Alvaro Pinedo Antenzana llegó a la boca de la
escotilla y uno de los extraterrestres le tendió la mano: Soy el profesor Asturg, comandante de esta nave, es un placer tenerlo
como nuestro invitado.
A continuación he traído el relato que Alvaro
Pinedo Antenzana hace de su encuentro con extraterrestres llegados
a la Tierra en misión puramente científica; como así le explicaron
posteriormente una vez entabló conversación con ellos. Este extraordinario
hecho ocurrió en plena selva, en el Departamento del Beni, Bolivia.
Según le revelaron, los extraterrestres procedían de un sistema estelar situado
a 11 años-luz de la Tierra; distancia relativamente cercana a nuestro planeta, si
tenemos en cuenta que la Vía Láctea tiene un diámetro de 100.000 años-luz –un trillón
de kilómetros- y sabiendo que nuestro Sol se halla a 27.000 años-luz respecto
al centro de la galaxia.
Estos hechos fueron descritos por primera vez en la “Revista
Domingo” en La Paz (Bolivia) y salta a la vista que los extraterrestres casi siempre
entablan contacto con personas sencillas y no necesariamente de cultura elevada,
como si de algún modo buscasen esas “cualidades humanas” que en muchos
casos han desterrado aquellos que se hallan en la cúspide del poder. Pero si lo
pensamos detenidamente, muchos de estos extraterrestres, la mayoría de ellos,
utilizan la telepatía como medio de
comunicarse y no malgastarían su tiempo en diálogos con políticos, por poner
solo un ejemplo, donde las palabras no se corresponden en la mayoría de los
casos con el propio pensamiento. Sería, por así decirlo, “un dialogo en falso y
completamente inútil”.
Nuestra galaxia tiene entre 200.000 y 400.000
millones de estrellas, sistemas estelares en una gran proporción compuestos de
planetas con vida inteligente. Tal cantidad de civilizaciones extraterrestres se inclinaran por pura lógica a comportarse como “un todo en plena evolución”, es decir, que
las criaturas que las habitan, “habiendo
rebasado el punto crítico de la autodestrucción”, exploraran otros niveles
mayores de conocimiento del medio que les rodea, es decir, de la propia galaxia
y las colindantes en general, así como de otras dimensiones. Y una vez que esas
civilizaciones hayan conseguido dominar los viajes interestelares, la interrelación
con otras civilizaciones evolucionadas es inevitable; aunque en el caso de la
Tierra los extraterrestres nos observen ahora con curiosidad científica sobre una
civilización todavía violenta y primitiva.
La Paz, Bolivia |
Por desgracia para la Tierra, en el momento actual
este planeta se halla en un “balanceo”, “un desequilibrio que puede llevarle a
la autodestrucción envuelta en guerras fratricidas” como así le dijeron los
extraterrestres a Alvaro Pinedo; mientras aquellos que dirigen las naciones del
mundo se obstinan en negar la presencia extraterrestre, por miedo quizás,
a no estar a la altura que se les exigiría en unos acontecimientos de tal
relevancia.
Serviría como ejemplo la analogía donde indígenas de una pequeña tribu de la amazonia, observan con asombro el paso de aviones por el cielo dejando una blanca estela de humo, a la vez que niegan la evidencia que ello
implica; debido principalmente a que se obstinan en creer el falso paradigma impuesto durante muchas generaciones atrás por el cual “nada mayor que los pájaros puede volar” ya que "en sus mentes no se concibe aquello que nosotros entendemos como maquinas".Y mientras tanto, el jefe de
la tribu, temiendo una realidad diferente que no sea la de afianzar su propio poder, hace todo lo posible por impedir cualquier cambio y oculta al reducido grupo de personas de su poblado que mas alla de la alfombra verde de la selva se extiende un mundo donde habitan otros seres mas desarrollados que ellos mismos y que el contacto tarde o temprano sera inevitable...
