El extraterrestre dijo: Vosotros percibís solamente tres dimensiones, más lo que llamáis tiempo.
Total cuatro dimensiones. Nosotros alcanzamos a diez dimensiones, pero sabemos
que hay más.
Hace
ahora 48 años, un empresario, cuando viajaba en coche desde el Levante español en
dirección a Madrid, mantuvo un excepcional encuentro con un extraterrestre de
origen claramente humano. Una vez se encontraron uno frente al otro, dialogaron fluidamente utilizando la telepatía,
que es el lenguaje universal en todas las civilizaciones extraterrestres
avanzadas. Durante aquella conversación, el extraterrestre le explicó como sus
ancestros procedían de la Tierra aunque el mismo había nacido en otro planeta,
concretamente en uno que órbita alrededor de la estrella Alfa Centauro (distante
de la Tierra 4,7 años luz ó lo que es lo mismo 41,3 billones de kilómetros).
De los
muchos temas a los cuales aludió el extraterrestre hay uno que principalmente
me llamaría la atención, concretamente el referido a la existencia de otras
dimensiones, espacios que por ahora le resultan a los seres humanos imposibles
ni siquiera imaginar. Es sabido que diversos
extraterrestres en lugares y tiempos distintos, ya habrían comentado el mismo
hecho a diferentes contactados, tales como
Sixto Paz Wells, Giorgio
Dibitonto ó Jesus Jofre Milá quien contactó precisamente con Sharim,
un ser de la quinta dimensión. Sabemos
por tanto que a los seres humanos, quienes
percibimos la realidad en tres dimensiones espaciales mas el factor
tiempo, resulta muy difícil siquiera
imaginarnos, y mucho menos
describir, “espacios” donde el tiempo, por ejemplo, no discurre en la
medida que nosotros lo conocemos ó “sitios” donde tal vez llegue a detenerse en
una aproximación a lo que llamaríamos
inmortalidad. Teóricamente, nuestra mente es incapaz de hacer una representación de
otros lugares que no sean el ancho, alto y largo (Respecto al tiempo,
que los terrestres lo incluimos como una dimensión más, yo personalmente no la
considero como tal, sino como una cualidad añadida, puesto que no
necesariamente se aplicaría en dimensiones superiores). Por todo ello, debido a
la complejidad de estos aspectos, he necesitado reflexionar y buscar aquella
explicación científica que los sabios de la Tierra pudieran darme, argumentos
estos que los físicos de nuestro planeta mediante sus formulas y teorías
razonasen sobre estas difíciles cuestiones; aunque todo hay que decirlo,
ninguna de esas hipótesis me haya convencido razonablemente; incluso llego a pensar que los físicos de la
Tierra, más que estar cerca de la solución se estarían alejando de ella
moviéndose claramente en “suposiciones”.
En este fragmento de una grabación, realizada por el contactado Billy Meier a una nave pleyadiana, puede verse como un OVNI aparece y desaparece en dimensiones diferentes. En este caso el OVNI da un "salto espacio-temporal". Mas información sobre Billy Meier en el siguiente enlace de este blog: http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2012/10/billy-meier-y-los-visitantes-de-las.html
En este fragmento de una grabación, realizada por el contactado Billy Meier a una nave pleyadiana, puede verse como un OVNI aparece y desaparece en dimensiones diferentes. En este caso el OVNI da un "salto espacio-temporal". Mas información sobre Billy Meier en el siguiente enlace de este blog: http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2012/10/billy-meier-y-los-visitantes-de-las.html
Antes
de explicar en pequeños trazos la teoría oficial esgrimida hasta este momento
respecto a cómo se percibe en la Tierra la idea de otras dimensiones superiores,
deberíamos recorrer brevemente los razonamientos científicos que han llevado
finalmente a la Teoría de las Cuerdas: Deberíamos empezar desde los espacios
infinitos hacia lo invisible a nuestros sentidos; cuando Isaac Newton formulo
la famosa Ley de la Gravitación Universal por la cual nos hablaba de la
atracción de los cuerpos, la gravedad, en la cual la atracción de dos cuerpos es directamente
proporcional a sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de su distancia.
Después llego Einstein con su Teoría de la Relatividad (especial y
general), y los conceptos variaron, la gravedad se producía por una deformación
del espacio-tiempo causada por la masa, del mismo modo que el tiempo no
discurría uniformemente, dependiendo de donde nos encontremos. Según la Teoría
de la Relatividad todo lo que ocurre entre dos puntos del espacio es relativo según el lugar donde se encuentren los observadores (ejemplo: para quien
viaja en el cohete el tiempo discurre lentamente y quien lo observa desde su
planeta, el tiempo corre rápidamente), influyendo claramente la velocidad en
los efectos espacio-temporales.
Más
tarde apareció la Teoría de la Mecánica Cuántica, en este caso se trataba de
estudiar lo más pequeño, el comportamiento de las partículas y realmente, esta
teoría fue una verdadera revolución: Por ejemplo, apareció el principio
de incertidumbre, es decir los átomos “no son predecibles al cien por
cien”. Además había otro problema, si mediamos la velocidad, esa misma medición
afectaba a la posición. En la teoría cuántica, los átomos pueden tener la
función onda-partícula y para ellos la noción del tiempo nos resultaba
incomprensible, siendo indistinguibles, pudiendo confundirse, pasado y futuro. Según
la mecánica cuántica, una partícula podría estar en dos sitios a la vez, ó afectar
a otra simultáneamente aunque esta estuviese en los lejanos confines del
Universo. Ciertamente, la teoría cuántica puede resultar desconcertante si
pensamos, que por ejemplo, en la vida cotidiana un objeto cualquiera no sufre
ningún cambio aparente frente a nuestros ojos, aunque si lo hace molecularmente
si acaso lo observamos con microscopios electrónicos.
Y por
si ya no tuviésemos suficiente con la Mecánica Cuántica, apareció una nueva
teoría que trataba de explicar el funcionamiento de la materia en lo más
ínfimo, me refiero a la Teoría de Cuerdas: Concretamente, en
la Teoría de las Cuerdas se nos dice que
cualquier partícula material es en realidad un “estado vibracional” que
llamaremos “cuerda” ó “filamento”. De acuerdo a esta teoría, todo
en el universo estaría formado por “hilos de energía” llamados “cuerdas”
(Dependiendo del modo en que esas cuerdas “vibren” u “oscilen” pueden convertirse
en un electrón, fotón, quark, protón, neutrón, leptón ó gravitón). Desde un
principio, la Teoría de Cuerdas se ha “manejado” utilizando diez dimensiones
(alto, largo, ancho y tiempo más otras seis que permanecerían ocultas ahora a
nuestros sentidos, enrolladas y comprimidas en espacios prácticamente
inaccesibles para nuestra tecnología actual) . Moviéndonos en un tejido
espacial aleatorio y caótico, una cuerda al desplazarse por ese mismo espacio
puede crear un “tubo” que actué a su vez como una “burbuja” capaz de rasgar el
espacio-tiempo.
En un
momento dado, esta compleja Teoría de Cuerdas sufrió un
estancamiento, además de formularse cinco versiones diferentes derivadas de la
idea principal hasta que en el año 1995, durante la Convención Anual en la
Universidad de California, el físico y matemático Edward Witten propuso una
nueva teoría que englobaría a las cinco versiones enfrentadas: Esta nueva
teoría se le conoce como Teoría de las Supercuerdas ó Teoría
M intentando “Ed” Witten solucionar el problema dimensional relacionado
con la precedente Teoría de Cuerdas. Hasta ese momento se estaba operando con
diez dimensiones, pero Witten añadió una dimensión espacial mas, sumando
en total once. Con la dimensión que Witten había añadido permitía que
las cuerdas se estirasen formando una especie de “membrana”.
Estas
membranas podían tener tres o más dimensiones y con mucha energía podrían tener
el tamaño del Universo. Mediante esta dimensión adicional aparecía
entonces el concepto de “membrana”, algo así como “una gigantesca tela en la cual se
hallarían adheridas las cuerdas” (imaginemos la base de una alfombra como la
membrana donde se “anudarían” las cuerdas), a excepción de los gravitones
(partículas que precisamente se encargarían de producir la gravedad), ya que al
tratarse de “cuerdas cerradas” podrían escapar desde una membrana a otra. Bajo este concepto, todo el universo que
conocemos podría ser una sola membrana que se correspondería con una dimensión.
Según la Teoría M, habría infinitas membranas ó dimensiones que harían frontera
unas con las otras; universos paralelos a los cuales solo podríamos comunicarnos
mediante gravitones. Así mismo, científicos terrestres piensan que el origen
del Universo, el Big Bang, habría “nacido” en el choque o roce de dos membranas
diferentes.
Y tal
vez, la ciencia de los seres humanos se haya estancado ya que en la Teoría de
Cuerdas haya demasiada formulación sin
estar sostenida por las pruebas empíricas que las sostengan, esas que nos dicen,
en el laboratorio, si el camino es el adecuado, aunque todo hay que resaltarlo,
nadie puede negar el esfuerzo de los físicos y matemáticos de este planeta
están acometiendo por dar una explicación convincente de la realidad multidimensional,
que precisamente civilizaciones extraterrestres son ya capaces de interactuar.
Isaac Newton y su Ley de la Gravitación Universal |
Albert Einstein y su Teoría de la Relatividad, cambiaron los conceptos de tiempo y espacio. |
Erwin Schrödinger , uno de los padres de la mecánica cuántica |
Teoría de Cuerdas, las partículas son estados vibracionales. |
Representación de universos paralelos. |
Representación de membrana y cuerdas. |
Edward Witten, añadió una dimensión mas a las diez existentes propiciando la Teoría M ó Supercuerdas |
Ahora
explicare lo que mi propia intuición me dice respecto a la comprensión de otras
dimensiones (que por supuesto no deja de
ser una teoría mas) y que nuestros sentidos no pueden percibir no sin antes
aclarar que yo personalmente no estoy de
acuerdo con la teoría oficial de las “supercuerdas” ya que esta se
mueve a contracorriente de una simplicidad necesaria, de igual modo que
en matemáticas siempre “reducimos la ecuación al mínimo exponente”, algo así
como la Ley Natural aludida en muchas ocasiones por los extraterrestres
y que sirve para explicar todas las leyes físicas comprendidas . Tal vez para
los extraterrestres, habiendo desarrollado otras capacidades extrasensoriales
elevadas, la tarea de percibir y asimilar la existencia de una realidad
multidimensional sea tarea fácil, dando por hecho que esas mismas
civilizaciones ya poseen en la
actualidad la tecnología que les permite “desplazarse” a esos espacios, donde
lógicamente, las condiciones tales como gravedad y tiempo sean diferentes. Sin
embargo, para los seres humanos que iniciamos ahora esa búsqueda utilizando
enrevesados teoremas matemáticos; ó bien observando los efectos producidos en
aceleradores de partículas tales como el Gran Colisionador de Hadrones,
GCH (en inglés Large Hadron Collider, LHC) en el cual se hacen chocar partículas a muy altas energías con la esperanza de que aparezcan
“milagrosamente” atisbos de
“miniagujeros negros” ó las “trazas” de una “supercuerda”. De igual
modo, en esa búsqueda de dimensiones adicionales, los seres humanos utilizan
también computadoras en las cuales se “recrean espacios virtuales” al estilo de
Matrix, llegando los seres humanos a comprobar con asombro como esos “cerebros
electrónicos de silicio” no tienen ninguna dificultad en añadir e interactuar
en dimensiones adicionales al espacio simulado.
