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sábado, 19 de enero de 2013

Una Creación Extraterrestre


Una Creación Extraterrestre

Ahora que los descubrimientos de exoplanetas son un hecho cotidiano, las dudas sobre el origen de los seres humanos, lentamente se clarifican. Quiero decir con ello que la idea del origen extraterrestre de los seres humanos va tomando forma. Hay demasiadas lagunas en la investigación antropológica como para no sospechar que el camino elegido sea el incorrecto. La teoría evolucionista de Darwin nos dice que las especies mejor adaptadas son las sobrevivientes en el devenir de los tiempos de este planeta. Tiempo después, ampliando esa misma teoría, los evolucionistas matizaron que determinadas modificaciones genéticas espontaneas hicieron que algunos seres e individuos sufrieran cambios ventajosos en su morfología que finalmente resultarían beneficiosos para ellos mismos, propiciándoles la supervivencia frente a los peor dotados, tal es el caso de  aquellos capaces de ser más veloces o soportar mejor la sequia o el frio. Teóricamente esa descripción se refiere a funciones básicas de los seres vivos. Aplicando esos conceptos sobre la supervivencia y la evolución, los antropólogos fueron enlazando hallazgo tras hallazgo hasta  descubrir en las excavaciones  a los parientes más cercanos del ser humano actual: el homo sapiens-sapiens.

Hasta el momento, el gran interrogante ha sido el siguiente: ¿Cuándo surgió realmente el ser humano propiamente dicho? ¿Un ser dotado con capacidad intelectual y diferenciado del resto de las criaturas? Básicamente se ha dicho que los antiguos homínidos, donde se incluye a Lucy, evolucionaron en las estepas africanas, enfrentándose a enemigos físicamente superiores  y de este modo necesitaron desarrollar ciertas habilidades extraordinarias: Erguirse sobre las patas traseras para vigilar el enemigo y huir, utilizar los brazos para llevar a sus crías y de este modo poder caminar así como utilizar herramientas básicas, sociabilizarse en grupos para poder defenderse mejor de los depredadores y así, junto con la aparición de los primeros signos de lenguaje, el cerebro en teoría fue haciéndose mayor y más complejo. Luego llego el dominio del fuego y ello posibilito una alimentación diferente a las frutas y vegetales, ya que el sistema digestivo requería gran cantidad de energía. Se volvieron carnívoros y su estomago se hizo menor, algo que beneficio al cerebro, el cual pudo consumir entonces mayor energía, haciéndole crecer y desarrollarse. El uso del fuego en la alimentación también fue determinante, ya que ello elimino ciertas bacterias y los alimentos pasaron a ser mas “comestibles”. Todos esos factores combinados, alimentación e inteligencia desarrollándose,  nos llevo hasta lo que hoy en día somos, al menos resumido  es como lo enseñan en las escuelas, y ello se ha convertido en un dogma irrefutable para la clase científica.


En sentido contrario se enfrentan los creacionistas, los cuales básicamente nos dicen que fue Dios quien directamente nos creo, o tal vez una entidad divina. Y ahí llevan durante mucho tiempo lanzándose los trastos unos a otros.
Llego un momento que la investigación antropológica se había quedado estancada, tan solo se tenían las pruebas fiables realizadas mediante carbono 14 para la datación de la antigüedad, de donde se dedujo que los hallazgos mostraban diferencias entre unos homínidos y otros, a escala temporal, difíciles de relacionar y que hacen de la antropología, en mi opinión, una disciplina científica dotada de bastantes dosis de imaginación "para rellenar" esa cadena evolutiva acaecida millones de años atrás.

A mi entender, hay demasiadas lagunas todavía no explicadas con claridad. Por ejemplo, cuando la ciencia trata de explicarnos que los seres humanos y los chimpancés compartimos un 99% de material genético, sorprendiendo a primera  vista que nuestros primos más cercanos no se aproximen siquiera mínimamente al nivel de inteligencia de los seres humanos. A mí personalmente este hecho siempre me ha extrañado. Incluso anatómicamente existen diferencias destacables entre nosotros y ellos, donde se pone de relieve que algo no encaja en la teoría oficial sobre la evolución humana.


