos de OVNIS o extraterrestres aparecen en televisión, en las noticias de países occidentales?... Ninguna y cualquiera mínimamente observador puede comprobarlo. Por ello, si analizamos aquello que se entiende como “un plan de ocultación planetario”, las elites mundiales tendrían asimilado que de ninguna manera pueden dar a conocer a la opinión pública en general la existencia de seres extraterrestres en nuestro planeta,  ya que teóricamente, la civilización que conocemos se desplomaría, aunque bien es cierto que serian ellos mismos, los poderosos mandatarios, los militares, las grandes corporaciones empresariales y las religiones quienes tendrían que dejar paso a otras ideas, a una visión de nuestro planeta distinta donde el hambre, las guerras y desigualdades sociales de los seres humanos serian sustituidos por un nuevo horizonte dentro de la Comunidad de Mundos en nuestra Galaxia.



Se trata de la realidad cierta, de la ocultación sistemática y planificada respecto a “la gran noticia para la humanidad”… mientras que tal vez, a través de naves estrelladas, determinadas potencias intentarían “copiar esa tecnología extraterrestre” con la finalidad de afianzar aun mas su poder sobre la Tierra durante el mayor tiempo posible. (Existen testimonios como el de Robert Lazar, ingeniero que trabajó en el S4 del Área 51, Nevada, USA, quienes afirman que esa tecnología inversa se estaría llevando a cabo desde 1947, año del estrellamiento de Roswell, Nuevo México.

También otros como John Lear, experto piloto de pruebas de la USAF y la CIA o el coronel Philip J. Corso, autor del libro El día después de Roswell nos hablan de esa tecnología inversa recuperada de OVNIS. Obviamente, son sus testimonios frente a la negación por parte de las autoridades… y podemos creerles o no, aunque ciertamente existen en Internet infinidad de otros testimonios, por ejemplo de pilotos civiles narrando sus encuentros con naves estelares, así como fotografías y videos donde pueden verse naves de origen extraterrestre, cuya tecnología se aproxima al concepto de la magia para los seres humanos.



He traído algunos ejemplos de esos enfrentamientos contra naves extraterrestres, una representación quizás, de lo absurdo, donde los militares luchan contra fuerzas desconocidas y mucho más poderosas, que a la vista de los acontecimientos, en muchos casos rehúyen de utilizar precisamente esa tecnología superior.

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FUENTE: Revista REPORTE OVNI N.º 43 (año 1995)

OVNIS CONTRA LA FUERZA AÉREA SOVIÉTICA

DESDE OUE OCURRIÓ EL DESMEMBRAMIENTO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA, LA FUERZA AÉREA MAS GRANDE  DEL MUNDO (LA SOVIÉTICA) SE DIVIDIÓ EN PARTES.
Por Alfonso Salazar Mendoza

Antes de su fragmentación, la Unión Soviética contaba con una extensión territorial de 22.3  millones de kilómetros cuadrados. Tanto para las  comunicaciones civiles, como para el patrullaje militar aéreo, este gigante necesitaba a su vez de una Fuerza Aérea muy grande, la cual incluía 900 bombarderos, 6.100 aviones caza y 600 aviones de transporte, sin considerar los aviones de líneas comerciales.

EI primer reporte que se tiene sobre el encuentro de OVNIS y la Fuerza Aérea Soviética se remonta, sin especificar el día, al mes de agosto de 1950, cuando sobre el mar de Japón un avión de patrulla marítima, posiblemente un Beriev-BE-12 Tchaika, escoltado por dos aviones jets MIG-I5, realizaba un vuelo de reconocimiento. En ese tiempo, la Unión Soviética apoyaba abiertamente a los norcoreanos en su guerra contra los sudcoreanos y los aliados norteamericanos.
Esta patrulla aérea soviética fue avistada desde un barco de carga con bandera japonesa. Intempestivamente surgió un objeto en forma circular del que emanaba gran luminosidad. El OVNI llevaba una trayectoria recta hacia los tres aviones, los cuales tuvieron que realizar una maniobra evasiva para así evitar un choque.


MIG-15
Uno de los aviones MIG-15 hizo varios desplazamientos sobre el OVNI y se preparó para entablar el combate aéreo con aquel inesperado enemigo. Cabe mencionar que los pilotos soviéticos tenían gran nivel de preparación por todo lo que experimentaron durante la guerra fría.

Desde el barco japonés observaron aquel encuentro. Los militares nipones vieron que el MIG-15 se lanzó sobre el OVNI, dispuesto a abrir fuego con sus dos cañones de 23 milímetros y el mortífero cañón de 37 milímetros que causó bajas durante los encuentros entre aviones norteamericanos y rusos de la guerra en Corea.

El avión de combate, según las declaraciones de los marinos japoneses, quedó suspendido por unos instantes en el espacio y posteriormente empezó a vibrar y desintegrarse en miles de pedazos.

Según los testigos, el OVNI alcanzó una altura estratosférica en cuestión de segundos, perdiéndose de vista. Poco después, la tripulación del avión de reconocimiento del MIG-15 enfiló sus aviones hacia territorio soviético. Por su parte, el barco mercante japonés siguió su travesía.

El siguiente incidente tuvo lugar sobre territorio soviético. Según la inteligencia militar soviética, se había detectado el ingreso de un avión enemigo que había violado el espacio aéreo desde la frontera de Turquía.
Era el 10 de mayo de 1960 y estaba en su apogeo la guerra fría. El avión que se había internado en el espacio aéreo soviético era un Lockeed U-2 denominado “La Dama Negra del Espionaje”, el cual era piloteado por Francis Cary Powell.

