Francisco Franco y los extraterrestres: Cuatro
naves, blancas y brillantes, se situaron sobre la vertical del castillo de Mudela, permaneciendo
silenciosas.
En el año
1971, cuatro naves extraterrestres se situaron sobre la vertical donde el
dictador español Francisco Franco pasaba la noche. De ello fueron testigos el
personal de servicio del castillo de
Mudela (Ciudad Real), así como
personal encargado de la seguridad, incluido un capitán de la Guardia Civil,
quien relató este hecho al investigador español J.J. Benítez.
Todo ello está
recogido en el libro FRANCO TOP SECRET, de
José Lesta y Miguel Pedrero. En realidad es un relato muy corto, de un
tiempo teñido de gris para España y de donde pueden extraerse algunas
conclusiones: Una de ellas, que los extraterrestres monitorizan la sociedad de
los seres humanos; que nos observan y evidentemente, sacan sus propias
conclusiones respecto al desarrollo de nuestra civilización y de aquellos que
rigen nuestros destinos; dictadores muchos de ellos.
Como
preludio al relato propiamente dicho, he incluido resumido, el testimonio de
dos contactados recogido en el libro Los grandes
contactados, de Manuel Navas Arcos.
Si meditamos la explicación que dan los tripulantes extraterrestres,
entenderemos entonces la cerrazón intelectual de muchos políticos, que en
ciertos momentos de nuestra historia, “han asumido el papel de líderes”, “visionarios
y guías”, “personajes que pretendían dejar una impronta en la historia de la
humanidad”… y sin embargo, mirando hacia
atrás, analizando esos momentos históricos, nos damos cuenta que los seres
humanos a veces involucionamos, distorsionamos la realidad y creemos en
profetas equivocados, tal como le ocurrió a la población de la Alemania nazi en
tiempos de preguerra.
Pero… ¿Qué pueden hacer los extraterrestres para ayudar a los seres humanos frente a líderes fanáticos? ¿Deberían actuar? Si lo hiciesen en una ocasión… tal vez deberían hacerlo siempre y quizás, los extraterrestres cambiarían el desarrollo “normal de nuestra historia” y entonces, nuestro “libre albedrío” se rompería… ahí es donde reside la cuestión principal. Si lo llevásemos a otros términos, difícilmente podríamos explicar a un robot, un ser cibernético, que es el dolor o tal vez el amor hacia un hijo: Tan solo los seres biológicos pueden entenderlo. Por la misma razón, se intuye, que si los extraterrestres interviniesen frente a dictadores o fanáticos, los seres humanos no “tendrían una evolución natural como grupo” donde algunas vivencias son necesarias, desgraciadamente, para comprender otras. Por ejemplo, entendemos el significado en su conjunto de “paz” cuando revisamos las interminables guerras que se han desarrollado en la Tierra. Comprendemos la importancia de la “libertad” cuando otros se empeñan en arrebatárnosla. Definimos “ecologismo” al ver la devastación de nuestras selvas, el envenenamiento de los océanos y la polución en el aire…
FUENTE DE LA FOTOGRAFIA: http://ordendeltiempo.blogspot.com.es/2014/04/cronica-negra-en-alcala-de-guadaira.html
Pero… ¿Qué pueden hacer los extraterrestres para ayudar a los seres humanos frente a líderes fanáticos? ¿Deberían actuar? Si lo hiciesen en una ocasión… tal vez deberían hacerlo siempre y quizás, los extraterrestres cambiarían el desarrollo “normal de nuestra historia” y entonces, nuestro “libre albedrío” se rompería… ahí es donde reside la cuestión principal. Si lo llevásemos a otros términos, difícilmente podríamos explicar a un robot, un ser cibernético, que es el dolor o tal vez el amor hacia un hijo: Tan solo los seres biológicos pueden entenderlo. Por la misma razón, se intuye, que si los extraterrestres interviniesen frente a dictadores o fanáticos, los seres humanos no “tendrían una evolución natural como grupo” donde algunas vivencias son necesarias, desgraciadamente, para comprender otras. Por ejemplo, entendemos el significado en su conjunto de “paz” cuando revisamos las interminables guerras que se han desarrollado en la Tierra. Comprendemos la importancia de la “libertad” cuando otros se empeñan en arrebatárnosla. Definimos “ecologismo” al ver la devastación de nuestras selvas, el envenenamiento de los océanos y la polución en el aire…
Tal vez no fue casual que cuatro
naves extraterrestres se situasen justo encima donde el dictador español
Francisco Franco Bahamonde se encontraba; quizás leyesen su mente, sin
gustarles para nada lo que allí había…
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Del libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos
F.SINOD.
