REPTOIDES
[Reptilianos]: Cabeza
de reptil, rasgos de lagarto y dos ojos enrojecidos, manos con garras y un rabo
o cola alargada que pronunciaba el fin de una larga extremidad de su cuerpo. El
resto de su cuerpo parecía cubierto por un mono blanco, como si de un traje
espacial se tratase.
¿Por
qué los seres humanos sienten tanto miedo hacia otras criaturas diferentes…?
¿Miedo hacia aquellos que describimos como reptoides o reptilianos? ¿Por qué?
…De
pronto la luz se oculta tras una colina y poco después reaparece, llamándole la
atención su desmesurada intensidad.
-Me extrañó
-dijo luego- no sólo la intensidad, sino el tono. No era blanco, como debiera
haber sido de tratarse de los faros de un vehículo, sino de un anaranjado muy
fuerte. Desapareció tras una curva y al aparecer de nuevo me pareció tenerla
muy cerca. Disminuí la marcha para contemplarla mejor.
Entonces
me di cuenta de que tenía forma discoidal y era enorme. No creo que me asustara
en ese momento. Bueno ...tal vez un poco, no recuerdo. Aquello estaba a la
izquierda de la carretera por donde tenía que pasar y decidí acelerar a fondo y
alejarme de allí lo más aprisa posible.
Pero en ese momento la luz disminuyó al tiempo que el coche empezó a fallar. Lo primero que me preocupo fue ver que los faros no alumbraban. (quedé en la más completa oscuridad y el coche se detuvo. Era como si se hubiese estropeado todo el mecanismo eléctrico. Frené rápido sin saber que hacer. No se veía nada y la luz que me había asustado ya no estaba allí. Por unos momentos quedé desconcertado, es curioso. En lo único que pensé en aquel instante fue que llegaría tarde a casa si no lograba dar con la avería y arreglarla.
No
había luna y me pareció que las estrellas alumbraban menos que nunca. En ese
momento fue cuando sentí que alguien me llamaba...
La voz
de Pablo ha empezado a temblar. Está evocando el instante peor.
-Fue el único momento en que tuve realmente
miedo. Pensé. ¡qué sé yo! un atraco .... un secuestro... ¡ocurren tantas cosas
en estos tiempos!
Pero
fue sólo un segundo. Hasta que me di cuenta de que me habían llamado por mi
propio nombre. Tenía que ser alguien que me conociera ...Apunté la linterna a
la oscuridad y distinguí una figura alta ...No sé... tal vez un metro ochenta
...tal vez más. Vestía una especie de mono transparente muy ajustado. Me
extrañó por el calor que hacía aquella noche.
Su rostro
era de facciones regulares y sólo recuerdo que sus ojos eran brillantes y un
poco rasgados. Como los chinos... o más bien como los malayos.
Hasta
ese momento no había pensado que pudiera tratarse de alguien que proviniese de
más allá del espacio. Pero entonces se estableció una conversación viva entre
ambos, sin que ni él ni yo pronunciáramos una sola palabra. Yo percibía su
pensamiento y sin darme cuenta, contestaba también mentalmente. Sentí una
sensación de paz y tranquilidad... sin asomo alguno de temor. Recuerdo que en
ese instante me dije: Pues va a ser cierto lo que cuentan de los
extraterrestres. Porque este es uno de ellos.
Pensaba aquello con naturalidad, sin que me causara extrañeza. Ello comprendió y contestó a mis dudas ...Digo contestó, pero insisto que no abrió los labios para nada. Toda la conversación que mantuvimos desde entonces fue telepática. Y debo advertir que la telepatía siempre me había parecido un espectáculo de circo... Jamás me había planteado dudas sobre este fenómeno. Recibí sus palabras mucho más claramente que si las hubiese pronunciado.
Pensaba aquello con naturalidad, sin que me causara extrañeza. Ello comprendió y contestó a mis dudas ...Digo contestó, pero insisto que no abrió los labios para nada. Toda la conversación que mantuvimos desde entonces fue telepática. Y debo advertir que la telepatía siempre me había parecido un espectáculo de circo... Jamás me había planteado dudas sobre este fenómeno. Recibí sus palabras mucho más claramente que si las hubiese pronunciado.
-Sí.., procedemos de otro planeta ...pero esto
no debe asustarte. No venimos a hacerle ningún daño...
No
recuerdo el intercambio telepático que siguió. Creo que debí preguntarle quién era…
cómo había llegado hasta allí …. de donde procedía …Sí, debí preguntarle todo
aquello, porque contestó con mucha claridad…
-Ustedes
no conocen mi planeta, dijo. Está en una zona de oscuridad que no captan sus
telescopios ni sus receptores de radiaciones de microondas.
- ¿Están a mucha distancia de la Tierra?
-Para su concepto de distancias, sí. Sus más
veloces astronaves tardarían cientos de años en llegar allí.
- ¿Son muchas las razas que existen en el
espacio?
-Sí, incontables. Yo mismo no las conozco
todas. Ningún sabio de mi planeta ha conseguido saber hasta dónde llega el
Universo (Aquí se refiere seguramente al Cosmos), ni cuántas son las
razas que lo habitan.
-Pero, ¿conocen ustedes muchos planetas habitados?
-Alrededor de ciento veinte mil. No todos
ellos se encuentran en avanzado estado de evolución. Algunos incluso han
evolucionado en sentido contrario y hoy se hallan en plena regresión hacia el
estado vegetal. Sin embargo, con el tiempo volverán a resurgir.
La
armonía suprema tiende siempre hacia la superación. El mal se autodestruye por sí
mismo. Luego, aunque existe, no puede existir, no puede prevalecer. Vosotros
deberíais verlo en vuestro propio mundo. El bien es la vida. El mal, la muerte.
El mal se autodestruye, se autoelimina.
Lógicamente
esto conduce a una paulatina evolución positiva que tiende a la integración del
ser vivo con el ser supremo. No se trata de una fusión, sino de una comunión,
ya que el ser humano con esa integración no pierde su individualidad.