UN OBJETO EN FORMA DE DISCO DERRIBO AL AVION HACIA LAS CINCO DE LA MAÑANA

En ese tiempo la altura alcanzada por este extraordinario avión era de 25.500 metros, y algunos periódicos de aquella época publicaron que el avión fue derribado a las 5.21 de la madrugada.
Según declaraciones posteriores, el piloto de apellido Powell pudo ver un objeto en forma de disco muy luminoso que irradiaba una intensa luz color naranja.

U-2

Todos sus sistemas de vuelo, navegación e inerciales estaban marcando erróneamente y las agujas de otros instrumentos giraban sin control; el piloto dijo que sólo un poderoso campo magnético podría ser la causa de esas fallas.
Aquel OVNI escoltó por varios minutos al U-2. Poco después, en segundos, el espacio se tornó color naranja y en la aeronave se sintió una fuerte explosión.


El avión empezó a realizar un alabeo (movimiento hacia cualquiera de sus dos lados sobre su eje transversal). En este caso se inclinaba hacia el lado derecho, iniciando movimientos como de un barril sin control. El piloto se vio obligado a saltar desde esa gran altura. Lo curioso es que en el lugar no se encontraba ningún avión soviético que lo localizara.

AI caer en un campo, fue recibido por los habitantes de la zona, los cuales observaban aquel objeto de color naranja con forma de disco que estaba suspendido sobre la zona a gran altura. El OVNI desapareció de la vista, mas después se comprobó que los radares captaron dos “tráficos”, uno de los cuales era el avión U-2; pero el otro, ¿a qué correspondía?


EN LAS HISTORIAS DEL SIGLO XX LOS OBJETOS VOLADORES TIENEN UN CAPITULO APARTE

Durante 1959 y 1960 se observó una gran cantidad de OVNIS sobre territorio soviético, en especial sobre las bases de cohetes nucleares.
La revista “Mundos de Ayer, Hoy y Mañana”, de fecha 2 de diciembre de 1969, publicó un artículo sobre el tema “Historias del Siglo XX”. Una relación de avistamientos titulada “OBJETOS VOLADORES NO IDENTIFICADOS”, hace referencia en la 6a. parte del artículo a lo siguiente:
“Los OVNIS han sido observados en todo el mundo, sobre las ciudades, las montañas, los océanos; por científicos, en el Polo Sur o por pilotos rusos en las cercanías del Polo Norte”.

A este respecto se informó que el piloto soviético Valentín Akkuratov, junto con el personal que viajaba en su avión, tuvo la oportunidad de tener un encuentro en pleno vuelo con un objeto de origen desconocido. Según ellos, era un disco plateado que se desplazaba a una velocidad muy alta. Esta observación duró pocos segundos, pero fueron suficientes para que toda la tripulación pudiera ver perfectamente el objeto.


Esto sucedió cerca del Polo Norte el día 10 de abril de 1973. Esta información fue dada a conocer por un investigador del fenómeno.

EN OTRO CASO LOS TURBORREACTORES DEJARON DE FUNCIONAR Y LOS INSTRUMENTOS ENLOQUECIERON...

Otro encuentro tuvo lugar sobre los cielos de aquel país, cuando un avión comercial de la línea aérea Aeroflot, que cubría la ruta Voroshilov-Volgograd, fue interceptado por un OVNI. La tripulación, así como el capitán del avión, notaron con terror que los turborreactores se detenían en pleno vuelo y la alteración de los instrumentos del avión amenazaba con poner en peligro el viaje.

Por un momento toda la tripulación guardó silencio. El capitán intentó encender los turborreactores, sin resultado. El experto capitán logró planear el avión mientras el OVNI se mantenía cerca de la aeronave, escoltándola. Por varios minutos se mantuvo el objeto volador sobre el aeroplano. Después el OVNI se elevó sobre el avión y se colocó a 800 metros de distancia, según calcularon elementos de la tripulación.


Pocos segundos después los turborreactores del avión soviético volvieron a funcionar, recobrándose también las funciones de todos los instrumentos indicadores de presiones hidráulicas neumáticas, indicadores de turborreactores e indicadores de vuelo. El avión aterrizó posteriormente sin ningún otro problema.

OTRO CASO FUE DADO A CONOCER: UN “TUPOLEV” OUE VOLABA LA RUTA BILIZITALIN SE ENCONTRO CON UN OVNI…

El investigador Sergei Vulantzev dio a conocer otro caso cuando un avión, también de la compañía Aeroflot, un “Tupolev”, volaba la ruta Bilizi-Talin en el año de 1984. La aeronave se encontró con un OVNI a las 4:10 de la madrugada. El piloto notó que una luz que procedía del cielo iluminaba gran parte de las casas de un poblado, y llegó un momento en que casi toda una población estuvo iluminada.
Posteriormente, el rayo de luz se dirigió hacia el avión y la tripulación vio una luz blanca que los deslumbraba, rodeada de círculos de colores concéntricos.

Talin, Estonia
Aquella luz descendió hacia el avión y dejó una nube verde. Cabe mencionar que la tripulación informó que el OVNI oscilaba de derecha a izquierda y que después ascendió para bajar después por el lado derecho del avión. El OVNI continuó escoltando al avión, de lo cual también se percataron los pasajeros. Al aterrizar, la tripulación se enteró de que el OVNI fue detectado por el radar de Talín, Estonia. Al parecer el avión era un Tupolev TU-134 de Aeroflot.

