Silos nucleares y extraterrestres: El OVNI, de
900 metros de diámetro, activó el lanzamiento del proyectil nuclear soviético,
provocando el pánico en la base.
¿Estamos locos los
seres humanos?.
La ultima vez que ví como una de esas naves extraterrestres surcaba el cielo
estrellado, me pregunté que opinión tendrían los extraterrestres sobre nosotros, de
aquellos que habitamos el planeta Tierra. En aquella ocasión, OVNI emitía una luz
blanco-lechosa, volaba en completo silencio y claramente se percibía que
aquella maquina estaba gobernada por seres inteligentes; intuyéndose que
procedían de otros mundos y civilizaciones muchísimo mas avanzadas que la
nuestra, seres que ya habrían “rebasado la tan temida linea de la
autodestruccion planetaria” que separa a unas civilizaciones desarrolladas de
otras cuyo destino se balancea en la incertidumbre de un “holocausto nuclear”.
En pleno siglo XXI, los seres humanos ya deberían haber aprendido que la I y II
Guerra Mundial nos pueden llevar a una Tercera, tal vez la definitiva, como ya
ocurrió hace ahora aproximadamente 30.000 años y que significó el final de las
civilizaciones de Mu y la Atlantida (como así le explicaron al contactado
Daniel W. Fry uno de los pocos supervivientes de aquella hecatombe nuclear que
lograron huir de la contaminación radioactiva y refugiarse en Marte). (Mas información en: http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2013/05/seis-de-nuestras-naves-aterrizaron-en.html)
Geopolíticamente, la
Guerra Fria pasó a la historia justo con la caída del Telón de Acero y el
desmembramiento de la antigua URSS. En teoría, las tensiones que llevarían a un
enfrentamiento “global y nuclear” entre los dos bloques antagonistas
(capitalismo y comunismo) se han enfriado y la población de este planeta parece
olvidarse del “peligro latente” que significa “poseer en la actualidad un
arsenal atómico capaz de destruir varias veces
la Tierra” (En el año 2012 había en la Tierra 20.000 armas nucleares
activas reconocidas, sin contar con un numero indeterminado de ojivas nucleares
de otros países que no están adscritos al Tratado de No Proliferación Nuclear
(NPT por Non-Proliferation Treaty, en inglés). FUENTE: Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Pa%C3%ADses_con_armas_nucleares).
A primera vista, y por
los testimonios de personal relacionado con los silos nucleares terrestres y
recogidos por el investigador norteamericano Robert Hastings durante muchos años (http://www.ufohastings.com/articles/7), los extraterrestres parecen estar muy
preocupados por ese armamento letal en manos de una civilización, la terrestre,
que insistentemente da muestras de manifiesta irresponsabilidad: Leyendo
cualquier periódico aparece un glosario de guerras sangrientas localizadas en
distintos puntos del globo, mientras algunos países acarician la idea de poseer
armamento nuclear.
El investigador Robert Hastings |
OVNIs desactivan misiles en EE.UU.
Sin embargo, la
realidad ha dado muestras insistentes de que un fallo de los sistemas de
lanzamiento ó bien, de la interpretación de información respecto al potencial
enemigo, puede desatar precisamente el tan temido holocausto nuclear. He
incluido algunos ejemplos de acontecimientos inquietantes, por ejemplo una
cinta equivocada en los ordenadores del NORAD, allá por el año 1979,
aparentando un ataque nuclear soviético, ó bien un chip defectuoso que en 1980
dio como valido otro ataque nuclear contra EE.UU.
Se supone, que quienes
custodian un armamento tan letal, hayan tomado las medidas oportunas para
evitar cualquier error tanto técnico como humano; pero nunca debemos olvidar que precisamente,
los fallos de seguridad son posibles y que en un mundo globalizado,
intercomunicado, unido por la red de Internet, la posibilidad de que un “hacker
descerebrado”, por poner solo un ejemplo, se introduzca en los sistemas
informáticos de cualquier superpotencia e inicie “la cuenta atrás” hacia la
destrucción planetaria, no es desdeñable.
Por ejemplo, en la película Juegos
de Guerra (WarGame, año 1983) se expone esa hipótesis, planteando que los
sistemas informáticos relacionados con las armas nucleares, son vulnerables.
Aunque si hay un film que describiría la locura nuclear en la que se encuentra inmersa la Tierra y las posibilidades de destrucción por un ataque terrorista, deberíamos nombrar como ejemplo Panico Nuclear ( The Sum of All Fears ,titulada en español como La suma de todos los miedos y como Pánico nuclear) , película de 2002 dirigida por Phil Alden Robinson, basada en el libro del mismo nombre escrito por Tom Clancy. La película está protagonizada por Ben Affleck en el papel del agente de la CIA Jack Ryan y Morgan Freeman como su superior, William Cabot. Fuente: Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/The_Sum_of_All_Fears_(pel%C3%ADcula)
En esta ocasión, he
traído un reportaje de la revista Año Cero, una de las pioneras en la
investigación OVNI así como de otros fenómenos y dirigida magistralmente por Enrique
de Vicente, cuyo titulo era “OVNIS
desactivan centrales y misiles nucleares” donde se exponen diferentes
episodios en los cuales naves extraterrestres han sobrevolado silos nucleares,
activando en muchos casos la secuencia de lanzamiento ó bien, inutilizando
temporalmente los tan temidos misiles nucleares. Pero antes de ello, recomiendo
repasar aquellos errores que a punto estuvieron de provocar una guerra nuclear.
Fotograma de la película Juegos de Guerra |
Aunque si hay un film que describiría la locura nuclear en la que se encuentra inmersa la Tierra y las posibilidades de destrucción por un ataque terrorista, deberíamos nombrar como ejemplo Panico Nuclear (
Uno de los números de la revista de investigación Año Cero, año 2013 |
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FUENTE
WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_las_armas_nucleares
Ocasiones
en que se estuvo a punto del inicio de una guerra nuclear
Además de la Crisis de los
misiles de Cuba,
ocasionada en respuesta al despliegue estadounidense de misiles en Turquía y a la invasión de Bahía de
Cochinos,
ha habido al menos otras cinco ocasiones en las que los sistemas de guerra
nuclear de alguna superpotencia han entrado en alerta.
El
incidente de la cinta equivocada (Estados Unidos)
Poco antes de las 9 de la mañana
del 9 de noviembre de 1979, los ordenadores del NORAD en Monte
Cheyenne,
el Mando Nacional Militar del Pentágono y el Mando
Alternativo Nacional Militar en Fort Ritchie (Maryland) notificaron súbitamente la
existencia de un ataque nuclear soviético masivo de la categoría MAO-3.
Todo el sistema de represalia nuclear
se puso en marcha, todas las prealertas se transmitieron, los bombarderos
despegaron, la defensa civil llegó a activarse. Sin embargo, los datos
procedentes de los satélites y de los radares por línea directa no coincidían,
no veían ningún misil soviético mientras los ordenadores aseguraban que había
al menos 300 dirigiéndose a toda velocidad hacia los Estados Unidos.
La cordura se impuso y no se produjo
ninguna represalia, ni siquiera cuando los ordenadores comenzaron a notificar
impactos en el territorio continental de los Estados Unidos. A esas alturas, ya
era evidente que se trataba de alguna clase de fallo informático. En efecto,
unas horas después se comprobó que alguien había introducido inadvertidamente
una cinta de entrenamiento como fuente de datos del ordenador central de la red
de análisis de amenazas. Se da la circunstancia de que por aquella época se
estaba considerando la posibilidad de computarizar completamente el sistema de
represalia nuclear, especialmente después que, en unas maniobras “realistas”
casi el 50% de la fuerza de los ICBM estadounidenses no despegara
debido a problemas de conciencia de los operadores de los silos.
NORAD |
El
incidente del chip defectuoso (Estados Unidos)
El 3 de junio de 1980, menos de un año después del
anterior, los centros de mando norteamericanos recibieron otro aviso de que
había un ataque nuclear soviético en marcha. Sin embargo, esta vez el ataque no
parecía obedecer a ninguna lógica consistente, y además a veces los ordenadores
decían que había 200 misiles soviéticos en el aire, luego que ninguno, luego
otra vez que 200, y las cifras no coincidían en los distintos puestos de mando.
Esta vez no se lo tomaron tan en
serio y prestaron inmediatamente atención a los datos directos de los radares y
los satélites, viendo que no había ningún ataque en curso. Se determinó luego
que un chip defectuoso en uno de los ordenadores había ocasionado la falsa
alarma. Este incidente no trascendió a la opinión pública hasta muchos años
después.
El
incidente del equinoccio de otoño (URSS)
El sistema ruso de satélites de
alerta temprana OKO funciona de
manera distinta al DSP estadounidense. Mientras el
estadounidense enfoca directamente al suelo, el ruso tiene una órbita especial,
similar a la de los satélites de telecomunicaciones Molniya, que enfoca a la
línea del horizonte, para detectar a los misiles conforme asciendan sobre la
misma. A este tipo de órbitas polares, que se aproximan bastante a la Tierra en
el hemisferio sur y se alejan de ella en el Norte, se les denomina
genéricamente "órbitas
Molniya". De esta manera, con un solo
satélite se puede cubrir mucho más espacio y además es más difícil que reflejos
o artefactos propios de la superficie o de la atmósfera terrestre produzcan
falsas alarmas. Este método es mejor, más económico, más ingenioso y más
difícil de inutilizar que el estadounidense.