............................................................
Pero…
¿Qué tiene que ver este encuentro de Pablo R. con un extraterrestre, que
precisamente no es un reptoide? Básicamente confirmar que en nuestra galaxia,
el propio universo es un hervidero de vida; que los reptoides/reptilianos son
una más de tantas razas y posibilidades de vida inteligente que lo habitan y
han evolucionado. Seguramente muchos de estos reptoides estén mucho más
evolucionados que los seres humanos, pero ello no los inhibe de esa norma
universal que impulsa la vida, el bien en suma.
Tal vez los seres humanos, influidos en cierta manera por el cine, veamos a estas razas extraterrestres como un peligro, una amenaza: Seres crueles y despiados llegados de mundos lejanos, dominando una tecnología que se escapa de nuestra comprensión. Ciertamente se han reportado muchos casos de abducciones donde aparecen reptoides/reptilianos acompañados de los grises, esa raza extraterrestre macrocéfala de baja estatura. Según parece, “los grises estarían subordinados a los reptilianos”; constituyendo una especie de “obreros cósmicos al servicio del mal” …
Tal vez los seres humanos, influidos en cierta manera por el cine, veamos a estas razas extraterrestres como un peligro, una amenaza: Seres crueles y despiados llegados de mundos lejanos, dominando una tecnología que se escapa de nuestra comprensión. Ciertamente se han reportado muchos casos de abducciones donde aparecen reptoides/reptilianos acompañados de los grises, esa raza extraterrestre macrocéfala de baja estatura. Según parece, “los grises estarían subordinados a los reptilianos”; constituyendo una especie de “obreros cósmicos al servicio del mal” …
…En el
primer libro de su República, y citando a su maestro Sócrates,
Platón sentenció: «El inteligente es sabio, el sabio es bueno». Yo siempre he pensado, como Hemingway,
que la gente buena es más feliz, y también más inteligente. Porque la bondad es
por naturaleza, y a largo plazo, la opción más inteligente, mientras que la
maldad funciona a corto plazo, y es por naturaleza estúpida. (FUENTE: Los
hombres que susurraban a las máquinas, de Antonio Salas)
EL
PINTOR QUE CONTACTÓ CON REPTILIANOS - CASO ROBERT LLIMÓS
WWW.ROBERTLLIMOS.ES
Tal vez
los seres humanos no debamos caer en la trampa de los manipuladores de la
realidad: Frente a una inmensidad de civilizaciones, el mal siempre está
condenado a desaparecer; y la buena noticia es que no todos los
reptoides/reptilianos son negativos. Haciendo honor a la verdad, en ese
grupo de razas también los hay buenos y, positivos, tal como los describió el
artista Robert Llimos en su encuentro en Brasil.
Aquellos reptoides se mostraron de forma pacífica, sin duda. Por contra,
alguien puede señalar que una raza, los draconianos (procedentes de Alfa
Draconis) son extremadamente beligerantes con los humanos, destilando
tal vez, una aversión compulsiva hacia los terrestres; sin embargo, estoy
convencido que frente a civilizaciones que se dibujan como negativas, la
evolución los llevara tarde o temprano hacia estadios de bondad, porque a fin
de cuentas, es la “mecánica evolutiva”, esa “inercia de la
inteligencia” hacia donde todas las criaturas avanzan inexorablemente.
Y quien sabe, si otras civilizaciones distintas a los draconianos
traten de impedir de una forma activa que estos cometan “determinadas
fechorías”, entre las que se encuentran “una obsesión genética
hacia los seres humanos” …
MAS INFORMACIÓN EN: Los extraterrestres y Robert Llimós: Miré la nave, vi una ventana abierta y en su interior dos personajes que me estaban observando: un hombre y una mujer, los dos con unos cuellos muy largos y una piel escamosa. La mujer con una diadema en la cabeza y un vestido largo, el hombre con una casaca, otorgándole un aspecto arcaico y señorial.
FUENTE: https://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com/2015/12/los-extraterrestres-y-robert-llimos.html
En esta ocasión he traído distintas perspectivas sobre los reptoides, incluyendo el testimonio de varios cazadores que pudieron ver a un reptoide, en la provincia de Valencia, España.
El reptiliano de La Yesa
A lo
largo de la historia, muchos han sido los que dicen haber tenido encuentros con
seres de otros planetas y nuestra comunidad no se salva de ello. Las
descripciones se han ido adaptando a la época, donde por ejemplo a lo que antes
llamaban demonio y carro de fuego, ahora lo llaman humanoide y objeto volador
no identificados (OVNI). La evolución y el progreso dan una
descripción totalmente diferente adecuada a cada tiempo. Impensable hablar de
naves espaciales o cohetes en plena Edad Media. Seguramente, siempre fueron encuentros
con extraterrestres o seres de otro espacio, tiempo o dimensión.
Como ya sabéis, hay infinidad de pinturas rupestres donde se interpretan lo que parecen ser seres con escafandras y naves, incluso algunas de ellas situadas en cuevas de nuestra comunidad, pero que no se puede atribuir a algo que todavía desconocemos su significado. Puede ser que simplemente fueran pinturas de algo que quisieran plasmar como parte de su imaginación, o puede que fuesen aquellos Dioses a los que tanto veneraban “como caídos del cielo”. La historia que os traigo hoy era el reflejo de una sociedad, en su gran mayoría, campesina y agrícola por aquel entonces: La España franquista.
Como ya sabéis, hay infinidad de pinturas rupestres donde se interpretan lo que parecen ser seres con escafandras y naves, incluso algunas de ellas situadas en cuevas de nuestra comunidad, pero que no se puede atribuir a algo que todavía desconocemos su significado. Puede ser que simplemente fueran pinturas de algo que quisieran plasmar como parte de su imaginación, o puede que fuesen aquellos Dioses a los que tanto veneraban “como caídos del cielo”. La historia que os traigo hoy era el reflejo de una sociedad, en su gran mayoría, campesina y agrícola por aquel entonces: La España franquista.