Otro informe da cuenta de que el 21 de marzo de 1990, el general de las Fuerzas de Defensa Aérea de la entonces Unión Soviética reportó que esa noche un avión de la Fuerza Aérea interceptó un OVNI sobre la región de Pereslavi-Salesskiy (al este de Moscú).
El avión caza era tripulado por el teniente coronel A.A. Semechenko, y por órdenes del alto mando empezó a seguir al OVNI por varios minutos en espacio soviético. Según informaciones del investigador José Antonio Huneus, la persecución fue fotografiada desde la carretera de Yaroslavskiy. Las fotos fueron publicadas en el diario soviético Rabochaya-Tribuna, en su edición del 19 de abril de 1990.

EN ESE CASO TAMBIÉN EL RADAR DE MOSCU DETECTO EL OVNI

Cabe mencionar que la persecución fue seguida por el radar militar de Ia base aérea de Moscú.
Otro caso dado a conocer por el mismo investigador de apellido Huneus, precisaba que la tripulación de otro avión militar soviético resultó afectada por la luminosidad de un rayo emitido por un OVNI lanzado contra el avión.

La tripulación informó que habían sentido mucho calor cuando el OVNI se acercó a ellos y que al aterrizar el avión sentían un gran calor y tuvieron que ser llevados a un hospital, en donde posteriormente el piloto murió a consecuencia de cáncer, como resultado de alta exposición a un tipo de radiación.

Uno de los grandes investigadores del fenómeno OVNI es sin duda Antonio Ribera, quien ha presentado importantes investigaciones y ha escrito libros sobre el tema. De él mencionaremos uno de los casos más importantes que le tocó analizar.
En el año de 1969 presentó un informe sobre algunos casos sucedidos sobre espacio aéreo soviético. Uno de ellos tuvo como escenario el pueblo de Voronezh, 20 años antes de que se reportaran seres extraterrestres descendiendo en el parque.



Su trabajo habla en forma textual sobre lo sucedido en ese año: En mayo de aquel mismo año de 1969, un OVNI -en forma de cigarro- evolucionó sobre la ciudad de Voronezh aterrorizando a la población.
“Se calculaba que tenía una longitud de 250 a 300 metros y se mantenía a 600 metros de altitud. Al llegar los MIG enviados para interceptar el OVNI, éste desapareció. Finalmente, el objeto desconocido reapareció y después partió a una velocidad de por lo menos ¡16.000 kilómetros por hora!, para desaparecer definitivamente”.

Según el mismo informe:
“En 1959 se observaron CENTENARES DE OVNIS sobre la comunidad de Sverdlowsk durante 24 horas. Esta población alberga el mando de proyectiles tácticos del ejército rojo. Varios cazas interceptores persiguieron a algunos de los misteriosos aparatos y dispararon contra ellos, sin lograr dar en el blanco”.

Don Antonio Ribera se basa en informaciones dadas a conocer por las agencias de noticias Reuters y está convencido de que dichas intercepciones ocurrieron realmente. Por su parte, la
Fuerza Aérea ex soviética dice que efectivamente se enfrentaron a los “BIudzas”, como los rusos llaman popularmente a los OVNIS.


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Del libro Los desconocidos del espacio, de Donald E. Keyhoe

El juego oculto

Justo antes del amanecer del 24 de septiembre de 1959, un gran disco volador descendió cerca de Redmond, Oregón, iniciando una de las más desesperadas persecuciones jamás intentadas por la Fuerza Aérea y casi destruyendo la censura de la misma. Hacia las cinco de la mañana el OVNI fue visto mientras flotaba cerca del aeropuerto de Redmond. Los testigos, que formaban parte de la estación de comunicaciones del tráfico aéreo, eran miembros de la FAA (la Administración Federal de Aviación).

A las cinco y diez la FAA mandó un informe urgente a la Fuerza Aérea. A las cinco y dieciocho, seis cazas reactores F-102 salieron rugiendo de su base en Portland, dirigiéndose a Redmond. Mientras despegaban, la torre habló por radio con los pilotos de un bombardero B-47 y un caza F-89, que estaban realizando vuelos de rutina por las cercanías, y les ordenó que se uniesen a los F-102 en la misión secreta. El propósito de la misma: capturar al OVNI... y a su tripulación, si es que había alguna a bordo.

Todos los pilotos se daban perfecta cuenta de que en otros intentos de captura se habían producido accidentes fatales y escapatorias por los pelos. Pero también conocían la tremenda importancia de la misión. Si el OVNI estaba aún flotando a baja altura, quizá pudieran derribarlo sin graves daños. Pero aun así, la misión podía no tener éxito. La espacionave podría ser destruida ya en tierra ... o bien por su tripulación, o por control remoto si no había nadie a bordo.


Pero si el aparato quedaba intacto, la Fuerza Aérea tendría su tan soñada oportunidad de enterarse de los secretos técnicos delos OVNI. El vehículo sería trasladado a un lugar seguro y oculto, y entonces científicos e ingenieros de primera categoría, con o sin la ayuda de la tripulación, analizarían el sistema de energía, los controles y cualquier arma avanzada. Una vez obtenidas las respuestas, el Departamento de Defensa se apresuraría a iniciar un programa para duplicar los aparatos alienígenas, y también a construir cohetes superiores utilizando la propulsión del tipo OVNI. Si los Estados Unidos eran los primeros en construir una fuerza de OVNI armados, ninguna otra nación de la Tierra se arriesgaría a atacarles. Y si ninguna otra nación se enteraba de esos secretos, eso podría significar una liberación de todo peligro de guerra.