Sin
embargo, no todo el camino es pedregoso: Los seres humanos tenemos la certeza
de que esas “dimensiones extra” existen, bien porque aquellos
extraterrestres ya lo han dicho y confirmado, bien porque en ciertos
avistamientos de OVNI pueden verse como estas naves prácticamente “se
volatilizan” frente a nuestros ojos; “se mueven a otra dimensión”
en una especie de “fogonazo electromagnético” como puede comprobarse en algunas
grabaciones que en su día realizó el contactado Billy Meier. Por ello, cuando
una de esas naves construidas con materiales aparentemente metálicos realiza
ese “salto
dimensional”….¿se desplazan entonces a una de esas “supercuerdas” que
teorizan los físicos terrestres?...la lógica me dice que no. Yo
entiendo por tanto, que “las dimensiones no dejan de ser espacios contiguos
separados solo por diferentes niveles energéticos”, algo parecido a los
estratos geológicos que pueden verse a lo largo y ancho de toda la Tierra.
Gran Colisionador de Hadrones, del CERN |
Representación de teletransportacion: para movernos de una dimensión a otra, deberíamos reacondicionar nuestra masa molecular, codificandola ordenadamente. |
Los estratos geológicos podrían aproximarnos a la idea de los "niveles vibracionales" comprendidos en el Universo. |
Así es como viajamos por el Universo
(Recomiendo echar un vistazo a una entrada de este mismo blog titulada: Así es como viajamos por el universo, cuyo link es: http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2012/12/asi-es-como-viajamos-por-el-universo.html )
Deduciéndose
de los argumentos anteriores, debemos suponer que un mismo estrato-dimensión podrían
coexistir universos diferentes establecidos en una franja vibracional compatible, algo así como lo que nosotros definiríamos
como universos paralelos, que no necesariamente se encontrarían en dimensiones
distintas. Para visualizar este concepto lo haríamos observando en una de esas
mismas franjas infinidad de burbujas, unas junto a otras, correspondiéndose cada una de ellas a
un universo paralelo distinto (He ahí la diferencia entre dimensiones y
universos)
En un
vídeo de Youtube, determinada científica aseguraba que en realidad no hay
muchas dimensiones, sino una sola y tal vez esta hipótesis no esté tan lejos de
la verdad, si entendemos el Universo como un lugar autocontenido, es decir, “aquel
capaz de albergar simultáneamente valores vibracionales distintos”. Por
ello, si pensamos entonces en las diferentes dimensiones como “espacios
vibracionales” deducimos que en alguno de esos “sitios” ciertos parámetros
contengan otras características ajenas a los que nosotros conocemos aquí en la
Tierra, por ejemplo que se ralentice ó detenga el tiempo, ó que tal vez los átomos
se distribuyan en forma de antimateria, por poner solo un ejemplo. No hay
duda que los extraterrestres, siendo
capaces de viajar de una estrella a otra, de una lejana galaxia hasta remotos
confines del universo, demuestran que dominan los viajes dimensionales y que
rasgan el espacio-tiempo para acortar esas distancias. Estoy convencido que
muchos de aquellos que tienen conocimiento de la existencia de los extraterrestres
visitando la Tierra habrán razonado estas mismas conclusiones.
Francisco
Atienza, el extraterrestre llegado desde un planeta en la estrella Alfa
Centauro, mencionó de igual modo que a los seres humanos era prácticamente
desconocido el mundo de las almas, entidades inmortales que reencarnan en
distintos cuerpos hasta que finalmente
logran una perfección necesaria para acercarse a la Suprema Fuerza Creadora.
Obviamente, todo cuanto hay en el Universo ocupa un lugar, mejor dicho, se
encuentra en una dimensión determinada de igual forma que esas mismas almas,
una vez abandonado el cuerpo, se hallarían en algún “espacio” inaccesible para
seres constituidos de materia, tal y como la entendemos nosotros ahora. Y si
alguien me preguntara si yo creo ó no respecto a esta cuestión contestaría que
sí, basándome en testimonios de personas de máxima credibilidad de mi entorno
que han tenido experiencias, aunque sorprendentes a primera vista pero no por
menos ciertas, de encuentros con aquello que denominaríamos almas de
fallecidos. Por razones que se desconocen, una vez que el cuerpo físico llega a
su fin y el alma lo abandona y solo en ciertas ocasiones, esas entidades llegan
a interactuar con aquellos que se quedan con vida en su planeta, siendo ello
una prueba determinante, concluyente, respecto a la existencia de dimensiones
superiores donde los seres humanos aun no saben ó no pueden acceder por el
momento.
¿Por qué los extraterrestres eligen excepcionalmente a ciertos humanos para contactar, como fue el caso de aquel empresario levantino y al contrario, la gran mayoría de la población quedaría excluida? Alguien sugeriría que estos mismos extraterrestres deberían situar sus naves sobre estadios abarrotados de gente, al estilo Independence Day, allí donde todos pudieran verlos y grabarlos… aunque conociendo la psique de los seres humanos tal acción seria nefasta, siendo “peor el remedio que la enfermedad”; surgiendo sentimientos encontrados entre el asombro, histerismo y pánico, emociones que serian explotadas a la perfección por aquellos que están ocultando la realidad extraterrestre a todos los seres humanos, quienes asegurarían que la Tierra estaría siendo invadida y atacada por “malvados alienígenas”, echando por tierra un trabajo de lenta concienciación elaborado por los extraterrestres durante muchos años atrás (Por poner un ejemplo, si analizamos todas las películas realizadas hasta el momento sobre extraterrestres, no es casual que “siempre” en el cine se nos presenten como agresivos y malvados …tal vez formando parte de una programación constante y premeditada de bloqueo mental, dirigida hacia la masa de la población en general, buscando de este modo que los seres humanos “no quieran ni siquiera pensar en una posibilidad de contacto extraterrestre”). Y este hecho es una dificultad que no podemos obviar ya que para recorrer el camino de un encuentro “oficial” antes deben darse ciertos pasos previos, tales como la concienciación de la población pasando por el beneplácito y colaboración de las autoridades que gobiernen el mundo en esos momentos; todo ello sin contar con los gravísimos problemas añadidos y evidentes que acarrea actualmente la sociedad terrestre, es decir, se supone que antes de un contacto de este tipo, los seres humanos deberían haber eliminado previamente las desigualdades y guerras; abandonando el belicismo y la barbarie congénitas desde los tiempos prehistóricos (tal vez no hayamos evolucionado tanto como pensamos…).
Francisco
Atienza, el extraterrestre de origen humano, le narró al empresario como en su
mundo, hace miles de años, ya tuvieron problemas similares a los que se dan en
la Tierra actualmente. Su planeta entonces estaba dividido, había guerras y
primaba el egoísmo así como el egocentrismo de la clase política, preocupada
solo por elevar aun mas su ego y alcanzar mayores cotas de poder. Según el
extraterrestre, hubo un momento crítico, su sociedad de alguna forma colapso y
fue necesario reconducirá, no sin esfuerzo y dificultades, empresa que
finalmente fructifico en un mundo evolucionado social, técnica y
espiritualmente. E intuyo que ese desarrollo les ha permitido interactuar e
integrarse en organizaciones superiores como la Confederación de Mundos, donde
según parece, existe una colaboración pacifica entre planetas y civilizaciones.
Pensando en la Tierra, se deduce por tanto que nuestro planeta debería iniciar
ciertos cambios necesarios…si verdaderamente quiere salir de las cavernas donde
nos hallamos.
(A continuación, un pequeño fragmento del libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos)
CAPITULO XVIII
La Actualidad Española , 12 de Diciembre de 1968 |
F.SINOD.
La
revista La Actualidad Española con fecha 12‑12‑68, publicaba un
reportaje que hacía referencia a la fantástica experiencia vivida por un
conocido hombre de negocios del Levante español y un extraterrestre llamado
Francisco Atienza.
Nuestro
contactado, ya fallecido, decidió desde el primer momento de su aventura
permanecer en el anonimato. El contacto,
tuvo lugar la madrugada del 12 al 13 de noviembre muy cerca del pueblo Castillo
de Alarcón.
Al
lector, debe ser extraño el que un extraterrestre pueda llamarse Francisco
Atienza. Debo confesar que a mí también me lo pareció. Pero a medida que
vayamos entrando en el relato de los hechos, veremos cómo estos tienen
coherencia y sentido. Hasta llevarnos a la comprensión racional del por qué de
ese nombre.
El
relato es el siguiente: Soy director en Levante de una importante sociedad y me
desplazo en mi automóvil, con gran frecuencia entre las distintas provincias
del Levante español. Tengo una casa en la capital de España y otra en la costa
de Alicante.
Desde
hace un mes, y especialmente los días 25 y 26 de Octubre, en que estuve en dos
distintas ciudades para pronunciar sendas conferencias, recibía casi diariamente,
una especie de confuso mensaje mental anunciándome un próximo encuentro con un
hombre extraterrestre.
Como
nunca he tenido alucinaciones y apenas sueños, ello me sorprendió muchísimo,
pero procuré relegarlo al olvido creyendo se trataba de absurdos pensamientos.