Corría
el año 1968, concretamente un día de verano, de un 31 de agosto en la localidad
valenciana de La Yesa (Valencia), cuando ocurrió uno de los
avistamientos y encuentros ufológicos más extraños de la historia de nuestro
país. En las proximidades de la localidad, en un barranco a 5 kilómetros de
este pequeño pueblo montañoso, tres hombres se disponían a descansar después de
un día de caza a la intemperie. El apetito era notable después de una jornada
en el monte, así que se dispusieron a preparar una “torrá” * de carne.
(*parrillada)
Lo que
tuvo que ser una comida más entre amigos se convirtió en una de las mayores experiencias
en la vida de estos hombres. Aquí os dejo un artículo de nuestra sección “La
Valencia misteriosa”: El Reptiliano de La Yesa.
“…Es
una tórrida tarde de verano, de las últimas de un mes de agosto de 1968. Antes
de abrir bocado los tres cazadores que habían pasado una jornada de caza en las
proximidades de La Yesa, ven una especie de “fogonazo” en el
cielo. Ajeno y restando importancia de lo que ha visto hace escasos momentos, Mateo
Chóver, residente en la localidad de Liria, se acerca al
borde del barranco para orinar antes de la comida. De repente ve al otro
extremo del barranco una figura de un ser un tanto extraño, atípico, que nada
tenía que ver con los rasgos de un ser humano: de una complexión atlética,
con cabeza de reptil, rasgos de lagarto y dos ojos enrojecidos (cercana a la
visualizada en la mítica serie de “V”), manos con garras (propias de una
película de ciencia ficción) y un rabo o cola alargada que pronunciaba el fin
de una larga extremidad de su cuerpo. La descripción era más propia de lo que
en el mundo ufológico se conoce como un reptiliano.
Las
tres partes mencionadas eran visibles sin ropajes al ojo de aquel cazador
atónito por lo que estaba viendo. El resto de su cuerpo parecía cubierto por
un mono blanco, como si de un traje espacial se tratase recorriendo desde la
zona del cuello, cubriendo hasta las muñecas y terminando en unas botas de un
color blanco cegador. La distancia era suficiente como para que aquel
cazador, con vista de lince, pudiera apreciar detalles tan significativos como
la mochila metálica de un tono parecido al “aluminio”, brillante y con una
antena negra, que llevaba aquel ser en su espalda.
Agazapado
entre arbustos y matorrales, Mateo, después de un momento de
miedo y de quedar paralizado, avisó mediante señas a sus dos compañeros para
que pudieran ver con sus propios ojos lo que él estaba observando. Aquel ser,
que permanecía inmóvil sin percatarse de los cazadores, parecía que esperase
algo. En esos minutos de incertidumbre creyeron observar que aquel ser que
no parecía humano, sacaba una lengua bífida cada cierto tiempo, como si de una
serpiente se tratase. Aquellos minutos fueron eternos, llenos de terror y
de incógnitas por lo observado. Como si de una presa se tratase, seguían allí escondidos
y agazapados, a la espera de poder ver, averiguar más, solo que esta vez ellos se
sentían presas y no cazadores por el miedo que recorría sus cuerpos.
De
repente, mientras seguían escondidos, apareció un objeto volador en forma de
cilindro con un aspecto metálico y color negro, que no emitía ningún sonido y
que reflejaba el Sol en sus esquinas como si de un espejo se tratase. Más asustados que nunca, los testigos
retrocedieron casi arrastrándose hasta refugiarse con sus escopetas entre unos zarzales.
El miedo se multiplico tanto entre los cazadores, que Mateo
perdió su gorra de caza.
Pasados
unos minutos, mientras seguían escondidos, escucharon un fuerte ruido como si
de un despegue se tratase, pero con engranajes a su vez y que, pasados unos
segundos, cesó. Con la vista en el cielo, de nuevo aquel “fogonazo” con
una ligera estela que desapareció repentinamente. Después de aquello, les costó salir, no sin
antes beber agua, mojarse la cara y aclarar la vista, pero al final lo hicieron
con precaución, comprobando el terreno donde el humanoide había estado y las
cercanías de donde se posó aquel objeto.
Como si
de una guerra se tratase, se armaron de munición hasta las trancas, para bajar
a hacer comprobaciones. Llegados al lugar, en los alrededores había un fuerte
olor a azufre, como a podrido. Las ramas de algunos árboles estaban quemadas,
hechas carbonilla, como si un incendio acabase de pasar por aquel lugar. La
tierra estaba reseca y hallaron varias huellas de pisadas sin ninguna marca o
característica, donde tan solo pudieron comprobar que aquella huella era más
propia de un gigantesco jugador de baloncesto. No pudieron evitar poner sus
botines en la huella, para estimar como debía de ser aquel reptiliano. La sorpresa
era tal que no podían ni llegar a imaginar lo que medía aquel ser, pero tenían
clara una cosa: Aquello era una mole y seguramente, en una lucha contra ellos
tres, los hubiera matado. Fue entonces cuando encontraron el árbol donde Mateo
vio que esperaba el ser.
Haciendo
estimaciones, ya que tocaba las primeras ramas, aquel “lagarto” media más de 2 metros
y 20 centímetros. No cabía duda, aquello era una mole.