Este era el objetivo... el trascendental propósito que había tras la misión de Redmond.
El primer testigo conocido en Redmond fue un policía de la ciudad, el agente Robert Dickerson, que estaba patrullando por los límites de la villa. Cuando el disco brillante cayó del cielo, pensó que se trataba de un avión ardiendo, a punto de estrellarse. Se quedó muy asombrado cuando se detuvo a sesenta metros de altura y vio su forma de disco.

Durante algunos minutos, la extraña máquina permaneció inmóvil. Luego se alzó pasando frente al aeropuerto de Redmond y se detuvo de nuevo, flotando al nordeste de dicho campo. Dickerson fue con toda rapidez hasta el aeropuerto e informó sobre el OVNI al especialista de vuelo Laverne Wertz.

A través de unos prismáticos, Wertz y otros miembros de la FAA (Administración Federal de Aviación) observaron el disco durante varios minutos. El brillo había disminuido y podían ver con toda claridad extrañas lenguas de fuego (rojas, amarillas y verdes) apareciendo y desapareciendo del borde.
A las cinco y diez, Wertz teletipo al Centro de Control del Tráfico por las Rutas Aéreas en Seattle. Su informe fue transmitido inmediatamente al Servicio de Vuelos Militares en la base de la Fuerza Aérea de Hamilton, California. Al cabo de pocos minutos, la Fuerza Aérea le dijo a Seattle que los reactores de Portland estaban despegando y que también el radar de la Fuerza Aérea estaba siguiendo al OVNI en Klamath Falls, Oregón.


En Redmond, los observadores de la FAA estaban aún contemplando el OVNI cuando oyeron el rugido de los reactores. Mientras los aviones picaban hacia la espacionave, las lenguas de fuego desaparecieron. Entonces, una tremenda emisión de gases surgió de la parte inferior del disco. Acelerando a una terrible velocidad, saltó directamente hacia arriba, casi en la trayectoria de los reactores.

El piloto más cercano dio un bandazo frenético para evitar una colisión. Y mientras el OVNI pasaba junto a él, otro reactor, atrapado en la onda de choque del escape de la máquina, casi perdió el control. Otros tres pilotos salieron de sus picados y subieron tras el disco que huía. Pero, incluso con la velocidad extra que les suministraban sus posquemadores, quedaron rápidamente atrás.

Mientras el OVNI desaparecía entre las nubes, a más de cuatro mil metros de altura, un piloto de la Fuerza Aérea, guiado por su radar de puntería, subió tras el artefacto invisible. Aparentemente, su aproximación fue detectada a bordo del disco, pues instantáneamente cambió de rumbo, como pudo comprobar el radar medidor de altura de Klamath Falls. Incluso después que los pilotos de la Fuerza Aérea abandonasen la inútil persecución, los operadores de radar aún seguían observando al OVNI, que realizaba maniobras de alta velocidad entre los 2.000 y los 16.000 metros de altura.

Cuando aterrizaron los pilotos, aún en tensión tras su alucinante experiencia, fueron llevados apresuradamente ante los miembros de Inteligencia, para que tuvieran una sesión informativa. Tras describir el encuentro con el OVNI les fue ordenado que no discutieran la persecución, ni siquiera entre ellos mismos.

Pero centenares de ciudadanos de Redmond habían oído el picado de los reactores. Varios de ellos habían visto los interceptores y algunos afirmaron haber contemplado un extraño brillo en el cielo. La Fuerza Aérea, temiendo que su intento de captura pudiese ser descubierto, se apresuró a explicar el vuelo como una comprobación de rutina, causada por un falso eco en el radar. El brillo fue dejado de lado, como si fuera algo imaginado por los testigos excitados.

Al cabo de unas horas, una nueva situación trastornó a la Fuerza Aérea. Cuando el Cuartel General se enteró de la emisión de gases del disco, se temió que el OVNI estuviese usando energía nuclear. Por medio de la FAA (Administración Federal de Aviación) de Seattle, se ordenó al especialista de vuelo Wertz que efectuase un reconocimiento aéreo en busca de una radioactividad anormal. Utilizando un contador Geiger, Wertz y el piloto de una avioneta Tri-Pacer trazaron círculos a diversas alturas en el área en la que había flotado el OVNI. Los resultados, teletipados a la Fuerza Aérea, nunca fueron hechos públicos. Pero, de algún modo, un periodista se enteró de esta prueba e hizo pública la historia.




La filtración alarmó al Cuartel General: la FAA(Administración Federal de Aviación) no estaría comprobando la existencia de radiación a menos de que realmente hubiese sido visto un objeto aéreo desconocido. Si se permitía que se divulgase esta prueba de la realidad de los OVNI, después de todas las negativas de la Fuerza Aérea, esto causaría una conmoción en el Congreso y posiblemente iniciaría un pánico.

Para bloquear este proceso, tenía que explicarse el objeto misterioso del que hablaba el periodista. Tras una fútil búsqueda de alguna explicación plausible, el Cuartel General corrió el riesgo de dar esta increíble explicación oficial: “El objeto visto ascendiendo cerca de Redmond era, probablemente, un globo meteorológico”.