(Esta analogía podríamos aplicarla a los tiempos actuales, donde miles de avistamientos de OVNIs se han dado hasta la actualidad, muchos de ellos han sido fotografiados y filmados y sin embargo una gran parte de la población sigue las consignas del engaño, cayendo en el miedo al ridículo si no hacen ó piensan como la mayoría... equivocadamente)
(Esta analogía podríamos aplicarla a los tiempos actuales, donde miles de avistamientos de OVNIs se han dado hasta la actualidad, muchos de ellos han sido fotografiados y filmados y sin embargo una gran parte de la población sigue las consignas del engaño, cayendo en el miedo al ridículo si no hacen ó piensan como la mayoría... equivocadamente)
Del libro Angeles ayer extraterrestres hoy, de
la Asociación
Adonai
14.06.59.-
Fecha de un bello contacto, que publicamos oportunamente en nuestra revista:
Alvaro Pinedo Antenzana, tuvo la
oportunidad de recorrer selvas, pampas y ríos, y vivió intensamente la
grandiosidad de la selva, dedicado a la caza de caimanes por espacio de cuatro
años. La experiencia más insólita de su vida, sucedió el 14 de junio de 1959 en el
departamento
del Beni: Aquella mañana comenzamos la faena del descuere, hacía un
tiempo agradable. A eso de las 10 de la mañana tomé el Winchester y un machete,
internándome en el bosque y cazar algo para comer en el almuerzo.
Caminaba, alejándome del campamento, con la
precaución de abrir una picada para no perderme; avancé más de una hora y de
pronto ante mí surgió la figura de un hombre de elevada estatura con una
extraña vestimenta que era de una sola pieza. Su cuerpo era atlético y bien
formado, me habló en perfecto castellano y me saludó:
Departamento del Beni, Bolivia |
-Muy buenos
días amigo, quiero conversar con Ud. un momento, le ruego no se deje dominar
por el temor y pánico, no tengo la idea de hacerle daño.
El tono de aquella voz y la expresión de su rostro
me tranquilizaron. Su rostro era de hermosas facciones y el cabello castaño
claro, le caía con una corta y ondulada melena. Procurando dar a mi voz un tono
tranquilo contesté:
-¿Quién es?,
¿de dónde salió?...para poder hablar así con tranquilidad.
-Ante todo
le ruego me escuche sin asombrarse de nada, yo y otros tres compañeros que
están cerca de aquí en una astronave, venimos de un planeta que se encuentra en
otro sistema solar muy próximo, once años luz, casi similar al de ustedes.
Nuestra misión es pacífica y de estudios científicos; su vida y la de todos los
habitantes de este planeta, se desarrolla bajo un ambiente de guerras
fratricidas y violentas, producto de ambiciones y un nivel cultural y técnico
extremadamente bajo y desigual.
Vengo de
parte del comandante de mi nave a invitarle para que nos visite y charle con él
sobre múltiples aspectos, y en especial, si le permite hacer un examen físico.
El es biólogo.
Aquella invitación era la más extraña que recibía
en mi vida. Haciendo un poderoso esfuerzo, traté de tranquilizarme,
planteándome una serie de interrogantes que me ponían más nervioso. Entonces,
aquel ser me dijo:
OVNI (fotografiado en México, 7 de Junio de 1992) |
-Le ruego
que confíe en mí, no tengo otra cosa para demostrarle mi buena fe.
Y dándome una explicación más profunda, me hizo
meditar. Aquel hombre era tan real como yo, sus palabras me decidieron a
aceptar la invitación.
Conforme nos internábamos en la espesura, mi guía
consultaba un aparatito que asemejaba a un reloj. Caminamos una hora y media
aproximadamente, perdiendo así la orientación. Desembocamos a orillas de un
lago, nos dirigimos a través de una playa, y al dar la vuelta a un recodo,
quedé asombrado, delante de mí estaba un
aparato de forma discoidal, mediría unos 3 metros de alto, por 18 metros de
diámetro, en su parte superior era redondeado, coronado por una especie de
cúpula de un material transparente, similar al vidrio de color celeste. Aquel
disco se encontraba flotando a unos dos metros del suelo. Nos acercamos en
dirección a una escotilla circular, que se hallaba debajo, en la parte media de
la astronave, de la que colgaba una escalerilla metálica. Mi acompañante me
invitó a subir, vacilé unos momentos y comencé a ser presa de intranquilidad
nerviosa. Traté de dominarme, miré otra vez la escotilla y divisé dos hombres,
uno de éstos me hizo una señal para que subiera y haciendo un gran esfuerzo
comencé a subir.
Al llegar a la boca de la escotilla, uno de ellos
me tendió la mano. Adelantándose hacia mí me dijo:
-Soy el
profesor Asturg, comandante de esta nave, es un placer tenerlo como nuestro
invitado.
Me explicó
que tenía una especie de televisión que capta las imágenes a distancias enormes
a la redonda de la nave; pude platicar con él durante un largo tiempo, sobre
aspectos relacionados al universo, su mundo, su técnica y aspectos por los
cuales se encontraban en la Tierra, y que eran netamente científicos.