El día
12 del corriente, después de una jornada de trabajo normal y de entrevistarme
con dos clientes en Valencia, cené en el pueblo de Chiva, pues me dirigía a
Madrid con el triple objeto de recoger un Seat 124 que acababan de adjudicarme
(vendiendo el Seat 1.500 en el que hacía el viaje), de inspeccionar el
replanteo de un chalet que van a empezar a construirme en la parcela que he
adquirido en una urbanización de los alrededores de Madrid y de ocuparme de la
compra de un piso, pues una de mis hijas va a casarse dentro de unos cuantos
meses.
Nunca
pruebo el alcohol y aquella noche tomé una cena de las más sencillas. Pedí un
café doble, como hago siempre que conduzco de noche. Estaba perfectamente en
forma para realizar un rápido viaje nocturno.
Castillo de Alarcón, Cuenca, España. |
Sin
embargo, apenas me puse al volante, empecé a recibir en forma telepática, el
mismo mensaje que ya he mencionado, muy confuso al principio, pero después cada
vez con mayor precisión e intensidad, como si quien emitía aquellos
pensamientos fuera gradualmente acercándose a mí. El mensaje se concretaba señalándome que no debía albergar ningún temor
y que el encuentro se produciría en la carretera de desvío que conduce al
parador de Castillo de Alarcón.
Seguía yo entre tanto mi camino por la carretera de Valencia a Madrid, a
velocidad mucho menor de la que normalmente suelo llevar.
Unos
cuatro kilómetros antes de llegar al cruce que conduce al parador, empezaron a
parpadear los faros del 1.500 y a fallar la ignición, terminando el coche por
detenerse. Al mismo tiempo, sentía como si me hablasen mentalmente a escasa
distancia y desde arriba. El mensaje era ahora casi una orden amablemente
imperativa: Toma el primer desvío a la
izquierda: vamos a encontrarnos. No temas. Será una experiencia que te
complacerá haber tenido toda la vida.
Pensaba
yo entonces que era víctima de una alucinación y que en aquellas condiciones
no debía seguir viaje a Madrid, de modo que me pareció prudente irme a dormir
al Parador (¿o quizá, inconscientemente, quería seguir la orden que me daban?).
Sería en aquel momento cerca de la una de la madrugada.
Al
tratar de poner en marcha el coche, éste no arrancaba. Entonces, a cierta
distancia, en la carretera apareció un camión que se dirigía hacia Madrid. Le
hice señas para que se detuviera y así lo hizo.
Expliqué
al conductor cómo el coche no arrancaba e hicimos un intento de ponerlo en
marcha sin éxito. Le pregunté tímidamente si no recibía como un mensaje desde
arriba (me avergonzaba de explicar más ampliamente mi sensación a un extraño,
temiendo que me tomara por loco). Creo que no me prestó atención en esto,
lógicamente preocupado por ayudarme a arrancar el coche y proseguir rápidamente
su camino. Me dijo que me pusiera a los mandos del coche para él empujarle, y
así conseguimos poner en marcha el motor. Mientras me preocupaba por acelerarlo
para que no se me calase, él subió a su camión y yo le precedí con mi coche,
quedando él atrás puesto que marchaba más lentamente. (Por cierto, que sería
para mí muy interesante comunicarme con este amable camionero, a quién apenas
si pude dar las gracias).
Pocos
minutos después llegué al cruce, torcí a la izquierda en dirección al parador,
y cuando había recorrido unos dos kilómetros por la carretera de desvío
(siempre el mensaje en mi mente, cada vez más preciso, anunciándome el
encuentro inminente) empezaron a parpadear de nuevo las luces, a fallar la
chispa de las bujías y el motor se detuvo apenas iniciado el descenso de un
pequeño repecho que acababa de coronar, a
la vez que veía a mi izquierda y delante un inmenso aparato de forma discoidal
o parecido a un plato sopero invertido de 15 a 20 metros de diámetro,
suspendido a tres metros de altura sobre el suelo, con uno de sus bordes
tangentes al plato vertical que contuviera la orilla izquierda de la carretera
con una torreta central de unos tres metros de altura. Estaba iluminado por una
suave luz rosada que permitía adivinar una serie de escotillas dispuestas de
forma circular.
Recuerdo
que no sentí temor, simplemente pensé:¡Caramba, pues es verdad, tan excelente
había sido la preparación telepática.
Descendí
del 1.500 que quedó estacionado a la derecha de la carretera y yo a su lado. Me
sentí entonces un poco entumecido, moviéndome y respirando con alguna
dificultad, experimentaba la sensación de estar dentro de un campo electro de
potentes líneas de fuerza.
Se
abrió una de las escotillas del aparato. Asomó una escalera extensible telescópica
que descendió unos tres metros hasta tocar el borde de la carretera y por ella
bajó un ser que se dirigió hacia mí con los brazos y manos abiertos.
Al
acercárseme pude verle a la luz de la Luna, que en aquel momento salió de entre
las nubes a mi izquierda.
Parecía un hombre normal, de estatura próxima a 1,62 metros, delgado,
de unos cincuenta años de edad, vestido con una especie de traje de esquiador
de una pieza, ajustados los pantalones a los tobillos y fabricado con una
hermosa tela grisácea y brillante.
Avanzó hacia mí sonriendo: Soy Francisco Atienza desciendo de hombres de la Tierra, pero he nacido en otro planeta. He estado en imperfecta comunicación telepática con usted, preparando este encuentro de paz y amistad. (Sentía yo la sensación de que irradiaba ondas de comprensión, de bondad y de amistad).
Me
estrechó la mano. Observé que se daba cuenta de mi malestar físico y sentí que
lanzaba una orden al platillo volante. Las luces de éste se apagaron, desapareció
mi opresión. Me sentía mejor: fue como si el campo eléctrico se hubiera
extinguido.
El
hombre me dijo: Hace más bien frío (hablaba en perfecto castellano). ¿No
estaremos mejor sentados en su coche?. Abrí la puerta trasera izquierda
y entré en el coche, sentándome en el lado derecho. El entró también y se sentó
a mi lado.
Dejé
encendida la luz interior del 1.500, los faros de cruce y las luces de
posición.
‑ ¿Cómo
habla usted perfectamente nuestro idioma?‑ le pregunté.
‑ Sí,
al igual que el francés, inglés, alemán y los demás idiomas de Europa
Occidental. Lo he aprendido leyendo en la mente de los humanos, aparte de los
conocimientos idiomáticos de mis antepasados directos, que hablaban el
castellano antiguo. Fíjese en mis labios, cesaré de moverlos y, sin embargo,
seguirá oyéndome telepáticamente. Tampoco es necesario que usted me hable: yo
leo sus pensamientos. Haga la prueba‑ y su mano derecha sujetó mi
muñeca izquierda suavemente.
En
efecto, a partir de aquel momento se entabló entre nosotros una conversación
telepática más clara y precisa que si fuera hablada. Cuando, repentinamente,
soltó mi muñeca, apareció como si hubiera un cambio de tono y de volumen (más
bajo), pero conservando la perfección de la transmisión.
Y
empezó entre nosotros un asombroso diálogo telepático que había de durar una
hora viéndonos gracias al alumbrado interior del coche y por la luz de la Luna,
casi siempre oscurecida por las nubes que, de tiempo en tiempo, iluminaba la
enorme masa del platillo volante suspendido majestuosamente sobre el suelo. A
la derecha, a un kilómetro de distancia, las luces del pueblo de Castillo de
Alarcón, en el que se encuentra el Parador Nacional de Marqués de Villena. Ni
un solo rumor alteraba el perfecto silencio de la noche, mientras mi cerebro,
febrilmente, absorbía la preciosa información que con palabras y a velocidad
creciente pasaba del cerebro de Francisco Atienza al mío.
HACE UNOS TRESCIENTOS AÑOS.
Patagonia (Argentina) frontera con Chile |
Mi
primera pregunta mental se refirió al deseo de conocer sus orígenes y cómo
había llegado hasta aquel lugar.
‑ El
único antepasado mío terrestre del que conocemos el nombre con seguridad se
llamaba Francisco Atienza, como yo mismo, y vivía hace unos trescientos años en
el interior de lo que hoy es la Argentina, cerca de la frontera con Chile.
Era un
soldado español que después decidió establecerse allí como pequeño agricultor
y ganadero y que vivía aislado con su mujer, de origen indio, que murió de una
enfermedad cuando el hijo de esta pareja cumplió ocho años. También formaba
parte de la familia una niña india de cinco años que había sido recogida por
aquellos.
En
aquella época, la Cuarta Civilización de Urln (la fonética de este nombre me
fue repetida varias veces y la escribo de modo más parecido posible, aunque no
exacto), establecida en un planeta relativamente próximo a la Tierra, trataba
de establecer contacto con los terrícolas, encontrando para ello dificultades
similares a las que tendrán los astronautas terrestres cuando lleguen a la Luna
al tener que moverse dentro de trajes espaciales con equipo que les permita
respirar en un ambiente no creado para ellos.
Como
los seres inteligentes de la Cuarta Civilización de Urln eran distintos de los
seres terrestres, éstos reaccionaban ante aquéllos unas veces huyendo
aterrorizados y otras intentando agredirles.
Procuraron
pues, limitar sus contactos a familias u hombres aislados a los que trataban de
ayudar y mostrar sus sentimientos amistosos, para llegar a entenderse con
ellos, puesto que los seres de Urln, que se comunicaban entre sí de modo
telepático, no podían hacerlo con los hombres de la Tierra más que en forma muy
imperfecta y unilateral.
Francisco
Atienza y su familia, excepcionalmente, acabaron acostumbrándose a la presencia
de los platillos volantes y de los hombres de traje raro que les ayudaban en
todo e intercambiaban información por señas y dibujos.
Esta
convivencia duró casi un año, hasta que Francisco Atienza, ya entonces viudo,
murió en un accidente y entonces, como los dos niños de ocho y cinco años de
edad quedaban totalmente desamparados en aquel lugar solitario, se los llevaron
al planeta Urln, después de una cuidadosa preparación de un compartimento de la
astronave para su traslado y de fabricarles en un remoto planeta una especie de
gran vivienda encristalada como un invernadero que retenía en su interior una
atmósfera artificial producida y lo más parecida posible a la Tierra. También
el suelo se fabricó para que fuese similar al suelo terrestre y pudiera
producir ciertos vegetales y semillas que de la Tierra se llevaron (al parecer
ha habido intercambio mutuo de semillas entre la Tierra y Urln).