Para cualquiera que conociese las evidencias, aquello resultaba ridículo. Los globos flotan con el viento; no tienen motores excepto los lentos y ya pasados de moda dirigibles. Era imposible que cualquier globo dejase atrás reactores volando a casi mil kilómetros por hora. Los periodistas sabían que la explicación era falsa, pero el poder del Cuartel General de la Fuerza Aérea les impedía ridiculizarla como se merecía.

Para los hombres encargados de mantener el secreto, ésta había sido una situación muy grave. Ya se hallaban bajo agudas críticas por parte de algunos oficiales de alto rango por poner temerariamente en peligro las vidas de los pilotos de la Fuerza Aérea. Lo sucedido en Redmond ocasionó nuevas peticiones de que terminasen las persecuciones de los OVNI.

Pero para el grupo de censores a alto nivel no había otra alternativa. Al menos otras cinco naciones importantes estaban interviniendo en esta batalla invisible para lograr los secretos tecnológicos de los OVNI.

Para la seguridad del país, la Fuerza Aérea tenía que lograr ser la primera en conseguir esta información, utilizando cualquier medio que fuera necesario para ello. Si lo lograba, aquello justificaría todas las cacerías, por peligrosas que hubiesen sido, incluso aquellas en que se hubieran producido víctimas.

A medida que se calmaba la excitación creada en Redmond, los censores del Cuartel General se relajaron, muy aliviados. Ahora, pensaron, el caso de Redmond estaba enterrado con toda seguridad, aunque había sido un asunto muy grave.

Comité Nacional de Investigaciones sobre Fenómenos Aéreos
http://www.nicap.org/
Pero, sin que la Fuerza Aérea lo supiese, el NICAP había obtenido copias legalizadas de los diarios de la FAA (Administración Federal de Aviación). En años anteriores, la FAA había sido obligada a menudo a mantener silencio... como también ha ocurrido posteriormente. Pero en aquel momento no había ninguna orden rígida maniatando a la agencia, y muchos miembros de la misma estaban preocupados por los intentos de mantener el secreto.

Los diarios entregados al NICAP describían el OVNI, sus maniobras, las extrañas llamaradas, el tremendo escape de gases y el despegue vertical del disco para eludir a los interceptores. También incluían las confirmaciones de la Fuerza Aérea del seguimiento por radar, el despegue de los reactores de Portland, y el informe de Klamath Falls acerca de las operaciones evasivas del OVNI después que hubiese fracasado el ataque de la Fuerza Aérea.

Los diarios oficiales estaban firmados por L. E. Davis, jefe de la Estación de Comunicaciones del Tráfico Aéreo de Redmond, y por William F. Zauche, jefe del Centro de Control de Tráfico de las Rutas Aéreas de Seattle. También fueron confirmados por carta por Eugene S. Kropf, asistente del gerente regional, Región 4 de la FAA (Administración Federal de Aviación), Los Ángeles. Un informe separado del especialista de vuelo Wertz verificaba toda la operación.

Cuando la Fuerza Aérea se enteró de que el NICAP tenía los diarios de la FAA, hubo una gran consternación en el Cuartel General. La FAA era una agencia muy competente, y sus estaciones en los aeropuertos y en las rutas aéreas estaban servidas por personal cuidadosamente entrenado. ¿Qué es lo que iba a creer el público y el Congreso... los informes legalizados de los observadores expertos de la FAA(Administración Federal de Aviación) , o las débiles tentativas de ridiculización de la Fuerza Aérea?

Amenazado con el fin del secreto, el Cuartel General se arriesgó a dar el único paso que podía salvarle. Se denunció a la FAA por suministrar información falsa y toda su evidencia fue negada. Durante un tiempo, la Fuerza Aérea se aferró a la explicación del globo. Pero tras una lucha llevada a cabo por diversos legisladores y el NICAP, tuvo que rendirse y admitir que aquello era un error. Entonces, el Cuartel General anunció que había hallado la verdadera explicación: Los observadores de la FAA y los testigos de Redmond habían sido llevados a equivocación por el planeta Venus, al que tomaron por un objeto desconocido, maniobrando cerca de la Tierra.



Esto era tan ridículo como la historia del globo, si no más. Si los observadores de la FAA eran así de estúpidos, la agencia debería despedirlos por incompetentes. Los altos cargos de la FAA insistieron en que los datos suministrados en los diarios eran correctos, pero la Fuerza Aérea rehusó proseguir con aquellas discusiones. La explicación de Venus sigue siendo listada como la solución probada... uno de los mayores engaños de la larga hilera de intentos por mantener el secreto.

Cuando, al principio, la Fuerza Aérea se dio cuenta de que los OVNI eran espacionaves, el Mando de Defensa Aérea tomó la decisión de capturar uno de esos aparatos tan avanzados. Esto me fue confirmado en una entrevista personal por el general Sory Smith, subdirector de Información y el mayor Jeremiah Boggs, oficial de Inteligencia del Cuartel General. En contraste con las posteriores negativas, Boggs admitió abiertamente que la Fuerza Aérea había dado una orden especial a sus pilotos para que tratasen de capturar a los OVNI.

«Naturalmente, nos sentíamos ansiosos por tener en nuestras manos uno de esos cacharros. Les dijimos a los pilotos que, prácticamente, podían hacer cualquier cosa para conseguirlo, aunque fuera necesario que los atrapasen por la cola.»

