Extraterrestres: Aquellos que nos
observan.
Hitler, psicopata y responsable de la muerte de 50 millones de personas, pasara a la historia de la Humanidad como uno de los mayores genocidas que haya conocido este planeta. |
Por ello, en la historia reciente del
siglo XX podríamos tomar como ejemplo a Hitler, que no solo inicio una guerra
de dimensiones mundiales, sino que además llevo a cabo el exterminio de
millones de personas inocentes, mujeres y niños y otros a los cuales
consideraba como una “raza inferior”. En los estudios de psicología se dice que
individuos detestables como Hitler pudieran poseer algún poder desconocido,
algo que “hipnotizara a las masas” llevando a sus pueblos y naciones enteras en
caída libre por el precipicio. Sin embargo, objetivamente, estos personajes
siempre han manejado a la perfección el engaño y el miedo utilizando la
ignorancia y el fanatismo de una gran mayoría de sus ciudadanos.
Tras la II Guerra Mundial, el
planeta Tierra se convulsiono y hubo que resurgir de las cenizas, cuan ave Fénix,
aunque la “guerra fría” ralentizara casi hasta nuestros días ciertos logros de
estabilidad social, solo sacudidos por guerras regionales de intereses, donde
siempre el petróleo y las materias primas están siempre presentes. Aun así,
existe una cierta “Pax” a la vez que el mundo se globaliza, los viajes a otros
países son frecuentes y la Red ensancha los horizontes de la comunicación.
La falta de reflexion y comprension de los seres humanos conducen al genocidio |
Sin embargo, en esta aparente “tranquilidad”
siempre subyace el miedo a una conflagración de dimensiones mundiales, una
guerra total de aniquilación que pudiera hacer desaparecer a los seres humanos
de este planeta. Es, como se dice, una espada de Damocles sobre nuestras
cabezas sí por desgracia algún loco
intenta romper ese frágil equilibrio mundial.
Pero…en esta dinámica ¿Dónde
están los extraterrestres? Observándonos, sin ninguna duda, del mismo modo que
los seres humanos ven con preocupación la extinción de muchas razas de
animales. Existe al parecer, una norma en todas las civilizaciones
extraterrestres: “El libre albedrio de los planetas”. De este modo, Ellos respetarían la “evolución natural”
de los habitantes de esos planetas menos desarrollados, para que por sí mismos,
lleven su existencia a niveles superiores de evolución. La clave de todo ello
reside en la siguiente pregunta: ¿Qué ocurre cuando en un planeta son
conscientes de la existencia de otras civilizaciones extraterrestres, que
precisamente visitan su propio planeta, la Tierra en este caso?. Es obvio que
las condiciones de la “Ley del Libre Albedrio” se modifican. Existe entonces un
“tiempo de espera y observación” y claramente las normas de juego son
sustituidas por otras: Quienes más desarrollados están, exigirán al planeta mas
“primitivo” un comportamiento “aceptable” ó en caso contrario, no podrán
establecerse “relaciones diplomáticas entre dichos mundos” y solo podrían
intervenir los seres de las estrellas cuando se diese el caso de peligro de autodestrucción planetaria.
Todos estos razonamientos nos
llevan inevitablemente a las personas, individualmente, a reflexionar sobre aquellos
que deben tomar ciertas decisiones en relación con los OVNIS y los
extraterrestres, así como la decisión de ocultar esa información a la masa en
general. Se supone que frente a decisiones de ese calado, personalidades relevantes en la política, han
sido convenientemente asesorados por un “consejo de sabios” y que tras sopesar
las diferentes alternativas han decido callar, ocultando “la noticia más grande
de la humanidad”, es decir, “la existencia de muchas civilizaciones
extraterrestres que desde tiempos inmemoriales han visitado y visitan la
Tierra”. Aquello que callan estan convencidos de que una noticia así
desestabilizaría definitivamente la sociedad actual, y tal vez tengan cierta
razón en un escenario inmediato, sin embargo existe otro camino: Establecer un
plan de lenta información, de concienciación de la sociedad sobre los
extraterrestres, dejando que muchas noticias sobre OVNIS lleguen a los” medios
oficiales de comunicación” y de este modo crear algo cotidiano de lo extraordinario.