A todo ello tenemos que añadir un factor diferenciado: Lo que han revelado los extraterrestres a muchos contactados en relación con nuestros orígenes, donde se menciona una intervención directa por parte de los seres de las estrellas en la creación del ser humano. Así lo narra Sixto Paz Wells en El Libro de Vigilantes y Guardianes de Mundos, cuando los extraterrestres le explicaron lo siguiente:
– ¿Es que acaso hay como unos guardianes y vigilantes?
Existen en esta galaxia aquellos que son conocidos como los Sembradores de Vida o Ingenieros Genéticos, encargados de ayudar a la naturaleza esparciendo la vida inteligente por los diversos rincones de la galaxia; luego vienen los Guardianes y Vigilantes cuya labor se concentra en el control de los procesos iniciados en planetas seleccionados para la experimentación, o en la protección y supervisión de los mundos en surgimiento; y finalmente vienen los Instructores, contingente a cargo del suministro de información y conocimiento así como de la ayuda en la activación de mecanismos que contribuyan al despertar de las conciencias y de las potencialidades internas de la mente.  Todos ellos están bajo la coordinación y dirección de un Consejo principal de Ancianos conocido como el Consejo de los 24 Ancianos de la Galaxia o Consejo de la Confederación de Mundos, que agrupa a todos los mundos más evolucionados de la galaxia en capacidad de ayudarse y dar ayuda a otros.


Sin duda desde la clase científica y el escepticismo recalcitrante la respuesta es clara y contundente: ¿Dónde están las pruebas de tal afirmación? Pues bien las pruebas están en nosotros mismos, en nuestra incapacidad de ofrecer una explicación razonable a tales saltos evolutivos, donde la ciencia oficial poco mas puede añadir, salvo muchas preguntas sin respuesta y vacilaciones en su enfoque principal. Y es ahora justamente en el desconcierto de esas teorías, cuando la ciencia juega a ser Dios utilizando la manipulación del código genético, el ADN, clonando a otras criaturas vivientes, llámese la oveja Dolly o añadiendo y modificando cualidades genéticas a plantas como el trigo o maíz.

Estructura de ADN humano
Entonces ¿Dónde reside el problema si pensamos que nosotros mismos, los seres humanos, hemos sido creados por otros cuya capacidad técnica fuese millones de años más antigua y evolucionada que la terrestre?


Crop Circles en el cual se muestra el ADN de una civilizacion
extraterrestre
Andreas Faber Káiser, en un documento titulado El muñeco Humano, hace mención a uno de los descubridores del ADN humano: Francis H.C. Crick , citando lo expuesto por el científico en su libro Life itself (La vida misma) donde de una forma concisa deja claro que los seres humanos, la vida, tiene un origen extraterrestre:


Francis H.C. Crick
Estamos programados
El premio Nobel Francis H.C. Crick, bioquímico ingles, que en 1953 descubrió la estructura del acido desoxirribonucleico (ADN), adopto a finales de 1981  una postura sorprendente: afirmo que en sus orígenes nuestra especie fue creada por una supercivilizacion  galáctica.
“Cuando el Sistema Solar estaba empezando a configurarse-dice- en alguna parte de la galaxia existía una civilización que debía hallarse en el grado de progreso que nosotros nos encontramos ahora, aproximadamente. Esos seres, bastante parecidos a nosotros, indudablemente, comenzaron a trabajar con la vida.”
“Un James Watson y un Crick extraterrestres habían descubierto la estructura del ADN. Otros, explotando sus trabajos, habían empezado a crear microorganismos, del mismo modo que nosotros, hoy, sintetizamos la primeras bacterias en probetas.”
“Esos seres descubrieron nuestro mundo en formación. Entonces se embarcaron en una experiencia que hoy nos parece imposible, pero que, dentro de unas decenas de años, estaremos nosotros mismos en condiciones de emprender: crear la vida inteligente. No exactamente igual que el Dios de la Biblia, que bajo a la Tierra a fin de modelar un poco de barro para formar a Adán, pero casi. Ellos hicieron que ese barro original, se pudiera sembrar una bacteria (u otro microorganismo), programado de tal forma que al cabo de varias decenas de miles de años, desembocara en nosotros.”
“Esos seres sembraron la Tierra igual que nosotros sembraremos quizá mañana un mundo lejano, todas cuyas probabilidades de llegar a la vida a su termino más elevado, la inteligencia, estarán determinadas de antemano por nosotros”
En su libro Life itself (La vida misma) Francis H.C. Crick expone todos los argumentos de su tesis.
Como puede intuirse, nuestros orígenes se hallan más allá de la Tierra aunque los antropólogos insistan en lo contrario. Además nunca debe olvidarse de aquellos encuentros con seres extraterrestres, donde algunos testigos han descrito a una parte de esos seres como muy parecidos a nosotros, incluso algunos idénticos a la raza humana. De todo ello podriamos deducir el siguiente razonamiento: Muchos de los viajeros estelares son iguales morfológicamente a nosotros y han  visitado la Tierra  miles de años atrás, surgiendo por tanto sus civilizaciones  antes que incluso que nuestro planeta existiera. El resto de deducciones caen por su propio peso y podrian resumirse en lo siguiente: Nuestro origen, logicamente, está subordinado  al de ellos y precisamente alguna de  tales civilizaciones  han creado a los seres humanos.


El investigador hispano-germano Andreas Faber Kaiser
 



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