Después, hablé con un piloto de interceptores que conocía y que había participado en dos cacerías. Cuando le cité las palabras de Boggs acerca de atrapar a un OVNI por la cola, me miró con aspecto hosco.
«Eso está mucho más cerca de la verdad de lo que puedes imaginarte, aunque él lo dijese en plan de broma. Al menos en nuestro escuadrón, nos dijeron que tratásemos de chocar contra uno de ellos y luego saltar en paracaídas, si es que había posibilidad de hacerlo sin sufrir daños personales. No sé de nadie que lo intentase ... a mí desde luego ni se me ocurrió. Después de lo que le pasó a Mantell, uno tendría que estar muy loco para intentar una cosa así.»

En los primeros meses de observaciones masivas, la mayor parte de científicos e ingenieros aeronáuticos se burlaban de las informaciones referentes a las tremendas velocidades de los OVNI. Parecía imposible que ninguna máquina pudiera viajar con tal rapidez por la atmósfera, ya que el calor de la fricción con el aire debería haberla incendiado. Cuando la Fuerza Aérea verificó los informes de sus seguidores de radar acerca de las altas velocidades, algunos de sus técnicos decidieron que los OVNI debían de estar construidos con un supermetal que podía resistir el calor y también las tensiones producidas durante las bruscas maniobras.

Pero había una cosa de la que la Fuerza Aérea y sus analistas técnicos estaban totalmente convencidos: ningún ser vivo podía soportar el intenso calor y los giros a alta velocidad.

Entonces el Cuartel General descubrió un asombroso informe que había sido enterrado en la base de la Fuerza Aérea de MacDill, en Florida. El principal testigo era el capitán Jack E. Puckett, veterano de los combates de la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, subjefe de seguridad de vuelo, Mando Aéreo Táctico en el campo de Langley.

C-47
El 1 de agosto de 1946 el capitán Puckett volaba en un transporte C-47 Langley a Mac Dill, con el teniente Henry F. Glass como copiloto y un ingeniero de vuelo del que desconocemos el nombre. A unos 50 kilómetros de Tampa vieron un gran OVNI que aceleraba hacia ellos en una trayectoria de colisión.
«Aproximadamente a unos mil metros -informó el capitán Puckett-giró para cruzar nuestro camino. Observamos que era un objeto largo y cilíndrico, de aproximadamente el doble de tamaño de un bombardero B-29

Aparentemente el artefacto estaba propulsado por cohetes, pues le seguía un penacho de fuego de la mitad de su largo. Desapareció a una velocidad estimada entre 2.400 a 3.200 kilómetros por hora.

Pero la parte más asombrosa, para los analistas de la Fuerza Aérea, fue este descubrimiento:
La nave desconocida tenía una hilera de ventanillas. Era el primer informe acerca de que los OVNI tuvieran ojos de buey. Luego fueron detectados más casos similares.

Por increíble que parezca, las ventanillas indicaban que había seres vivos a bordo... o al menos que el OVNI estaba preparado para transportar algún tipo de seres, a pesar de los giros y el calor.

Algunos analistas creyeron que las ventanillas eran una ilusión causada por la alta velocidad. Pero posteriormente otros observadores competentes divisaron OVNI con portezuelas o ventanillas. Además de los casos citados en el capítulo 1, varios otros se hallaban listados en el informe secreto del Proyecto Grudge:

Caso 144. En la noche del 24 de julio de 1948, una nave con forma de proyectil fue vista por el capitán C. S. Chiles y el primer oficial John B. Whitted de la Eastern Air Lines. Ambos pilotos lo describieron como de unos treinta metros de largo y con dos cubiertas, cada una con su hilera de ventanillas.

Caso 168, tomado de un informe a la Fuerza Aérea del gobierno holandés: Arnheim, La Haya, 20 de julio de 1948: un objeto con dos cubiertas, sin alas, visto cuatro veces... velocidad muy alta, comparable a la de una V-2 (el cohete alemán usado contra Londres en la Segunda Guerra Mundial).
Además de los casos de las ventanillas, el Proyecto Grudge incluía el informe oficial que eliminó la teoría del supermetal.



Caso 122. El 6 de abril de 1948 unos seguidores de cohetes de la Armada y un científico divisaron un OVNI de forma oval muy por encima del campo de pruebas de White Sands. Seguido por los teodolitos, se descubrió que estaba volando a 29.000 km por hora. De repente inició una ascensión casi vertical, también registrada por los teodolitos, subiendo 40 km en 10 segundos. La atracción gravitatoria calculada para esta ascensión a alta velocidad resultaba casi increíble.

Como ya saben, a lo que habitualmente estamos sometidos en la Tierra es a una gravedad (g), la fuerza que nos atrae hacia abajo a causa del campo gravitatorio del planeta. Un piloto que vuela en horizontal nota el mismo efecto. Pero si sube repentinamente, sufrirá varios g, a causa de la tendencia de su cuerpo a continuar en línea recta (inercia). Los astronautas sienten efectos similares durante los despegues, debido al poderoso empuje hacia arriba de sus cohetes.

Con un tipo convencional de máquina voladora, una repentina ascensión a 29.000 km por hora crearía un tirón hacia abajo de varios centenares de g. En realidad, jamás se podría alcanzar una velocidad tan alta en nuestra atmósfera, ya que el terrible calor causado por la fricción incendiaría el artefacto y lo convertiría en cenizas.