La revista
La Actualidad Española con fecha 12‑12‑68, publicaba un reportaje que hacía
referencia a la fantástica experiencia vivida por un conocido hombre de
negocios del Levante español y un extraterrestre llamado Francisco Atienza.
Nuestro
contactado, ya fallecido, decidió desde el primer momento de su aventura
permanecer en el anonimato. El contacto, tuvo lugar la madrugada del 12 al 13
de noviembre muy cerca del pueblo Castillo de Alarcón.
...Soy Francisco Atienza,
desciendo de hombres de la Tierra, pero he nacido en otro planeta. He estado en
imperfecta comunicación telepática con usted, preparando este encuentro de paz
y amistad.
‑ Aunque
morfológicamente podríamos confundirnos con los terrícolas y adaptarnos, con
alguna pequeña incomodidad, a la vida física en la Tierra, mentalmente nos
sería imposible hacerlo, porque nuestra manera de actuar es distinta de la de
los terrícolas y originaría continuos conflictos.
Nosotros
leemos en la mente de buena parte de los terrícolas, y lo que leemos en ella no
nos complace. Vuestro mundo es inmensamente hipócrita e insincero, aunque una
gran parte de la Humanidad terrestre dice aceptar el precepto divino, en que
nosotros creemos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí
mismo. Entre nosotros, este mandato informa sistemáticamente nuestra conducta,
mientras que muchos de los que entre vosotros alardean de cristianos,
contradicen con su forma de vida lo que ellos pregonan como sus creencias.
Esto, para
quienes nos hemos educado en la Cuarta Civilización de Urln, es
inimaginable y no porque seamos perfectamente virtuosos, pero ya están proscritos de entre
nosotros los grandes pecados sociales que vosotros cometéis y eliminadas las
guerras, las matanzas, la feroz ambición, el afán de dominio y de poder que
prevalece en gran número de los humanos. Todo eso nos es tan ajeno como
pueda serlo el canibalismo para los españoles de hoy.
Aquellas
plagas existieron en la Tercera Civilización de Urln, en la
etapa de los Nacionalismos, que con la ayuda de Dios hemos dejado atrás,
y que conste que no somos tan estúpidos y orgullosos como para creernos por
ello superiores. Simplemente, hemos tenido acceso a una civilización más
adelantada, por más vieja, y hemos elevado así un tanto nuestro grado de virtud
colectiva.
De la
infinita serie de escalones que separan a la Divinidad de los seres
inteligentes que pueblan el Universo, nosotros estamos respecto
a vosotros en una posición que, relativamente, podríamos definir de unos pocos
escalones más arriba, que, indudablemente, con el tiempo, también subiréis
superándonos quizá, como ya nos superáis en el mundo de la pintura, escultura,
música y literatura.
La tragedia en nuestras posibles relaciones mutuas estriba en que no vemos la forma clara de poder ayudaros a subir los escalones más deprisa.
En cuanto el
centenar de emigrados de la Tierra y sus descendientes viniese a este planeta
en que estamos, vosotros, que establecéis diferencias raciales tan sutiles como
el color de la piel, los catalogaríais como invasores, espías, extraterrestres
que vienen a invadir vuestro mundo etc, etc..
Un escollo
esencial para la convivencia entre los hombres de la Tierra es su total falta
de sinceridad. La palabra sirve al hombre para ocultar su pensamiento.
