ZETA
RETICULI: Los
sujetos, escogidos al azar, son vigilados, observados y seguidos con nuestros
instrumentos. Entonces se decide la observación directa. La transferencia es un
experimento tecnológico con un potencial de elevado rendimiento,
y actualmente se está llevando a término sobre una base progresiva... en el
interior de ciertos vehículos seleccionados de la Red. A causa de la particular
maquinaria que se utiliza para la transferencia a bordo, las barras de
inculcación se construyen para inculcar datos preseleccionados en un
sujeto. Estas barras pueden también exculcar datos que ya posea el
sujeto.
¿Comparten
tecnología las civilizaciones extraterrestres? La respuesta es afirmativa, si
nos ceñimos a los testimonios extraídos de algunas abducciones. En 1977
Willian J. Herrmann sufrió su primera abducción; y en fechas posteriores
llegarían otras en las cuales fue sometido a sendos reconocimientos médicos por
parte de los extraterrestres.
Habitualmente el abducido es tendido sobre una
especie de camilla para el “pertinente examen médico” realizado por los
extraterrestres (quienes utilizan sondas
para extraer fluidos corporales, puncionan extrayendo sangre y en muchas ocasiones realizan
algún tipo de implante, tal vez para monitorizar durante años cierto
seguimiento fisiológico): Pero lo curioso de todo ello son los instrumentos que
utilizan estas civilizaciones para estudiar la actividad eléctrica del cuerpo
humano (sistema electroquímico); maquinas capaces de analizar el cerebro en su
conjunto (incluyendo todo tipo de pensamientos o recuerdos) mediante una “barra”que
se desliza a pocos centímetros, emitiendo luces a modo de destellos estroboscopios
(si podemos llamarlo de alguna manera) sobre el humano elegido. Al parecer, con
esta avanzada tecnología, los extraterrestres son capaces
de “extraer cualquier información de un cerebro humano” y si hacemos caso de la
descripción de Willian J. Herrmann, también lo son de “inculcar” (introducir)
los datos que consideren necesarios para que la abducción sea verdaderamente
útil y efectiva (intuyo).
No me extenderé demasiado en este pequeño
preludio, incidiendo en aquello que nos resulta tan enigmático para los seres
humanos, es decir, nuestro propio cerebro; aunque otras civilizaciones fuera de la Tierra parecen dominarlo
y casi con total seguridad habrán llegado ya a una perfecta armonía y
conocimiento en el plano físico, curando enfermedades degenerativas
tales como el Alzheimer o ciertas demencias asociadas al envejecimiento que tanto nos agobian a los seres
humanos. Todo ello sin olvidar, según lo han descrito muchos contactados, que esos
mismos seres extraterrestres utilizan como medio de comunicación universal la telepatía,
un sistema que al parecer se vale de
ideogramas para transmitir instantáneamente información de un cerebro a otro,
sin importar las distancias; siendo la glándula pineal, clave en este proceso.
En esta ocasión he traído dos abducciones, una la
ocurrida a Willian J. Herrmann y otra
a los cinco miembros de la familia Avis, acaecida en Inglaterra
en 1974. Si observamos con detalle estos hechos, se aprecia como diferentes
razas extraterrestres utilizan una técnica muy parecida, sino igual, para
analizar la mente de los seres humanos; teniendo en cuenta que una gran parte
de estas civilizaciones, tal es el caso de los reticulianos, una vez superado cierto nivel tecnológico necesario
para los viajes interestelares, marcarían como horizonte el estudio de la
vida y su evolución en los diferentes planetas de esta y otras galaxias; entendiendo
ello como “una necesidad intrínseca de todos los seres vivos por comprender la
realidad en su conjunto” o dicho de otro modo, “saber en qué consiste exactamente
aquello que llamamos Creación”.
………………………………………………………………….
Del libro Las
Maquinas del Cosmos, de Antonio Ribera
LOS DE LA SERPIENTE:
«THE ZETA RETICULI CONNECTION»
El caso de William
J. Herrmann
Como ya he dicho, debo el conocimiento
de este caso al teniente coronel (retirado) de la Aviación norteamericana, WendelleC. Stevens, quien me ha facilitado el
material que lo forma, compuesto principalmente por las declaraciones del
propio testigo y protagonista, el joven William J. Herrmann,
autorizándome a utilizarlo sin limitación alguna. Vaya pues mi agradecimiento
al mismo. Wendelle C. Stevens nació en 1923 y pasó su infancia en
una pequeña población del centro de Minnesota. Se alistó en el Ejército
de los Estados Unidos a una edad muy temprana, y cuando la guerra
estalló en 1941, era mecánico de aviación en California.
Terminado su adiestramiento como piloto de caza, fue destinado al teatro de
operaciones del Pacífico. Alternó su carrera como piloto con
misiones de inteligencia, pues fue adscrito al Air
Technical IntelligenceCenter (ATIC) en la base aérea de Wright-Patterson.
Los famosos proyectos Sign, Grudge y Blue Book se hallaban entonces bajo la dependencia del ATIC. En 1947 el ATIC envió a Stevens a Alaska, donde colaboró en proyectos relacionados con la meteorología polar y la cartografía de aquella región. Fue precisamente durante su estancia en Alaska cuando conoció los primeros casos auténticos de OVNIS y empezó a interesarse por el tema, convirtiéndose desde entonces en un investigador del fenómeno. En la actualidad, Stevens posee una de las mayores colecciones de fotografías de ovnis existentes en el mundo, ayudando con muchas de ellas a ilustrar artículos y películas. A partir de 1975, a consecuencia de la relación que estableció en Suiza con Meier, supuesto contactado y autor de fotografías de naves extraterrestres, empezó a interesarse por los casos de abducción.
Los famosos proyectos Sign, Grudge y Blue Book se hallaban entonces bajo la dependencia del ATIC. En 1947 el ATIC envió a Stevens a Alaska, donde colaboró en proyectos relacionados con la meteorología polar y la cartografía de aquella región. Fue precisamente durante su estancia en Alaska cuando conoció los primeros casos auténticos de OVNIS y empezó a interesarse por el tema, convirtiéndose desde entonces en un investigador del fenómeno. En la actualidad, Stevens posee una de las mayores colecciones de fotografías de ovnis existentes en el mundo, ayudando con muchas de ellas a ilustrar artículos y películas. A partir de 1975, a consecuencia de la relación que estableció en Suiza con Meier, supuesto contactado y autor de fotografías de naves extraterrestres, empezó a interesarse por los casos de abducción.
En cuanto a William J.
Herrmann, protagonista del caso de abducción que nos ocupa, nació en
agosto de 1952 en Newport, Rhode Island, trasladándose a Charleston
en 1959 con su padre, que pertenecía a la Armada. Al terminar la
segunda enseñanza asistió a las clases de la ROTC de la Aviación,
siendo allí donde había de conocer a su futura esposa.
BilI Herrmann no creía en los ovnis
antes de que en 1977 iniciase su fantástica experiencia. Se hallaba convencido
de que la Aviación había explicado satisfactoriamente el
fenómeno. En aquellos tiempos, se hubiera burlado de quien hubiese afirmado
creer en algo que él consideraba «ridículo». Se hallaba convencido de que las
conclusiones del Informe Con don aclaraban todas las incógnitas, y apenas
pensaba en la cuestión... hasta 1977.
Tanto su mundo privado como su
escala de valores se conmovieron hasta sus mismísimos cimentos a consecuencia
de los sucesos que a partir de entonces empezaron a producirse a su alrededor.
Aún no sabe cómo enfrentarse con estas nuevas realidades. Le preocupa la apatía
con que sus semejantes consideran el tema, así como el hecho de que nadie sepa
ni quiera saber qué es lo que ocurre realmente. Considera que es su deber
esforzarse por hacérselo comprender así a las autoridades.
Willian J. Herrmann |
Como tantas veces ha ocurrido ya,
un hombre indiferente por completo ante el problema ovni tuvo que vivir un caso
que significó para él un replanteamiento de todas sus creencias.
Pero el lector comprenderá que no
es para menos.
La historia que sigue constituye
una importante adición a la literatura ufológica porque representa un típico
encuentro del cuarto tipo, o abducción, experimentado por una persona normal y
corriente que no creía en los ovnis ni éstos le interesaban, no leía revistas o
libros sobre la cuestión ni había visto películas de ovnis. No tenía ideas
preconcebidas sobre el tema antes de vivir su alucinante experiencia.
Ésta empezó para él, según cree recordar, el día en
que observó lo que le pareció ser un nuevo tipo de avión de la Armada
que evolucionaba sobre el río Ashley, en la zona de North
Charleston y cerca de la base aérea de dicha población. Vio este
objeto varias veces y terminó por familiarizarse con una aeronave circular,
discoidal y de aspecto metálico de algún nuevo tipo, que con frecuencia trazaba
extraños dibujos triangulares en el cielo sobre las líneas de alta tensión de
la compañía SCG&E, tendidas a lo largo del lecho del río Ashley, cerca del
embarcadero del ferry.
Esta singular nave aérea era de
un color plateado brillante, pero mostraba una corona de luz anaranjada, en
torno a su superficie, que llegaba a ser visible incluso en pleno día. Presentaba
una cúpula
baja y curvada en la parte superior y a veces Bill observó lo que le pareció
ser una especie de tren de aterrizaje bajo el aparato, compuesto por tres
protuberancias que se destacaban sobre el fondo plano o casi plano.