La
curiosidad hizo que los cazadores caminaran hacia una cueva cercana, pensando
quizás que el humanoide había podido salir de allí, pero desistieron poco rato
después por culpa de la maleza. Sin apetito ya, optaron por dejar la “torrá”
para otro día. No tenían hambre. Aquel susto de sus vidas les había quitado las
ganas de todo. Por el camino de vuelta, montados en sus bicicletas, se toparon
con una pareja de Guardias Civiles, que no les hicieron caso
alguno y les dijeron: “Por estas tierras eso es normal; los ha visto más
gente…”
Aquel
hecho no trascendió a más, tan solo quedo entre familiares más allegados y
amigos íntimos. Poco o nada hay documentado de aquel suceso. Tan solo recuerdos
de gentes de aquel lugar cercano, y que a día de hoy siguen en la memoria de a
quienes les contaron la historia y siguen con vida o aquellos que han oído
hablar de ella. Lo cierto es, que el subconsciente puede jugar una mala pasada,
pero más difícil todavía es pensar que una histeria o visión colectiva se
apoderó de aquellos cazadores, testigos presenciales de lo que creyeron ver: Un
reptiliano. Cierta o no, esta historia es ya parte de las leyendas de
nuestra Comunidad Valenciana.
..………………………………………………
UN HOMBRE ASEGURA QUE TUVO RELACIÓN CON UNA MUJER REPTILIANA
FUENTE: https://www.youtube.com/watch?v=Vu2qY1RTP6k&feature=youtu.be
UN HOMBRE ASEGURA QUE TUVO RELACIÓN CON UNA MUJER REPTILIANA
FUENTE: https://www.youtube.com/watch?v=Vu2qY1RTP6k&feature=youtu.be
Las sorprendentes
declaraciones de Karen Hudes
Karen Hudes estudió Derecho en
la Universidad de Yale y Ciencias de la Economía en
la Universidad de Ámsterdam. Trabajó para el Export Import
Bank de los Estados Unidos entre 1980 y 1985, y para el Departamento
Legal del Banco Mundial entre 1986 y 2007. Esta mujer
tiene las mejores referencias que puedan existir dentro del Banco Mundial,
donde estuvo trabajando más de 20 años. Tanto tiempo que llegó a descubrir
cosas muy extrañas dentro de esta misteriosa entidad.
El Banco Mundial es un organismo dependiente
de Naciones Unidas y, en principio, tiene como objeto asistir
económicamente y proporcionar medios financieros y técnicos a los países del Tercer
Mundo, ahora llamados «países en desarrollo». Supuestamente, esta
entidad pretende reducir la pobreza, prestando fuertes cantidades de dinero a
bajo interés.
Karen Hudes denunció públicamente en el año
2014, a través de diversos medios de comunicación, enormes conspiraciones y
casos de corrupción dentro de esta macroentidad llamada Banco Mundial.
Por ejemplo, afirmó que en las multimillonarias ayudas a Filipinas
encontró una importante red de corrupción vinculada al presidente de este país.
Cuando la señora Hudes empezó a tirar del hilo
sobre el destino final de dichos fondos, que al parecer acababan en manos
privadas, fue inmediatamente despedida. Desde aquel momento, Karen Hudes
se ha convertido en una gran activista contra el sistema y el modelo bancario
mundial.
Gary Franchi, del programa Next News Network,
un canal de televisión independiente de los Estados Unidos,
realizó una entrevista a la señora Hudes. En aquel programa Franchi
le preguntó sobre qué tipo de personas se escondían detrás de los más
importantes banqueros a nivel mundial, quiénes eran concretamente y si existía
algún poder por encima de ellos. Al parecer, en la conversación con Hudes,
Franchi menciona organizaciones secretas vinculadas a un grupo
denominado los, «Illuminati», así como otras organizaciones
paralelas o inferiores a esta, que operan en el más absoluto secreto.
La señora Hudes afirma que existen esas sociedades secretas, algunas de ellas vinculadas al Vaticano, que son las que realmente están controlando todos los aspectos de este planeta, y que aquellos que se encuentran en la cima de estas corporaciones secretas, o grupos de iluminados, no son humanos. Palabras literales de la señora Hudes. Son una especie diferente, que ella identifica con la desaparecida, o poco conocida, raza extinta Homo Capensis. En la entrevista afirma que ese Homo Capensis lleva entre los seres humanos desde la Edad de Hielo, y asegura que incluso llegó a intentar ayudar al actor, director, escritor y productor Edmund Druihet para que realizara un documental sobre ello, pero jamás pudo llevarse a cabo. Se iba a titular Los banqueros que tomaron Estados Unidos.
La señora Hudes afirma que existen esas sociedades secretas, algunas de ellas vinculadas al Vaticano, que son las que realmente están controlando todos los aspectos de este planeta, y que aquellos que se encuentran en la cima de estas corporaciones secretas, o grupos de iluminados, no son humanos. Palabras literales de la señora Hudes. Son una especie diferente, que ella identifica con la desaparecida, o poco conocida, raza extinta Homo Capensis. En la entrevista afirma que ese Homo Capensis lleva entre los seres humanos desde la Edad de Hielo, y asegura que incluso llegó a intentar ayudar al actor, director, escritor y productor Edmund Druihet para que realizara un documental sobre ello, pero jamás pudo llevarse a cabo. Se iba a titular Los banqueros que tomaron Estados Unidos.
El señor Druihet llegó a presentar a una serie
de personajes que denunciaban la corrupción del sistema bancario, entre ellos se
encontraba un neurólogo, formado en la Universidad de Yale, que
trataba de descubrir el interior del núcleo en el cual habita esta corrupción
bancaria.
La señora Hudes afirmaba también que estas
entidades no humanas pueden aparearse con humanos, pero su descendencia no es
fértil y recuerda bastante a la figura de los Néfilim bíblicos.
Asimismo, Hudes aseguraba que, pese a que su aspecto es humano,
tienen una cavidad craneal bastante mayor que la nuestra, un cráneo de forma
alargada (véanse los dibujos adjuntos) y que, históricamente hablando, muchos
reyes utilizaban coronas, mitras u otros complementos distintivos en la parte
superior de la cabeza para camuflar ese aspecto que los diferencia del ser
humano. Incluso afirma que uno de los patriarcas del pueblo de Israel,
Moisés, solía llevar un tocado de este tipo para camuflar el origen de
su ascendencia. Además, Hudes decía que tenía en su poder
muestras de ADN de estas entidades no humanas.