Sería
insufrible para vosotros que cuando alguno de vuestros políticos nos dijese:
Sed bien venidos, deseamos acoger a vuestros sabios para que nos enseñen lo que
ignoramos, nosotros, que no podemos mentir porque nos lo impide nuestro mecanismo
mental, tuviéramos que responderle: Leemos en tu mente y vemos que tus palabras
son insinceras: tenéis grandes dudas sobre la conveniencia del trato con
nosotros. Deseáis nuestros adelantos científicos para mejor dominar a otros
países. Por ello consideramos nocivo el proporcionaros acceso a una tecnología
más avanzada. Vuestro fallo está en vuestra escasa velocidad en el progreso
social, político, moral y religioso, del que os ocupáis muy poco, obsesionados
por las conquistas materiales y científicas. Jesucristo os señaló los claros
caminos a seguir y vosotros le crucificasteis. Han pasado veinte siglos y
apenas habéis mejorado en lo esencial. Es serio el peligro de una guerra
atómica, en una de las naciones técnicamente más avanzadas de la Tierra han
sido asesinados recientemente tres de los hombres cuyas ideas podrían haber
ayudado a su progreso real.
………………………………………………..
Del libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos
PABLO R.
A
continuación voy a transcribir un contacto extraterrestre que sin duda nos
transportará a otra lógica. Se trata de la vivencia del Sr. Pablo R. en la
provincia de Alicante y que el reportero y gran investigador Luis Jiménez
Marhuenda publicó en el periódico Información de Alicante, los días 22 y 29 de
Octubre de 1.978.
Lugar de los
hechos: una carretera comarcal bastante alejada de los centros urbanos. Hora
2.30 de la madrugada. Día 5 de Julio.
Don Pablo R. viaja con su coche tras una reunión de negocios que se ha celebrado en una cercana población, se le ha hecho muy tarde y teme que su esposa esté preocupada. Acelera lo posible, pero el camino tiene curvas cerradas, que sortean pequeños montículos, lo que le obliga a conducir con prudencia.
Su mente
fluctúa entre la atención al volante y los asuntos profesionales que le han
ocupado toda la tarde y gran parte de la noche. Es un hombre práctico,
instruido y poco amigo de dejarse llevar por fantasías.
Por eso,
cuando ve a lo lejos una luz intensa la cree pertenece a algún coche que viaja
en dirección contraria con potentes faros. De pronto la luz se oculta tras una
colina y poco después reaparece, llamándole la atención su desmesurada
intensidad.
‑ Me extrañó
‑dijo luego‑ no sólo la intensidad, sino el tono. No era blanco, como debiera
haber sido de tratarse de los faros de un vehículo, sino de un anaranjado muy
fuerte. Desapareció tras una curva y al aparecer de nuevo me pareció tenerla
muy cerca. Disminuí la marcha para contemplarla mejor.
Entonces me
di cuenta de que tenía forma discoidal y era enorme. No creo que me asustara en
ese momento. Bueno...tal vez un poco, no recuerdo. Aquello estaba a la
izquierda de la carretera por donde tenía que pasar y decidí acelerar a fondo y
alejarme de allí lo más aprisa posible.
La voz de
Pablo ha empezado a temblar. Está evocando el instante peor.
‑ Fue el
único momento en que tuve realmente miedo. Pensé... ¡qué sé yo! un atraco.... un
secuestro...¡ocurren tantas cosas en estos tiempos!
Pero fue
sólo un segundo. Hasta que me di cuenta de que me habían llamado por mi propio
nombre. Tenía que ser alguien que me conociera...Apunté la linterna a la
oscuridad y distinguí una figura alta...No sé... tal vez un metro ochenta...tal
vez más. Vestía una especie de mono transparente muy ajustado. Me extrañó por
el calor que hacía aquella noche.
Su rostro
era de facciones regulares y sólo recuerdo que sus ojos eran brillantes y un
poco rasgados. Como los chinos... o más bien como los malayos.