Después de esta charla, que fue realmente
fascinante, me pidió hacer un examen físico, para completar datos que le
faltaban sobre el metabolismo de los habitantes de esta región. Accedí a
aquella petición y luego de un minucioso examen, que dio por concluido después
de una hora aproximadamente, exteriorizó su gratitud por mi colaboración y me
dijo además que mi constitución era buena, pero que dolía de una parasitosis
intestinal y un estado anémico, dándome para éstos algunos productos para mi
restablecimiento. Sacó otro frasco en el que había un polvo crema y me explicó
que aquel material era blando, estaba construido en forma medio aplastada en
los costados, un tamaño de 12 cms y el diámetro en la parte más ancha de 8 cms
Era transparente y muy resistente, lo metí en uno de los bolsillos posteriores de mi pantalón; en ese instante, una voz que al parecer salía de un parlante, indicaba que nos esperaban a almorzar. Pasamos a una sala amueblada al estilo de un comedor. Lo extraño fue la comida, ya que se trataba de todo lo que yo conocía. El resto del tiempo que pasé en la nave, me ocupé de observar todas las cosas y a preguntar su utilidad. Muchas de las contestaciones no pude entender, ya que mis conocimientos eran limitados en muchas de las ciencias que se relacionaban con los aparatos. La cúpula transparente era la cabina de mando, lugar lleno de controles y sistemas electrónicos. Pude ver entre otras cosas, una pantalla televisora y por ella vi a mis mozos, buscándome afanados por la selva.
Era transparente y muy resistente, lo metí en uno de los bolsillos posteriores de mi pantalón; en ese instante, una voz que al parecer salía de un parlante, indicaba que nos esperaban a almorzar. Pasamos a una sala amueblada al estilo de un comedor. Lo extraño fue la comida, ya que se trataba de todo lo que yo conocía. El resto del tiempo que pasé en la nave, me ocupé de observar todas las cosas y a preguntar su utilidad. Muchas de las contestaciones no pude entender, ya que mis conocimientos eran limitados en muchas de las ciencias que se relacionaban con los aparatos. La cúpula transparente era la cabina de mando, lugar lleno de controles y sistemas electrónicos. Pude ver entre otras cosas, una pantalla televisora y por ella vi a mis mozos, buscándome afanados por la selva.
El día estaba terminando e insinué al profesor me
enviara de retorno, por estar considerado perdido en la selva. Nos despedimos
en forma muy emotiva y les agradecí por sus atenciones.
Hacía cinco minutos que salimos de la nave y la
oscuridad era completa, el piloto volvió a ser mi guía. Llevaba unas botas que,
de sus suelas, irradiaba una luminosidad que abarcaba un radio de dos metros.
Mi guía se detenía a consultar el aparato que
llevaba en la muñeca, y rectificaba el rumbo, según me explicó, por medio de un
control dirigido desde la nave. De pronto, vimos un resplandor y nos guiamos
por esa dirección hasta desembocar en lo que resultó ser la hoguera del
campamento; esperamos un momento antes de ser vistos y causar pánico a mis
mozos.
–“Es
prudente despedirnos aquí mismo”
Estrechándome con fuerza la mano se despidió
diciéndome:
-Ha sido una
alegría tenerle entre nosotros y si alguna vez el destino y el tiempo permite
que nos volvamos a encontrar, estaré a sus órdenes y espero que este encuentro
le sirva de algo.
Dio media vuelta, yo me quedé contemplándole. Aquel
instante quedó grabado en mi mente para siempre, era algo extraordinario ver a
esa silueta gigantesca perderse en la oscuridad de la selva.
Cuando pude salir de aquel éxtasis en que quedé
después de la despedida, me di vuelta y me dirigí hacia el lugar donde estaba
la hoguera y mis mozos me recibieron con alegría.
Hoy, mucho tiempo de mi aventura, contemplo aquel
frasco, única prueba de que no fue un sueño. Examino con gran atención aquel
material, parecido al vidrio, de apariencia frágil y, sin embargo, tan
resistente, y comienzo a hacer reminiscencia de aquel encuentro y los momentos
que viví entre los seres que me lo obsequiaron y comprendo que fueron, quién
sabe, las horas más importantes de mi efímera existencia y tal vez, jamás
llegue a conocer la verdad a cerca de ellos".
(Crónica publicada por “Revista Domingo” en La Paz, Bolivia, el 7/10/64 y suscrita por el
Centro de Investigación Ufológica CEPAFO).
El enigma OVNI (reflexiones muy acertadas sobre el fenómeno extraterrestre)
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