Los
mejores pedagogos de Urln penetraban en aquella vivienda especial de los niños
terrestres y les enseñaban la forma de comunicarse con ellos y especialmente
los conocimientos morales, sociales, políticos y religiosos que les permitieron
integrarse mentalmente con la población de Urln.
También
los niños hacían excursiones exteriores desde su pequeña ciudad de cristal (no
debe tomarse en sentido literal, es un símil), pero generalmente permanecían
en el interior de ésta para poder moverse libremente, evitar riesgos de
accidentes y no experimentar las grandes dificultades que origina la adopción
de trajes estancos a la atmósfera exterior.
Después
de doce generaciones se aclimataron a este género de vida los descendientes de
aquella pareja inicial de niños y de otros hombres y mujeres terrestres que, en
contadas ocasiones especiales, también fueron llevados de la Tierra a Urln.
Los
últimos descendientes de esta duodécima generación son hombres y mujeres que
mentalmente están mucho más evolucionados que los terrícolas actuales, pero
morfológicamente siguen siendo casi idénticos a nosotros. Las diferencias son:
la estatura media es estacionaria, el peso del cerebro y la capacidad craneal
son un poco mayores y con tendencia a crecer y la fertilidad en los varones es
menor, lo que ha exigido, por una parte, que casi todos los humanos trasladados
de la Tierra a Urln sean hombres y, por otra, que se haya establecido la
poligamia entre el centenar de descendientes de terrestres que habitan en Urln.
Así como
en la Tierra el número de varones nacidos es parecido al de hembras, entre los
miembros de la raza emigrada a Urln nacen muchas más hembras que varones, y los
sabios de la raza de Urln, que están muy avanzados en genética, no conocen las
causas con exactitud, aunque las atribuyen a las diferencias de alimentación,
gravedad, temperatura, etc., y especialmente al género de vida en pequeñas
ciudades estancadas, con atmósfera artificial.
De igual modo que en la Tierra muchos animales en cautividad se reproducen difícilmente (y sin que ello implique comparación irreverente), los hombres terrestres trasladados a Urln pierden fertilidad.
Esto
constituye una gran tristeza en la raza emigrada y de los seres inteligentes de
Urln que la patrocinan, pues ven en ello una prueba de que quizás no es grato a
Dios el trasplante de seres de uno a otro planeta. (Aquí mi mente interrogó a
Francisco Atienza acerca de por qué no volvían a la Tierra ese centenar de
hombres y mujeres que ahora habitan en Urln.)
‑
Aunque morfológicamente podríamos confundirnos con los terrícolas y adaptarnos,
con alguna pequeña incomodidad, a la vida física en la Tierra, mentalmente nos
sería imposible hacerlo, porque nuestra manera de actuar es distinta de la de
los terrícolas y originaría continuos conflictos.
Nosotros
leemos en la mente de buena parte de los terrícolas, y lo que leemos en ella no
nos complace. Vuestro mundo es inmensamente hipócrita e insincero, aunque una
gran parte de la Humanidad terrestre dice aceptar el precepto divino, en que
nosotros creemos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí
mismo. Entre nosotros, este mandato informa sistemáticamente nuestra conducta,
mientras que muchos de los que entre vosotros alardean de cristianos,
contradicen con su forma de vida lo que ellos pregonan como sus creencias.
Esto, para quienes nos hemos educado en la Cuarta Civilización de Urln, es inimaginable y no porque seamos perfectamente virtuosos, pero ya están proscritos de entre nosotros los grandes pecados sociales que vosotros cometéis y eliminadas las guerras, las matanzas, la feroz ambición, el afán de dominio y de poder que prevalece en gran número de los humanos. Todo eso nos es tan ajeno como pueda serlo el canibalismo para los españoles de hoy.
Aquellas plagas existieron en la Tercera Civilización de Urln, en la etapa de los Nacionalismos, que
con la ayuda de Dios hemos dejado atrás, y que conste que no somos tan
estúpidos y orgullosos como para creernos por ello superiores. Simplemente,
hemos tenido acceso a una civilización más adelantada, por más vieja, y hemos
elevado así un tanto nuestro grado de virtud colectiva.
De la
infinita serie de escalones que separan a la Divinidad de los seres
inteligentes que pueblan el Universo, nosotros estamos respecto a vosotros en
una posición que, relativamente, podríamos definir de unos pocos escalones más
arriba, que, indudablemente, con el tiempo, también subiréis superándonos
quizá, como ya nos superáis en el mundo de la pintura, escultura, música y
literatura.
La tragedia en nuestras posibles relaciones mutuas estriba en que no
vemos la forma clara de poder ayudaros a subir los escalones más deprisa.
En
cuanto el centenar de emigrados de la Tierra y sus descendientes viniese a este
planeta en que estamos, vosotros, que establecéis diferencias raciales tan
sutiles como el color de la piel, los catalogaríais como invasores, espías,
extraterrestres que vienen a invadir vuestro mundo etc, etc..
Un
escollo esencial para la convivencia entre los hombres de la Tierra es su total
falta de sinceridad. La palabra sirve al hombre para ocultar su pensamiento.
Sería
insufrible para vosotros que cuando alguno de vuestros políticos nos dijese:
Sed bien venidos, deseamos acoger a vuestros sabios para que nos enseñen lo que
ignoramos, nosotros, que no podemos mentir porque nos lo impide nuestro mecanismo
mental, tuviéramos que responderle: Leemos
en tu mente y vemos que tus palabras son insinceras: tenéis grandes dudas sobre
la conveniencia del trato con nosotros. Deseáis nuestros adelantos científicos
para mejor dominar a otros países. Por ello consideramos nocivo el
proporcionaros acceso a una tecnología más avanzada. Vuestro fallo está en
vuestra escasa velocidad en el progreso social, político, moral y religioso,
del que os ocupáis muy poco, obsesionados por las conquistas materiales y
científicas. Jesucristo os señaló los claros caminos a seguir y vosotros le
crucificasteis. Han pasado veinte siglos y apenas habéis mejorado en lo
esencial. Es serio el peligro de una guerra atómica, en una de las naciones
técnicamente más avanzadas de la Tierra han sido asesinados recientemente tres
de los hombres cuyas ideas podrían haber ayudado a su progreso real.
(Aquí
mi mente, ansiosa de más saber, le
interrumpió: pienso en cuál ha sido su objetivo al entablar contacto conmigo.)
Sin darse usted cuenta está cansándose mentalmente como
consecuencia de este ejercicio, para usted desacostumbrado, de la transmisión
telepática que cada vez me pide a mayor velocidad. Interrumpimos nuestro
diálogo breve tiempo y después proseguiré contestando a su pregunta.
NO SABEMOS NADA...
Tras
unos minutos de descanso. Francisco Atienza, el hombre extraterrestre,
contestó:
La raza
terrestre emigrada al planeta Urln posee aún una mayor capacidad telepática
para recibir mensajes mentales de los terrícolas que la propia raza de Urln, lo
cual es lógico si se considera la igualdad morfológica existente entre los
terrícolas y los hombres como yo. La razón principal que hubo para la
emigración de algunos terrícolas, emigración dirigida por la raza de Urln, fue
precisamente llegar a contar con una serie de humanos terrestres, educados por
ellos en una civilización superior, que pudieran servir de puente o enlace
entre las dos razas.
Leemos
en la mente de una buena parte de los hombres de la Tierra, con mayor o menor
perfección según cada caso particular, según la distancia que separa al lector
de la persona leída y según las circunstancias anímicas momentáneas de esta
última.
Hombres
y mujeres de todas las razas y clases sociales, de todas las edades y de toda
condición nos suministran así una información completísima de los acontecimientos
de la Tierra y, además, de lo que ellos piensan acerca de esos acontecimientos.
Sólo nos interesan los hechos político‑sociales y económicos que afectan a los grupos humanos y muy especialmente los procesos que conducen a la toma de decisiones de grupo en los aspectos moral y religioso. Jamás entramos en la vida íntima de las personas como tales.
Sólo nos interesan los hechos político‑sociales y económicos que afectan a los grupos humanos y muy especialmente los procesos que conducen a la toma de decisiones de grupo en los aspectos moral y religioso. Jamás entramos en la vida íntima de las personas como tales.
Como
contrapartida, hasta ahora habíamos fracasado totalmente en conseguir que los
hombres de la Tierra entendiesen nuestros mensajes: yo soy, por ejemplo, un excelente receptor del pensamiento de miles de
terrícolas, pero sólo con usted he podido conseguir que, aunque
imperfectamente, mi pensamiento le alcanzase hasta lograr nuestro encuentro en
este lugar.
Se
aprende haciendo. En este momento ambos estamos practicando el mecanismo de
transmisión telepática bilateral, facilitada por nuestra gran proximidad con la
esperanza de poder continuar nuestra comunicación a distancia cuando nos separemos.
De modo
parecido a como los receptores de radio y televisión debidamente sintonizados
reciben las ondas de ciertas estaciones emisoras, usted y yo estamos consiguiendo
una sintonización bilateral para el futuro. Nuestro experimento es ahora mismo
seguido en Urln con enorme expectación, pues es la primera experiencia de
recepción perfecta por un terrícola.
Previamente,
la totalidad de los hombres y mujeres que viven en Urln, procedentes de la
raza terrestre han tratado de enviarle
mensajes y usted no ha recibido ninguno: sólo los míos. Parece lo más probable
que cuando uno de nosotros dos muera, la comunicación bilateral quedará rota,
hasta que aparezca otra pareja capaz de conseguir la sintonización que nosotros
ya hemos establecido. Sobre esto trabajaremos incansablemente, animados por
este primer éxito verdadero.
La
recepción por los hombres de Urln de los pensamientos que se inscriben en las
mentes de los hombres de la Tierra no nos presenta ya ningún problema. Curiosamente,
los médiums, los telépatas terrestres (que entre ellos se comunican sin
dificultad) no tienen disposición especial para relacionarse con nosotros. En
cambio, el grupo de los políticos, de los escritores, de los predicadores, de
los músicos y artistas, de los presidentes de grandes organizaciones de líderes
de multitudes, etc, etc...todos los que viven de su relación con el público o
tratan de influir sobre él, suelen ser mentes abiertas, en las que leemos con
mayor precisión y claridad que en las demás.
Es preciso tener en cuenta que nosotros no podemos utilizar para fines
terrestres la información que recogemos: sólo para nuestro conocimiento. Conservamos
lo que leemos en la mente de un terrícola como un secreto de profesión.