Aquél era el segundo modelo
circular que había visto. En noviembre de 1977 tuvo ocasión de observar otro
tipo de aeronave, de tamaño casi idéntico y también circular, pero rematada por
una cúpula más ancha y más plana. Esta vez no distinguió ninguna
infraestructura. Más adelante había de ver un tercer tipo, e incluso un cuarto.
Esto parece indicar que existe una diversidad de naves, cada una con un
propósito específico, y que están siendo empleadas por quienquiera que sea que
las gobierne.
Cuando el testigo empezó a
interesarse por estas extrañas naves aéreas, ellas parecieron hacer lo propio
respecto a él, presentándosele con más frecuencia. Hasta que un día pudo ver de
muy cerca a una de las naves, comprendiendo entonces que no podían haber sido
fabricadas en la Tierra.
Poco tiempo después de esto, una
noche en que salió armado con sus prismáticos y con ánimo de observar a la
nave, fue abducido y llevado a bordo de ella.
El trauma que le produjo esta experiencia ultraterrenal y el shock que sintió al tener que enfrentarse con una realidad increíble, fueron abrumadores. Pero lo que más le afligía era saber que se hallaba en posesión de una verdad que no podía comunicar a nadie y que nadie querría creer, ni su esposa, ni su padre, ni sus amigos. Nadie le escucharía. El sacerdote de su iglesia rezaría por él, y, en cuanto a las autoridades, no le creerían ni querrían ser molestadas por aquel chiflado: los militares ni se molestarían en escucharle. Y esto fue exactamente lo que sucedió. Incluso los periodistas le escucharon conteniendo a duras penas la risa. ¡Y estas maniobras aéreas a cargo de una nave extraterrestre tenían lugar a la vista de diversas instalaciones militares provistas de los medios de detección más avanzados!
Una pequeña gacetilla a una sola
columna en la última página del periódico local fue todo el eco que consiguió
despertar este extraordinario acontecimiento... pero la gacetilla se publicó
acompañada de un artículo a dos columnas, firmado por un tal doctor Boxer,
en el que éste se mofaba de la existencia de los OVNIS y los «hombrecitos
verdes».
Pero no todo el mundo reaccionó
de la misma manera: el coche de Bill sufrió daños y él recibió
amenazas por teléfono. Un día se encontró con que alguien había penetrado en su
vivienda, tras descerrajar la puerta. Y las amenazas no se limitaron al
teléfono, sino que también las recibió por correo. Alguna de ellas procedía de
departamentos oficiales, concretamente de la Marina. En una
ocasión unos misteriosos «investigadores» provistos de falsas tarjetas de
identidad consiguieron drogarlo, mediante técnicas muy sofisticadas, para
someterlo a un largo interrogatorio contra su voluntad.
Este caso es típico de otros
muchos. Parece como si un contactado siempre tenga más que temer de sus
contemporáneos que de los visitantes extraterrestres que se acercaron a él.
El primer relato constituye un
recuerdo frenético y esquemático de unos acontecimientos tan extraños, que
incluso a él mismo le cuesta creerlos. Surge luego una imagen más coherente, a
medida que estos hechos inconexos se van organizando en su mente y él empieza a
recordar. Finalmente, «se hace la luz» y él puede recordar todo cuanto ocurrió
a bordo de la astronave, como si hubiese sucedido la noche anterior.
El testigo estuvo plenamente consciente y lúcido
durante las cuatro horas y quince minutos en que permaneció a bordo de la nave
durante la segunda abducción, recibiendo confirmación de muchos de sus primeros
recuerdos.
Este caso aún no ha terminado y Bill
Herrmann se prepara para ser llevado por tercera vez a bordo de la nave
extraterrestre. Esta vez irá mejor preparado, pues piensa ir provisto de una
buena cámara fotográfica, prismáticos, un magnetófono en miniatura, flash y una
buena provisión de película y cinta magnetofónica. Esperemos que consiga
aportar algunas pruebas indiscutibles, si es que tal cosa vuelve a suceder.
Cuando empezó a pensar que habría que exponer este caso, el coronel
Stevens pidió a Bill que le diese su idea de lo que
podría ser una posible introducción al mismo. Entonces él le envió los
siguientes comentarios y una declaración titulada «Preludio». Creo que vale la
pena reproducir aquí esta declaración:
¿Cómo puede una persona comentar
y relatar el acontecimiento más insólito, por no decir extraordinario, que le
ha ocurrido en toda su vida? ¿Pueden unas simples palabras aclarar algo que aún
continúa provocando tantas controversias? ¿Existen, a decir verdad, palabras
capaces de persuadir a los más escépticos, haciendo que consideren, aunque sólo
sea por un momento, la terrible posibilidad de que acaso su escepticismo esté
equivocado?
¿Acaso poseo yo la respuesta a
estas preguntas? ¿Puedo convencer al escéptico y hacer que sea objetivo? Éste
es un tema completamente distinto. Durante muchos años, los «expertos» en ovnis
han escrito cantidades ingentes de páginas... Estos expertos, tanto a favor
como en contra y aunque sean sinceros, nunca han vivido la cruda realidad
representada por una experiencia directa del fenómeno. Hay muchas otras
personas, tanto en este país como en todo el mundo, que han sido testigos de
hechos que han hecho cambiar sus opiniones o sus creencias. Estas
conversaciones no han resultado fáciles. Mucho de lo que contienen estas
páginas parecerá increíble. Muchos se negarán a creerlo.
Pero yo pienso que lo importante no es dejar bien
sentada la creencia en la validez de este caso. Lo único que importa es
establecer el conocimiento del suceso. Corresponde a cada individuo considerar
cuidadosamente, de todo lo que se le presenta, lo que tiene un significado para
él, y calcular las alternativas, aunque éstas son muy pocas. En otras palabras...
juzgad por vosotros mismos. Pudiera ser muy bien que tarde o temprano quien lea
esto tenga que enfrentarse también con la escueta realidad de la existencia de
objetos volantes no identificados... y si esto ocurre, tendrá que estar
preparado para afrontar el peligro que trae aparejada tal experiencia en
nuestra sociedad.
Historia contada por William J. Herrmann
En las páginas que siguen
intentaré resumir la historia contada por Williarn J. Herrmann al
teniente coronel Wendelle C. Stevens. La historia narrada por
este joven mecánico (tenía 24 años en el momento de producirse la supuesta
primera abducción) de apellido alemán, y que habitaba -y sigue habitando-en una caravana, roulotte o tráileren
las proximidades de Charleston (EE.UU.) es más bien complicada, y en ella se entreverán dos
abducciones, una serie de fotografías de ovnis previas y posteriores a sus experiencias,
intervención de un enigmático «místerOlsen», que se presentó como
miembro de UFOIRC, una organización ufológica norteamericana -y que luego resultó no serlo-,
llamadas telefónicas amenazadoras de corte típicamente keeliano, aparición de MIB
(Men in Black: hombres de negro), mensajes recibidos por Herrmann
en escritura automática y en unos
caracteres que recuerdan al persa, más mensajes en inglés, con explicaciones
técnicas y fórmulas
matemáticas incomprensibles para el testigo, etcétera.
Todo ello presta gran
complejidad, como digo, al caso Hermann. Pero hay varios detalles
en el mismo -detalles que Herrmann no podía conocer-que en mi opinión le
confieren verosimilitud. Por ejemplo, el detalle de la serpiente alada, emblema
que Herrmann vio a bordo de la nave y en los uniformes de los ovninautas; las coordenadas geográficas
que aparecen en uno de los mensajes «científicos», que nos sitúan en un remoto y desierto lugar del Pacífico
Sur, en el borde occidental del «Triángulo» de esa zona
terráquea, y algún otro detalle que irá apareciendo al fluir de la narración.
Parece ser que todo empezó el 22 de enero de 1978,
cuando Herrmann consiguió fotografiar a un ovni que trazaba
figuras triangulares en el cielo (posteriormente supo que esta forma de
evolucionar era una táctica destinada a evitar los efectos nocivos que los
radares terrestres tenían en el sistema de propulsión de las naves, y que en el pasado habían hecho que
algunas de ellas se estrellasen)_ El OVNI evolucionaba sobre la
línea de alta tensión que bordea el río Ashley, en las
proximidades de la base aérea de
La primera abducción
Poco menos de dos meses después
de que Herrmann tomara estas primeras fotografías, exactamente el 18 de marzo
de 1978, a las 9 horas 25 minutos de la noche, Herrmann se
hallaba observando las evoluciones triangulares de un ovni sobre el río Ashley.
El tiempo era bueno y la visibilidad ilimitada. Con objeto de ver mejor las
maniobras del ovni, el joven se dirigió a uno de los extremos del camping para
caravanas donde vivía, y luego tomó un atajo que conocía para acercarse más al OVNI.
Este sendero le condujo a la vía férrea, muy cerca de las torres del tendido
eléctrico, y a la zona sobre la cual evolucionaba el ovni.
Pero a partir de aquí, vamos a
cederle la palabra para que sea él mismo quien nos cuente personalmente su
alucinante experiencia:
“Pero cuando llegué al final de
la calle (Floyd Circle), la cerca que cerraba el atajo ya no
estaba abierta... la habían reparado. Entonces yo volví corriendo al camping y
regresé al sendero por otro camino. Recorrí un trecho la vía férrea y todo el tiempo estaba viendo al OVNI
inmóvil sobre la torre izquierda de la compañía SCG&E. Dejé
de andar y me quedé allí parado, cuando el objeto inició otra figura
triangular. Entonces el ovni descendió bruscamente... pensé por un momento que
iba a estrellarse contra el río o los marjales. Pero en vez de esto, el ovni se
detuvo exactamente sobre el río Ashley. Entonces el brillo
desapareció instantáneamente, como si hubiesen apagado una luz.