Sin embargo, el 26 de
septiembre de 1983, sólo 25 días después del derribo
del Jumbo surcoreano por las Fuerzas Aéreas Soviéticas, con la dirigencia de la
URSS aún convencida de que se trataba de un avión espía o de "tanteo de
defensas", los satélites OKO detectaron súbitamente el lanzamiento de
numerosos ICBM norteamericanos
contra la Unión Soviética. Nada de análisis de los ordenadores: los satélites
detectaban genuinas trazas térmicas de alta temperatura ascendiendo sobre el
horizonte, y los ordenadores identificaron cinco de ellas como correspondientes
a misiles balísticos intercontinentales Minuteman sin duda alguna.
Órbita Molniya |
Pues pese a todas estas evidencias,
el teniente coronel Stanislav Petrov, del GRU (inteligencia militar
soviética), en esos momentos al mando de Serpukhov-15
(centro de mando de la inteligencia militar soviética desde donde se coordina
la defensa aeroespacial rusa) mantuvo la sangre fría y se negó a dar la alerta.
Cuando le preguntaron después por qué no lo hizo, contestó simplemente: “la
gente no empieza una guerra nuclear con sólo cinco misiles”.
Resulta que aquel día se había
producido una rara conjunción entre la red de satélites OKO, la Tierra y el
Sol, coincidiendo con el equinoccio de otoño: el Sol se elevó sobre
el horizonte en un ángulo tal que coincidía con el área tangencial de cobertura
de todos los satélites que vigilaban los emplazamientos norteamericanos de
misiles, y esto produjo en sus sensores señales térmicas espurias. Este efecto
estaba previsto por los diseñadores del sistema, pero no está claro si Petrov
era conocedor del mismo o no.
Stanislav Petrov |
El
incidente del cohete noruego (Rusia)
Al amanecer del 25 de enero de 1995 los noruegos -país miembro de la OTAN-
lanzaron un cohete suborbital noruego-estadounidense para el estudio de las
auroras boreales y otros fenómenos electromagnéticos de altas latitudes llamado
Black Brant XII, con apogeo a 930 km de altitud. Noruega tiene un pequeño
programa espacial propio de tipo científico, pero este cohete era de largo el
más grande que habían lanzado nunca, y de hecho tenía dimensiones parecidas a
las de un ICBM, con lo que su reflexión radárica y su marca térmica debían ser
parecidas. El gobierno noruego ha defendido siempre que notificaron el
lanzamiento a Rusia con antelación, pero en el caos social, político y
económico que se vivía en la Rusia de Borís Yeltsin es probable que esta notificación no alcanzara a sus
destinatarios. Entre ellos, precisamente, el Departamento de Observación del Centro de Seguimiento de Lanzamientos
Espaciales del GRU en Serpukhov-15
y el Mando de las Fuerzas Espaciales en
Moscú.
Este lanzamiento -que pasaba lejos de
las fronteras rusas- fue inmediatamente detectado por los satélites OKO y los
radares de descubierta de largo alcance LPAR y Duga y Daryal y hasta por muchos
radares de la defensa antiaérea convencional. Probablemente los ordenadores de
Serpukhov-15 debieron catalogarlo inmediatamente como un ICBM, y efectivamente dos minutos después
toda la fuerza nuclear rusa estaba en prealerta, con los planificadores de
guerra reasignando blancos para aniquilar Noruega. No obstante, conforme los
satélites y los radares confirmaban que no había más lanzamientos y que la
trayectoria del cohete no coincidía con un lanzamiento contra Rusia, el proceso
de represalia quedó suspendido. En torno al tercer minuto los especialistas de
inteligencia espacial de Serpukhov-15 y de Moscú ya sabían con toda certeza que
no estaban asistiendo al compás de apertura de la Tercera Guerra Mundial. No
obstante, y hasta que se intercambiaron las explicaciones oportunas, el sistema
permaneció en prealerta (unas 48 horas).
De todos los incidentes que han
estado a punto de desencadenar una guerra termonuclear, éste es el único en el
que había un cohete en el aire, si bien no era un misil balístico ni tenía
carácter militar alguno.
Able
Archer 83 (Arquero Capaz) fueron unos ejercicios militares de comando y control al
mando de la OTAN, realizados a partir del 2 de noviembre
de 1983, en la zona de Europa
Occidental,
en la sede central de la SHAPE situada en Casteau, al norte de la ciudad belga de Mons.
El ejercicio simulaba un período en escala de conflicto, que culminó en
lanzamientos nucleares coordinados. Se incorporó un nuevo y único formato
de códigos de comunicación, los radios silenciosos; con la participación de los
jefes de Estado se simuló el DEFCON 1 de alerta nuclear.
El carácter realista del ejercicio,
junto al deterioro de las relaciones de los Estados
Unidos y
la Unión Soviética y con la llegada de los misiles nucleares Pershing II a Europa, llevó a los
soviéticos a creer que Able Archer 83 era una verdadera amenaza en la
guerra, como un genuino primer golpe nuclear. En respuesta, los soviéticos
prepararon sus fuerzas nucleares y las unidades de aire situadas en la República Democrática Alemana y Polonia en estado de alerta. Este
incidente relativamente oscuro es considerado por muchos historiadores a ser el
más cercano a una guerra nuclear mundial, desde la Crisis de los misiles en Cuba de
1962. La
amenaza de una guerra nuclear que terminó abrúptamente con la conclusión del
ejercicio Able Archer 83 el 11 de noviembre.
Leonid Brézhnev |
Operación
RYAN
El factor más importante conducente
al incidente de Able Archer que casi desencadenó una guerra nuclear
fueron unos sucesos que se produjeron más de dos años antes. En mayo de 1981 durante una serie de reuniones
a puerta cerrada entre altos oficiales de la KGB y los dirigentes soviéticos, el
Secretario General Leonid
Brézhnev y
presidente de la KGB Yuri Andrópov declararon con convicción que los
Estados Unidos estaban preparando en secreto un ataque nuclear contra laURSS. Para combatir esta amenaza,
Andropov ordenó que la KGB y el GRU iniciasen la Operación RYAN. RYAN (РЯН)
era un acrónimo ruso de “ataque con
misiles nucleares” (Ракетное Ядерное Нападение); RYAN fue la operación más
grande y ambiciosa de recopilación de datos de inteligencia en tiempos de paz
de toda la historia soviética. Agentes en el extranjero se encargaron de
vigilar a las personas que tenían potestad para decidir un ataque nuclear, así
como al personal técnico y de servicio que montaría el ataque y las
instalaciones desde las que se lanzaría dicho ataque. Con toda probabilidad, el
objetivo de la Operación RYAN fue identificar las primeras fases de un ataque
nuclear y a continuación abortarlo.
Reacción
soviética
Oleg
Gordiesky, agente doble, el oficial de mayor rango del KGB
que jamás haya desertado, es la única fuente soviética que ha publicado algo al
respecto del incidente Able Archer 83. Oleg Kalugin y Yuri Shvets, quienes
fueron oficiales del KGB en 1983, publicaron tener conocimiento de la Operación
RYAN, pero no mencionaron Able Archer
……………………………………………………
“Estamos
al borde de la Tercera Guerra Mundial”.
Es una
frase que hemos oído muchas veces y en ocasiones ha podido ser verdad. A veces
por motivos reales, a veces por un malentendido estúpido, a veces por fallos en
procedimientos. Nos libró de ello una casualidad, o que alguien tomó una
decisión sensata en un momento crítico. (………..)
En años anteriores
(veremos algunos casos en la entrada siguiente, por no alargar ésta
excesivamente) se habían producido otras alarmas y más recientemente un par de incidentes
con aviones que dieron como resultado un nerviosismo generalizado.
En 1.978, un vuelo de
Korean Air salió de París con rumbo a Corea del Sur. Una involuntaria violación
del espacio aéreo soviético por errores humanos llevaría al avión a ser identificado
como un avión militar estadounidense. Después de fracasados intentos de
comunicación, dos cazas soviéticos terminaron disparando un misil que obliga al
avión dañado a seguir en vuelo hasta aterrizar en un lago congelado cerca de la
frontera con Finlandia. El resultado del incidente sería relativamente
afortunado: 107 sobrevivientes de un total de 109 personas a bordo, rescatados
y liberados unos días después.
El 1 de septiembre de
1.983 un avión de pasajeros (un Boeing 747-200) de Korean Air sobrevoló un área
de territorio soviético restringido, en la ruta para unir Nueva York y Seúl,
con escala en Alaska. Fue interceptado y abatido en las cercanías de la isla de
Sajalín. En el incidente murieron 269 personas. En un primer comunicado, las
autoridades soviéticas se limitaron a señalar que un avión no identificado
había sido derribado por sobrevolar territorio ruso.
Isla de Sajalín |
La búsqueda de los
restos del avión movilizó a norteamericanos, japoneses y soviéticos (treinta y
dos barcos soviéticos, varias decenas de barcos estadounidenses y remolcadores
japoneses contratados por los norteamericanos). La búsqueda del KAL 007 fue la
más ambiciosa realizada hasta el momento. Lo que interesaba sobre todo no era
recuperar cadáveres, sino las cajas negras, pues lo que demostraran aquellas
daría la razón a unos o a otros.