Este tipo de seres denominados Homo Capensis
han sido hallados en varias tumbas alrededor del mundo, por ejemplo, en Sudáfrica
o en Perú, y siempre estaban vinculados al poder real,
íntimamente ligado a la divinidad.
Hudes no habla de gigantes, ya que son seres
de aspecto similar al nuestro, con una estatura parecida a la media humana,
pero, como hemos dicho antes, su elemento diferenciador es ese cráneo alargado
que, curiosamente, nos recuerda mucho a cierta genealogía egipcia vinculada al
faraón Akenatón, al que la historia le asigna el nombre de Amenofis
o Amenotep IV: Su mujer, Nefertiti, tenía unos
rasgos craneales idénticos al propio faraón, y su descendencia estaba dotada de
la misma morfología craneal. Es curioso encontrar también esos cráneos
alargados en el desierto de Paracas en Perú, donde
recientes estudios genéticos de algunos de esos cráneos parecen concluir que NO
SON HUMANOS.
Históricamente, se ha atribuido el alargamiento craneal a un
proceso de deformación artificial ejecutado para alargar los cráneos y
diferenciar las castas reales del populacho. Al menos eso es lo que la ciencia
ortodoxa afirma, pero hay una circunstancia que parece olvidar la ortodoxia, y
es que por mucho que deformes un cráneo, nunca modificarás su capacidad. Sin
embargo, estos cráneos deformados tienen una capacidad mayor que la de los
humanos, que oscila entre el 24 % y el 40 %; por consiguiente, sus cerebros
eran mucho mayores. Para que usted entienda el símil, le podemos decir que, si
tiene un balón a medio inflar con una capacidad de un litro, por mucho que
cambie o deforme su estructura externa, nunca modificará el volumen interno, es
más, si se hubiese producido esa deformación artificial, la deformación externa
ejercida nunca hubiese aumentado la capacidad craneal, en todo caso la habría
reducido.
Pero continuemos con las explosivas e interesantes
declaraciones de Hudes, quien afirma que en el cráneo humano el
hueso parietal está dividido en tres segmentos; pero en estos seres, el hueso
está unido. Asimismo, indica que esta «especie» ha ocupado los más importantes
puestos de poder en el mundo financiero y religioso. Sus miembros también
ejercen un gran control sobre Internet, donde modifican o borran artículos con
el fin de crear corrientes de opinión favorables a sus intereses y mantener
sucinta su real existencia.
Karen Hudes indica que esas entidades tienen
con nosotros, los seres humanos, una especie de «agenda secreta»;
además, afirma que los medios de comunicación se hacen eco de su propaganda
para reforzar su plan.
Al parecer, y según sus palabras, estos entes no humanos,
pese a tener un elevado coeficiente intelectual, carecen de la creatividad y
los sentimientos propios de los seres humanos, algo que, como hemos visto
anteriormente, encaja a la perfección con la mente reptil de esas entidades que
desde tiempos remotos han dirigido los designios del ser humano, arrastrándonos
a guerras sin sentido, destrucción por destrucción, dolor, pobreza, necesidad y
sacrificio, hacia el que, injustamente, nos han guiado de manera constante.
¿Dónde están
nuestros amos?
Son muchísimas las pruebas existentes que indican que la
raza humana pertenece a entes superiores, entidades que nos ven como nosotros
vemos al ganado. Los libros sagrados hablan de ellos, las antiguas tradiciones
conservan su recuerdo, los muros neolíticos muestran sus sombras, las leyendas
recogen sus actos y la mitología recrea su vida.
Hoy en día no tenemos más que ser observadores y percibir
que esas entidades siguen entre nosotros, no se han marchado. Esos seres situados
en las más altas esferas de poder corrompen los gobiernos, nos controlan y
vigilan, alegando que lo hacen por nuestra seguridad. Convierten a villanos en
héroes y muestran a los auténticos héroes como villanos. Nos crean escasez de
todos los bienes, nos hacen hiperproductivos, nos adoctrinan en sus tesis, nos
fragmentan en estériles guerras que solo benefician sus necesidades y, por
supuesto, nos inundan con leyes, en ocasiones contradictorias y en ocasiones
absurdas, que tienen por objeto mantener un estricto y ceñido control del más mínimo
aspecto de nuestra vida. Son el crimen organizado. Como decía el historiador y
senador romano Cayo Camelia Tácito, «cuanto más corrupto es
el Estado, más leyes tiene».
Por si fuera poco, nos desorientan mediante unas leyes que
están mutando constantemente y haciendo que lo que antes era bueno o normal,
sea un delito, para posteriormente volverlo a permitir. Un ejemplo evidente son
las velocidades de circulación, que pasaron en España de 120 km/h
en autovías a 110 km/h, después volvieron a permitir los 120 km/h, para
nuevamente cambiarlo en un futuro a 130 km/h; así es como operan, disociando
nuestra percepción del bien y del mal.
Esas entidades las podemos ver en todos los templos de todas
las religiones y en muchos restos arqueológicos. Están tan cerca de nosotros, y
a la vez tan lejos, que impiden su correcta visión, han reescrito la historia
alterando los acontecimientos a su favor y borrando los documentos que
mostraban su verdadera cara.
Si usted es perspicaz y analiza adecuadamente toda esta
información, verá que es perfectamente coherente y encaja como una espada en su
vaina. Somos una propiedad, una pertenencia, un bien de entes suprahumanos que
se han erigido por encima de nosotros; somos una granja que alimenta a esas
entidades. Al igual que el pastor cuida de su rebaño para posteriormente
degollarlo y alimentarse de él, ellos también nos «cuidan» y mantienen para
después alimentarse de nosotros de una forma distinta, pero igual de efectiva.
Esos seres tienen una acusada genética reptil, son,
literalmente hablando, reptilianos que conspiran contra nosotros para
mantenemos sometidos. Somos inconscientes esclavos que nunca se alzarán contra
aquello que desconocen, y estamos tan profundamente dominados que incluso los
defendemos y apoyarnos en sus actos, sin pensar ni por un momento que formamos
parte de una cadena alimentaria en la que nosotros somos un eslabón intermedio.