Antes de que yo pudiera
reaccionar, algo se movió rapidísimamente y el OVNI quedó a unos
cuatro metros de donde yo estaba, justo encima de un gran arbusto
que tenía enfrente. Yo me llevé un gran susto, perdí el equilibrio y empecé a
caer, volviéndome con rapidez al mismo tiempo para ver dónde iba a caer”.
Entonces ocurrieron varias cosas. Distinguí
un resplandor azulado... que parecía extenderse desde la parte inferior del
disco... y una silueta oscura. La luz azulada era de forma circular.
Pese a que no hacía viento, vi balancearse las cañas del pantano. Me dominó una
sensación en la que se mezclaban la curiosidad y el miedo. Intenté meter las
manos en el resplandor azul, y, con
gran sorpresa por mi parte, vi que
éstas lo atravesaban totalmente
También parecía conservar mi equilibrio y sentí que ya no iba a caerme.
También parecía conservar mi equilibrio y sentí que ya no iba a caerme.
Al llegar a este punto de mi
relato lo recuerdo todo muy confusamente, y no sabría explicar con exactitud
qué ocurrió a continuación. Lo único que recuerdo bien es un sonido... a veces
distante... lejano... y es pulsante... una especie de zumbido, y lo primero que
pienso es que el origen del sonido está abajo... en un sótano. A partir de este
momento los detalles son esquemáticos. Recuerdo haberme despertado... tendido
en una cama o mesa... en una pequeña habitación rojiza... en la que hay tres individuos
de pie junto a una caja que parece un televisor, y tal vez lo sea. Me puedo ver
los pies y compruebo que llevo puestos los zapatos... Trato de recordar y,
aunque sé que estoy tendido, siento como si me incorporase. ¿Dónde estoy?... Lo
único que puedo ver es la espalda de aquella “gente”, y veo que visten una ropa
que hace juego con el color de la habitación en que estoy. De pronto recuerdo
haber estado observando el ovni... y que era oscuro... un momento... no, no
puede ser... esto no puede haber sucedido. El temor agarrota mis miembros...
y entonces se produce un centelleo de luces exactamente encima de mi cabeza...
una barra de forma rectangular lanza destellos rojos, verdes y azules en esta
secuencia. .. 1-2-3-4-5-4-3-2-1...
En aquel momento las tres “personas” se vuelven
y se ponen a observarme, lanzando también miradas a la caja que hay en el piso
y a la barra del techo. Tienen un aspecto oriental, de complexión frágil, y sin
embargo de ellos se desprende una impresión de fuerza que va más allá de la
simple virilidad... una fuerza interior que se manifiesta en su misma
apariencia.
Oigo una voz que me exhorta a no tener miedo...
luego la misma voz dice: “Vamos, el tiempo es limitado”, y entonces las
luces del techo dejan de moverse, y las tres “personas” me ayudan a bajar de la
cama o mesa. Al tocarles los brazos, percibo una fuerza aún más profunda.
Entonces pasamos frente a la caja y veo que ésta tiene ruedas en su parte
inferior, y que está conectada a la cama o mesa.
Como en sueños, paso con ellos
a través de una puerta angosta que da a una sala circular. Las paredes de esta
sala tienen el mismo color que la estancia anterior. Caminamos un corto trecho
y entramos en una sala de mayores dimensiones... Esta sala está llena de
maquinaria y de botones, palancas... y lo que parecen ser bobinas con cinta
magnética que no paran de girar... primero hacia un lado y luego hacia otro.
Vuelvo a oír voces: “Éste es nuestro centro de control”... En el centro
hay un gran instrumento de forma tubular lleno de alambres y varillas... hay un
instrumento semejante en la pared que está en el lado opuesto de la puerta. Al
entrar nosotros, las otras “personas” que estaban sentadas en esta sala se
levantan y dan un paso atrás desde el lugar donde estaban sentadas. A mí me
impresiona mucho lo que voy viendo en estos diferentes lugares. Oigo nuevamente
la voz... "Vamos, debemos continuar, el tiempo es limitado”. Por la
razón que sea el miedo vuelve a dominarme...“No queremos hacerte daño”...
Miro a aquellos seres y observo que ninguno mueve los labios... sin embargo, yo
oigo aquella voz. Estoy confuso y asustado. “Tranquilízate, todo va tal como
esperábamos”, y de pronto me inunda una sensación de seguridad y calor, y
cuando regresamos a la primera sala... una sensación de parentesco con aquella
"gente", como si hubiese reconocido a un pariente cercano que se
hubiese ido lejos y acabara de regresar. No puedo describir la placentera
sensación que me dominó.
Tengo la mente en blanco... como
si me faltara algo... pero recuerdo haber atravesado una puerta (que luego se
cierra con un sonido suave) y penetro de pronto en una habitación ocupada
únicamente por una maciza pieza de maquinaria situada en el centro de la misma
y llena de colores. Hay una especie de tablero constantemente en movimiento con
dos grandes bolas redondas sujetas a la parte superior izquierda y a la parte
superior derecha de la maquinaria... veo alambres y varillas en el centro de
las bolas... Un momento de duda...sí, las bolas redondas son transparentes. Dos
"personas" están sentadas ante un pupitre puesto ante el tablero cuadriculado. Se levantan
cuando nos aproximamos a las luces en movimiento... y se sitúan detrás de nosotros...
Otra vez la voz: “Esta es nuestra unidad manipuladora del equilibrio”... “Ven, debemos volver a la cámara de
inculcación (sic: inculcation)...el momento ha llegado”. Salimos
por la puerta y pasamos por la puerta más pequeña... se cierra... se abre... y
regresamos por la gran cámara.
Pasamos por la sala de máquinas... Veo las bobinas con las cintas cuando
atravieso el umbral... están todas paradas...
Continuamos por la gran sala. Entramos en la primera habitación... a nuestra
izquierda. Es la habitación que contiene la mesa o cama y la caja con ruedas...
»
Aquí sus captores sometieron a Herrmann
a una sesión con el «monitor de inculcación»... que le obligaría
a «recordarlo todo»: la barra sujeta al techo empezó a pulsar en
secuencia, lentamente al principio, luego más de prisa y por último a gran
velocidad, mientras él permanecía tendido en la «mesa». Tras una momentánea
pérdida de conocimiento, el abducido se vio rodeado de nuevo por la luz azulada
y se encontró en un campo. Sobre su cabeza brillaban las estrellas y el ovni se
alejaba trazando dibujos triangulares en el cielo. Herrmann vio
los faros de un coche. Tenía una carretera a su izquierda. Corrió hacia
ella y se puso a hacer frenéticas señales a los automóviles que pasaban.
Finalmente consiguió que uno de ellos se detuviese. « ¡Ayúdenme, por favor!
-les imploró--. ¡Llamen a la policía! ... ¿Dónde estoy? ¿Qué hora es?» Le
dijeron que estaba en la carretera de Bacons Bridge, en Surnmerville,
y que eran las 12 y cuarto de la noche... aunque él creía recordar que sólo un
momento antes eran las 9 y media, aproximadamente. El coche que había detenido
se alejó, pero sin duda informó a la policía, porque a los pocos momentos llegó
un coche patrulla del condado de Dorchester. Los agentes hicieron
una inspección rutinaria del lugar indicado por Herrmann como el de la supuesta
abducción, y luego le hicieron firmar un atestado con su declaración. Por
último lo dejaron en un establecimiento de los llamados «Quick-Stop»,
después de informar por teléfono a Patti, la esposa de Herrmann,
sobre el paradero de éste. Parece ser que los agentes de la ley insinuaron a la
esposa que su marido estaba algo mal de la cabeza... Al cabo de una hora y
cuarto, el padre de Herrmann y Patti se presentaron en el
«Quick-Stop» para recogerlo, y se lo llevaron a Charleston con
ellos. El punto de Summerville donde Herrmann fue encontrado se
encuentra a unos 30 km del lugar junto al río Ashley donde fue
supuestamente abducido.
Hipnosis
A petición de JimyCoral
Lorenzen, de APRO, el doctor James Harder, que ha
alcanzado una considerable reputación por los éxitos conseguidos al recuperar
información oculta en los niveles más profundos de la consciencia de diversos
abducidos, haciéndola pasar a los niveles vigiles de la consciencia de los
mismos, se decidió a participar en el caso y empezó a realizar diversas
sesiones de hipnosis profunda con William Herrmann. Gracias a esta terapia del
doctor Harder, Herrmann es capaz, hoy, de recordar a nivel plenamente
consciente casi todo cuanto le ocurrió aquella noche, y puede enfrentarse a
ello de modo racional. Hipnosis
En una carta escrita
posteriormente al teniente coronel Stevens, escribió: «Yo mismo pude observar
ese OVNI el 12 de noviembre, el 27 del mismo mes, el 2 de
diciembre, y también el 4, el 8 de febrero de 1979, y por dos veces, el 22 de
enero y el 27 de noviembre, pude fotografiar el objeto. La constante presencia
del ovni sobre el área de Charleston me inquietaba. Fue visto también por
muchas otras personas, pero por temor al ridículo desean permanecer en el anonimato. No obstante,
comentaron las circunstancias de sus observaciones conmigo, y comprobaron los
detalles que se podían apreciar durante nuestras entrevistas. Todos
concordábamos en que el ovni tenía
un tamaño doble que el de un PiperCherokee, por ejemplo, midiendo de 18 a 20 m
de diámetro. Su aspecto era metálico plateado brillante. Solía moverse trazando
dibujos triangulares en el cielo, lo cual ya era familiar para mÍ. Donde más se
le veía era sobre la estación del ferry y el río Ashley, cerca de Drayton y
hasta el Hunley Park, entre 250 y 300 m de altura sobre el suelo. Más que
observador, yo me sentía observado.»