Cinco días después,
tras la reacción mundial, los soviéticos admitieron que se trataba de un avión
de pasajeros, pero que los pilotos no tuvieron forma de saberlo. La búsqueda se
abandonó después de varias semanas de infructuoso barrido de un área de 225
millas cuadradas en aguas internacionales.
Años después se sabría
que el montaje de búsqueda de los soviéticos en aguas internacionales en el Mar
de Japón era una operación de distracción, puesto que los restos del avión ya
habían sido localizados, con sus cajas negras. Éstas se entregaron diez años
después, tras la caída de la Unión Soviética.
El avión había sido
derribado efectivamente, por invadir el espacio aéreo soviético, y sin embargo,
las autoridades decidieron mantener la noticia del hallazgo como un secreto,
evitando la difusión. En las transcripciones recuperadas, se desvela que la
tripulación no estaba al tanto de que estaba fuera de curso y violando el
espacio aéreo soviético. La razón por la que se ocultó el hallazgo del avión
habría que buscarla en la versión del piloto soviético que efectuó los disparos
de los misiles. Según su testimonio, se habían violado los estándares
internacionales de intercepción, sin realizar las correspondientes advertencias.
Y aún más, habría una
razón por la cual no se siguió el protocolo de intercepción: tan sólo un día
antes, un avión espía norteamericano (RC-135 USAF) habría hecho una incursión
en la zona en la misma ruta, siendo detectado por radares soviéticos, pero sin
llegar a ser interceptado por los caza que resguardaban el espacio aéreo. En
tal versión de los hechos, en la que coinciden funcionarios y analistas
privados, el KAL 007 sería la desafortunada víctima de una serie de sucesos
encadenados con todos los ingredientes de la Guerra Fría, y un trágico
malentendido. Según se intuye, es probable que el mismo día del incidente del
avión surcoreano, el RC-135 USAF haya sobrevolado la zona, incluso acercándose
al KAL, para confundirse en su señal de radar y no ser interceptado como un
avión espía. El KAL tuvo su peor error, en el lugar incorrecto, y en el momento
menos indicado, para terminar siendo confundido con un avión espía.
Por todo lo anterior,
cuando sólo dos meses después del incidente del KAL 007 se produjo el simulacro
de la OTAN, fue suficiente una mínima sospecha para desencadenar la paranoia.
En momentos en que los
servicios de inteligencia soviéticos estaban a la espera de los primeros signos
de un ataque nuclear, la OTAN comenzaba a simular uno. Para ello, se llegó a
utilizar un nuevo sistema de cifrado en las comunicaciones, que fue detectado
por los soviéticos. No sabían qué decían los mensajes, pero comprobaron que
tenía lugar un aumento exagerado de comunicaciones entre Gran Bretaña y Estados Unidos.Todas las
señales inducían a pensar en un ataque nuclear inminente, alimentados por una
serie de procedimientos militares inéditos por parte de la OTAN. Ante la
amenaza, los responsables militares de la Unión Soviética creyeron que la única
oportunidad de sobrevivir a un ataque de la OTAN era adelantarse, disparando
los mecanismos defensivos de alerta.
El ejercicio, realizado
a lo largo de diez días, fue subiendo el nivel de alerta soviético a un punto
dramático, hasta su finalización el 11 de noviembre, que termina de forma
abrupta con la amenaza de una guerra nuclear y dispone el fin del alerta.
El 8 de noviembre, por
su parte, es calificado como uno de los momentos más peligrosos de la historia,
cuando altos cargos de la Unión Soviética se convencieron de que estaban a
punto de entrar en un ataque nuclear por parte de Occidente. Todo el arsenal
nuclear fue puesto por entonces en alerta máxima, a punto para lanzar un ataque
completo a modo de represalia en Europa Occidental y Estados Unidos.
Aunque aún hoy la
información sobre el ejercicio y las reacciones soviéticas permanecen como
parte de la información clasificada por parte de Estados Unidos, diversos
historiadores registraron declaraciones de funcionarios norteamericanos
mostrándose sorprendidos por el nivel de reacción soviética ante el ejercicio.
Por el otro bando, una única fuente soviética (el agente Oleg Gordiesky) fue la
responsable de hacer público detalles sobre el incidente Able Archer 83 y las
reacciones.
De la revista Año Cero “OVNIS desactivan centrales y misiles
nucleares” , dirigida por
Enrique de Vicente:
OVNIS DESACTIVAN MISILES Y CENTRALES NUCLEARES
Aunque la realidad de los OVNIs aún sigue siendo objeto de
acalorados debates en multitud de foros, para el ufólogo Robert Hastings*
representan un fenómeno real de consecuencias impredecibles para la humanidad.
Sus reveladoras investigaciones, documentadas con informes desclasificados por
el Gobierno estadounidense, señalan que los «platillos voladores» han mostrado
una profunda curiosidad por las armas nucleares y las bases militares que las
custodian. *(Durante décadas y en completo silencio, el ufólogo Robert Hastings
recopiló casos de OVNIs sobre instalaciones nucleares.)
El gran temor de las autoridades estadounidenses, según Hastings,
es que esta información acabe llegando a la opinión pública, ya que en decenas
de ocasiones, ante el estupor de los militares, la presencia de OVNIs en el
cielo ha «coincidido» con la inutilización o pérdida de control de su arsenal
nuclear. No hay que olvidar que, precisamente desde la década de los cuarenta,
el espacio aéreo más protegido de EE UU son las instalaciones y los silos
nucleares. Sin embargo, a tenor de la documentación oficial y los más de un
centenar de testimonios recopilados por Hastings, los OVNIs no han tenido
reparo en sobrevolar estas bases, en muchas ocasiones secretas incluso para los
propios ciudadanos de EE UU.
Gracias a la Ley de Libertad de
Información, el citado ufólogo ha sabido que tanto el FBI como la CIA están muy
bien informados sobre la actividad OVNI en instalaciones nucleares. Según sus
pesquisas, que dio a conocer en UFOs
and Nukes (OVNIs y Armas Nucleares) -libro editado en 2008-, los
servicios de inteligencia son conocedores desde el año 1948 del peligroso
interés de los No Identificados por su armamento más destructivo. Para su obra,
Robert
Hastings recopiló información durante más de 40 años, entrevistando a decenas
de militares de la USAF (la Fuerza Aérea de EE UU) que realizaron declaraciones
juradas de sus experiencias. Una de las conclusiones más
transcendentales de su extraordinaria investigación es que, más allá del
avistamiento de OVNIs sobre instalaciones nucleares, las autoridades se muestran muy
preocupadas porque la presencia de No Identificados ha provocado
interferencias, averías inexplicables o la anulación momentánea de los sistemas
del armamento. Por supuesto, la tecnología necesaria para acometer
estas «intromisiones» de alto riesgo para la seguridad nacional, está muy por
delante de las posibilidades del Ejército de EE UU, puesto que todas las
defensas electrónicas, así como las medidas de protección táctiles, han resultado
estériles ante la presencia de los enigmáticos OVNIs.
En paralelo a estas
informaciones, documentos del antiguo Ministerio de Defensa soviético también
confirman que este tipo de eventos se produjeron sobre las instalaciones
nucleares de la extinta URSS. Robert Hastings ha entrevistado a más de 130
militares involucrados en varios incidentes relacionados con OVNIs y
armamento nuclear. Durante una
conferencia celebrada el 27 de septiembre de 2010
en
Washington, Hastings, en compañía de varios militares, declaró que era el
momento para que el Gobierno revelara toda la verdad sobre estos episodios OVNIs
que han puesto en jaque a toda la defensa estratégica de EE UU
« EMITIÓ UN HAZ DE LUZ SOBRE LOS PROYECTILES ATÓMICOS »
«No estoy condenando a ninguna agencia del gobierno por su
política de secreto respecto a los No Identificados, pero creo que el público
debe conocer los hechos», afirmó el ufólogo.
Uno de los casos documentados por Hastings fue protagonizado por
el teniente coronel Philip E. Moore cuando estaba destinado en la Base de
Walker AFB en Nuevo México (EE UU) Moore era comandante del personal de combate
del emplazamiento de misiles y estaba de servicio en una de las cápsulas
subterráneas de control de misiles estratégicos Atlas ICBM Según relató el ex militar, todo
sucedió una noche de finales de 1964, cuando el comandante Dan Gilbert, situado en
otro silo de misiles, le comunicó que habían detectado un extraño objeto no
identificado que estaba sobrevolando su instalación, alejándose y acercándose
sucesivamente. Se enviaron varios militares para el reconocimiento
sobre el terreno del potencial intruso. El cuerpo de seguridad pudo constatar la
presencia de una «luz» flotando sobre los silos de misiles y desplazándose a
gran velocidad. Moore comentó que el OVNI, de forma inteligente y controlada,
se detenía exclusivamente sobre las lanzaderas.
Por otro lado, el oficial retirado John F. «Jay»
Earnshaw recuerda que, en la década de los sesenta, en varias ocasiones las
instalaciones de misiles Minuteman, desplegados en la Base Aérea FE
Warren, en Wyoming (EE UU), estuvieron vigiladas por unos misteriosos objetos
en forma de disco y de color rojizo anaranjado. Aunque nunca se adentraron en
la base, sí fueron perseguidos por cazas de combate cuando irrumpían en sus
alrededores. Earnshaw rememora que hubo presiones por parte de sus superiores
para que ningún implicado en los incidentes comunicara nada al exterior.