‑ ¿por qué
me han elegido a mí para este contacto?. Nunca creí en los ovnis, ni en que
existieran los extraterrestres...
‑ A partir de ahora creerá. Pero no es eso lo que
importa. Usted no es el único elegido para un contacto. Hay varios miles de
humanos en la Tierra que han vivido o vivirán una experiencia semejante.
Debemos cuidar mucho estos contactos porque pueden ser peligrosos para ustedes.
- Pero ¿por qué me eligen a mí y no a algún
personaje importante?. Un jefe de Estado, por ejemplo. ¿Por qué nunca han
establecido contacto con altos dirigentes del Mundo?.
‑ ¿y quién le ha dicho que no lo hemos hecho?
‑ No lo sé...Creí que tendría más importancia que hablaran con un político...
‑ No lo sé...Creí que tendría más importancia que hablaran con un político...
‑ Los políticos son decepcionantes para nuestra
concepción existencial. Representan uno de los estratos más bajos de la
espiritualidad de su planeta. Pero ustedes ya están muy cerca de superar la
etapa en que tengan que ser dirigidos por ellos. Los sistemas de elección de
dirigentes que se ven obligados a utilizar actualmente son nefastos.
El concepto de elección no implica un concepto de
libertad, porque no pueden elegir al mejor, sino al que se ofrece, al que se
presta con afán de ascender, con la ambición de alcanzar el mando, el poder.
Ustedes no tienen opción para elegir el mejor, porque los mejores están imbuidos
de un altruismo que les descarta para la política.
Muy pronto quizá antes de un siglo, cuando sus técnicos hayan perfeccionado sus máquinas pensantes.... las que llaman computadoras, podrán utilizarlas para escoger el equipo humano más capacitado de todo el planeta. Se llevarán muchas sorpresas. Nosotros vivimos una etapa semejante hace miles de años.
Ahora no necesitamos de máquinas pensantes para
hacer la elección. Nuestro sistema de comunicación telepática nos tiene
permanentemente informados del pensamiento, ideas, inteligencia, bondad,
intuición, capacidad y demás virtudes de todos los habitantes de nuestro
planeta. De esta forma es fácil la elección del Consejo de los Veinte.
‑ ¿Qué es
ese Consejo de los Veinte?
‑ Los veinte seres más perfectos de nuestro planeta.
Ellos son los que rigen todo allí.
‑ ¿Un Gobierno
único para todo un Planeta?
‑ ¿No hay
guerra allí'?
‑ Hace muchos miles de años que esta palabra no
existe ni siquiera en nuestras mentes.
Del libro FRANCO TOP SECRET, de José Lesta y Miguel Pedrero
Los ovnis
que espiaron a Franco
El sábado 18 de diciembre de 1971, en el castillo
de Mudela, situado en el municipio de Viso del Marqués (Ciudad Real),
Francisco
Franco, acompañado de su esposa Carmen Polo, su yerno, el marqués
de Villaverde, y otros insignes invitados, pasaba unas jornadas de
descanso en las que, por supuesto, no faltaron las habituales cacerías.
Miembros de la VI Compañía de la Guardia Civil vigilaban, estacionados en
cuatro puntos diferentes, los accesos al palacete. En un segundo cinturón,
otros miembros de la Benemérita hacen lo propio,
distribuidos en cinco zonas.
A las once de la noche Franco y sus invitados
continúan de tertulia. Así lo indican, al menos, las luces del castillo, que
permanecen encendidas. En ese mismo momento Isidro Pradas Toledo,
guardés de la finca, sale del castillo para dirigirse a
su residencia, una casa situada a poco más de cien metros del palacete. De
repente observa en los cielos algo extraordinario, fuera de lo normal. Así se
lo contó al periodista J.J. Benítez, reputado especialista
en el estudio de los ovnis:
Castillo de Mudela, en el Viso del Marqués (Ciudad Real, España) |
«... de
pronto, cuando caminaba hacia mi casa, vi aquello. [ ... ] Eran cuatro luces.