El misterioso míster Olsen
Se produce ahora el episodio keeliano
del «falso místerOlsen», que voy a resumir a continuación. Era un
sábado, en la tercera semana de febrero de 1978. Hacia las tres y media de la
tarde, sonó el teléfono en la caravana de Herrmann. Un tal místerOIsen estaba
al otro extremo de lalínea. Dijo a Herrmann que se encontraba en la población
«para investigar las supuestas observaciones», añadiendo si le importaría
«recibirle un momento para hablar del disco». Herrmann contestó
afirmativamente, y dijo que le esperaba dentro de media hora. El comunicante
respondió que pasaría a recogerlo. Herrmann le dio entonces su dirección_
Cosa de media hora más tarde, un
Chevrolet azul oscuro con matrícula de 1977 se acercó al trailer. Parecía un
coche de alquiler. Lo conducía un caballero que dijo ser Olsen. Cuando Herrmann
le pidió que le mostrase algún documento de identificación, su visitante le
mostró un permiso de conducir de Maryland, una tarjeta de identificación de la USAF
(para personal retirado) con foto de carnet, una tarjeta del UFOIRC, a su
nombre y también con foto, y otros documentos que parecían auténticos. «Olsen»
le dijo que podía llamarle «Tom», lo cual equivale al tuteo, en inglés.
Tranquilizado, Herrmann accedió a
acompañar a «OIsen» en su automóviL Sin embargo, no dejaba de llamarle la
atención el aspecto del visitante. Éste, que aparentaba entre 50 y 55 años, iba
perfectamente rasurado, tenía un cabello negrísimo, llevaba gafas y, con su
traje oscuro a rayas, tenía todo el aspecto de un próspero hombre de negocios.
Su frente tenía amplias entradas, lo que le confería un aspecto peculiar.
Desde el camping-caravaning,
fueron en el coche a visitar los diversos lugares desde donde se había
observado el objeto, por Herrmann y otros testigos. En cada lugar «mister OIsen»
tomaba de 20 a 30 fotos con una cámara Nikon de 35
mm provista de teleobjetivo, que llevabaen el asiento trasero. Debió de
impresionar así unos quince rollos de película. Herrmann le preguntó si deseaba
examinar sus propias fotografías, a lo que «Olsen» contestó: «Todavía no es
necesario.»
En la estación del ferry, «Olsen»
tomó una fotografía de Herrmann. Durante todo el tiempo, y en cada lugar donde
se detenían, le asaeteaba a preguntas acerca de los movimientos del ovni, la
dirección que llevaba, su altura, etc. Se acercaron después a la zona de Mount
Pleasant, situada cerca de la orilla del mar, y después de dos horas y media de
esta actividad, «míster Olsen» le preguntó si· consentiría en someterse a un
examen con el polígrafo... o sea el detector de mentiras. Creyendo Herrmann que
se refería a una fecha posterior, respondió que no tenía inconveniente. Pero
"OIsen» repuso: «Muy bien. En tal caso, iremos a mi hotel, el Mills House,
y empezaremos al punto. Allí tengo a otros dos miembros del UFOIRC
esperándonos.»
La proposición no le hizo
demasiada gracia a Herrmann, quien le pidió que le mostrase de nuevo su
identificación. «Olsen» volvió a exhibir los documentos antes mencionados.
Fueron en el coche al Mills House y dejaron el vehículo en el
aparcamiento. En el vestíbulo del hotel, efectivamente, les estaban esperando
otros dos caballeros. Iban bien vestidos y se presentaron como miembros del UFOIRC.
Uno de ellos era un experto en el polígrafo del estado de Maryland. El otro era
un médico que tenía que examinar las reacciones físicas de Herrmann durante la
prueba.
Todos se metieron en el ascensor
y subieron hasta la quinta planta. Penetraron en la habitación 520, y acto
seguido sacaron el polígrafo de una maleta de tamaño mediano. Poniéndolo sobre
una mesa, el experto se dedicó a montarlo. El doctor le tomó la presión y luego
le dijo que se relajase. Se brindó a darle algo que le ayudaría a «relajarse»,
pero Herrmann, cuyo nerviosismo iba en aumento, pidió de nuevo a «OIsen» que se
identificase. Éste, empezando a perder la paciencia, le dijo: «Mister Herrmann,
nuestro grupo está inscrito y registrado ante las autoridades federales como
organización investigadora que se dedica a estudiar los ovnis. Le basta coger
el teléfono para confirmar lo que le digo. ¿Quiere hacer el favor, ahora, de
continuar? Nuestro tiempo es valioso.»
Pensando que si seguía poniendo
dificultades creerían que trataba de ocultar algo, Herrmann terminó por acceder.
Lo conectaron al polígrafo. El médico sacó una jeringuilla y le
administró una inyección de un líquido claro procedente de una botellita que
sacó de su maletín. Le pusieron esparadrapo en los dedos y le rodearon brazos,
piernas y tórax con unas tiras de sujeción. Comenzó el examen. Empezaron por
preguntarle cuál era su nombre... su ocupación... edad, etc. Después de cada
pregunta, el caballero que atendía al funcionamiento de la máquina marcaba algo
en la gráfica. Luego le pidieron que mintiese deliberadamente. Le dieron un
naipe, le dijeron que lo mirase y luego mintiese acerca de la identificación
del mismo. Nueva marca en la gráfica. Le dijeron entonces que mintiese acerca
de su nombre y ocupación.
Finalmente, después de que el
médico le tomara el pulso y la tensión sanguínea, empezaron las preguntas sobre
los ovnis. Le pidieron una y otra vez que relatase sus experiencias. ¿Se
trataba todo de un fraude, de una fabulación intencionada? ¿O bien había
observado realmente, hasta allá donde él podía saber, un ovni? Las mismas
preguntas le volvieron a ser formuladas de forma diferente. Así una y otra vez,
y tras de cada respuesta, el examinador anotaba algo en la tira de papel que se
iba desenrollando.
Después de más de dos horas de
esta agotadora sesión, le dijeron que el examen había terminado, y que podía
ponerse la camisa. El médico le aconsejó que procurase mantenerse relajado el
resto del día, y el examinador metió la tira de papel en la maleta. Mientras
Herrmann se ponía la camisa, «Olsen» le sugirió muy amablemente que sin duda
debía de estar hambriento, «y acaso le gustaría irse a comer un buen bistec o
una de esas estupendas sopas de cangrejo».
Con cierta brusquedad, Herrmann
le contestó que prefería irse a su casa, pues estaba muy cansado. «Muy bien»,
repuso «Olsen» y, tras decir a sus compañeros que regresaría en seguida, llevó
a Herrmann al camping en su coche. Por el camino ambos hablaron del fenómeno
ovni. Herrmann le preguntó qué creía que iba a pasar ahora, y él le dijo que si
el examen había resultado satisfactorio, tendría noticias del UFOIRC dentro de
los próximos cuatro días. Al apearse del coche, Herrmann le preguntó qué creía
él que había visto. A esto el otro le contestó preguntándole a su vez qué creía
haber visto él. Herrmann le dijo que tal vez pudiera tratarse de un proyecto
militar de Gobierno. «No es probable», contestó «Olsen», añadiendo: «Además,
¿de qué gobierno?" «Del nuestro, por supuesto», repuso Herrmann. Él le
miró con semblante sombrío, y musitó entre dientes: «No esté usted tan seguro.»
Después de esto, se alejó con su Chevrolet azul oscuro.
El miércoles siguiente, o sea cuatro días después,
Herrmann recibió por correo un sobre amarillo de papel manila
Contenía un formulario de
encuesta del UFOIRC, información ufológica y un memorándum de la oficina de
Thomas M. Olsen, solicitándole que rellenara el cuestionario y se los
devolviera lo antes posible, incluyendo fotos, croquis y datos que pudiera
facilitarles. El memorándum estaba firmado por Thomas
M. Olsen...
El viernes, Herrmann ya había
rellenado los cuestionarios, había hecho sacar copias de las fotografías y
realizar algunos croquis. Metió todo este material en un sobre, junto con una
breve carta en la que daba las gracias a mister OIsen por toda la paciencia y
amabilidad de que hizo gala cuando le visitó, diciéndole que apreciaba
especialmente su invitación a cenar.
Tras disculparse por su aparente brusquedad, firmó la carta y la envió por
correo.
Una semana y media después,
Herrmann recibió un aerograma con el membrete del UFOIRC, y firmado por Thomas
M. Olsen. Éste le daba las gracias por los formularios, las fotos y el restante
material, pero terminaba con una frase que obligó a Herrmann a frotarse los
ojos y leerla dos veces. Decía así: «Yo no le visité a usted; no tengo idea de
quién lo hizo.»