Los reptilianos se
alimentan de nuestras energías
La gran pregunta es: ¿qué forma de alimento somos para
ellos? Nosotros percibimos los alimentos como algo físico, digerible y
asimilable por nuestro cuerpo, pensamos en carne, pescado, cereales o cualquier
forma de sustancia que aporta energía, vitaminas, minerales y proteínas a
nuestro soporte vital que es el cuerpo humano.
Si analizamos correctamente esta forma de alimentación, es
una evolución desde los primeros vegetales capaces de asimilar minerales y transmutarlos,
en un proceso aún hoy parcialmente desconocido por la ciencia, a nuestra amplia
capacidad de asimilación por diversas fuentes, algunas aéreas, otras sólidas y
otras, evidentemente, liquidas; la complejidad se amplía cuanto más elevada es
la especie.
Esos reptiles se alimentan de nosotros no como fuente de
proteínas, sino como fuente de energías sutiles que generamos, energías que
emanan de nosotros cuando estamos sometidos a alguna forma de excitación; esta
es la razón por la que nos «fabricaron» sensibles a las emociones
y con una acusada capacidad de generar esas energías. Somos un producto de
laboratorio a medida creado con parte de su genética, algo que les permite y
facilita esa asimilación de manera más correcta; de ese modo, es muy fácil ver
cómo en los ancestrales textos se nos recuerda que tenemos su imagen y
semejanza.
Somos «hipersensibles» y, cuando el ser humano siente dolor,
exhala esas apetecibles energías abundantemente; por esta razón, los antiguos
sacrificios humanos estaban rodeados de un dolor insoportable, siendo la
tortura psíquica y física una placentera fuente de esas energías que a ellos
tanto los embriaga. Así pues, siempre que había ese dolor en los constantes
sacrificios, los dioses aparecían y se mostraban para exigir más dolor; por
consiguiente, muchas religiones o culto de esos dioses nos entregaban completas
recetas culinarias. Por ejemplo, el texto bíblico del Deuteronomio
es un auténtico libro de cocina con el método, momento, tiempos y lugar en el
que se deben efectuar los sacrificios de animales o plantas, y dedica un
capítulo completo a este tema, titulado «Indicaciones sobre los
sacrificios».
Hoy en día, los grandes templos se han convertido en
estadios, en polideportivos, en concentraciones y eventos masivos, donde los
asistentes vibran por una u otra causa, generando enormes cantidades de esa
energía que tanto bien hace a los reptilianos.
Las guerras, disputas y conflictos donde los humanos sufren
son algo constante. Hoy en día, más de 36 países en el mundo están en estado de
guerra; conflictos que producen continuas víctimas mortales; guerras que esos
aurigas-reptilianos, infiltrados en las más altas esferas de poder mundial,
justifican con palabras tales como «democracia», «libertad» y «justicia», que
son el reclamo de la antítesis con la que pretenden obtener la aprobación de
las masas a las que gobiernan y dominan.
Es como si el pastor pudiese explicar a las ovejas que el
perro está para proteger el rebaño, cuando su auténtica función es evitar que
se escapen de él, y es curioso ese paralelismo, ya que no son pocos los
avatares o dioses-hombres que en sus respectivas religiones han sido
considerados como «el buen pastor».
CONTACTO REPTILIANO CARA A CARA: CASO DANI RANSANZ
No los odie
A estas alturas, muchos lectores habrán cerrado el libro,
unos indignados, otros sorprendidos y algunos preocupados, pero aquellos que
han llegado a este punto, seguramente se preguntarán ¿qué podemos hacer? Lo
mejor es que usted mire hacia abajo para entender sus actos.
Algunas personas que conozco dejaron de comer carne y se
hicieron vegetarianas por el profundo amor que sienten hacia los animales; son
personas incapaces de alimentarse de algo que aman, hombres y mujeres sensibles
que solo aceptan como forma de ingesta el mundo vegetal, esperando con ello no
crear sufrimiento en el reino animal.
Reptiles en el
Edén
El primer «homo» apareció hace 2,5 millones de años y el
primer Homo sapiens tiene una antigüedad máxima de 200.000 años.
Como vemos, el mamífero ha tardado 170 millones de años en desarrollar la
inteligencia, pero hay un dato fundamental. Nos olvidamos de unos parientes
lejanos, con los que nuestra relación nunca ha sido buena, y estos parientes
son los reptiles.
El primer reptil en la Tierra aparece hace 251
millones de años, en una época denominada por la Paleontología como el Mesozoico,
y el último gran reptil apareció hace 65 millones de años, en el Cenozoico.
Como vimos, estos primos lejanos estuvieron ni más ni menos que 186 millones de
años evolucionando, convivieron con los mamíferos durante 100 millones de años
sin llegar a coincidir durante ese periodo con ningún predecesor del hombre
actual. La dinastía reptil reinó en la Tierra 18 millones de años
más que los mamíferos para, un buen día, de la noche a la mañana, desaparecer
misteriosamente. Tuvieron muchísimo más tiempo que el ser humano para
convertirse en inteligentes, y quizá llegaron a serlo.
Pero la desaparición de los dinosaurios siempre ha sido un
auténtico misterio para la ciencia, que nunca llegó a entender correctamente
cómo esa especie superadaptada al medio, de la noche a la mañana, dejó de
existir, o por lo menos eso es lo que nos cuentan. Vamos a ver exactamente cómo
la ciencia ha intentado tapar esa insostenible explicación con la llamada
Hipótesis Álvarez.
Corría el año 1980 y un grupo de científicos, encabezados
por el físico Luis Álvarez, descubrieron en unas muestras tomadas
alrededor del globo que, en las zonas centrales de los periodos Cretácico
y Terciario, hace 65 millones de años, justo el punto en el que
nace el primer homínido hubo una alta concentración de iridio.