Por otra parte, vuelvo a recalcar, no podemos invadir la zona personal del
sentimiento de los humanos. Contigo hemos podido establecer un contacto
telepático bilateral y podemos hacerte sugerencias, jamás obligarte a obrar.
Creo
muy conveniente insistir en estos puntos porque la mente de los terrícolas, si
difundes esta información, es propensa a pensar: Usarán del conocimiento de
nuestra mente para convertirnos en sus esclavos y hacernos obrar de acuerdo con
sus fines particulares.
La
verdad es que ni lo deseamos ni podemos hacerlo así. Es algo parecido a lo que
ocurre con aquellos terrícolas que pueden hipnotizar a otros, pero no
obligarles a actuar en contra de su conciencia, o forzarles, por ejemplo a que
asesinen a otro ser humano. La Divina Sabiduría dispone de una serie de seguros
en este aspecto que nuestra experiencia demuestra que no pueden sobrepasarse
nunca. El alma es siempre libre.
En
verdad, todos los seres con alma que habitan en Urln sólo saben que no saben
nada. A medida que aumenta el volumen de nuestros conocimientos (como el
volumen de una esfera cuyo radio creciese), aumenta también la superficie de
contacto (de la esfera) con el exterior, con lo desconocido, y por tanto,
cuanto más sabemos, más nos damos cuenta de la inmensidad de lo que ignoramos.
Por
otra parte nosotros hemos recibido de la Tierra una preciosa cultura que
atesoramos y usamos. En Urln se difunde la música de Mendelssoh, Mozart, Bach,
Beethoven, Wagner, Chopin, Schubert, folklore negro (¡oh, los spirituals!) y de
todas las razas e incluso ciertas formas de música moderna, aunque nos asombra
lo poco que seleccionáis tanto en música como en libros o espectáculos.
Parecéis preferir lo más ramplón o vulgar, con tal de que sea nuevo.
Si bien
es cierto que la moralidad o religiosidad en la masa de nuestra población es
mucho más elevada que en la vuestra, en cambio nunca hemos producido todavía
individualidades como una Teresa de Jesús o un San Juan de la Cruz, que
llegaron por sí solos al diálogo directo con Dios, quienes creemos es el fin
último de las civilizaciones.
(Aquí
mi mente aventuró una pregunta inmediatamente contestada.)
‑ Note
asombres del detalle con que conocemos vuestra vida en la Tierra. A través del
pensamiento de los humanos, por la grabación de vuestras emisiones de radio y
de televisión, leyendo vuestros libros a través de vuestras mentes (todos los
descendientes de terrícolas que vivimos en Urln nos dedicamos a estas
emisiones ayudados por la raza Urln), recogiendo muestras de vuestros
minerales, de vuestras tierras, de vuestros vegetales y animales, tenemos un
dossier más completo sobre todo lo que se refiere a la Tierra que cualquiera de
los que los hombres habéis formado en vuestro planeta. Comprendo que si
comunicases a los terrícolas el gran número de artistas de cine que, sin
saberlo, nos envían información, considerarían esto como una frívola
imaginación y condenarían el resto del relato como fantástico. Estáis
en un estado de vuestra evolución en que difícilmente soportáis la verdad.
Por eso es casi imposible que nos entendáis y por eso queremos relacionarnos
con algún terrestre como tú que pueda pasar a los demás, al menos, alguna parte
de nuestras ideas.
Esto
explica también por qué no os damos apenas nada: simplemente porque no estáis
en condiciones de recibirlo. Ejemplo: vosotros podéis
querer muchos a vuestro gatito, le comprendéis bastante bien a él, pero os es
imposible comunicarle plenamente vuestro mundo de ideas y sentimientos. Y pido
otra vez perdón por la irreverencia de las comparaciones, pero no encuentro
otro símil más apropiado. ¿Cómo vais a entender un mundo de mayor
número de dimensiones que el que veis? El diálogo y la explicación son casi
imposibles. Por ello, todos los
extraterrestres que estudian la Tierra evitan los contactos, especialmente con
grupos grandes de hombres, que originarían incidentes desaforados.
Sin
embargo, yo soy una muestra del potencial existente en la raza terrestre, pues
en sólo doce generaciones hemos alcanzado a la Cuarta Civilización de Urln.
Esta es la gran alegría de nuestra raza emigrada. Algunas de nuestras
individualidades ayudan al gobierno de Urln.
Nosotros
conocemos, con algún detalle, diez civilizaciones actuales diferentes a la
nuestra. Unas en grado de evolución superior,
otras en grado de evolución inferior en el momento actual deben de existir
otras muchas más civilizaciones que nosotros desconocemos.
Todo lo
que creemos debieran hacer los humanos os ha sido dicho ya por hombres de la
Tierra.
(Mi
mente absorbía cada vez más aceleradamente la información que iba recibiendo:
era un ejercicio embriagador. Ansiosamente, inicié otra serie de preguntas)...
La comunicación telepática, tal como la teníamos establecida, era infinitamente más perfecta que la comunicación verbal, pues permitía la transmisión del pensamiento, por medio de palabras, a velocidad mucho mayor que en la forma oral, sin pérdida de precisión o coherencia.
Yo, que
soy muy aficionado a los automóviles rápidos, puedo comparar la sensación de la
conversación telepática al placer que experimentaría el conductor de un coche
prodigioso que admitiese forzar y seguir forzando la velocidad sin que el
vehículo perdiese adherencia a la carretera y sin temor a volcar en las curvas.
De
todos modos, quizás al llegar a un límite del orden de una rapidez diez veces
mayor que en una conversación corriente, fue el propio Atienza quien me mostró
cómo, sin darme yo cuenta, me estaba fatigando mentalmente y cómo esta fatiga
acumulada podría ser nociva para mí, invitándome entonces a descansar y bajar a
la carretera para pasear en dirección a la astronave, que, majestuosamente, se
mantenía a unos tres metros del suelo, casi absolutamente inmóvil, y digo casi
porque la escalerilla (extensible y telescópica) se encogía o alargaba un poco
(de diez a veinte centímetros) y rastreaba muy ligeramente sobre el suelo.
‑ Este
platillo está tripulado por miembros de la raza de Urln ‑me dijo Atienza en
forma telepática, después de haber tenido un par de minutos de interrupción
completa en nuestra comunicación mental.
El
interior de la astronave está acondicionado con el mismo tipo de atmósfera que
hay en Urln, excepto el compartimento en que yo viajo como pasajero, que es
independiente y tiene comunicación directa con la atmósfera terrestre mientras
estamos en ella.
No me
preguntes sobre el mecanismo propulsor. Primero porque no soy un técnico en
esas materias. Después, porque tenemos órdenes tajantes de mantenerlo en
secreto, hasta el punto de tener que destruir la astronave antes de permitir
que caiga en manos de los terrícolas. En efecto, conocido el sistema de
propulsión, es muy fácil hacer aplicaciones de sus principios a fines bélicos,
con posibilidades destructoras incalculables.
Vuestros
cohetes actuales sólo pueden servir para fines limitadísimos, como los que
hasta ahora habéis desarrollado vosotros: lanzar satélites artificiales o
realizar cortos viajes al espacio extraterrestre próximo a la Tierra. Ya será
muy peligroso ir, permanecer y retornar a la Luna.
Para
viajes interplanetarios tendréis que descubrir previamente otros tipos de
aparatos con motores iónicos o fotónicos o de combustible atómico, con
transformación directa en electricidad, aprendiendo a manejar los campos
gravitatorios o electromagnéticos o recurriendo a lo que nosotros llamamos
interpretación del espacio, que es el sistema que empleamos para recorrer los
enormes espacios interestelares todas las razas capaces de saltar de un sistema
planetario a otro. El sistema de la
interpenetración es el único que permite recorrer distancias a años/ luz, pero
no es asequible a personas limitadas al Universo visible de las tres
dimensiones espaciales clásicas más la dimensión tiempo.
Realmente,
los hombres terrestres acometen empresas para las que todavía no están
preparados, y son muy probables pérdidas de preciosas vidas humanas si con los
rudimentarios medios actuales se pretender ir más allá. La Luna no presenta
ningún interés. El alcanzarla es una cuestión de falso prestigio. De igual modo
que hace unos cuantos años el calificativo de gran potencia sólo era alcanzado
por las naciones que poseían colonias, hoy obtienen aquel calificativo las
naciones que fabrican bombas atómicas y tienen posibilidades de lanzarlas con
precisión a larga distancia. Pero de igual modo que se desacreditó la posesión
de colonias, también se desacreditará, en el futuro, la fabricación de misiles.
A
nosotros nos asusta la carrera por conseguir la base lunar. ¿Por qué no
arreglar los asuntos de la Tierra eliminando el hambre, la ignorancia y las
guerras antes de lanzarse a los espacios exteriores?
Pero
permitamos que tu mente descanse mientras yo toco algunos de vuestros productos
industriales, cosa que nunca he hecho y quizá no podré volver a hacer jamás.
Hasta ahora, mi platillo volante sólo ha descendido al suelo en América, en
zonas deshabitadas, para recoger muestras de tierra, minerales, vegetales,
insectos, etc, etc.
Y así
diciendo (o mejor, así pensando), y con mi aprobación, después de tocar la
consistencia de los neumáticos y chapa de la carrocería de mi Seat 1.500, se
sentó a sus mandos mientras yo me colocaba a su lado.
Giró el volante un poco a derecha e izquierda (le pareció algo pesado), tocó los mandos del cambio de luces, claxon, limpiaparabrisas etc, preguntó cuál era el control de sintonía y el de tono y volumen de la radio, si las teclas servían para sintonización automática de estaciones, etc...
Giró el volante un poco a derecha e izquierda (le pareció algo pesado), tocó los mandos del cambio de luces, claxon, limpiaparabrisas etc, preguntó cuál era el control de sintonía y el de tono y volumen de la radio, si las teclas servían para sintonización automática de estaciones, etc...
En la
guantera vio unas carteritas con cerillas de propaganda (yo no fumo) y con
curiosidad infantil dijo: Nunca encendí una, ¿puedo hacerlo ahora? Y después de
verme encender a mí un par de ellas se dedicó con tal entusiasmo a la tarea que
agotó todas las cerillas de una carterita y dejó sembrado de ellas el suelo de
mi coche. (Se llevó otra carterita completa para el planeta Urln.