Herrmann no llegó a conocer
personalmente al real Thomas M.
Olsen, pero desde entonces sostuvo correspondencia con UFOIRC, comentó el
extraño incidente y describió con detalle al individuo que se presentó a él
como «Thomas M. OIsen». También comentó el caso con Jim Lorenzen, que conoce al
Thomas M. Olsen auténtico. La descripción que le dio Herrmann no cuadra en
absoluto con el hombre que conoce JimLorenzen.
Poco después de esto, Herrmann dejó de tener noticias de los dos Olsen. Pero poco antes del incidente que acabamos de describir, recibió una llamada telefónica en la que se le decía que el oficial de Información de la base aérea quería verle respecto a las fotografías que había tomado. Herrmann se presentó en la base, y pidió ver al capitán (hoy comandante) Wade King, que ocupaba ese puesto. Le dijeron que esperase a la puerta. Cuando el capitán King (que no estaba de servicio) se presentó en la entrada de la base, le preguntó qué deseaba. Herrmann le mencionó la llamada telefónica. Tras una breve conversación, le entregó tan sólo una de las fotografías que traía consigo.
A los pocos días, el capitán King le dijo en su
oficina que la foto representaba sin duda a un caza Phantom-E-4, de la USAF.
Fijándose bien, añadió, hasta se le podían ver las alas y los planos
estabilizadores. Pero Herrmann hizo trizas este dictamen al mostrarle una gran
ampliación de la foto. Entonces el capitán le dijo que lo mejor que podía hacer
si veía un ovni, era olvidarlo, y que el asunto había quedado definitivamente
zanjado con el veredicto de la Comisión de Colorado.
Segunda abducción y resumen
La segunda abducción de Herrmann
se produjo el 16 de mayo de 1979,
precedida de una urgente llamada del joven al teniente coronel Stevens, para
decirle que aquella noche había una astronave merodeando por la zona, y que él
tenía el apremiante presentimiento de que algo gordo iba a ocurrir. Esta vez
Herrmann fue mucho más preparado que la primera vez, gracias a la información
que había conseguido recuperar tras las sesiones de hipnosis a que le sometió
el doctor Harder. Dijo a Stevens que llevaría consigo su cámara fotográfica y
un bloc de notas, por si lo abducían nuevamente.
En sus líneas generales, esta
abducción fue una repetición de la primera. Herrmann, que había salido al
campo, fue «sorbido» por el rayo de luz azulada. Luego fue tendido sobre la
misma mesa, y la barra llena de luces que parpadeaban pasaba y repasaba
lentamente sobre su cuerpo. Luego supo que aquel aparato era un «inculcador»
(sic).
Los seres eran también los mismos,
y así se lo
aseguró el que Herrmann llama the leader (el jefe). Eran de corta
estatura: de 1,20 a 1,40 m; su tez era blanca, pero con aspecto de masilla (sic);
sus ojos, rasgados y prolongados hacia ambos lados de la cara, lo que les daba
cierto aire oriental. Eran calvos, con una cabeza desproporcionadamente grande
en relación al cuerpo. Vestían una especie de mono de vuelo plateado, muy
ajustado y sin botones ni cremalleras visibles. Su descripción se corresponde
punto por punto con la que han ofrecido otros abducidos, desde los esposos Hill
a Travis Walton o las tres mujeres abducidas en Stanford.
En cuanto a su punto de origen,
de lo que comunicaron directamente a Herrmann y lo que éste recibió en diversos
mensajes psicográficos, puede reconstruirse lo siguiente: «La fuente de
(nuestro) origen -dijeron a Herrmann-es llamada Reticulum por vosotros los
humanos. Forma un pequeño diamante de estrellas entre Canopus, en Carina y
Achernar, en Eridanus. Hay cinco estrellas en la constelación del Reticulum.
Nosotros venimos de dos de ellas.»
Y en una comunicación
psicográfica, Herrmann escribió lo siguiente: «Zeta 1 Retículi y Zeta 2
Reticuli son la fuente doble de origen y se encuentran aproximadamente a 32
años luz de distancia en el espacio-tiempo.»
Y el 19 de marzo de 1979, recibió
este otro mensaje, en el que se le daban detalles sobre el Network (Red) de
observación establecida por los reticulianos: «Los viajes de la Red incluyen
puntos en NGC 7078 (Messier 15) en la constelación de Pegaso, pero su verdadero
hogar está en Reticulum. Los reticulianos pertenecen a una civilización
dedicada completamente y sin reservas a la investigación interestelar y al
análisis de la vida. A
causa de esto, su tecnología estelar ha progresado y ha permitido a los
reticulianos establecer rutas comerciales y de exploración (cf. el caso Hill), intercambios (de
contacto) y también puestos avanzados astronómicos y sociedades. Los presentes
estadios de observación y vuelo intra-atmosférico están compuestos por
experimentos de geodesia y aeronomía... Asimismo, un avanzado sistema de
hidrodinámica está en operación, empleando técnicas similares a la ósmosis
inversa. Estas técnicas utilizan una combinación de filtrado por vacío y
separación. Experimentamos con la energía cinética pura, y (se) emprenden
análisis mediante técnicas de energía rotacional.»
Éste es un buen ejemplo de la
jerigonza «científica" que aparece en las comunicaciones recibidas por
Herrmann. Pero sigamos:
«Los reticulianos, cuando descubrieron que la
Tierra estaba habitaba por vida biológica (sic) que comprendía formas
humanas y animales, establecieron una Red de vehículos de observación, capaces de vuelos
interestelares e intra-atmosféricos. Estas naves pueden recorrer grandes
distancias a través de los sistemas estelares. Las trayectorias de navegación
se derivan de información obtenida gracias a una previa astronomía estelar. Se
han trazado mapas de nuevos sistemas estelares... y los datos
precisosprocedentes de los mismos son estudiados, analizados y determinados
cuidadosamente antes de emprender un viaje interestelar. Se busca entonces la
colaboración de la Red y se da la aprobación o la desaprobación.
Los vehículos de observación de
la Red llevan realizando vuelos intra-atmosféricos en el tercer planeta
y sobre el mismo desde hace aproximadamente 50 años (de vuestro tiempo). Hubo
en el pasado sondas experimentales, o “globos”, vistos por los seres humanos a
intervalos, pero estos vuelos han sido grandemente reducidos y (ahora) sólo se
emplean en casos aislados, y sólo con la aprobación de los
"Ancianos". El vuelo intra-atmosférico se consigue en la Tierra y
sobre ella gracias a la magnetosfera. Los sistemas de propulsión de los
vehículos de la Red son maximizados a su mayor intensidad cuando la
trayectoria de su rumbo penetra en la magnetosfera.
«En el pasado, la Red intentó
comunicación y contacto directo con los gobiernos de la Tierra; este contacto,
sin embargo, fue suprimido y rechazado deliberada y premeditadamente por los
gobiernos terrestres. Esta supresión se mantuvo y sigue mantenida hasta el
(tiempo) presente.
La Red considera que la
falta de participación de la Tierra en la astronomía estelar constituye una
condición trágica, que no está dando ningún fruto para la civilización humana.
La continuada actitud belicosa y el continuo "estado de guerra" (warishness, neologismo imposible de traducir
literalmente), si no se evitan, significarán el colapso de la
tecnología terrestre (y de la sociedad que conocemos). Los progresos hechos
hacia este fin constituyen una escalada, a pesar del clamor de los propios
seres humanos de la Tierra. Los cimientos culturales y morales que están
profundamente arraigados en los humanos de la Tierra, si bien son
potencialmente beneficiosos, parecen reforzar la tendencia hacia la autoaniquilación.» (Observará aquí el lector
avisado un cierto «aire de familia» de este mensaje con los últimos documentos
de UMMO recibidos en España, posteriores al que estamos transcribiendo;
Herrmann, por otra parte, no podía en modo alguno conocer el complejo «asunto
UMMO». ¿Será UMMO uno de los «montajes» o «caras» asumidas por los
reticulianos?)
Más adelante, leemos en este mensaje: «La
observación directa de los seres humanos ha ido en progreso desde hace algo más
de dieciocho años terrestres...
(Esto nos sitúa exactamente en
1961, año de la abducción de los Hill; si exceptuamos la de Villas Boas, en
1957, es una de las primeras que se conocen: luego éstas han ido en aumento.)
Casos aislados de observación directa a cargo de la Red se han efectuado en tiempos
pasados, pero se instituyeron sobre una base regular hace poco más de dieciocho
años (recuérdese que este mensaje se recibió el 18 de marzo de 1979).
«Los sujetos, escogidos al azar, son vigilados,
observados y seguidos con nuestros instrumentos. Entonces se decide la
observación directa (si se aprueba). Tiene lugar un intercambio de información,
y luego el sujeto es liberado (a menos que esto no se considere aconsejable) y
continúa sometido a seguimiento, observación y vigilancia. Cualquier
observación secundaria, resultante de aquélla, se efectúa entonces sobre una
base de acuerdo mutuo previamente determinado. La observación directa consiste
en un análisis médico previo a la transferencia y otros análisis médicos
posteriores a la transferencia.
La transferencia es un experimento tecnológico
con un potencial de
elevado rendimiento, y actualmente se está llevando a término sobre una base
progresiva... en el interior de ciertos vehículos seleccionados de la Red. A causa de la particular
maquinaria que se utiliza para la transferencia a bordo, las barras de
inculcación se construyen para inculcar datos preseleccionados en un
sujeto.