Pese a que la USAF investigó casos de OVNIs desde 1948 hasta 1969,
en el marco del denominado Proyecto
Libro Azul, sus conclusiones públicas determinaron que «ningún
OVNI reportado, investigado y evaluado por la Fuerza Aérea ha dado indicios de
amenazas a nuestra seguridad nacional (...) No existen evidencias de que los
objetos catalogados como “no identificados” puedan ser considerados vehículos
extraterrestres». Pero a tenor de las investigaciones de Hastings, esta
declaración puede encubrir una realidad inquietante...
El mayor Gaylan W. King, destinado en la Base
de Lanzamientos de Ellsworth, en Dakota del Sur (EE UU) comentó a
Hastings que en el año 1966 ó 1967, no recuerda bien la fecha, vivió varias
experiencias con OVNIs cuando estaba al mando de la 66ª escuadrilla estratégica
de misiles. En dichas instalaciones había 150 proyectiles nucleares. Según confesó
el militar, una noche saltaron las alarmas de la base y las unidades de
seguridad detectaron un OVNI sobre dicho emplazamiento del Ejército
estadounidense. La patrulla de seguridad comprobó cómo un artefacto
desconocido, en forma de platillo volador de color rojo, proyectaba un haz de
luz sobre el silo de lanzamiento. La nave despegó a gran velocidad. Lo
curioso es que los avistamientos duraron de 3 a 4 semanas y unos misteriosos
helicópteros acudían constantemente a la zona alertados por la irrupción de
intrusos en el espacio aéreo restringido.
El mayor Gaylan W. King afirma que la tripulación
de aquellos helicópteros no era personal usual de la USAF y que probablemente
fuese «gente de la
CIA, la NSA o un grupo similar» ya que no se relacionaban con el personal de la
base. También los técnicos de mantenimiento de misiles, Albert Spodnik y John
Baker, confirmaron de forma
independiente que en junio de 1966 los OVNIs hicieron acto de presencia en la
citada Base de Ellsworth. Al parecer, en una ocasión uno los misiles sufrió un
extraña fallo tras avistarse un objeto circular metálico junto a la valla del acuartelamiento. Inmediatamente, el cuerpo de seguridad
solicitó permiso para disparar contra la aeronave, pero los mandos no lo
autorizaron.
Más recientemente, Joseph C. Pscolka Jr., expolicía de Seguridad de la
Fuerza Aérea, relató a Hastings que una noche de 1986, cuando se encontraba
destinado en la Base Aérea de Malmstrom (Montana, EE UU) recibió una llamada
alertándole de la presencia de un grupo de luces no identificadas. A través de
los prismáticos, él y varios compañeros comprobaron que se trataba de cinco
luces que se movían de forma errática.
Momentos más
tarde aparecieron otras tantas, que comenzaron a realizar idénticas cabriolas
que sus «compañeras». En cierto instante, se detuvieron un rato para continuar
con su frenético vuelo sin control. Pscolka notificó su observación al Centro
de Control Alfa de lanzamiento de misiles, donde dos oficiales siempre están
alerta. Casi todo el personal de la base fue testigo del avistamiento.
Titan II |
AERONAVE
INUTILIZA PROYECTILES NUCLEARES
“El OVNI se hizo con el control de los misiles
ante la sorpresa de los militares de la base”.
Pero quizás el expediente más
desconcertante sea el narrado por el excapitán de la Fuerza Aérea Robert Salas.
Éste afirmó que, en marzo de 1967, cuando estaba destinado en un silo de
misiles en Malmstrom (Montana, EE UU), se vivió una situación de máximo riesgo.
Según indica el militar, uno de los guardias observó un objeto
brillante de color rojo, de aproximadamente tres metros de diámetro, que se
acercaba a la puerta frontal de las instalaciones. En ese momento, los misiles
de la base quedaron inutilizados de forma inexplicable. La capacidad
ofensiva de esta unidad táctica de lanzamiento de misiles nucleares no estuvo
operativa mientras el disco volante permaneció en la zona. El suceso generó una
enorme conmoción entre los mandos de la base, que exigieron a todos los
implicados que mantuvieran en secreto este preocupante incidente. Salas afirmó:
« Hay un interés particular en nuestros misiles por parte de estos objetos, de
donde sea que vengan. Yo, personalmente, creo que no son de este planeta».
Uno de los últimos incidentes investigados por Robert
Hastings ocurrió el 23 de octubre de 2010 en la Base de F.E. Warren, en
Cheyenne, Wyoming (EEUU) cuando la presencia de un enorme OVNI cilíndrico
produjo la incomunicación del puesto de control electrónico con 50
misiles
nucleares Minuteman III, que representa más del 10% del
arsenal nuclear de EE UU. La revista The Atlantic publicó que el «fallo» duró al
menos 59 minutos, pero las autoridades de la base se apresuraron a comunicar
que un sistema de emergencia podía haber activado el armamento si hubiera sido
necesario. Hastings contradijo esta versión, ya que obtuvo los testimonios de
dos técnicos, los cuales indicaron que el misterioso error en las comunicaciones se
mantuvo durante varias horas, coincidiendo con la visión del objeto volador.
Aún más inquietante fue el episodio experimentado por el teniente
David H. Schuur a mediados de los años 60 en la Base de Minot (Dakota del
Norte, EE UU), la cual posee un silo de misiles Minuteman. Durante
una noche de guardia, el personal de seguridad observó un enorme objeto
brillante sobre el armamento nuclear. Los testigos comprobaron que se
desplazaba de un lugar a otro. A los pocos minutos, las consolas de control
comenzaron a fallar. Según Schuur, cuando el artefacto estaba pasando por
encima de los misiles, aparentemente emitía algún tipo de señal hacia los
proyectiles, pues al menos seis de los mismos no sólo sufrían interferencias,
sino que parecían estar siendo activados por alguna fuerza «invisible».
Tan peligrosa se tornó la situación, que los mandos de la base decidieron
inhabilitar los misiles para evitar que pudieran ser activados y lanzados por
el OVNI. Schuur está convencido que,
durante algunos minutos, parte del arsenal nuclear de la base estuvo bajo el
control de aquella enigmática aeronave. Al día siguiente, todo el material
sobre el incidente fue requisado y se ordenó a los presentes que no contaran
nada de lo sucedido.
El 7 de noviembre de 1975, los
sensores de la Base de Lewiston (Montana, EE UU) detectaron la intromisión de
un OVNI en su espacio aéreo. Inmediatamente despegó un helicóptero de seguridad
para interceptar e identificar a la aeronave. Mientras, el Equipo de Alertas de
Sabotaje observaba desde un jeep, a unos 800 metros de distancia, un
enorme objeto brillante en forma de disco y color anaranjado que iluminaba el
terreno donde se hallaban ubicados los misiles. Los radares del NORAD
detectaron el No Identificado a unos 1000 pies de altura.
Debido a la gravedad del asunto, se enviaron dos cazas F-706 desde
la Base de Great Falls, también ubicada en Montana. Ninguno de los pilotos del
Ejército consiguió ver el OVNI a simple vista. El artefacto comenzó a ganar
altura,
hasta que las pantallas de radar lo perdieron a unos 200.000 pies. Pero el dato
más asombroso estaba por llegar. Posteriormente, un grupo de especialistas de
la base se acercaron al misil nuclear Minuteman
sobre el que se había situado el OVNI. Los expertos comprobaron que la
«cabeza de guerra» del proyectil, que dirige sus movimientos en vuelo, había
sido «manipulada »: las coordenadas estaban cambiadas.
AL BORDE DE LA III GUERRA
MUNDIAL…POR UN NO IDENTIFICADO.
“El disco
volador de 900 metros activó el lanzamiento del proyectil nuclear soviético,
provocando el pánico en la base”
Los investigadores Philip Mantle y Paul Stonehill narran en
su libro Expediente Soviet UFO un suceso muy parecido ocurrido en
territorio soviético: “El 4 de octubre de 1982 se produjo un incidente que puso
al mundo al borde de una guerra nuclear. En aquellos años de tensión política,
el Ejército Rojo tenía diseminados por toda la Unión Soviética silos que
albergaban misiles nucleares de largo alcance que apuntaban a objetivos
estratégicos de Occidente. En uno de estos silos, actualmente abandonado, se
produjo un incidente OVNI que a punto estuvo de provocar la Tercera Guerra
Mundial. Todo empezó alrededor de las seis de la tarde, cuando los habitantes
de la ciudad de Byelokoroviche -actual Ucrania-y algunos soldados de la cercana
base militar pudieron ver un extraño objeto en el cielo. Se trataba de un enorme OVNI de
forma discoidal y de unos 900 metros de diámetro. En ese mismo momento, en el
interior del silo una luz de emergencia se iluminó en el tablero de control,
directamente conectado con Moscú. Esa
luz indicaba que un misil nuclear estaba en modo de lanzamiento...
... EI teniente
coronel Vladimir Plantonev, ingeniero especializado en misiles y que se hallaba
en el interior del búnker cuando sucedieron los hechos, es contundente cuando
afirma que, de alguna manera, “algo” había introducido el código correcto de lanzamiento. Pero Moscú no había ordenado
ningún lanzamiento ni ninguna persona del búnker había toca do
el panel de control. Durante quince interminables segundos, los técnicos intentaron por todos los medios detener el
lanzamiento, pero lo cierto es que habían perdido el control sobre las armas nucleares. De
pronto, sin ninguna explicación lógica,
la secuencia se abortó. El OVNI desapareció y el módulo de control de misiles
volvió a su posición normal. La pregunta es inevitable: ¿Pudo
un OVNI haber tomado el control de un misil nuclear?