Todas
estas sencillas actividades las realizó con la ingenuidad y la alegría de un
niño al que permitiesen por primera vez llevar a la práctica conocimientos
teóricos previamente adquiridos con gran minuciosidad y esfuerzo.
Ya
nuevamente en marcha, a todo tren nuestra conversación telepática, inquirí qué
seres habían emitido en la Tierra pensamientos filosóficos con los que ellos estuvieran
de acuerdo.
Dijo
que admiraban el pensamiento de santos y místicos como San Ignacio de Loyola,
San Francisco de Asís, Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz; a hombres
como Aristóteles, Galileo, Newton, Max Planck, Alexis Carrel, Einstein, o a los
últimos papas, así como a los arquitectos o escultores de la Grecia clásica, a
los grandes maestros de la pintura clásica en la Tierra (no igualados por la IV
Civilización de Urln), a los músicos cuyos nombres ya hemos reproducido en otro
lugar, a políticos como Gandhi, etc...
Me
indicó que cuando nos separásemos (había de realizar una misión en América,
pero volvería después a Europa) reanudaríamos nuestra conversación telepática a
gran distancia mediante la lectura de un texto escogido que, por decirlo así,
encarrilaría nuestro diálogo y me acostumbraría a recibir su pensamiento desde
larga distancia en forma más perfecta y continua que en las primeras
comunicaciones, en que sólo a fuerza de reiteración e insistencia consiguió
llegase a coincidir con él en nuestro lugar de encuentro.
Sería ya la una y media de la madrugada. En la conversación con Francisco Atienza quedaba un interrogante no aclarado:
¿Por
qué el sistema de interpretación del espacio, que es el que empleaban para
recorrer distancias interestelares, no puede sernos asequible?.
‑ Lo
será, sin duda, en el futuro ‑dijo Atienza‑, pero Dios quiera sea dentro de
muchos siglos, cuando hayáis evolucionado lo suficiente para obtener beneficios
y no destrucción de tan gran descubrimiento.
Vosotros
los terrícolas (y nosotros también) vivimos en un Universo ilusorio que no es
el Universo real. Este último sólo lo conoce Dios.
Vosotros
percibís solamente las tres dimensiones de ancho, largo y alto, más lo que
llamáis tiempo. Total cuatro dimensiones. Nosotros alcanzamos a diez dimensiones,
pero sabemos que hay más. Así, el mundo que ven vuestros sentidos es incompleto
y ficticio. Ejemplo: Lo que vosotros llamáis masa es todo un grupo de
dimensiones, y el mundo de las almas os es completamente desconocido. A lo más,
tenéis algunos atisbos de él.
Sensorialmente
nos parece que vivimos rodeados de objetos macizos y que la Tierra también es
maciza. Sin embargo, cualquier estudiante de física sabe que la materia ocupa
partes insignificantes del espacio total y que si los electrones y protones que
la componen se apelmazasen, suprimiendo los espacios intermedios, el volumen de
la Tierra se reduciría al de una pelota de fútbol.
Cuando
descubristeis el microscopio apareció el mundo de lo muy pequeño los virus, las
bacterias los microbios, etc...Con el descubrimiento del telescopio aparecieron
nuevas galaxias y millones de estrellas. Sin embargo, estas galaxias y aquellos
microbios ya estaban con vosotros en tiempos de Jesucristo; lo que ocurría es
que no eran visibles y, por tanto, para el hombre eran inexistentes.
Los
sentidos del hombre son tan burdos y engañosos que consideran enteramente
distintas las sensaciones luminosas, caloríficas o sonoras. Nosotros ya las identificamos todas por
igual como un mismo fenómeno físico vibratorio en el que tan solo varía la
longitud de onda. Creo que nuestro sol es lo que vosotros
llamáis Estrella Alfa de Centauro, que está en línea recta, como decís
vosotros, a unos cuatro años / luz. Pues bien, nosotros recorremos ese
espacio en pocos meses cuyo número depende de ciertas circunstancias variables,
lo cual es absurdo en vuestra Física convencional, que supone no hay atajos
que permitan viajar más deprisa que la velocidad de la luz.
El
atajo existe y es la interpenetración espacial.
Mi
mente interrumpió en mensaje de la suya con otra pregunta:
‑
¿Cuándo estableció la civilización de Urln su primer contacto con nuestro
planeta?
‑ Hará
unos cuatrocientos años solamente y en lo que hoy es Sudamérica, que, por estar
entonces poco poblada, era un buen lugar para contactos discretos; pero otras
civilizaciones de otros planetas han debido tener contactos muchos más antiguos
con vosotros como lo atestiguan las quinientas noventa y tres enormes estatuas
de la isla de Pascua, en el pacífico, a tres mil kilómetros de las costas de
Chile, donde enormes bloques de basalto y otras rocas, difíciles de mover aún
con las modernas técnicas terrícolas, encajan con maravillosa perfección.
Las gigantescas estatuas (algunas de quince a cincuenta metros de altura) parecen fueron esculpidas con una pasta radioactiva que roía la roca.
Las gigantescas estatuas (algunas de quince a cincuenta metros de altura) parecen fueron esculpidas con una pasta radioactiva que roía la roca.
En esta
isla volcánica, en siglo XIX sólo había doscientos habitantes, y se han
encontrado inscripciones (que nosotros tenemos descifradas en Urln) en las que
se habla de los hombres voladores que llegaron a la isla en tiempos
remotísimos.
Nosotros
sólo conocemos doce razas planetarias distintas (aunque debe haber muchas más),
y la mayor parte de ellas sólo a través de las referencias que nos dieron los
habitantes del planeta Orma en la visita que hicieron a Urln hace un decenio.
Todas
estas razas (seres con Alma) creen es un Dios único, aunque la revelación se ha
hecho en forma enteramente distinta para cada planeta. Se encuentran en
distintos estados de evolución y morfológicamente están influidos por las
características de los planetas en que viven, pero todos muestran fueron
creados a la imagen y semejanza de Dios.
No
existen superioridades absolutas. Por ejemplo: la raza de Urln es la que posee
un poder telepático más marcado (que los terrestres emigrados a Urln hemos
recogido). Sin embargo, este poder disminuye a medida que aumenta la distancia,
cosa que no ocurre en otras razas. Los terrícolas destacáis en las tareas
artísticas y en el sentido estético. También admiramos mucho el sentido del
humor de algunas de vuestras individualidades más destacadas en este aspecto, y
la posibilidad de algunos humanos de llegar a establecer una transitoria
comunicación directa con Dios.
En
cambio vuestros sistemas educativos, vuestras organizaciones políticas y sociales,
vuestra moral y vuestra religiosidad práctica son desastrosas, y en estos
aspectos ocupáis el lugar más bajo en la escala de las doce razas que he
mencionado.
La raza
de Urln ocupa, en estos aspectos, el lugar once, es decir, el más próximo al
vuestro, y los emigrados terrestres en Urln lo mismo, puesto que, mentalmente
estamos integrados con ellos.
Precisamente
vuestra propia imperfección hace más fácil nuestra comunicación con vosotros y
la comprensión de vuestra rara manera de pensar y actuar.
Las
razas más evolucionadas no atribuyen ninguna importancia al desarrollo
científico y técnico, puesto que se produce de una manera automática e
irrefrenable a medida que se desarrolla cualquier raza en el transcurso del
tiempo. Por el contrario, una evolución demasiado rápida en este terreno puede
ser peligrosa.
Aunque
vosotros tenéis ahora un nivel científico y técnico mucho más bajo que las
otras once razas mencionadas, ello se debe a que la civilización terrícola es
la más joven de todas.
Sin
embargo, vuestro desarrollo científico y tecnológico es mucho más rápido del
que existía en las otras razas cuando se encontraban en la misma etapa de
evolución científica en que ahora vosotros estáis. Y esto nos inspira el gran temor
de que en el futuro podáis sobrepasar el desarrollo científico de las otras once
razas y emplearlo para fines destructivos.
Ninguna
de las once razas tiene afanes de expansión ni dominio sobre otros planetas;
simplemente aspiran a informarse, a ayudarse y a mantener una política de Buena
vecindad. El lema podría ser Cada uno en su casa y Dios en la de todos. Sólo
sabemos de una raza que emigró de su planeta a un satélite hasta entonces
deshabitado, porque los recursos de su antigua morada se agotaban y la vida se
hacía imposible en él. Esta fue una circunstancia rarísima y difícilmente
repetible.
Realmente,
los terrícolas deberíais abandonar, en cierto modo, en el estudio de las cosas
y concentraros en el estudio de las ciencias del hombre y el progreso del
espíritu. Vuestro desarrollo técnico y científico en los países más adelantados
es suficiente, y lo que tienen que hacer esas naciones es difundirlo entre las
que se encuentran materialmente menos adelantadas. Esta ayuda había de ser
filantrópica y absolutamente desinteresada.
Una
nación espiritualista, como la India, podría emparejarse con una nación muy
desarrollada en lo material, como los Estados Unidos y podrían influirse
recíprocamente en sentido positivo, prestándose una ayuda mutua que los
terrícolas parece no habéis llegado tan siquiera a presentir.
‑ ¿Y
cómo se desarrolla la vida en el planeta Urln?
Sobre
este tema Francisco Atienza, el hombre extraterrestre, me informó así:
‑ Los
sabios de Urln calculan que en el Universo debe existir más de dos millones de
planetas o satélites en los cuales pueden desarrollarse humanoides, es decir,
seres inteligentes de tipo superior.
Uno de
vuestros astrónomos, el director del Observatorio Astronómico de Harvard,
Harlow L. Shapeley, cree que puede haber cien millones de planetas en estas
condiciones.
Nuestro
planeta Urln, situado a unos cuantos años/luz de la Tierra, es uno de ellos.
De
volumen aproximadamente igual a la mitad del terrestre y forma esferoidal, en
él las condiciones de vida son más duras que en la Tierra: mucha mayor
variación en la temperatura, bruscos cambios en la presión atmosférica, vientos
huracanados casi constantes en la superficie, menor número de especies
vegetales y animales (bastante distintas a las de la Tierra).
El movimiento de rotación alrededor de su eje es un poco más lento que en la Tierra (días más largos). La órbita elíptica que describe el planeta Urln alrededor de su sol es recorrida en un tiempo, aproximadamente doble que la órbita de la Tierra, con la consiguiente repercusión en la duración de lo que podríamos llamar años de Urln.