Estas barras pueden también exculcar datos que ya posea el
sujeto. (Traduzco literalmente la curiosa terminología que aparece en estos
mensajes.) Ni en un proceso ni en otro existe peligro o daño. LAS FACULTADES
MENTALES PUEDEN INTENSIFICARSE GRANDEMENTE MEDIANTE LA TERAPIA INCULCATIVA
(todo esto en mayúsculas). Los humanos utilizan métodos primitivos de
exculcación (lavado de cerebro) que sólo pueden realizarse mediante fármacos...
y a veces tienen muy malos efectos posteriores y causan reacciones químicas
adversas. La terapia de inculcación hecha con la técnica reticuliana
puede compararse a un intercambio de información... sin ninguna molestia
realizada así. Sólo algunos vehículos seleccionados de la Red poseen cámaras de inculcación.»
DATOS ASTRONÓMICOS SOBRE ZETA
RETICULI 1 y 2
Zeta Reticuli1. Está a 37 años luz; magnitud
visual, 5,5; luminosidad, 0,7 del Sol; tipo espectral, G2 (como el Sol); masa
igual a la solar; estrella de la población 1 (como el Sol); velocidad, W 15;
velocidad espacial, 79; excentricidad de la órbita galáctica, 0,2077; inclinación
de la órbita galáctica, 0,0321; edad, de seis a ocho mil millones de años
(nuestro Sol: de cinco a seis mil millones).
Zeta Reticuli2. Está a 37 años luz; magnitud
visual, 5,2; luminosidad, 0,9 del Sol; tipo espectral, G1 (muy similar a la del
Sol); masa igual a la solar; estrella de la población 1 (como el Sol);
velocidad, W 27; velocidad espacial, 79; excentricidad de la órbita galáctica,
0,2075; inclinación de la órbita galáctica, 0,0340; edad, de seis a ocho mil
millones de años.
Ambas son estrellas de la
secuencia principal (Hertzsprung-Russell), como nuestro Sol, con ciclos de vida
de once a doce mil millones de años. No forman parte de sistemas binarios o de
soles múltiples, ni son estrellas variables (cefeidas), ni se hallan
particularmente amenazadas por fenómenos estelares próximos.
Estas
condiciones darían una muy grande posibilidad de producir formas de vida
parecidas a las nuestras, y muy posiblemente lo hayan hecho con anterioridad a
nuestro Sol.
(Datos procedentes de la última edición
del Catálogo de estrellas próximas de Gliese(Wilhelm GlieseCatalog of
NearbyStars), edición de 1969.)
Zeta Reticuli 1 y Zeta Reticuli 2
figuran en el mapa estelar Hill-Fish. Considerablemente cambiado por el
astrónomo norteamericano Charles Atternberg, el nuevo mapa comprende además la
estrella Wolf 424, la IUMMA de los informes de UMMO... pero excluye Zeta
Reticuli 1 y Zeta Reticuli 2, ya que sólo comprende 15 estrellas dentro de un
radio máximo de 18 años luz de la Tierra.
Datos complementarios sobre Zeta
1 y Zeta 2 Reticuli, procedentes del SAO (Smithsonian Astrophysical Observatory),
del GC (Boss General Catalogue) y el Cat. H. D. (Catálogo
HendryDraper), facilitados amablemente por José María Oliver, presidente de
la Agrupación Astronómica de Sabadell (Barcelona). Muestran ciertas
contradicciones con los del Catálogo Gliese.
Zeta 1 Reticuli
Estrella SAO 248770 -GC 3966.
Ascensión recta: 3416' 40" 785
Declinación: -620 45' 57" 85. Movimiento de
precesión anual:
+ 1,30 (en ascensión recta).
+ 13,8 (en declinación). Movimiento propio:
+ 0'194 (en ascensión recta).
+ 0'66 (en declinación).
Magnitud
visual: 5,48.
Magnitud
absoluta: 5,7.
Tipo
espectral (Cat. H. D.): dGO.
Paralaje:
0,110.
Velocidad
radial: + 12 km/seg.
Ni
binaria ni variable (cefeida).
Zeta 2 Reticuli
Estrella SAO
248774 -GC 3975.
Ascensión recta:
3417' 7" 399.
Declinación:
-62° 41' 47" 77.
Movimiento de
precesión anual:
+ 1,30 (en ascensión recta).
+ 13,7
(en declinación). Movimiento propio:
+ 0,193
(en ascensión recta).
+ 0,66
(en declinación).
Magnitud visual:
5,16.
Magnitud
absoluta: 5,2.
Tipo espectral
(Cat. H. D.): dGO.
Paralaje: 0,100.
Velocidad
radial: + 12 km/seg. No es ni
binaria
ni variable.
El Burham'slas da como par óptico. Se mueven prácticamente
paralelas, pero no forman un sistema físico. Sus características espectrales
son idénticas. Distancia: 130' de arco y un ángulo (a.P.) respecto al Polo de 222°. Son absolutamente
estrellas tipo Sol, probablemente de unos S 000° kelvin de temperatura
superficial. Aptas, por tanto, para tener una zona biótica a su alrededor.
En otro lugar, dicen que lo que
nosotros llamamos equivocadamente «reconocimiento médico» -efectuado a los
abducidos-no es más que una sesión de inculcación y / o exculcación.
La «sesión de inculcación» a que fue
sometido William Herrmann en su segunda abducción terminó con
estas palabras, que el «jefe», en perfecto inglés pero sin mover los labios,
dirigió al joven: «Recordarás y entenderás a su debido tiempo... no obstante, por un tiempo no
podrás recordar. Cuando se decida el momento... entonces tú lo recordarás
todo... pero la mayoría rechazará tu testimonio... no creerá en lo que tú
recuerdes. Más adelante seguiremos hablando de ello. No queremos hacerte daño.»
Como en la primera vez, Herrmann
observó que sobre el lado izquierdo del pecho, los «extraterrestres» llevaban
un emblema, al parecer metálico, que representaba a una serpiente alada.
Como en el caso de HerbSchirmer.
Llamadas
telefónicas amenazadoras y reaparición de «misterOlsen»
No sólo el falso misterOlsen
reapareció, sino que Herrmann recibió varias llamadas telefónicas amenazadoras... ¡en las que incluso se mencionó «Alternativa
3»!
El 20 de febrero de 1979, el
falso mister Olsen, acompañado del «médico» y del «experto en polígrafo» se pre·
sentaron en el taller donde trabaja Herrmann, poco antes de que éste terminase
la jornada laboral. Eran poco más de las ocho y media de la tarde cuando un LTD azul oscuro (esta preferencia
por los coches de colores oscuros y se· veros es propia de los MIB) se detuvo a
un metro de donde Herrmann estaba, junto a un volquete. El vidrio de la
ventanilla del conductor estaba bajado y el falso Tom Olsen inició así la
conversación:
Falso Tom Olsen.-Hola otra vez, misterHerrmann...
Bill Herrmann.-Santo Dios, es usted... ¿Pero quiénes son ustedes?
¡Desde luego, no es el Tom Olsen del UFOIRC!
F. T. O.-Esto ahora no tiene
importancia; lo que sí la tiene, es lo que descubrirá muy pronto...
B. H.-¿Qué quiere usted decir?
Déjese de acertijos.. . No tengo tiempo que perder con estas idioteces. ¡Haga
el favor de dejarme en paz! -y Herrmann empezó a alejarse.
F. T. O.-Espere, por favor; usted
sabe más que nadie quiénes somos... a quiénes representamos...
B. H.-Escuche, si usted cree que voy a hablar con
usted, estáequivocado... Ni siquiera tiene la honradez de decirme cuál es su
verdadera identidad... ¡Doy esto por no sucedido!
F. T. O.-No se entrometa, TENGA
MUCHO CUIDADO... hay aquellos que... se entrometen...
B. H.-¿Quién es usted para
amenazarme? ¿Cuánto tiempo hace que me vigila? Tengo trabajo... déjeme en paz.
F. T. O.-Hace más de un año, desde que usted y yo hablamos, ¿no es cierto? Mire lo que ha
pasado desde entonces...
B. H.-¿Quién es usted? ¿De la
Inteligencia Militar? ¿De la CIA? ¿Del FBI?
El falso Tom Olsen suelta una risita; mira al hombre que se
sienta a su lado, y ambos mueven la cabeza.
B. H.-¿Es usted el responsable
del robo de fotos y de la violación de mi correspondencia? (Ambas
cosas le ocurrieron reiteradamente a Herrmann. ) ¡Apuesto a que sí! Tendría que
llamar a la policía.
F. T. O.-¿Dice que le hemos
interferido correspondencia? Créame, todo se hace por su mejor interés; usted
ha sido seleccionado «para una extensión»... tenga paciencia.
B. H.-(Muy
agitado.) ¿Qué quiere
decir esto? ¿Quiénes son ustedes? Esto no me gusta nada... me parece que tiene
muy mala pinta...
F. T. O.-Tenga
paciencia... (El coche se pone en marcha, y retrocede para luego alejarse a gran velocidad.) Este episodio
dejó profundamente alterado a Bill Herrmann.
Ycasi un mes después, y
exactamente un año después de la primera abducción, o sea el 18 de marzo de
1979, como ya hemos mencionado, Herrmann recibió un largo mensaje sobre técnicas de
inculcación, en escritura automática, que ya hemos citado en parte.