Pasaron por mi vertical. Marchaban despacio y no a demasiada altura. [ ...]
Eran silenciosas, volaban en una formación perfecta. Dos en cabeza y otras dos
atrás. La separación entre ellas no era muy grande. [...] Brillaban
intensamente, con un color blanco importante. [...] Me quedé mirando embobado.
Y pasaron despacio, sin prisas. Llevaban dirección Almagro, y las vi caer por
la finca que llamamos Casa Lato. [ ...] y desaparecieron. A los quince minutos,
más o menos, bastante confuso retorné al castillo. Y recuerdo que se lo comenté
al conductor del Caudillo y también a don Federico Pajares, el ingeniero.
Estaban jugando a las cartas, pero al parecer, nadie había visto nada.
[ ... ] Entonces sucedió algo raro. [ ... ]
Franco había solicitado un electricista. La lámpara del techo del dormitorio
acababa de fundirse, y provisto de mis herramientas subí hasta las habitaciones
del general. Doña Carmen estaba en la cama, leyendo. Franco me pidió un
destornillador e intentó soltar los tornillos del enchufe. No fue posible. Le
dije que me dejara intentarlo. Tampoco pude. y se fue la luz. A decir verdad,
nunca entendí aquel apagón. Total, que el Caudillo pasó su brazo por mi hombro
y comentó: “¡Qué artistas somos!”.
En su investigación del suceso, Benítez
localizó a un nuevo testigo. Cualquiera que conozca los artículos del
tenaz reportero navarro sabe que se trata de uno de los grandes periodistas de
investigación del país, a pesar de que su labor no siempre es justamente
reconocida al dedicarse a un objeto de investigación tan evanescente como los OVNIs.
A pesar de ello, la seriedad de su trabajo está fuera de toda duda. El
informador de Benítez, por entoncesun capitán de la Guardia Civil que se
encontraba prestando servicios de protección al Caudillo en el interior del palacete, decidió salir
al exterior para comprobar el desarrollo normal de las guardias. Habían
pasado varias horas desde el avistamiento de Isidro Pradas, cuando de
nuevo los extraños fenómenos aéreos se repitieron.
Así lo cuenta el protagonista:
- Nada más pisar el recinto que rodea el
palacete, el cabo me salió al encuentro y dijo: “Sin novedad, mi capitán, salvo
que tenemos compañía”. Y señaló con la cara hacia el cielo. Al seguir la
dirección indicada vi las luces. [ ... ]Eran cuatro y aparecían inmóviles sobre
nuestra vertical. [ ...] Dos presentaban un mayor tamaño. Eran blancas y muy
brillantes. [ ... ] Los guardias, según me explicaron, las habían visto llegar
poco antes, y allí permanecían, silenciosas. [ ...] Encendimos un
cigarrillo y comentarnos el asunto, sin dejar de mirar. [ ...] Yen eso
estábamos cuando, súbitamente, dos de las luces se hicieron más grandes, por lo
que interpretamos que habían descendido. [...] Al instante se detuvieron de
nuevo [... ] y comentamos entre nosotros: “¿Serán reflejos?”.
Al momento, como si nos hubieran oído, una de
ellas emitióun haz de luz hacia el suelo. Entonces los cuatro ovnis se
pusieronen movimiento, alejándose en dirección a Madrid [... ] y lohicieron a
gran velocidad, sin ruido ni estampido alguno. Desde luego volaban más rápidos
que un caza. [...] ¿Duración? Alrededor de quince o veinte minutos. [ ...]
El responsable era yo y no consideré oportuno llamar a Madrid. Ignoro si el Mando
de la Defensa los detectó en sus radares. [ ... ] A la mañana siguiente
lo comentamos con el resto de la gente, y fue entonces cuando el guarda lo
asoció a lo que él había visto unas horas antes. [ ... ] Nadie, insisto, se
atrevió a decírselo al Caudillo. Franco salió de caza y no
hubo más comentarios».
Francisco Franco, durante una cacería en Toledo (España) |
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