ESTAMOS JUGANDO CON FUEGO
Para Hastings,
está claro que estos espectaculares sucesos son una evidencia de la realidad de
los OVNIs, y de que los arsenales nucleares han llamado la atención de los habitantes de
otros planetas. En palabras del ufólogo: «Con respecto a los incidentes de
desactivación de misiles, mi opinión es que, sean quiénes sean los que tripulan
estas aeronaves, están enviando una señal, tanto a Washington como a Moscú ya
otros países, para dejarnos claro que estamos jugando con fuego, y que la
posesión y la amenaza del uso de armas nucleares pone en riesgo a la raza
humana ya la integridad del medio ambiente de nuestro planeta».
Algunos
documentos oficiales desclasificados recientemente señalan que las autoridades
eran conocedoras de ciertos episodios OVNI sobre o en las cercanías de bases
militares con arsenal nuclear. A
la vista de los testimonios obtenidos por el investigador Robert Hastings,
parece claro que incluso los espacios aéreos más seguros de nuestro planeta han
sido sobrevolados por esos escurridizos visitantes del espacio...
Nave nodriza sobre Korosten, Ucrania
OVNIS EN UCRANIA
Coincidiendo con las revueltas
que sacudieron ese país, circuló por Internet un vídeo realizado el 6 de marzo.
En éste se observa un objeto cilíndrico muy alargado, volando sobre edificios
de la ciudad ucraniana de Korosten, situada a unos 150 Km de Chernóbil, que
sufrió las consecuencias del desastre nuclear. Tan sólo tres días después, otro
sospechoso vídeo aseguraba en Youtube que ese OVNI-cigarro era un prototipo
norteamericano conocido como Sky Dreadnought. Lo
definía como
«el sistema armamentístico más avanzado e incomparable de la historia... Una
embarcación con casi 3.000 metros de largo, como tres
portaaviones». Aseguraba que «vuela mediante un sistema que le permite
manipular la gravedad, lo cual
le posibilita
operar a cualquier altitud, Incluso en el espacio, a más de diez mil kilómetros
por hora, o pararse totalmente en silencio», dando numerosas explicaciones
acerca de la forma en que podría hacerse invisible o sobre el sofisticado
armamento que utilizaría, pero sin dar la más mínima referencia comprobable.
Ello nos induce a sospechar que
se trata de una forma de desinformar y atemorizar a la población rusa y otros rivales. Porque OVNIs
de aspecto similar, conocidos como
naves-nodriza por haberse observado que de los mismos parten otras más
pequeñas, se han venido observando desde hace más de 60
años,
encontrándose incluso antecedentes en algún antiguo grabado. Y porque, entre el
conjunto de países que integraban la desaparecida URSS, Ucrania destaca por la
cantidad de OVNIS registrados en proporción a su extensión y
número de
habitantes.
ALTO SECRETO: SOLDADOS ESPAÑOLES
DISPARAN CONTRA HUMANOIDES:
¡ABRAN FUEGO!:
OVNIS ATERRIZAN EN BASES MILITARES
OVNIS ATERRIZAN EN BASES MILITARES
Nada tienen que
envidiar al mejor guión de una película de ciencia-ficción, pero los sucesos
que pasaré a narrar a continuación son tan reales como que usted está leyendo
estas líneas. Y es que son decenas los incidentes ufológicos ocurridos en
instalaciones del ejército español: ovnis que toman tierra, que realizan
imposibles maniobras sobre bases aéreas, que aparecen de la nada y se
desmaterializan... Por no hablar de aquellos casos, todavía más espectaculares,
en los que miembros de las fuerzas armadas acaban abriendo fuego contra seres
de aspecto humanoide...
Frente a unas
tazas de café, Daniel (nombre supuesto), militar destinado en la Base Aérea de
Cuatro Vientos -instalación militar que comparte espacio con un pequeño aeropuerto civil-, se dispuso
a narrarme una experiencia OVNI que había protagonizado años atrás en el
interior del acuartelamiento. «Ocurrió en junio de 2004», comenzó con su
relato. No le permití continuar. «Espera un momento -le espeté, tirándome de
cabeza a la piscina- A ver si acierto. Esto sucedió a las doce y dos minutos de
la noche del 2 de junio de 2004». En ese momento, mi interlocutor abrió los
ojos y se reclinó en su asiento,
mirándome fijamente como si estuviera contemplando a un extraterrestre.
«Pero... tú tienes otra fuente. ¿Quién te lo ha contado?».
Base Aérea de Cuatro Vientos, España. |
En realidad no disponía de ningún confidente. Me arriesgué
porque en la fecha y hora apuntada un enorme objeto en forma de proyectil cruzó
la península Ibérica, siendo avistado por miles de personas (AÑO/ CERO, 282) El
No Identificado fue detectado por los radares militares de Portugal, tal como
me confirmó el coronel Carlos Barbosa, entonces portavoz de la Fuerza Aérea
Portuguesa (FAP) De modo que el Ejército luso permaneció varios días en estado
de máxima alerta.
En
su momento, entrevisté a decenas de testigos de este incidente. Sin embargo, lo
verdaderamente sorprendente del caso es que, al tiempo que el No Identificado cruzaba los cielos
peninsulares -a las 00:02 minutos-, en distintos puntos de la geografía
española tenían lugar espectaculares encuentros cercanos con OVNIs. Por eso no
me extrañó demasiado que el suceso protagonizado por Daniel ocurriera
precisamente cuando pasaban dos minutos de las doce de la noche del 2 de junio
de 2004. «Recuerdo que me encontraba de guardia dentro del hangar del 403
Escuadrón del Centro Cartográfico y Fotográfico (CECAF) del Ejército del Aire
-me decía Daniel-. La noche era limpia, sin humedad ninguna, así que decidí
salir un rato. No hice más que doblar la esquina del hangar, cuando vi frente a
mí una luz muy potente, cegadora, que comenzó a aumentar de tamaño, o bien se
estaba acercando, no lo puedo precisar. Estaba como a unos 80 metros de mi
posición ya unos 30 del suelo, sobre el edificio donde se custodia el archivo
fotográfico del CECAF, en plena Base Aérea de Cuatro Vientos».
«DESPRENDÍA GAS»
En un primer momento, mi informante pensó que se trataba de un
helicóptero del 803 Escuadrón del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) que debía
tomar tierra esa noche, pero no se escuchaba ningún tipo de ruido, la luz era
demasiado brillante y se encontraba bastante desplazada de la plataforma de
aterrizaje para helicópteros. «El objeto volador era más bien
ovalado, de un color blanco frío y desprendía jirones de neblina, como si
estuviera rodeado de vapor de agua o algo similar -continuó narrándome-. Pasaron
varios minutos y aquello empezó a elevarse sin brusquedades, hasta que
desapareció».
Inmediatamente, Daniel se puso en contacto con el
oficial de vuelos, un teniente quien le aseguró que no había contemplado nada
extraño, «aunque me confirmó que en ese momento un operador del Servicio de
Emergencias 112 estaba llamando a la base, porque varios vecinos de las
viviendas colindantes a la
misma estaban denunciando la presencia de “luces muy raras” sobre las
instalaciones militares». A la media hora del incidente, aterrizó sin novedades
el helicóptero del SAR. «Al día siguiente intenté obtener las grabaciones de
las cámaras de seguridad de la base -siguió el militar con su relato de los
hechos-, pero no me lo permitieron Además, durante tres días estuve muy
fastidiado, con problemas en los ojos, como si aquella luz me hubiera causado
quemaduras. En cuanto a mi móvil, se me desconfiguró por completo ».
Algeciras, España. |
«CASI ME VUELA LA CABEZA»
Días después de entrevistarme con Daniel, viajé a Algeciras para
verme con otro testigo de excepción, Andrés Gómez Serrano, un policía
local retirado que en 1949, cuando realizaba el servicio militar, vivió otro
desconcertante incidente ufológico. «Entonces tenía 17 años y estaba destinado
en el Regimiento Extremadura N° 15 de La Almoraima, que está a unos veinte
kilómetros de Algeciras -recordaba Andrés ante mi grabadora-Nos ordenaron a un
compañero y a mí vigilar una gasolinera que se encontraba a unos 500 metros de
la base, y allí nos quedamos unos días, sin mucho que hacer, durmiendo en una
pequeña casa junto a la gasolinera...
Esa noche, a mi compañero le tocó acercarse al
regimiento a por la perola de la cena, y yo me quedé haciendo guardia. Me senté
en una enorme piedra de 185 kilos. Lo sé porque tenía grabado su peso De frente
veía la carretera sin asfaltar. De pronto, a lo lejos, distinguí una luz muy
potente acercándose a mí. Luego se dividió en dos, otra vez se transformó en
una y se me echó encima. Era redonda, de metro y medio de diámetro, su
centro era oscuro y palpitaba como si tuviera vida. Quise salir corriendo, pero
no fui capaz, estaba paralizado. Sólo podía mover la cabeza. Entonces me di
cuenta de que no se escuchaba ningún sonido, el viento había parado
por completo y las nubes no se movían, a pesar de que poco antes hacía una
ventisca tremenda».