La
densidad del planeta Urln es algo mayor que la de la Tierra. La masa de los
océanos es allí mucho menor: primero porque son mucho menos profundos, y en
segundo lugar, porque el suelo sólido ocupa las tres quintas partes del
planeta, repartido en dos continentes, groseramente parecidos a las Américas
terrestres, extendidos desde el Polo Norte al Sur y ocupando posiciones casi
simétricas.
Hay,
además, muchas islas distribuidas en el doble océano en forma irregular.
Existen
aproximadamente unos tres mil cien millones de habitantes en Urln (de ellos,
ciento veinte personas descendientes de terrícolas). Esta cifra es casi estacionaria
y desde hace muchísimo tiempo crece, pero en forma imperceptible.
Existe
un Gobierno único para todo el planeta, formado por lo que pudiéramos llamar un
Presidente y doce consejeros. Al conjunto de estas personas se les llama los
grandes cerebros, pues tras haber pasado una primera selección han sido
preparados como dirigentes, luego se han experimentado en diversos campos de la
actividad y, finalmente, una nueva selección, por resultados obtenidos, les
eleva al Poder.
Vuestros
mejores sistemas democráticos permiten elegir a un candidato, pero no lo
seleccionan, y así es dificilísimo que el mejor hombre pase a ocupar el puesto
de mayor responsabilidad, porque normalmente, quienes entre vosotros llegan a
este puesto son ascendidos a él a través de méritos personales, pero también
por la maquinaria política de los partidos, por la ambición personal de poder y
por un manejo más o menos inteligente de la publicidad.
En
cambio, entre nosotros hacemos un cribado de toda la población de Urln (hombres
y mujeres, pues no existe distinción de sexos a la hora del trabajo) y nuestras
Oposiciones a Estadistas son tremendas y las más difíciles de todas. Dentro de
la fiabilidad humana, el sistema funciona a plena satisfacción de toda la
población de Urln. Para nosotros es motivo de estupefacción el comprobar las
oposiciones a que sometéis a minúsculos funcionarios, mientras que eximís de
todo examen a los más altos dignatarios.
En
estos momentos, de los trece grandes cerebros de Urln, seis son mujeres, una de
ellas descendientes de terrícolas, y los otros siete hombres de la raza de
Urln.
También
otra descendiente de terrícolas ocupa un alto cargo en la Dirección del Sistema
Educativo, y es extraordinario que de ciento veinte personas, entre tres mil
cien millones, se hayan escogido, por méritos, a dos de aquellas, constituyendo
esto el mayor timbre de orgullo para nosotros, los miembros de la raza emigrada
de la Tierra.
Cuando
se trata de decidir sobre temas importantes, todas las personas de la población
de Urln capacitadas para opinar sobre dicho tema son consultadas por los
grandes cerebros, que recogen, telepáticamente, sus respuestas, las clasifican,
las resumen y extraen una conclusión que, por el mismo sistema mental,
comunican a toda la población de Urln.
El Capitolio, Washington, U.S.A. En el ala norte se encuentra el Senado, en la sur la Cámara de Representantes, donde en "teoría" el pueblo soberano ejerce la representación democrática. |
Así no
hay parlamentos, ni papeles, ni comunicaciones escritas y todo se resuelve del
modo más eficiente y rápido, pues no existe mentira ni engaño entre hombres que
pueden leerse mutuamente sus mentes con toda nitidez. Nuestros dirigentes son
así verdaderos coordinadores de una opinión pública formada toda ella por
personas de elevada educación e intelecto.
En lo
económico tenemos lo que pudiéramos llamar un Departamento Central de
Ordenadores Electrónicos (símil terrestre) en que cada habitante y cada empresa
de Urln tiene abierta una cuenta con un Debe y un Haber.
Según
el rendimiento en su trabajo y según sus necesidades y situación familiar cada
habitante activo de Urln puede retirar periódicamente un número determinado de
unidades de consumo (equivalentes a nuestra moneda, aunque ésta no existe
físicamente, sino sólo en forma contable). Asimismo se le contabilizan sus
unidades de producción y las unidades de inversión que se adjudican.
En
conjunto, lo producido debe, normalmente, ser equivalente a lo consumido, más
las unidades de inversión que se adjudican (las cuales crean rentas de
capital), más un sobrante para gastos estatales, los cuales son moderadísimos
por no existir presupuestos militares, ni apenas burocráticos, en el sentido
que empleáis en la Tierra. El Estado tiene, entre nosotros, muy pocos gastos
consuntivos.
Periódicamente
se hacen reajustes para comprobar si se van cumpliendo o no las previsiones
presupuestarias, tanto generales como individuales, y se previene a quienes se
apartan mucho de la norma para que se acerquen a ella.
Los
casos desgraciados se resuelven (en lo material) por una organización
caritativa fundada en principios cristianos idénticos a los que vosotros decís
practicar.
Tanto
el sistema político como el social y el económico funcionan a satisfacción de
todos desde hace más de tres mil años, y se desconocen revoluciones o protestas
masivas.
Existe,
sin embargo, una oposición que coopera con el Gobierno en la mejora de detalle
de la organización general y especialmente ayuda a establecer los ajustes que
continuamente exige el progreso científico y tecnológico. Como cosa curiosa,
los grandes cerebros de la oposición son funcionarios del mismo nivel que los
grandes cerebros del Gobierno.
El
conjunto de las mentes de Urln puede apoyar a la oposición para que el Gobierno
cambie sus puntos de vista y acepte los de la oposición.
Los
miembros de ésta son elegidos después que los miembros del Gobierno y de modo
que aquellos disconformes con ciertas ideas de los elegidos puedan hacer oír su
disconformidad a través de la oposición organizada.
Nunca
se ha derribado en bloque un Gobierno desde hace dos mil años, pero lo que sí
se producen son frecuentes cambios, en los miembros del Gobierno, en el que
entran (cada tres años) miembros de la oposición que ejecutan ciertas
modificaciones para las cuales han obtenido aprobación de la mayoría de la
población.
El
Gobierno se renueva así, pero solo parcialmente, cada tres años, pudiendo
renovarse tan sólo un tercio, como máximo, de los doce grandes jerarcas. El
Presidente puede ser reelegido o cambiar cada seis años. (De este modo se
evitan bruscos cambios en la política gubernamental).
Los
gastos de educación absorben el noventa por ciento del presupuesto general del
Estado y el cincuenta por ciento de cada presupuesto familiar, por término
medio, puesto que la experiencia ha demostrado que de la educación depende la
estabilidad política y social y el formar un marco adecuado para que se
desarrolle la personalidad de cada individuo y éste tenga un máximo de
probabilidades de conseguir su felicidad personal y familiar.
Y
respondiendo a una pregunta mía:
‑ Todos
los humanoides del Cosmos de los que tenemos noticias son seres idénticos en su
estructura general.
Tienen
un alma individual, invisible, por ser adimensional, que vive eternamente.
Poseen
una memoria de su especie que es como un alma colectiva, que se transmite por
herencia y que también es inmortal.
Tienen
un cuerpo soporte de muchas almas durante su existencia planetaria.
Finalmente,
poseen un elemento de unión entre el cuerpo y sus almas que cuando se rompe
determina la muerte del cuerpo mientras que las almas se liberan y pasan a un
nuevo mundo, invisible para los sentidos, del que sólo tenemos atisbos a través
de hombres santos y de la Revelación Divina.
Trataré ahora de terminar el resumen de la conversación que mantuve con Francisco Atienza dejando a un lado datos curiosísimos, pero menos importantes, sobre su organización social y económica, que sería muy extenso reproducir.
En Urln
la producción de alimentos y artículos industriales se ajusta, sin grandes
dificultades, a la demanda, y únicamente están racionados (o limitados en su suministro)
los bienes terciarios. En este aspecto es la suya una `sociedad de consumo con
empresas privadas independientes que realizan la producción compitiendo entre
sí. La diferencia con nuestro sistema capitalista es que allí todos los
habitantes son accionistas, puesto que, además de adjudicar a cada uno unidades
de consumo se les adjudica también unidades de inversión. Son también accionistas
activos que aportan ideas para el desarrollo de las empresas de las que son
dueños. El suelo, las minas, los árboles y todo lo que la Naturaleza produce de
modo espontáneo son de propiedad comunitaria. El Estado Mundial de Urln
garantiza trabajo para todos. Trabajar allí es un derecho y deber que todos
cumplen. La descentralización administrativa es total, sin perjuicio de un
control centralizado. Cuando una empresa privada pierde su capital (por
ejemplo, al fabricar artículos que no gustan al público) desaparece, pasando a
otras empresas mejor dirigidas el personal que en ellas trabaja.
Sin
embargo, lo más interesante es la actitud mental de los habitantes de Urln,
pues muestran muy poco aprecio de todo lo material, que utilizan con un solo
fin: el perfeccionamiento de los individuos y de la raza.
En cambio, la vida intelectual es lo que absorbe el interés y casi todo el tiempo de los habitantes de Urln, centrándose también mucho más en el estudio del hombre y sus problemas que en estudio de las cosas. Dedican mucho tiempo a la meditación, a la oración y al intercambio de ideas con los demás.
Las
injusticias y las irritantes diferencias que existen en la Tierra entre los
hombres, las razas, las naciones, allí han quedado abolidas (después de
haberlas padecido hace miles de años) de tal modo que, prácticamente, no
existen problemas sociales y sólo quedan los individuales y otros de tipo
especial, como el de retroceder de un tipo de vida demasiado sofisticado a otro
más natural.
A mi
pregunta de cuándo los terrícolas podremos llegar a un grado de civilización
similar, me contestó:
‑ Lo
ignoro, pues vuestra forma de reaccionar es muy desconcertante, pero podrá
suceder después de un largo tiempo de avances y retrocesos, como nos ocurrió a
nosotros. La transición ha de ser lenta y gradual, pues no consiste en copiar
unas leyes, una Constitución, etc, (que luego nadie conoce), sino en un cambio
de mentalidad que tendrá que alcanzar a todos los rincones de vuestro planeta.