Sobre las llamadas telefónicas
amenazadoras recibidas por Herrmann, Wendelle C. Stevens comenta que «estas
llamadas han sido siempre un misterio, y las amenazas contra testigos de ovnis
son un aspecto muy desconcertante de nuestra sociedad».
Poco antes de la conversación que vamos a
transcribir como muestra, un coche viejo, de color oscuro, lo había embestido primero por detrás y
luego lateralmente, cuando Herrmann se dirigía en su coche por la autopista a
su iglesia local, donde tenía que dar una charla sobre sus experiencias y pasar
sus diapositivas. Su agresor terminó por echarlo fuera de la autopista, sin que afortunadamente
él sufriera daños personales.
Pasemos a transcribir tres
significativas conversaciones telefónicas.
Bill Rerrmann: B. H.
Comunicante femenino: C. F.
Fecha y lugar: Viernes, 3 de agosto de 1979.
Caravana vivienda (trailer home), 212 Floyd Circle, Charleston, Carolina del Sur.
Hora: 8.45 horas.
B. H.-¿Diga?
Bill Herrmann al aparato.
C.
F.-¿Mister Herrmann, mister William Herrmann? ..
B. H.-Sí. ¿Quién habla? Interviene ahora una voz
masculina: C. M.
C. M.-Usted no debería
entrometerse en este terreno... Si usted...
B. H.-Oiga, si no me dice quién
es, cuelgo.
C. M.-Nosotros tenemos acceso a
usted... fácilmente... Debería seguir nuestro consejo.
B. H.-Adiós, muy buenas. (Cuelga el teléfono.) Esta llamada no se repitió.
Fecha y lugar:
Martes, 7 de agosto de 1979. Caravana vivienda (misma dirección que la
anterior). Hora: 18.50 horas.
B. H.-¿Diga? Bill Herrmann al habla.
C.
M.-¿Mister Herrmann, mister William Herrmann? ...
B. H.- ¿Es usted otra vez? ¿El mismo
de la semana pasada? Tiene su misma voz. ¿Por qué no me deja en paz?
C. M.- ¿Ha tenido en cuenta
nuestro consejo? ¡Sopéselo cuidadosamente!
B. H.- ¿Cómo sabe usted que no
tengo interferida su llamada?
C. M.-Esto es técnicamente
imposible. No puede usted interferir esta conversación; además, usted no tiene
los recursos adecuados... No se meta donde no le importa... ¡No se
pase!
B. H.- ¿Es usted Olsen? ¿O quién
demonios es usted? Oiga, no me asusta... Voya cortar.
C. M.-No queremos asustar a
nadie; únicamente que siga nuestro consejo.
B. H.-Adiós, señor. (Fin de la conversación.)
Fecha y lugar: Jueves, 9 de agosto de 1979.
Caravana vivienda (dirección ya indicada).
Hora: 18.35 horas.
B. H.- ¿Diga? Bill Herrmann al
aparato. (Silencio.) ¿Oiga? ¿Quién
llama?
C. M.-No cuelgue... por favor. (Voz
masculina pero distinta del comunicante anterior.)
B. H.-No cuelgo, ¿quién es?
C. M.-Quién soy yo no importa...
escuche con atención... coja papel y lápiz. Escriba todo cuanto le diga, es muy
importante para usted y para los que pueden ayudarle.
B. H.-Espere
un momento.
C. M.-Dese prisa, por favor,
tenemos poco tiempo.
B. H.-Bueno, aquí estoy.
C. M.- ¿Qué sabe usted del
"Comité Residente»?
B. H.-Nada... ¿Qué es eso?
C.
M.-Anótelo. Anótelo todo. Es un conglomerado tecnológico-paramilitar conjunto del Gobierno.
B. H.- ¿Más importante que la
CIA?
C. M.-La CIA no es nada comparada
con eso... Y el KGB no es nada a su
lado. ¡Le están vigilando!
B. H.- ¿Vigilando? ¿Por qué?
C. M.-Le vigilan en relación con
su experiencia con el OVNI. Quieren saber todo cuanto usted sabe... los ocupantes...
tiene que darles las gracias porque no le hagan un «montaje caliente» (a
hot job), o lo duerman
(a sleepjob: hipnosis).
Antes, eso ya les ha pasado a otros.
B. H.- ¿Qué es un montaje
caliente? ¿Y eso de que me duerman? ¿Y qué tienen que ver los ocupantes?
¿Quiénes son esos otros?...
C. M.-Científicos... que sufrieron un ajuste
científico. Fueron muertos por haberse acercado demasiado... por saber
demasiado. Fueron expedidos...
B. H.- ¿Expedidos?
C. M.-Sí, escuche, usted estuvo a punto de... ¿no
recuerda el accidente?
B. H.- ¿El
accidente? ¿Qué accidente?
C. M.-Con las ruedas... pero usted logró salir
del apuro. Ellos no sabían que sus amigos estaban con usted... eso no era parte
del trato.
B. H.- ¿Estaba
usted metido en eso? ¿Quién aflojó la tuerca de la lengüeta? ¿Por qué no han
vuelto a hacerlo?
C. M.-No les conviene más publicidad. El inglés
provocó un escándalo, y ahora usted sostiene correspondencia con otros que
podrían causar también un escándalo... se está acercando a algunas
soluciones... a algunas respuestas...
B. H.- ¿Qué inglés? ¿Quiere usted
decir John Fielding?
C. M.-Yo no estuve metido en eso,
lo que pasa es que ya no lo soporto más. Es demasiado. No, no era Fielding...
no, él no...de momento.
B. H.- ¿Por qué me cuenta todo
esto? ¿No podría darme algunos datos concretos?
C. M.-22 de mayo de 1962.
E. H.- ¿Qué pasó en esa fecha?
¿Qué tiene de particular?
C. M.-Marte puede sostener la vida...
La vida humana. Está demostrado.
B. H.-Deme alguna prueba...
documentos...
C. M.-Pregunte a Science Magazine, Londres, Inglaterra.
E. H.- ¿Science Magazine? ¿Inglaterra?
C. M.-Sí, y le dirán que en la
Luna hubo colonias de científicos... y que una sonda aterrizó en Marte el 22 de mayo de 1962.
B. H.- ¿Cómo? Oiga, un momento:
todo esto me parece absurdo.
C. M.- ¡No cuelgue!.. . Escuche,
escúcheme, por favor.
B. H.-Nadie va a creer esto...
C. M.- ¿Qué ocurre cuando la atmósfera vaporiza sus escudos?
B. H.-No entiendo nada... ¿La atmósfera? ¿Qué escudos?
C. M.-Pues yo se lo diré: toda la vida perecerá. Perecerá, ¿me
oye?
B. H.- ¿Es usted un ecologista?
¿Por qué no acude a los medios de difusión?
C. M. Alternativa 3. El Comité
Residente... Los medios de información no los escucharán... ni a mí ni a usted...
No quieren otro Halloween como en 1939.
E. H.- ¿Quiere usted decir
pánico?
C. M.-Peor que pánico.
E. H.-Espere, pero... ¿qué tiene todo esto que ver con los ovnis?
C. M.-El comité sabe que los OVNIS saben... lo
saben todo: están enterados de las violaciones, las atrocidades, los envíos de
remesas, todo... Han intentado suprimir datos sobre los OVNIS, pero esto ahora
ya resulta imposible... hay demasiada presión... es mucho lo que está en juego... Yo tenía que decírselo... Tengo que irme...
E. H.-Bien, le doy las gracias...
¿Volverá a llamarme?
C. M.-Mire, ya he dicho más de lo
que debía. Tenga cuidado...
Este comunicante no volvió a llamar. De esta
misteriosa e intrigante conversación telefónica se deducen varias cosas:
a) Al parecer hay varias fuerzas
contrapuestas en juego.
b) Hay una clara alusión a
Alternativa 3. Ahora bien: el film proyectado por Anglia Television inglesa en
1977, según guión original de David Ambrose y Christopher Miles, dentro de una serie de
documentales culturales notable por su seriedad, no se difundió en
Estados Unidos porque sobre la película pesaba una rigurosa prohibición ... iy esto en el país
cuna de las libertades democráticas modernas! Igualmente ocurrió en la URSS,
pero allí esto ya resulta natural. El libro Alternative3, de Leslie
Watkins, fue publicado por la editorial inglesa SphereBooks Ltd. en 1978. El
libro -que no la película-podía haber llegado pues a los Estados Unidos, pues
la conversación transcrita es de agosto de 1979. Sin embargo, Herrmann parecía
desconocer ambas cosas (no sabemos si ocurría así con su anónimo comunicante).
c) El «inglés» aludido es
probablemente sir William Ballantine, que sufrió una combustión «espontánea»
(que no afectó a sus ropas) dentro de su automóvil, cuando iba a entregar una
importantísima pieza del puzzle marciano a un amigo y colega suyo. Tal
vez fue «asado» con microondas en lo que el libro llama un hotjob, traducido
por un «montaje caliente» en la versión española del mismo de ediciones
Martínez-Roca. (Véase bibliografía.)
Nos llevaría demasiado tiempo
analizar todos los pros y los contras de la controvertida «Alternativa 3», y
además ello se apartaría del propósito de este libro. El film original inglés,
doblado al castellano, fue proyectado por el doctor Fernando Jiménez del Oso
dentro de su interesantísimo programa televisivo «La puerta del misterio»
(antes «Más allá»), suscitando comentarios para todos los gustos dentro del fandom ibérico.