En ese
momento, Andrés se percató de que su entorno había cambiado por completo. «Todo
estaba rodeado por una especie de halo verdoso cristalino. Es más, podía ver a través de los árboles, como si estuviesen hechos
de cristal. Giré la cabeza hacia atrás y reparé en que también podía
atravesar con la vista las paredes de la casa donde dormíamos. De repente, la enorme piedra en la que
estaba sentado se elevó un metro del piso. Como no lo esperaba, el fusil
que tenía encima de mis piernas se resbaló y cayó de culata disparándose. Vi el
fogonazo al lado de mi cabeza, pero no escuché ningún ruido. De inmediato, el
OVNI pegó un tremendo acelerón y desapareció de mi vista en décimas de segundo.
Cuando esto ocurrió, la piedra cayó a peso y me llevé un golpe enorme en mis
posaderas.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de que tenía la cara
chamuscada por efecto del disparo. Un centímetro más cerca de mi cabeza y hoy
no estaría aquí. Además, sentí de nuevo el viento y el sonido ambiente, y el
halo verdoso desapareció. Vamos, que regresó la normalidad...
No tardé
en mirar mi reloj, un Cauny, que marcaba las 23:10. Pero es que se quedó
parado en esa hora. Al rato llegó mi compañero con la cena. Me dijo que no
había visto ni oído nada fuera de lo normal. Curiosamente, su reloj también se
había parado a las 23:10». Días después, Andrés llevó su Cauny a un relojero,
quien al abrirlo no pudo reprimir una exclamación de sorpresa. «Me lo enseñó
porque todas las piezas estaban fundidas, como si hubieran estado sometidas a
una potente fuente de calor. Menudo disgusto me llevé, pues no se pudo
arreglar»
Sorprende que el halo verdoso al que se refirió Andrés es una
característica común a un buen puñado de casos de encuentros cercanos con OVNIs
en bases militares españolas. Así ocurrió en el siguiente incidente, a cuyos
protagonistas logré localizar después de meses de pesquisas. Es más, obtuve el
permiso para reconstruir los sucesos con los soldados que los vivieron en la
instalación militar donde tuvieron lugar: en pleno Escuadrón de Vigilancia
Aérea número 4 (EVA-4), localizado en Rosas (Girona). El encuentro cercano se
produjo cuando Luis Solá, que hacía guardia en una garita cerca de las
instalaciones de los radares, contempló sobre la antena de microondas un
objeto esférico, con aspecto de lenteja, que tenía una especie de puntitos
luminosos a su alrededor. Inmediatamente avisó a sus compañeros de
guardia, que descansaban en un barracón cercano.
El No Identificado acabó desapareciendo a toda velocidad, pero en
ese instante se percataron de que tras una caseta cercana a la antena, se
apreciaba un potente halo verdoso. El cabo Jesús Jofre no se lo pensó dos
veces. Ordenó al soldado Anselmo para que sacara de la canera a Fiero, el
mejor de los perros de vigilancia, y convenientemente pertrechados con sus
cetmes avanzaron hacia la caseta. Cuando alcanzaron sus inmediaciones, la
luminosidad desapareció, pero comenzaron a escuchar el inconfundible sonido de
alguien acercándose al trote a su posición, hasta que contemplaron, a unos
cinco metros de distancia, «una figura estilizada de aspecto humano y
de más de dos metros de altura».
Jesús dio el alto en dos ocasiones,
pero antes de hacerlo por tercera vez, Anselmo no pudo controlar sus nervios y
descargó su cetme contra el intruso. Las balas pasaron rozando la cabeza del
cabo. «En ese momento no pensé en que mi compañero podía haberme matado -me
decía Jofre-, sino que, en un acto reflejo, yo también comencé a disparar.
Gracias al resplandor de los tiros, distinguimos que el humanoide iba ataviado
con un traje de una sola pieza que le cubría el cuerpo y un cinturón en el que
destacaba un emblema con un triángulo invertido». Acto seguido, el extraño ser
dio media vuelta y se marchó por donde había aparecido. No tardaron en escuchar
el inconfundible sonido de algo impactando contra una de las dos vallas
metálicas que acotaban el perímetro de
la instalación militar.
Para Jesús Jofre Mila, hombre integro y valiente, el encuentro con el extraterrestre en EVA-4 representó un cambio existencial, una nueva perspectiva frente a la vida. (Para mas información, consultar el link: http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2012/11/los-seres-de-las-estrellas-encuentro-en.html) |
Fusil de asalto CETME, España. |
«Soltamos a Fiero y salió a toda velocidad hacia la
alambrada -continuaba hablando Jofre-Nosotros corrimos detrás y vimos,
asombrados, que faltaba un trozo nada despreciable de la valla. Iba desde el
suelo hasta lo alto y tenía una anchura de medio metro. Pero lo raro es que la
segunda alambrada estaba intacta, y más allá sólo hay algo de terreno y un
precipicio enorme que va a dar a la bahía de Rosas. Como no hubiese escapado
volando, no se me ocurre cómo pudo hacerlo».
En ese preciso instante, Luis Solá y otros de sus compañeros, que
se encontraban junto al barracón, observaron «un objeto oscuro de grandes
dimensiones que se precipitó contra el mar, provocando un potente fogonazo que
me deslumbró durante unos segundos. Durante varios días estuve con una
irritación en los ojos», me confesaba Luis. El caso es mucho más complejo
puesto que, días después, los OVNIs volvieron a visitar el EVA-4, siendo
detectados por el radar, pero esa es otra larga historia y mi espacio para el
presente reportaje limitado... (Daños oculares. Luis Solá sufrió
irritación en los ojos durante varios días, tras observar el fogonazo que
desprendió el OVNI al impactar contra la bahía de Rosas [Girona)).
EI 12 de noviembre de 1976, a la 1:45 horas de la madrugada, los
soldados José María Trejo y Juan Carrizosa se encontraban en sus
garitas dentro de la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz),
cuando escucharon un extraño sonido que provenía de los lejos. No tardaron en
desplazarse hasta la zona en cuestión, viéndose sorprendidos por un
estruendo procedente de unos matorrales cercanos a una tapia que delimita la
instalación militar, al tiempo que observaban un objeto volador blanquecino que
se elevaba en silencio y con gran rapidez. En ese instante se presentó
en el lugar de los hechos José Hidalgo, encargado de la
seguridad general, quien les preguntó si habían visto el No Identificado.
«LOS PROYECTILES ATRAVESABAN SU CUERPO»
En compañía de un perro de vigilancia, los tres comenzaron a
inspeccionar la zona. De repente, se formó frente a ellos una especie de remolino y, poco
después, a sus espaldas surgió una luminosidad verdosa, en cuyo interior
distinguieron una figura humanoide enorme, flotando en medio de la negrura. No
le pudieron distinguir las piernas, sus brazos en posición de cruz se cortaban
a la altura de las muñecas y portaba una especie de casco sobre la cabeza,
pequeña en proporción al resto de su cuerpo. En un acto instintivo,
Hidalgo y Carrizosa comenzaron a disparar al intruso, comprobando que los
proyectiles atravesaban al ser, al tiempo que Trejo se desmayaba El humanoide
acabó desapareciendo tras emitir un destello verdoso. En cuanto a Trejo, se
recuperó enseguida, pero en los días siguientes comenzó a sufrir constantes
desmayos, por lo que permaneció un mes ingresado en el Hospital General del
Aire en Madrid.
Gracias a las gestiones realizadas por el magnífico ufólogo José
Manuel García Bautista, conseguí reunirme en Sevilla con F.J., quien en
1998 se encontraba vigilando una descarga de armamento dentro del andén
ferroviario del Acuartelamiento Aéreo de BobadilIa (Málaga). «El convoy venía
de la Base Aérea de Morón de la Frontera, en Sevilla, y un compañero
y yo lo acompañábamos realizando labores de vigilancia. El caso es que cuando
se estaba efectuando la descarga, vimos a unos metros de nosotros, en plena
vía, a un ser de metro veinte de altura, de gran cabeza y unos enormes ojos rojos...
Base Aérea de Morón de la Frontera, Sevilla, España |
«Enseguida quitamos los pestillos de nuestras
armas, verdaderamente asombrados de lo que teníamos delante. Ambos estábamos
contemplando aquella criatura, que nos miró fijamente y, después de unos
segundos que se me hicieron eternos, pegó un salto y desapareció dentro de uno
de los silos donde se guardaban las municiones. Cuando le contamos lo ocurrido
a uno de los mandos, sólo nos contestó que guardáramos
silencio, que era lo más conveniente».
La noche del 9
de mayo de 2010, doce años después de este incidente, el Acuartelamiento de
Bobadilla volvió a ser el epicentro de otro extraño fenómeno. Juanfra
Romero, uno de los mejores investigadores españoles de toda clase de
sucesos anómalos, no sólo consiguió entrevistar a algunos de los implicados,
sino que además obtuvo, en rigurosa exclusiva, un fragmento de la filmación
OVNI que grabó una de las cámaras de vigilancia de la instalación militar.