Tendréis que conseguir que en toda la Tierra reine el espíritu social de los
suecos, el sentido político de los ingleses, el fondo de humana dignidad de los
españoles, el desinterés por las cosas materiales de los hindúes, el pacifismo
de los suizos, la eficacia de los norteamericanos y de los judíos, el espíritu
religioso de algunas razas orientales, la disciplina y el espíritu de trabajo
de los alemanes y otras razas nórdicas, el sentido cartesiano de la medida de
los franceses, etc...Entonces podréis establecer un Estado Mundial, como
nosotros, y repartir y explotar adecuadamente las riquezas de la Tierra,
distribuyendo la población humana sobre el Globo de un modo más lógico que el
actual.
Al
preguntarle cómo realizar tan vasto programa, me respondió:
Pablo VI |
‑
Reformad ante todo vuestros sistemas educativos, poned en práctica las encíclicas
Pacen en Terris de Juan XXIII, y El progreso de los pueblos de Pablo VI,
teniendo en cuenta que para las naciones como para las personas el egoísmo es
la forma más evidente de un subdesarrollo moral y que el nacionalismo aísla los
pueblos en contra de lo que es su verdadero bien. Habréis de extender un idioma
único alfabetizando y desarrollando a las naciones atrasadas, tendréis que
utilizar todos los medios de comunicación de que disponéis para establecer una
gran tarea común en un mundo solidario que atraiga a todos los jóvenes y a
todos los hombres hoy decepcionados por vuestro fracaso en alcanzar los ideales
que anidan en el corazón de todas las personas de buena voluntad, que son la
inmensa mayoría de los terrícolas.
Escoged
también a vuestros gobernantes entre los hombres humildes, capaces y de alma
limpia, pues nuestra experiencia, como la vuestra, enseña que los hombres
ambiciosos, henchidos de orgullo y de ansias de dominio y de poder, son los
generadores de las grandes catástrofes a través de la Historia y los que
originan retrocesos en la marcha de la Humanidad.
Al preguntar a mi amigo extraterrestre si creía conveniente que yo divulgase sus ideas en forma escrita, me contestó:
‑ Solo
a tí podrá dañar, porque la mayor parte de los lectores te tomarán por loco. A
nosotros nos parece que, siempre que no se originen problemas por un
lanzamiento sensacionalista, no está de más que haya una información que
contrarreste ese mito de los agresores del espacio y que, poco a poco, como una
mancha de aceite, se vaya extendiendo en muchas mentes de terrícolas la idea de
que algo que no será desfavorable puede venirnos del espacio exterior. De este
modo (aunque es muy improbable), si más adelante se juzgase conveniente un
contacto oficial, entonces las mentes estarían preparadas para recibir a amigos
extraterrestres.
Como
leemos en vuestras inteligencias, vemos el cúmulo de dificultades que
originarían si nos presentásemos en forma muy demostrativa. La postura actual
de las autoridades de la Tierra es desconocernos, y nosotros hemos de
adaptarnos a ella. Ellas tienen la responsabilidad del mando y muchos problemas
sobre sí, y no tenemos ningún derecho a aumentárselos.
Hay un
corto número de humanoides, entre vosotros, procedentes de otro planeta
distinto al mío, y entendiendo que opinan igual. Tienen un sistema telepático
distinto al nuestro. No podemos comunicar con ellos. Los conocemos a través de
las mentes de unos pocos terrícolas. Vienen con iguales propósitos que nosotros
y tienen nuestra misma actitud discreta en cuanto a establecer un mínimo de
contactos y sólo en casos especiales. (Este párrafo me fue comunicado después,
en un contacto telepático, mientras yo estaba en una ciudad de Levante y
Atienza en América).
Mi diálogo telepático con Atienza había durado aproximadamente una hora, intensamente aprovechada, dada la velocidad de la transmisión mental.
Fue él
quien me hizo notar, por segunda vez, que estaba fatigándome en exceso, y llamó
mi atención sobre el hecho de que mi frente transpiraba en exceso y mi
respiración era jadeante. Empezaba también a dolerme un poco la cabeza, aunque
apenas me daba cuenta de ello.
‑ Es
necesario dar fin a nuestra conversación y separarnos ‑me dijo‑. Marchamos a
América y desde allí estoy seguro de que reanudaremos nuestro diálogo. Tiempo
tendremos de seguir conversando. Nuestra experiencia de hoy y la perfección del
ejercicio realizado son prenda de ello. Siempre recordaré con emoción esta
entrevista contigo, pero seguramente no se repetirá en el futuro, puesto que,
como sabes, huimos de los contactos personales.
Aunque
nacido en Urln, me considero un terrícola más. Quiero que nos despidamos con
un abrazo y que no se enturbie tu ánimo con nuestra separación. Nuestro
encuentro tendrá una gran trascendencia futura.
Estaba
aturdido. Bajamos del 1.500, nos abrazamos. Mis ojos estaban humedecidos, y sentía
como un desgarramiento al pensar que quizá se interrumpiría mi diálogo para
siempre con aquel hombre tan bueno y sabio, portador de tan fascinante mensaje,
fuente de tanto conocimiento...
Atienza
recorrió rápidamente los quince metros que le separaban de la astronave, subió
por la escalerilla, que en seguida se contrajo, y ocultó en el interior y me
hizo un último ademán de amistad, antes de desaparecer por la escotilla.
Se
encendieron unas luces anaranjadas dispuestas en forma circular y volví a sentir
aquella desagradable sensación de náuseas como de estar sumergido dentro de un
potente campo eléctrico. Sin ningún ruido, con gran rapidez, el platillo
ascendió verticalmente. Sus luces se apagaron y desapareció en la oscuridad de
la noche.
Quedé físicamente quebrantado y mentalmente desecho.
Seguía
recibiendo mensajes de ánimo de mi amigo, pero perceptiblemente en forma más tenue,
lo que me acongojaba al temer que nuestra comunicación se interrumpiría para
siempre, perdiendo yo aquel poder telepático cuyo ejercicio me había resultado
tan embriagador.
Solo en
la noche, penosamente, subí a mi coche. El arranque no funcionaba, pero al
quitarle el freno el Seat descendió por la pendiente. Embragué en segunda
velocidad y el motor empezó a funcionar. Seguí muy lentamente, sin cambiar de
marcha, hacia las luces del pueblo de Alarcón, aproximadamente a un kilómetro
de distancia. Necesitaba contar a alguien mi experiencia, anotar todos los
detalles para que no se me olvidasen y también... descansar...
Nunca
había estado antes en el parador del Marqués de Villena. Por las calles del
pueblo no vi a nadie (eran las dos de la madrugada), pero unos indicadores me
mostraban el camino para llegar al parador.
Abandoné
el coche a la entrada. Aunque soy bastante flemático, la emocionante
experiencia, que acababa de vivir, unida al hecho de que en aquel momento se
había interrumpido totalmente mi comunicación con Atienza, me tenían
trastornado y experimentaba una sensación de infelicidad.
Llegué,
como pude, hasta la conserjería. Dos empleados jóvenes del parador, que
debieron asustarse un tanto de mi estado y de la explicación incoherente que
les di de lo que me había pasado, me atendieron solícitamente.
Me dejé
caer sobre un banco de madera a allí empecé a recuperarme un tanto. Recuerdo
que un vaso de agua que me trajeron se escurrió de mis manos y se hizo trizas
contra el suelo.
Uno de
los empleados fue a buscar al médico del pueblo mientras que otro me ayudaba a
pasar a una de las habitaciones. Le entregué mi Documento Nacional de Identidad
y las llaves del coche para que retirasen mi equipaje.
Ya en
la habitación, empecé a tranquilizarme del todo, aferrándome a la esperanza que
me dio Atienza de que nuestro diálogo telepático se reanudaría algunos días más
tarde (como, gracias a Dios, así ocurrió).
El
médico tardó en llegar (sin duda debieron de despertarle y tendría que vestirse
al ser llamado a hora tan intempestiva).
Cuando
entró en mi habitación, creo que yo estaba casi normal físicamente, pero
todavía obsesionado por la idea de hacer partícipes a los demás de la
experiencia que acababa de vivir.
Me
reconoció detenidamente, me tomó el pulso y la tensión y, por la forma en que
me escuchaba mi poco coherente relato, advertí que me creía víctima de una
alucinación. Contesté a sus preguntas indicándole que jamás bebía y que sólo
había tomado una ligera cena.
No
quise ponerme una inyección para dormir. Me dio un tranquilizante, recomendándome
dejase un cuaderno en el que febrilmente había empezado a resumir el contenido
de mi conversación con Atienza, y se despidió de mí prometiéndome volver a
primera hora de la mañana.
Rogué
expresamente a los empleados del parador y al médico que no avisasen para nada
a mi familia en Madrid, que no esperaban mi llegada, porque cuando salí de viaje
yo había previsto llegar de sorpresa, pero el médico consideró conveniente
(aunque a mí no me lo dijo), telefonear a mi familia porque no creía posible
que a las ocho o las diez de la mañana, estuviera yo en condiciones de reanudar
mi viaje a la capital.
Escribí
algún tiempo en el cuaderno y luego me quedé dormido.
Con
gran sorpresa, horas más tarde me despertaron tres de mis hijas y mi cuñado,
que habían llegado en su coche rápidamente de Madrid, ya que se pusieron en
camino en cuanto les llamó el médico.
El
sueño, aunque muy corto, me había dejado en perfectas condiciones físicas.
Desayunamos.
Pagué la cuenta del parador y la minuta del médico, del que me despedí
llamándole hombre de poca fe y a quien mostré la veintena de cerillas
consumidas por Atienza que estaban en el suelo del coche y que una de mis hijas
recogió, lo que para mí constituía una prueba de no haber soñado.
En
viaje hacia Madrid, a petición de mi cuñado, me detuve en el preciso lugar en
que se había producido el encuentro y se le ocurrió buscar, encontrándolas, las
huellas dejadas por el rastreo de la escalerilla metálica, cuyo extremo
descansó en el borde de la carretera.
Volvimos
a casa, donde tranquilicé a mi asustada mujer (con la que ya habíamos hablado
por teléfono). Pasé un día de reposo y volví a encajarme en mi módulo de vida
normal, no comunicando mi aventura más que a mi familia y aun reducidísimo
número de amigos.
me gustaria q contases sobre las demas conexiones telepaticas q tuvieron y si le preguntaste sobre a quien le llaman "Dios" ellos, lo referente a ello al cristo y sobre la evolucion de los seres de urln
ResponderEliminarYo tambien tuve la experiencia de contactarme con un familiar muerto despues de haber vivido una situacion critica tal como lo relata el Dr Moody en su libro Vida despues de la muerte.
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