………………………………………………………………………..
A modo de comparación, he traído también otra abducción ocurrida a la familia Avis en Aveley, Gran Londres, una noche del año 1974. Estos hechos están recogidos en el libro Secuestrados por extraterrestres, de Antonio Ribera. Una vez sometidos a hipnosis regresiva, uno de los miembros de la familia describe a los tripulantes del OVNI como seres altos de iris rosados, quienes los sometieron a un examen médico, precisamente utilizando una tecnología muy similar a la usada en la abducción de William J. Herrmann.
(NOTA:
Momento en el cual se somete a John, el padre de la familia, a una sesión de
hipnosis regresiva.)
Del
libro Secuestrados por extraterrestres, de Antonio Ribera
AVELEY:
ABDUCCIÓN EN EL GRAN LONDRES
MÉDICO.-Hábleme ahora del coche
y de la primera experiencia que tuvo
cuando vio la luz junto a la carretera. Ve una luz baja... parece que los está
siguiendo.
SUJETO.-Está sobre... no es más que una luz, a la izquierda.
M.-Sí, hábleme de ella.
S.-Estaba baja, era brillante y no de un solo color… seguía al coche... y
yo... yo... no podía verla, y sólo Elaine y el chico la vieron... moverse...
cruzando enfrente, y entonces yo la vi claramente... y se movió hacia adelante
con rapidez, siguiendo la carretera, y... vi una luz, pensé que era una luz, un
farol (murmullos). Vino una luz... yo… había desconectado la radio y había una
niebla espesa… muy, muy espesa, y verde Lummy y... sin luces y sin… ruido...
todo alrededor.
M.- ¿Entró usted en la niebla, y
entonces qué?
S.- En
una gran sala... un coche al fondo, y dije que los niños...
sí, los dos niños estaban bien. No había que preocuparse.
M.- ¿Puede usted describir a los
seres?
S.- Eran altos, y... y
pacíficos.
M.- ¿Cómo era su traje?
S.- De una pieza.
M.- ¿Color?
S.- No...
no parecía tener color.
M.- ¿Les vio el cabello?
S.- No, no
les vi el cabello, porque...llevaban un verdugo.
M.-¿Cuál era el color de su
piel?
S.- Muy...
muy trans... desvaído.
M.- ¿Color de los ojos?
S.- Rosados.
M.- ¿Rosados?
S.- Mucho.
M.- ¿Hablaban inglés?
S.- No
hablaban en in... no usaban palabras... pero yo entendía lo que decían.
M.- ¿Cómo era el interior de
este lugar donde se encontraba? Hábleme de él, descríbamelo.
S.- Una
gruta (¿?) sin luces, pero gris, y no muy brillante… horrible, pero muy
sedante, y no...ovalado. Muy grande, sin puertas.
M.-¿Cómo se abrían las puertas?
S.-Simplemente, estaban allí.
M.-¿Había mobiliario?
S.-No, no, sólo mesas.
M.-¿y estaban hechas de qué? ¿De madera? ¿Metal? ¿Vidrio?
S.-No, no, no, no eran blandas ni duras. Eran peculiares.
M.-¿Y a usted, qué le pasa?
S.-Ellos sólo... mueven una gruesa barra sobre mí.
M.-Descríbamela.
S.-Era sólo una barra plana, de unos 30 pies de largo (el sujeto
quería decir 30 pulgadas = 75 cm), de 10 pulgadas (25 cm) de
ancho, no muy gruesa... y llena de agujeros. Sólo la movieron por encima de mi
cuerpo.
M.-¿Y qué pasó?
S.-Vi.... vibración.
M.-¿Estaba esa barra conectada a
alguna clase de maquinaria?
S.-Sí. ..sí, encima.
M.-¿Encima? ¿Puede describirla?
S.-No era... no era muy grande... sólo un raíl... que subía, no sé hasta
dónde.
M.-¿En algún momento en que
estuvo allí dentro miró al exterior por alguna ventana u orificio?
S.-No, no, no había ventanas.
M.-¿Y en cuanto a la respiración?
¿Puede respirar bien?
S.-En realidad, no lo recuerdo...
M.-¿Formuló preguntas?
S.-Les pregunté... de dónde venían y ellos me mostraron... un mapa que no
era un mapa.
M.-¿Qué quiere usted decir con
eso?
S.-Líneas, y cifras, y cosas.
M.-¿Recuerda
algo de lo que vio
en el mapa? ¿Alguna cifra? ¿Alguna forma?
S.-No ci. .. formas curvadas y onduladas.
M.-¿Números?
S.-Peculiares, no como los nuestros.
M.-¿Le dijeron de dónde venían?
S.-Sólo recuerdo Fobos.
M.-¿Fobos? ¿Qué sabe usted sobre
Fobos?
S.-Es la primera vez... que oigo este nombre.
M.-¿Qué cree usted que es Fobos?
S.-No lo sé.
M.-¿Les preguntó dónde estaba
Fobos?
S.-Me enseñaron... ya sé... me enseñaron... cosas...Saturno.
M.-¿Le enseñaron cosas de
Saturno?
S.-Es posible, y yo sé... y otros que conozco... describir, más o menos
dónde estaban.
M.-¿Le dijeron que venían de
Saturno?
S.-No, no, dijeron eso... para darme una idea de dónde están. Viajan muy
de prisa no como nosotros admitimos...muy de prisa... casi instantáneamente.
M.-¿Y cómo lo hacen? ¿No se lo
preguntó?
S.-Muy, muy... no puedo entenderlo. Tiene algo que ver con... la
conversión de partículas.
M.-¿Hablaron de iones?
S.-Creo que sí, recuerdo
iones... electrones y otras cosas. Pero no me acuerdo.
M.-Hábleme de ese ser pequeño
que vio a bordo. Usted dijo que era diferente de los otros. ¿Era el que
mandaba? ¿O servía a los demás?
S.-Servía, creo que él... ellos no parecían darse cuenta de su presencia.
No, no le hacían el menor caso. El no empleaba un lenguaje: lanzaba gorjeos,
ruidos. Pero no ruidos agudos.
M.-¿Y esos seres tenían brazos y
piernas?
S.-No puedo acordarme... de cuáles.
M.-Los altos.
S.-Tenían brazos y piernas pero no parecían tener articulaciones...
M.-¿Puede seguirme hablando de
ese ser pequeño? ¿Cómo iba vestido?
S.-Sólo con piel, aunque no era piel.
M.-¿Cómo era?
S.-Como piel, pero no era piel... No puedo...
M.-¿Querría mencionar algo más
acerca de lo que le sucedió a bordo de esa nave? (En mi opinión, el médico
comete aquí un error garrafal , al inducir en la mente de John que ha estado a bordo de una nave, cosa que él no ha dicho en
ningún momento hasta entonces . Éste es uno de los peligros de la regresión
hipnótica, cuando no se practica con una asepsia mental absoluta. Si a partir
de aquí el sujeto habla de “nave extraterrestre”, puede tratarse pura y
simplemente de una contaminación provocada por el hipnotizador.)
S.-Ellos dicen que nos necesitan... como, huéspedes, y ellos saben cómo,
y... ayudan... y ellos (murmullos) y ellos son nosotros.
M.-Ellos son nosotros. Hábleme
más de eso. ¿Cómo pueden ser ellos nosotros? ¿Entiende usted eso? Hábleme de
ello.
S.-...No me dejarán. (John guarda entonces silencio durante más de
un minuto.)
M.-¿Puede usted describirme
ahora, John, lo que pasó después de esta experiencia y cómo salió de la niebla?
S.-Recuerdo casa junto al bosque, y luego el coche se sacudió... y todo
fue normal. Pero nosotros estábamos todos muy asustados... y nos fuimos en
seguida a casa. Guardé el coche... entramos a los niños, tuvimos que llevar a
Karen y Stuart desde... dormidos. Entré con Elaine... y dijimos que era muy
tarde, no podíamos haber tardado tanto en volver a casa, y entonces
telefoneamos a la hora... Era muy tarde.. , la una y media.
M.-¿Y qué hora tenía que haber
sido?
S.-Las diez y media,.. Yo quería ver un programa de la tele... y lo perdí.
M.-¿Qué programa era?
S.-No me acuerdo. Una comedia, creo.
M.-¿A esa hora, cuando usted
llegó a casa, recordaba lo que había pasado?
S.- ,-No.
M.-¿Cuándo empezó a recordar
cosas?
S,-No lo sé, creo que este año. No estoy seguro.
M.-¿Cuál es su interpretación de
lo que sucedió? ¿Qué piensa?
S.-Demasiado largo.
M.-¿Qué quiere usted decir con
que es demasiado largo?
S .-(En voz muy baja.)-Tendría que escribirlo.
M.-Muy bien. Ahora descanse,
John, relájese.
Así concluyó aquella sesión. El doctor Wilder sacó lentamente a John de su estado de
hipnosis. Aquella sesión fue altamente esclarecedora sobre lo sucedido, pero
como veremos más adelante, sólo representaba una pequeña fracción de lo que
ocurrió a bordo de la supuesta nave.
(Más
información sobre la abducción de la familia Avis en: http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2014/06/los-extraterrestres-le-explicaron-john.html)
El investigador Antonio Ribera |
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