El día después, película en la cual se recrean las consecuencias de una guerra nuclear entre USA y la URSS. |
TERROR EN EL
POLVORIN
A eso de las 22:30 horas, las pantallas de control mostraron la
presencia de un OVNI de aspecto esférico que se encontraba sobre el acuartelamiento. El objeto volador no sólo
comenzó a realizar una serie de imposibles cabriolas aéreas, sino que al tiempo
cambiaba tanto de tamaño como de forma media esfera, esfera, barra vertical,
barra horizontal... -. Durante un rato llegó a ocupar la pantalla
completa, deslumbrando a los militares que estaban contemplando el
«espectáculo». Desde la propia base otros miembros de las Fuerzas
Armadas estaban observando a simple vista la potente luz que, pasados veinte
minutos, desapareció emitiendo un potente destello.
Precisamente, de idéntica manera se «volatilizó» el No
Identificado que permaneció varias horas en las cercanías de un polvorín
militar situado en el barrio lucense de As Gándaras. Ocurrió el 27 de noviembre de
1995, y el suceso generó una auténtica alerta, provocando que varios cazas de
combate despegaran en persecución del «intruso».
Durante meses entrevisté a distintos militares implicados en el caso, e intenté
acceder al máximo mando del acuartelamiento, pero lo único que conseguí es que
los soldados de
guardia me pidieran el Documento Nacional de Identidad repetidas veces. «Es otra vez el chico que investiga OVNIs, mi
teniente», se comunicaba el guardia a través de un walkie con su
mando. «Dice que no tiene nada que
declarar y que no puedes estar aquí», obtenía como respuesta, mientras
me invitaba a abandonar la zona, al
tiempo que una sonrisilla se dibujaba en su rostro. «No te va a contar nada porque es secreto, pero lo que ocurrió fue la leche», me dijo a modo de
despedida.
Según los datos que pude obtener de, al menos, cinco
militares implicados en el incidente, a
las 21 horas una de las cámaras de vigilancia del polvorín captó en el « espectro
infrarrojo cuatro luces fijas en lo alto que formaban una figura romboidal.
Aproximadamente cada media hora, una
serie de objetos circulares de menor tamaño surgían a la izquierda y por encima
del aparente objeto romboidal,
introduciéndose en el mismo, momento le en el que éste parecía emitir una mayor luminosidad. Hora y media más tarde,
cuatro soldados, pertrechados con walkies, se presentaron en un campo de
fútbol cercano la al polvorín, pidiéndole al encargado que apagara los focos que iluminaban el
césped para tener una mayor visibilidad. Sin embargo, el cielo estaba demasiado encapotado como para
divisar el OVNI a simple vista. El teniente V, máximo mando esa noche en el
polvorín, no sólo dio aviso a Defensa, sino que llamó al diario El Progreso de Lugo con la intención de que algún periodista se
acercara a la base con una cámara de televisión profesional. El teniente
pretendía utilizar el potente zoom de la cámara para grabar el No Identificado,
pero al final sólo aparecieron dos fotógrafos en la puerta del polvorín.
Polvorín en As Gandaras, Lugo, España |
Filmación de OVNI sobre el Polvorín de As Gandaras, Lugo, España |
Según pude averiguar, ambos reporteros gráficos acabaron en el
salón de la vivienda que el teniente V ocupaba en el interior del
polvorín. Cada cierto tiempo, un militar se presentaba con las grabaciones del
OVNI, y el mando las introducía en un vídeo donde las contemplaba visiblemente
nervioso. No paraba de repetir a sus subordinados que «tenemos
que estar preparados para cualquier cosa» y, de vez en cuando,
desaparecía para dar órdenes a los soldados que estaban grabando las
evoluciones de la extraña aeronave romboidal.
En una de estas ausencias, los fotógrafos aprovecharon para tomar
varias instantáneas de la pantalla de televisión en la que se apreciaba el No
Identificado. Una de
estas imágenes fue publicada al día siguiente en El Progreso, destapando el caso para la opinión
pública. Samuel G, uno de los militares que vivió en primera persona los
acontecimientos, me confesó que al menos dos cazas de combate volaron
alrededor del objeto, que permaneció en los cielos hasta las cinco de la
madrugada del día 28.
Jose Lesta |
«NO PODÉIS HABLAR, ES SECRETO DE ESTADO»
Esa misma noche, varios automóviles con individuos ataviados de
civiles entraron en el polvorín. «Iban con chóferes, pero, aunque estaba claro
de que eran mandos por encima del teniente V, no se les distinguía ningún
distintivo militan), aseguraba mi interlocutor
y continuó explicándome: «Forzamos el zoom de la cámara de vigilancia
al máximo y así pudimos ver la verdadera estructura del OVNI. Tenía la forma de
un balón de rugby, pero bastante más achatado. Parecía metálico y en su parte
central presentaba una banda más estrecha que pensamos podían ser unas
ventanillas». Según Samuel G., «a eso de las cinco de la mañana se
esfumó delante de nuestras narices. Se desplazó ligeramente hacia abajo, luego
hizo una suave maniobra de ascenso y, simplemente, desapareció en décimas de
segundo emitiendo un pequeño destello».
A primera hora de la mañana, altos cargos militares llegados de
Madrid, aunque siempre ataviados de civiles, reunieron a los soldados que la
noche del avista miento habían estado de guardia. «Nos dijeron que lo ocurrido
estaba clasificado como secreto de estado y que no podíamos contar nada a
nadie, y menos a los periodistas que estaban merodeando alrededor del polvorín
buscando testimonios». Los investigadores Manuel Carballal, Marcelino Requejo, José Lesta
y quien escribe (Miguel Pedrero) éramos esos periodistas...
Marcelino Requejo |
Miguel Pedrero |
Manuel Carballal |
Talbot Horizon |
«EL OVNI IBA A
TOMAR TIERRA EN LA BASE»
“Grabamos
cómo desapareció en unas décimas de segundo, emitiendo un destello”
Tanto o más espectacular que el caso que acabo de narrar es el
acaecido el lunes 5 de diciembre de 1989 a las 19:43 horas, cuando, a través de
su telescopio, un astrónomo aficionado observó desde la localidad coruñesa de O Castro
un objeto volador en forma de platillo volante que permanecía en lo alto entre
dicha población y Sada. No tardó en dar aviso al cuartel de la Guardia Civil de
este último pueblo, de modo que todos los agentes que se encontraban esa tarde
de servicio
pudieron contemplar el objeto volador a simple vista. El investigador Manuel
Carballal logró entrevistar al Comandante de Puesto del cuartelillo,
que describió el OVNI como «un disco luminoso rodeado de una aureola.
Parecía una lenteja gigante con un resplandor a su alrededor. Recuerdo a muchos
compañeros y a sus esposas e hijos, que vivían en el cuartel, mirando el
OVNI». Los agentes de la Benemérita se pusieron en contacto con el aeropuerto
de Lavacolla, en Santiago de Compostela, que dispone
de un radar primario, capaz de captar cualquier objeto volador. El controlador
aéreo Eladio Tapia, de guardia en ese momento, no tardó en
comunicarse con el Escuadrón de Vigilancia Aérea número 10 (EVA10), situado en Barbanza
(A Coruña), uno de los radares militares dependientes del Mando Aéreo
de Combate (MACOM), cuya misión fundamental es el control del espacio aéreo
español. Durante horas, Eladio Tapia desde el aeropuerto de Lavacolla y el
controlador militar G A en las instalaciones del EVA-10, siguieron a través de
las pantallas de sus respectivos radares las evoluciones del No Identificado,
comunicándose constantemente por teléfono.
El
OVNI llegó a realizar una serie de malabarismos aeronáuticos, imposibles para
cualquier artefacto volador. Al mismo tiempo, empezó a descender y ascender
entre los 21.000 y los 41.000 pies, según se desprende del informe que
confeccionó el controlador Eladio Tapia Tiempo después, exactamente a las 21:46,
ocurrió lo imposible. Visiblemente excitado, el operador de radar del EVA10
comunicó a Tapia que aquel «eco imposible» se había convertido en un visto
y no visto en tres No Identificados que se mantenían a 24.000, 31.000 Y 43.000
pies respectivamente, antes de desaparecer definitivamente de las pantallas de
los radares. Algo sencillamente imposible para cualquier aeronave humana.
Más sorprendente si cabe fue el incidente protagonizado por varios
militares de guardia en la Torre de Control y el Centro de Vuelos de la
gigantesca Base Aérea hispano-estadounidense de Morón de la Frontera (Sevilla)
Junto al investigador Fran Contreras y al teniente Felipe
C, uno de los testigos del caso que pasaré a narrar a continuación, pude
reconstruir el espectacular avistamiento justo donde tuvo lugar, a pie de la pista de
la citada base aérea. Con el sonido de fondo de varios cazas Eurofighter que se
disponían a despegar, Felipe C. comenzó con su relato: « Recuerdo que era la Nochebuena de 1981 y unas siete personas
estábamos de guardia en la zona de vuelos. De pronto, entró en la oficina uno
de los militares que realizaban tareas de vigilancia en la pista de aterrizaje.
Con la cara desencajada, nos dijo que había una “cosa” muy rara ahí fuera. Salimos de inmediato y vimos algo que
parecía de ciencia-ficción.