Paralelamente a ello, sería necesario que los gobiernos a nivel mundial,
consideraran la necesidad de romper la inarmónica dinámica existente en el
mundo actual, eliminando paulatinamente, pero con decisión, las guerras y desigualdades que azotan al planeta Tierra, así
como una recuperación de la ecología planetaria. Ese esfuerzo es fundamental,
para que la humanidad en su conjunto, de el salto evolutivo esperado.
A continuación he transcrito una
pequeña parte del libro El fenómeno OVNI, de Johannes von Buttlar, en el cual
puede verse un ejemplo significativo en la toma de decisiones respecto a los
extraterrestres. Al final, las decisiones de unos pocos determinan el horizonte
de la mayoría…
El fenómeno OVNI, de Johannes von
Buttlar
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Escasamente tres años después, el
1 de noviembre de 1948, los técnicos del radar de la base aérea de Goose Bay,
en Labrador, observaron un extraño objeto volante que cruzaba el espacio a una
velocidad de 1.000 km/h.
Base Aérea de Goose Bay, en Labrador |
Dos días después, unos operadores
de radar de la aviación japonesa siguieron durante una hora la extraña maniobra
de dos objetos volantes que, al parecer, estaban librando un combate aéreo. En
las pantallas de radar parecían aviones; pero en aquellos momentos no había en
la zona ningún aparato convencional.
Fürstenfeldbruck, Baviera |
Tres semanas después, los
operadores de Vigilancia Aérea alemana se enfrentaban con un problema. El 23 de
noviembre por la noche, un caza reactor F80 encontró, a 9.000 metros de altura
sobre Fürstenfeldbruck, Baviera, un objeto que surcaba los aires provisto de
luces rojas. El personal del radar de tierra lo observo también a la misma
hora. Cuando el caza se acercó, el objeto de las luces rojas se elevó y
desapareció rápidamente. Sin embargo, antes de que su señal se borrara de la
pantalla del radar, pudo calcularse que volaba a 13.000 m.
Allen J. Hynek |
-Todos estos incidentes hicieron
cundir el desconcierto- comentó después el profesor Allen J. Hynek, astrofísico
del departamento de Astronomía de la “Northwestern University” y asesor en
materia de OVNIS de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos.
Muchos de los informes sobre
OVNIS procedentes de todo el mundo correspondían a observaciones hechas por
personas responsables y dignas de crédito, como pilotos del servicio de
vigilancia forestal, policías, pilotos civiles y miembros de los centros de
vigilancia aérea. Las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, responsables de la
defensa aérea del país, se hallaban directamente involucradas.
Por lo tanto, lo inmediato era
explicar que la seguridad nacional podía estar amenazada por un misterioso
invento realizado posiblemente por una potencia extranjera. Así lo comprendió
inmediatamente la mentalidad militar. Por espantosas que fueran las
perspectivas, había que impedir a toda costa que cundiera el pánico.
Ahora bien, las propiedades que
se habían observado en los OVNIS no concordaban con el concepto de los avances
militares existentes –y solo un pequeño porcentaje de las observaciones podía
atribuirse a objetos o actos relacionados con la astronomía.
Estrella binaria |
Por esta razón, no tardaron en
producirse discrepancias en el seno del “proyecto Sing”: ¿Se trataba de
tecnología extraterrestre o simplemente terrestre pero desconocida? ¿Se trataba
de naves espaciales o una psicosis colectiva, una neurosis de la posguerra?
Pronto se agotaron las
explicaciones convencionales. Porque sólo había dos posibilidades: o bien el
problema tenía que ser psicológico, solución a la que se recurría de buen
grado, a falta de explicaciones más convincentes, o bien tras este fenómeno
había algo que nadie quería admitir.
Cuando la mente humana se
enfrenta a hechos que no encajan en su esquema del mundo se esfuerza por salvar
la diferencia, pero lo hace más con el sentimiento que con la razón. Y es que
la razón tendría que reconocer su incapacidad.
En 1948, el “proyecto Sing” se
vio en la triste situación de no poder dar una explicación satisfactoria, por
lo que entonces se dirigió a sus asesores científicos de las Fuerzas Aéreas y
demás órganos científicos del sistema. Y allí se decidió tajantemente que todo
aquello no debe ser es imposible ¡es posible!