Después de investigar en numerosas ubicaciones, llegaron a
la conclusión de que un enorme asteroide impactó en el golfo de México,
creando un enorme cráter y produciendo un indescriptible cataclismo. Ese cráter
está ubicado en parte dentro del llamado cráter Chicxulub, con el
que el señor Álvarez intentó demostrar que ese impacto mató al
50% de las especies planetarias.
La ciencia ortodoxa consideró que esta teoría, viniendo de
un importante físico galardonado con el Premio Nobel, debía ser
tenida en cuenta. De ahí que en la actualidad esté tan asentada que hasta los
libros de texto la contemplen como un hecho cierto. Pero el señor José
Álvarez nunca contó con los descubrimientos de Greta Keller.
La teoría Keller
Greta Keller es una paleontóloga veterana que
se opone, radicalmente, a la aceptada teoría de la extinción de los dinosaurios
por el impacto de un meteorito. Cuando Keller trabajaba como
profesora de Paleontología y Geología en la Universidad
de Princeton, investigó sobre el terreno las diversas muestras que
contenían iridio, analizadas por el doctor Álvarez, y se llevó
una gran sorpresa. Al parecer, el impacto del meteorito se produjo solo hace
300.000 años, según pudo constatar con la datación de ese material radiactivo;
por consiguiente, existe un cisma entre los 65 millones de años que afirma el
señor Álvarez y los 300.000 años según los cálculos de la
señorita Keller, y realmente se ha constatado que las pruebas
llevadas a cabo por Keller son fehacientes.
Ella mantiene que los grandes dinosaurios desaparecieron del
planeta por una feroz actividad volcánica que se produjo en aquella época y que
acabó matándolos.
Como vemos, la ciencia no siempre se asienta sobre cimientos
de hormigón, sino sobre teorías especulativas que le vienen bien porque se
adaptan a sus intereses. Pero continuemos con los reptiles. La gran pregunta
es: ¿qué fue lo que realmente mató a los dinosaurios?
Muchos paleontólogos, al descubrir restos fósiles, se
percataron de que los grandes saurios tenían la mala costumbre de morir con la
boca abierta, la cabeza hacia atrás y la cola curvada hacia la cabeza, como en
un desesperado intento por respirar. Este tipo de fósiles es fácil encontrarlos
en restos cuya antigüedad se remonta a 150 millones de años, y esa actitud de
rigor mortis es debida al envenenamiento cerebral, quizá producido por la falta
de oxígeno, y que solamente se ha podido encontrar en los grandes saurios. La
pregunta es: ¿qué envenenó a los dinosaurios? La respuesta la desconocemos,
pero es como si alguien hubiese limpiado la Tierra de esos peligrosos
animales para que los mamíferos se beneficiasen de ello.
Si la inteligencia humana, prácticamente, se desarrolló en 2.500.000
años trente a los 18.000.000 con los que contaron los saurios de ventaja sobre
los seres humanos, es evidente que estos seres ofídicos tuvieron millones de
años de evolución por delante del ser humano. ¿Podemos pensar que llegó a
existir un dinosaurio inteligente? Muy posiblemente la respuesta sea sí. Y
es que esa ventaja da para mucho. Permite mejorar la capacidad de
supervivencia, de adaptación, la inteligencia y, por supuesto, el dominio
territorial.
Una de las características más peculiares de los cerebros de
los reptiles es su extremada velocidad. Son mucho más rápidos que el ser humano
y que el resto de los mamíferos. Y, por supuesto, mucho más despiadados.
La mente de un reptil inteligente sería:
• Menos escrupulosa que la humana. Estaría liberada de
ciertas peculiaridades que solo los mamíferos poseen, lo que los haría menos
propensos a calcular sus actividades en base a sus sentimientos. Serían más
tendentes a cubrir sus necesidades primarias por encima de todo y con una mayor
agresividad.
•Más astuta que la humana, ya que, al liberarse de la
atadura moral que los sentimientos imponen, su astucia sería muy peligrosa.
•Notablemente más calculadora que la del ser humano, que
tiende hacia la abstracción.
Todo esto nos suscita varias e interesantes preguntas. En
primer lugar, ¿dónde estaría ese reptil inteligente? En segundo lugar, ¿qué
nivel evolutivo habría alcanzado? Y, por último, la más extraña de todas: ¿por
qué entregaron la Tierra al ser humano?
FUENTE: La conspiración reptiliana, de J.
L. Camacho
ABDUCIDA POR REPTILIANOS: DRAMÁTICO CASO DE ALEJANDRA SILVAIN
……………………………………………………….
Hay quien sostiene que los reptilianos son seres que
evolucionaron en la Tierra y se expandieron al cosmos hace mucho
tiempo, mientras que otros, por el contrario, argumentan que vinieron a la Tierra
procedentes de la constelación de apropiado nombre, la constelación de
Draco, de la que deriva el apodo de «draconiano».
Según los defensores de la teoría reptiliana, hay suficiente
información, procedente de los numerosos informes y relatos de personas que han
contactado o visto a los reptilianos, como para construir un tesoro formidable
de información acerca de estos seres.
Como resultado, los creyentes de la conspiración reptiliana
insisten con fuerza en que están en posición de revelar la verdad sobre los orígenes
de los extraterrestres reptilianos, y han detallado con precisión quiénes son
estos seres y qué es exactamente lo que se oculta tras su plan secreto.
Aquellos que no están dispuestos a escuchar ya prestar atención a las
advertencias están condenados a caer bajo la influencia y el dominio de los
reptilianos.