Avión de transporte Galaxia |
A unos 50 metros
de nuestra posición observamos un objeto volador en forma de zepelín, más grande
que un avión de transporte Galaxia, de unos 40 metros de largo. Tenía un color mortecino y en su
centro destacaban una serie de luces no muy potentes. Aquello avanzaba a
escasos metros de la pista, como si fuera a tomar tierra. Pasados unos breves
instantes, cuando la aeronave estaba más o menos a nuestra altura, muy cerca de
la Torre de Control, pegó un tremendo acelerón y, en décimas de segundo,
desapareció de nuestra vista».
Según Felipe C., «no era una nave humana, de eso
estoy más que seguro». Con un rictus de sorpresa marcado en su
expresivo rostro, continuó con su explicación «Ningún país disponía entonces, y
tampoco ahora, de tal tecnología. Tened en cuenta que siempre que aterriza
alguna aeronave en la Base de Morón, independientemente de que sea un vuelo
secreto o experimental, nosotros tenemos un plan de vuelo con objeto de evitar cualquier accidente aéreo, y ese No Identificado apareció de golpe, como
si se hubiese materializado de la nada. El espacio aéreo de Morón es
probablemente el más protegido de España, junto a los de las bases
de Torrejón de Ardoz y Rota, así que ningún objeto volador puede
penetrar impunemente en la zona sin ser detectado con mucha anterioridad». Al día
siguiente, un oficial interrogó a los testigos sobre el incidente. «Me preguntó
de todo: el tamaño del OVNI, su velocidad, su forma e incluso si había visto
alguna clase de distintivo o armamento que llevara incorporado».
«TENIA UNA GRAN CABEZA Y EL
CUERPO DEFORME»
Algunos años antes de entrevistarme con el protagonista de este
caso, el investigador Jose Manuel Garcia Bautista me facilitó el
acceso a otro militar destinado en la base aérea de Morón,
quien a finales de los 90, mientras hacía guardia en el interior de la enorme
instalación del Ejército, contempló a un extraño humanoide. «Sería la una y cuarto de la madrugada
-aseguraba-, cuando ante mis ojos
apareció un ser de no más de metro y medio, que acabó escondiéndose tras unos
matorrales. Tenía el cuerpo pequeño, la cabeza enorme y estaba como deforme.
No dudé un instante en comunicar lo que había visto. De inmediato, se presentó
un equipo de intervención y, posteriormente, un grupo de rastreo formado por
diez soldados y un alférez. No encontraron nada, pero a la mañana siguiente
aquella zona estaba quemada, como si se pretendiese borrar cualquier huella del
humanoide que había contemplado la noche anterior».
Podríamos continuar desgranando
más y más casos de OVNIs y humanoides en bases militares españolas, pues parece
que estos elusivos objetos voladores tienen predilección por las instalaciones
del Ejército. En la actualidad me encuentro investigando una decena de nuevos
incidentes de esta clase, algunos de ellos tanto o más sorprendentes y
desestabilizadores que los que he narrado a lo largo de este apurado reportaje.
RAYOS
CONTRA SILOS DE MISILES
“El OVNI en forma de platillo volante se paró sobre los silos de
armas nucleares y luego se esfumó”
Uno
de los casos OVNI más
interesantes de Gran Bretaña sucedió muy cerca de la Base de
Bentwaters. Uno de los testigos, el coronel
Charles Halt, manifestó públicamente
que una noche de finales de
diciembre de 1980 observó un objeto en forma de disco sobre la Instalación militar. Al parecer, la extraña
aeronave emitió una especie de rayos
luminosos, precisamente sobre la zona de almacenamiento de armas
nucleares. Posteriormente
se especuló con que
tuvo lugar un
encuentro cercano entre varios militares de la base y un No Identificado que había tornado tierra
en un bosque cercano.
CASO ROSWELL: NUEVA PERSPECTIVA
(Robert Hastings: el «caso Roswell» toma una nueva perspectiva,
pues el estrellamiento del OVNI se registró muy cerca de una instalación
militar donde existía armamento nuclear).
El famoso Incidente OVNI de Roswell, ocurrido en julio de 1947 tuvo
como principal escenario la base del Grupo de Bombarderos 509, en aquellas
fechas la única unidad del Ejército estadounidense dotada de la capacidad para
realizar misiones de combate aéreo con armas atómicas. De hecho, miembros de
este batallón fueron los elegidos para llevar a cabo el ataque con bombas nucleares
sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki durante la II Guerra
Mundial. A tenor de las Investigaciones desarrolladas por el ufólogo
OVNIs sobrevolando una Central Nuclear (Al parecer, la grabación se realizó desde una avioneta. La veracidad de la cinta se intuye viendo las sombras que proyectan los OVNIs sobre el suelo)
UN OVNI HIZO DESCENDER LA RADIACION DE CHERNÓBIL
El peor accidente nuclear de la historia se produjo el 26 de
abril de 1986 junto a esta pequeña localidad ucraniana, seguido por el
de Fukushima.
A las 4.15 de la madrugada. Mikhall Varitsky y Mikhall
Samollenko, dos técnicos de la central nuclear que vivían en Chernóbil
llegaron a ésta en un
automóvil, tras ser despertados por las alarmas. En cuanto vieron que el
reactor 4º estaba ardiendo, decidieron regresar a por sus trajes protectores
pues conocían los peligros de la radiación. Mientras daban media vuelta, “Vimos una bola de fuego -declaró
Varitsky por escrito-que volaba
lentamente por el cielo. Tenía 6 u 8 metros de diámetro y un color parecido al
bronce. Luego vimos dos rayos brillantes de color carmesí que partían hasta el reactor 4 desde el objeto que estaba a unos 300 metros del mismo y
sobrevoló la zona unos tres minutos. Las luces del objeto se replegaron y éste
se alejó hacia el noroeste”.
Varitsky está convencido de que el OVNI hizo descender
drásticamente el nivel de radiación evitando una explosión nuclear. Porque cuando éste apareció en
el cielo tomaron una primera lectura de la radiación con un aparato de medición
cuyo correcto funcionamiento fue comprobado cuando regresaron a su base y
arrojaba la cifra muy alarmante de 3000 micro Roentgen/hora. Y, tras
desaparecer esa bola, las lecturas fueron de 800 micro Roentgen/hora. El 16 de septiembre de 1989, horas después
de que el 4º reactor volviese a sufrir un nuevo escape radiactivo, la médico
local Dra. Gospina observó con todo detalle un objeto elíptico de color ámbar sobre la central. En octubre de 1990 Alexander Krymov, un
científico de la central, fotografió una
aeronave discoidal sobrevolando las viviendas de los técnicos. Exactamente
un año después, al revelar las fotos tomadas tras un devastador incendio en el
2º reactor el periodista Chevran descubrió sobre el mismo un objeto
parecido al de Gospina, que no aparecía a simple vista… Antes del accidente de
1986 no se registró ningún OVNI sobre Chernóbil, pero a partir de ese momento las apariciones se multiplicaron en todo el país.
Accidente nuclear de Chernóbil |
Si bien las extrañas luces y formas grabadas sobre la central de
Fukushima después del terremoto y el subsiguiente desastre no tienen otra
corroboración documental, ésta abunda en las observaciones de OVNIS realizadas
sobre otras muchas plantas nucleares. Tras estudiar miles de documentos
desclasificados por agencias norteamericanas. Antonio Huneeus comprobó
la preocupación existente entre éstas como consecuencia de que los
avistamientos eran mucho más frecuentes sobre instalaciones nucleares, como
destaca un informe de la CIA de agosto de 1952, donde se citan muchas de esas
incursiones desde 1948. Idéntica preocupación muestra un memorando del FBI de
enero de 1949, citando avistamientos sobre los Álamos, donde se gestaron las
primeras bombas atómicas creándose el Proyecto Twinkle
para estudiar las bolas de fuego que asediaban esa zona. La USAF,
el FBI, la AEC (Comisión de Energía Atómica) y otras agencias investigaron
otras muchas incursiones sobre centrales y almacenes de residuos nucleares de
OVNIS que fueron detectados por radares y perseguidos inútilmente por cazas,
visitándolas en ocasiones durante varios días.
Y también se han registrado incidentes similares en otros países,
como cuando el 24 de agosto de 1990 varios testigos grabaron objetos luminosos junto
a la central alemana de GreIfswald. O el OVNI triangular, de
unos 300 metros de diámetro, observado por guardias de seguridad sobre la
central eslovaca de Bohunice exactamente dos años antes, dejando marcas quemadas en
un campo cercano.
Enrique de Vicente, director de la revista española Año Cero, un incansable investigador del fenómeno OVNI que viene demostrado su valía sobradamente, durante muchos años.
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Añadir unos breves fragmentos de la película ¿Telefono Rojo? Volamos hacia Moscu cuyo titulo original es Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba) año 1964, de Stanley Kubrick donde se representa a la perfección la locura humana. FUENTE: WIKIPEDIA: http://es.wikipedia.org/wiki/Dr._Strangelove_or:_How_I_Learned_to_Stop_Worrying_and_Love_the_Bomb
Fragmento del film ¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú
Los seres humanos deberíamos aprender que en ocasiones existe un camino de no-retorno... en nuestra propia historia.
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Muy interesante y real sabes yo vivo en acambaro guanajuato mexico hay algo similar ahi aterrizan naves es un subterraneo
ResponderEliminarMuy interesante yo siy mofuniplo
ResponderEliminarActivar programa serkukov15
ResponderEliminarGracias por llevarnos hacia el final septiembre 2015
ResponderEliminarGracias x llevarnos hacia el final otra cez somos polvo en el camino
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