La Air Force desempeño un papel
clave, ya que el mundo, es decir, otros Gobiernos, se regían por la actitud de
las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
Hynek dice al respecto:
“A la pregunta de qué se hacía en
estos países sobre tal fenómeno, recibía en muchos casos esta respuesta: Puesto
que los Estados Unidos, con todos sus medios y posibilidades, se ocupan de este
problema, otros países, con recursos más limitados, nada pueden hacer. Tienen
que esperar el resultado de las investigaciones norteamericanas”
Durante meses, los miembros del
“proyecto Sing” estudiaron las pruebas recopiladas: declaraciones de pilotos,
imágenes de radar y observaciones de científicos y testigos cualificados.
De todo ello se desprende que la
mayoría de los OVNIS tienen forma de disco, están provistos de cúpula y su
diámetro es diez veces su espesor en el centro. Generalmente, vuelan en
formación y pueden divisarse a simple vista y a través del radar. Hay además
objetos elípticos y “en forma de cigarro”, algunos de “dos cubiertas” con
hileras de ventanillas, una encima de las otras. Ambos tipos disponen de una
extraordinaria capacidad de aceleración, son fabulosamente rápidos y pueden
hacer virajes de 180º. Es evidente que están dotados de sistemas de propulsión
revolucionarios, muy superiores a los que se conocen en la Tierra.
El general Hoyt S. Vandenberg |
Los científicos y oficiales de la
Defensa Militar del “proyecto Sing” sacaron unánimemente la siguiente
conclusión, la cual se mantuvo en el más estricto secreto: los OVNIS son naves
espaciales extraterrestres que, por razones que se ignoran, están observando la
Tierra. A continuación, se redactó un informe detallado que fue presentado al
general Hoyt S. Vandenberg, que en aquellos momentos era el jefe del Estado
Mayor. En el documento, clasificado de “alto secreto” numero F-TR-2274-IA, se
lee al final:
Naves Extraterrestres |
3. Naves extraterrestres: Se
hacen las siguientes consideraciones:
a) Si existe una civilización
extraterrestre que pueda producir objetos como los descritos, su nivel de
desarrollo es, con toda probabilidad, muy superior al nuestro. Este argumento
puede apoyarse en cálculos de probabilidades que no exigen recurrir a hipótesis
astronómicas.
b) Semejante civilización podría
observar que actualmente existen en la Tierra bombas atómicas, y que nos
encontramos en un rápido proceso de desarrollo de cohetes. A juzgar por lo que
ha sido hasta ahora la Historia de la Humanidad, deben de sentirse alarmados.
Esta es la razón por la cual, especialmente ahora, tenemos que contar con
visitas de extraterrestres.
Puesto que las bombas atómicas
son los actos de la Humanidad que con más facilidad pueden observarse desde
gran distancia, debemos establecer una relación directa entre las fechas en las
que se hayan producido explosiones de bombas atómicas, el momento en que han
sido avistados los OVNIS y el tiempo que estas naves necesitan para venir desde
su mundo y regresar a él.
Nave nodriza extraterrestre |
Así, con la clasificación 1ª
(estrictamente confidencial), salto la liebre. Los integrantes del “proyecto
Sing” estaban absolutamente convencidos de que los OVNIS tenían que ser naves
extraterrestres que observaban el planeta Tierra, sometiéndolo a una prolongada
investigación.
¿No había que informar a la
opinión pública acerca de esta conclusión secreta? Los miembros del proyecto se
mostraron plenamente partidarios de ello y trataron de convencer al general de
que era preferible informar al país ahora que esperar a que, eventualmente,
ocurriera una catástrofe. Pero el general Hoyt S. Vandenberg, jefe de Estado
Mayor, leyó el informe e inmediatamente decidió su plan de batalla. La orden
fue:
-¡Quémenlo!
Sus razones para la verdad no
saliera a la luz pública eran que no se podía alarmar a la opinión pública con
semejante informe. Era, sencillamente, una enormidad. Además no existía prueba
alguna de carácter físico que confirmara tal afirmación. Sin contar con que
sería imposible convencer a la gente de que no había que esperar actos de
hostilidad de los OVNIS, puesto que nadie podía estar seguro. La información
sólo serviría para hacer cundir el pánico.
De manera que el informe fue
pasto de las llamas –salvo una copia que alguien “olvido” quemar.
El escritor e investigador Johannes von Buttlar |
Me gustaría contactar con ets , buenos eso sí . Saludos y suerte a todos/as .. .. .. . . . . . . . .
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