La única explicación posible era la neutralización de la gravedad. En aquel momento, si la antigravedad hubiera sido relacionada públicamente con los OVNI, hubiera sido ridiculizada como una fantasía de ciencia ficción. Pero un cierto número de famosos científicos e ingenieros aceptaron, en privado, esta respuesta, tras analizar los datos sobre este OVNI. Entre ellos se hallaba el doctor Hermann Oberth, uno de los diseñadores de la V-2 y autoridad en viajes espaciales, y fabricantes de aviones tales como Grover Loening, Lawrence Bell e Igor Skorsky.

Doctor Oberth
Cómo funciona el control gravitatorio es algo que me fue explicado por el doctor Oberth mientras estaba en los Estados Unidos, ayudando al Ejército a realizar investigaciones antigravitatorias en el arsenal de Redstone.

«En un OVNI equipado con gravedad artificial, el aire que lo rodea es mantenido contra la máquina y se mueve con ella cuando éste se traslada ... tal como la atmósfera del planeta es mantenida alrededor de la Tierra, a pesar de la alta velocidad de rotación, por el campo gravitatorio terráqueo.
Dado que este “cojín” de aire impide la fricción, el vehículo no se calienta. Y también se mueve en silencio, ya que no hay remolinos, ni turbulencia ni estampidos sónicos.
Con la propulsión normal, las violentas aceleraciones y maniobras de los OVNI pondrían en peligro a las espacionaves, aparte de que arderían a causa del excesivo calor. Igualmente, las fuerzas aplastarían a cualquier ser que se hallase a bordo contra los costados o el suelo de la máquina, aun antes de que se quemasen.»

Como ejemplo, el doctor Oberth citó el caso de Redmond.
«Obviamente esa nave no fue dañada ni sufrió tensiones porque estaba operando con un campo gravitatorio artificial. Incluso el poder aceleratorio de aquella violenta ascensión no haría daño a ningún ser a bordo, dado que el campo gravitatorio se aplicaría a ellos a la vez que a la espacionave. Incluso cuando estuviesen realizando rápidos cambios de velocidad y dirección, esos pasajeros no sentirían nada.»

Cuando los investigadores de la Fuerza Aérea se dieron perfecta cuenta de las asombrosas posibilidades de esto, el Cuartel General persuadió a los científicos, compañías aeroespaciales y laboratorios técnicos de que montasen proyectos de investigación de la antigravedad, muchos de ellos bajo contratos secretos. Con cada año que pasaba, el número de estos proyectos iba en aumento. En 1965 el intercambio de información científica del Instituto Smithsoniano me confirmó la existencia de 46 proyectos antigravitatorios no clasificados como secretos. De los 46, 33 estaban controlados por la Fuerza Aérea. La Armada tenía 3; el Ejército 1; la Comisión de Energía Atómica 1; la NASA 2, Y la Fundación Nacional de las Ciencias 6. Adicionalmente, había al menos 25 contratos secretos que no podían ser listados.


Al principio, algunos investigadores le advirtieron a la Fuerza Aérea que no esperase un resultado inmediato... el conseguir las respuestas podía llevar años. Para reducir los riesgos, la Fuerza Aérea incrementó sus intentos por capturar algún OVNI.

En 1952 se produjo un repentino incremento en las observaciones y aproximaciones a baja altura. Temiendo un ataque, el Mando de Defensa Aérea ordenó a los pilotos que disparasen contra las máquinas alienígenas, siguiendo la política de cuatro fases de la Defensa Aérea:
Detección, identificación, intercepción y destrucción. La relación de esto con los OVNI estaba enfatizada en la AFR 200-2, que, en aquel entonces, estaba restringida a los mandos de la Fuerza Aérea.

AFR-200-2 (Air Force Regulacion 200-2)
Pero algunos oficiales de alto rango del Cuartel General se dieron cuenta bien pronto de que la orden de tiro era un error. Fue rápidamente cancelada y se reanudaron los intentos de captura.

Habitualmente, la Fuerza Aérea evita tales acciones a baja altura para impedir que tengan publicidad. Pero en varias ocasiones ha corrido el riesgo ... tal como sucedió en el caso de Redmond.

En la noche del 1 de agosto de 1953 un escuadrón de cazas de la Fuerza Aérea volaba sobre el parque nacional de Sequoia-Kings, en California. Durante tres noches, un gran OVNI con forma de disco había descendido sobre el parque, siendo visto en una ocasión, muy de cerca, por e! superintendente del parque E. T. Scoyen y algunos miembros de su equipo. La Fuerza Aérea se sentía asombrada por el interés mostrado por los alienígenas por el parque, pero ordenó aquella misión especial por si el OVNI regresaba.

Justo antes de la medianoche, los pilotos vieron el disco descendiendo a velocidad reducida. Cuando estaba muy por debajo de ellos comenzaron a bajar, igualando la velocidad del OVNI mientras se colocaban encima de él. A los pilotos les parecía imposible que la espacionave subiese sin chocar con uno o dos de los reactores y dañar gravemente su nave. Parecía posible que, en lugar de correr este riesgo, los alienígenas cederían y aterrizarían en el primer lugar seguro.