ALIENÍGENAS ANCESTRALES – Los reptilianos Parte 1
ALIENÍGENAS ANCESTRALES – Los reptilianos Parte 2
Después de investigar gran cantidad de información sobre los
orígenes de estos reptilianos draconianos, fui capaz de reducir la variedad de
historias, hipótesis y los millares de relatos personales a una amalgama
aceptable que cuenta con los siguientes elementos:
Los reptilianos evolucionaron en dos planetas distintos, en
la Tierra y en un planeta cerca de Draconis, la
estrella más brillante de la constelación con forma de serpiente que responde al
apropiado nombre de Draco («dragón»
en latín). «Draco» es circumpolar - es decir, nunca se
pone- para muchos observadores del cielo nocturno del hemisferio norte. Fue una
de las 48 constelaciones que enumeró Ptolomeo, el astrónomo del siglo II, y
sigue siendo una de las 88 constelaciones modernas de hoy en día.
En estos dos planetas tan distantes, se originaron y evolucionaron
dos razas distintas de reptilianos que ayudaron a dar forma a nuestro planeta y
civilización tal y como la conocemos en el presente.
A medida que las razas reptilianas fueron
evolucionando, los reptilianos draconianos, una especie malvada y
guerrera de carácter manipulador y embustero, advirtieron que los reptoides
terrenales eran una raza pacífica de buen corazón. Los draconianos estaban tan
evolucionados que, como los arcturianos, habían superado las
limitaciones físicas de sus cuerpos materiales y logrado evitar, a pesar de su
naturaleza malvada, su necesidad carnívora de devorar e ingerir alimentos
sólidos, y en su lugar habían desarrollado la capacidad de ingerir sus
nutrientes solamente por medio de la energía pura.
El único problema era que la fuente de alimentación que
requerían era una energía mala y perversa. Así, para sobrevivir, los
draconianos deben ingerir pura energía malvada, y solamente este hecho ha
provocado que la supervivencia de los draconianos se convierta en un plan
perverso.
También se rumorea que, a fin de sobrevivir, los reptilianos
draconianos han clonado una raza esclava que les sirve como fuente de
alimentación, a la que hemos llegado a conocer por el nombre de grises
extraterrestres. A medida que la civilización draconiana siguió creciendo y
expandiéndose, sin embargo, su plan se fue a pique porque, a la vez que crecía
la población de reptilianos, también lo hacía su raza esclava de grises.
Al cabo de poco
tiempo, los grises, cansados de que su raza malvada de caciques les consumiera
la energía negativa, se sublevaron y lograron liberarse del extenuante
cautiverio de sus creadores, los reptilianos draconianos. Abandonaron a sus
captores y, al parecer, siguieron con su propio plan.
Sin embargo, en cuanto se vieron privados de la energía
malvada de la raza esclava que ellos mismos hablan clonado, los draconianos
necesitaron desesperadamente nuevas fuentes de nutrición, de modo que se
subieron a bordo de su poderosa pero malvada flota de astronaves en busca de
otros planetas que albergaran poblaciones de las que pudieran alimentarse. Por supuesto,
como la energía de estas poblaciones tenía que ser de naturaleza malvada y
perversa, la búsqueda del planeta adecuado fue duradera y minuciosa. Sólo se
puede conjeturar que debió de haber canibalismo durante las largas generaciones
de viajes espaciales en las que los reptilianos draconianos buscaron furtivamente
una fuente de alimentación.
Un día, la flota bulló de emoción porque había logrado
localizar una nueva fuente de La que consumir energía. Los draconianos habían
tropezado con el planeta Tierra. Su descubrimiento es difícil de
conciliar con el hecho de que, según varios relatos, al parecer ya sabían que
los reptoides de la Tierra eran benévolos y de buen espíritu, lo
que representa una de las muchas lagunas del relato. Según cuenta la historia,
allí vieron a la pacífica raza sumamente avanzada de extraterrestres con
apariencia de reptilianos conocida corno reptoides. Sin embargo, para los draconianos fueron mucho más importantes los seres humanos autóctonos
de la Tierra, y así pusieron en marcha un plan para utilizarlos
como la fuente de energía malvada necesaria para su alimentación.
Para ello, primero tenían que acabar con los reptoides que
habían evolucionado en la Tierra a fin de iniciar su Plan
Reptiliano y manipular a una raza de humanos perversos para poder
consumir su energía.
En este punto de la historia hay varias lagunas, pero
después de obligar con éxito a la mayoría de reptoides para que abandonaran la Tierra,
los reptilianos draconianos empezaron a infiltrarse y a ejercer influencia sobre las civilizaciones del pasado antiguo
de la Tierra. En algunos informes, se rumorea que algunos reptoides
terrenales todavía existen bajo las calles y las haciendas de nuestro planeta y
en las cavernas subterráneas de la Tierra, donde luchan a
escondidas por la libertad de la población humana, contraatacando el plan de
los reptilianos draconianos extraterrestres.
Actualmente, las luchas por el poder entre estas dos fuerzas
han frustrado la invasión total de nuestro planeta. Los extraterrestres reptilianos
de la constelación de Draco todavía tienen una fijación por
nuestro planeta y cuentan con emisarios en la Tierra que
desempeñan las tareas esenciales para asegurarse de que los humanos permanecen
en el sendero de la corrupción,
el odio y las metas egocéntricas. Cuanta más maldad, más
alimento tienen.
- ¿A qué te ha dejado sin palabras?
El hecho de que existan tantas historias y teorías para
intentar determinar la existencia de reptilianos extraterrestres e
intraterrestres en este planeta se debe a una de las dos siguientes razones:
1. Los reptilianos extraterrestres realmente existieron e
interactuaron con la humanidad, basándonos en la sobreabundancia de historias y
relatos por parte de personas que los han visto.
2. Gran número de historias ofrecen una imagen distinta
acerca de cómo los «creyentes» de ciertos fenómenos tratan de defender su
causa, mientras que no ofrecen ninguna prueba demostrable y contribuyen así a
un conjunto creciente de historias e información no fundamentada.
FUENTE: La historia secreta de los reptilianos,
de Scott Alan Roberts
Seres Reptilianos en la Historia de Europa
DESCUBRE QUIÉN PROCEDE DE UN LINAJE HÍBRIDO-REPTIL: LOS 10 PATRONES PSICOLÓGICOS
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