Pero, de repente, sin frenar previamente, el OVNI se detuvo en medio del aire. Al instante, los reactores pasaron de largo. Antes de que los pilotos pudieran iniciar una maniobra de regreso, el disco subió en vertical y desapareció.
Los informes de la prensa dijeron que algunos testigos habían visto reactores picando hacia un OVNI, pero como no había pruebas documentales, como sucedería posteriormente en el caso de Redmond, el público se olvidó bien pronto de esta historia.



Justo después de la misión del parque Sequoia-Kings, varios pilotos de la Fuerza Aérea tuvieron alarmantes encuentros con los OVNI. Cerca de Moscow, Idaho, el 9 de agosto, un disco de 60 metros picó hacia tres cazas F-86. Su aproximación de cabeza dio un buen susto a los pilotos antes de que se apartase a un lado.

Durante una cacería sobre Dakota del Sur, tres noches más tarde, un piloto de F-84 se asustó tanto que radió a su base pidiendo que le permitiesen abandonar la persecución. Otros incidentes similares hicieron que aumentase la tensión; algunos pilotos creían que estas acciones eran advertencias de que los alienígenas podían devolver e! golpe por el intento de captura de! parque.

Pero la mayor parte de los altos censores estaban convencidos de que no había un grave peligro en esto. Incluso ahora, tras cuidadosas valoraciones de la larga vigilancia, la mayor parte de los miembros de la Fuerza Aérea que controlan el asunto creen que tales ataques son poco probables.

F-84
Aquí tenemos algunas de sus razones para continuar con este juego oculto:

En primer lugar, la extensa vigilancia sin una abierta hostilidad debe significar que los alienígenas tienen un importante propósito que requiere contactos pacíficos con los humanos y un ajuste gradual, sin agresión.

En segundo lugar, el número de OVNI que observa nuestro planeta no es lo bastante grande como para efectuar ataques a gran escala; probablemente la mayor parte de ellos sean aparatos de observación desarmados, que pueden evitar fácilmente a nuestros reactores gracias a sus maniobras de alta velocidad.

En tercer lugar, no estamos totalmente indefensos. Tenemos numerosos cohetes capaces de alcanzar a las espacionaves, incluso a muy grandes alturas.

En cuarto lugar, los alienígenas han intentado, repetidamente, evitar hacer daño a los humanos, por lo que los pocos casos de daños deben de haber sido accidentales. Un ejemplo frecuentemente citado es el encuentro que tuvo la Armada en 1953. Un escuadrón de AD-3 con base en un portaviones estaba practicando maniobras de combate cuando una enorme máquina con forma de cohete descendió hacia ellos. Desacelerando hasta ponerse a la misma velocidad de los aviones, se estabilizó a unos 300 metros por encima del escuadrón.

El comandante radió una orden apresurada y luego guió a sus pilotos en una ascensión casi en vertical hacia la astronave. Instantáneamente el OVNI giró de modo que su cola apuntó en una dirección diferente a aquella por la que se aproximaban los aviones. Luego, un tremendo escape de gases de propulsión surgió de esa parte trasera y la máquina se alejó en la distancia. Pero si no hubiera sido por ese giro apresurado, la masa de gases hubiera matado a algunos pilotos, e incluso quizás a todos.1 Hay centenares de otros encuentros en los que los alienígenas que van en los OVNI han evitado causar daño a los humanos.

1. Confirmado al contralmirante D. S. Fahrney y al autor por un comandante del Departamento de la Armada.


Aunque algunas de estas razones parecen firmes, según la lógica humana, no hay ninguna prueba de que estemos a salvo de una represalia alienígena. Pero los esfuerzos llevados a cabo por otras naciones para conseguir los secretos técnicos de los OVNI han hecho que la Fuerza Aérea corriese el riesgo e intensificase sus intentos de captura.


OVNI abatido por los sovieticos.
 (FUENTE: mundodesconocido.es https://www.youtube.com/user/mundodesconocido

Durante años, la Inteligencia de la Fuerza Aérea ha sabido de los esfuerzos realizados por las fuerzas aéreas extranjeras para conseguir llevar al suelo a un OVNI. Uno de los países más determinados es la Unión Soviética. Tras constantes fracasos de sus pilotos de intercepción, los artilleros antiaéreos soviéticos recibieron la orden de disparar contra los OVNI. Aparentemente el alto mando soviético esperaba que una astronave fuera averiada y obligada a aterrizar sin que eso destruyese sus sistemas de energía y armamento.


Uno de tales ataques fue confirmado por la valoración de la Academia de la Fuerza Aérea, realizada en 1968.
«El 24 de julio de 1957 -afirma el informe de la Academia-, las baterías antiaéreas rusas de las Islas Kuriles abrieron fuego contra varios OVNI. Aunque todas las baterías antiaéreas soviéticas de las islas entraron en acción, no se consiguió ningún blanco. Los OVNI eran luminosos y se movían con gran rapidez.»



Tal como ha sucedido en los Estados Unidos y en Rusia, los pilotos militares han tratado de un modo persistente de obligar a aterrizar a un OVNI en Gran Bretaña, Francia, Brasil, Canadá, la Unión Sudafricana, Noruega, Holanda y varios países más. Algunos pilotos extranjeros tienen órdenes de intentar establecer contacto por radio para ordenar a los alienígenas que aterricen. Si el OVNI no obedece, debe ser derribado, caso de que esto resulte posible. Un piloto de la Real Fuerza Aérea holandesa tuvo una experiencia de este tipo el 26 de enero de 1962, cuando se encontró con un extraño objeto volador sobre el este de Holanda.

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