¿Hay construcciones extraterrestres sobre la Luna?: Podría decirse que sí, guiándonos por los
acontecimientos ocurridos a muchos astronautas rusos y americanos. Hay demasiadas casualidades que nunca deberíamos obviar,
por ejemplo la sincronicidad rotación-traslación de la Luna respecto a la Tierra,
un hecho que presenta al satélite “natural” de la Tierra siempre con la
misma cara… tal vez porque de ese modo, la cara oculta de la Luna sea un lugar
perfecto para construir bases extraterrestres y evitando de este modo, que mediante telescopios, fuese posible observar esas edificaciones no humanas de forma directa desde la Tierra.
Algunos científicos dan pequeños pasos,
insinuando tímidamente que el astro más cercano a la Tierra, aquel que tanta
fascinación ha ejercido sobre los seres humanos desde tiempos remotos, sea de
origen artificial… Y tal vez pueda parecer una teoría descabellada… como dirían
los científicos adoctrinados; sin embargo, civilizaciones extraterrestres
millones de años más desarrolladas que los humanos han de tener en sus manos
tecnología que se nos presentaría ante nuestros ojos como mágica.
Por ejemplo, en Internet circula un documento
relacionado con los habitantes de Alfa Centauro A que dice lo
siguiente:
“Procedencia y características: Las dos
razas extraterrestres tienen sus orígenes en el Sistema planetario de Alfa
Centauro A, a casi 4.3 años luz y que es una estrella muy similar a nuestro
sol, se les conoce una colonia en Tau Ceti a 11,5 años luz. La primera es una
especie casi idéntica al ser humano y habita en tres de los seis planetas de su
sistema. Su nivel tecnológico le ha permitido situar a los astros en una misma
órbita, permitiendo así su colonización gracias a las óptimas condiciones.”
(Transcripción completa sobre los habitantes de Alfa Centauro A en : http://elmensajedeotrosmundos.blogspot.com.es/2012/10/transcripcion-documento-habitantes-de.html )
La Luna cumple una función decisiva
para el mantenimiento de la vida sobre el planeta azul, digamos que “modula” la
rotación de la Tierra mediante la atracción gravitatoria sobre nuestro
planeta; y ello viene dado ya que básicamente “atrae la masa liquida de nuestros océanos” al igual que
lo hace el Sol. Entonces podría decirse, que de no existir la Luna, la única
atracción gravitatoria del Sol crearía “mareas vivas” en una sola dirección
vectorial y tal vez, intuyo, las inteligencias extraterrestres previeron en su momento que podría producirse "todo tipo de oscilaciones desequilibrantes en nuestro planeta" y que
ello no ayudaría precisamente “al desarrollo adecuado para evolución de la vida”, en otras palabras, era necesario dotar a la Tierra de un "satélite natural".
Según una revista soviética, la sonda
Lunar Orbiter 2 fue lanzada por los norteamericanos el 6 de noviembre 1962
con el fin de fotografiar zonas de la Luna, donde posteriormente alunizarían
las sondas Surveyor y las misiones tripuladas Apolo (Neil Armstrong descendió
del modulo lunar Eagle y piso por primera vez la Luna el 20 de julio de 1969 en
el Mar de la Tranquilidad, quien dijo la famosa frase de "Un pequeño paso
para un hombre, un gran salto para la Humanidad"); dicha sonda
norteamericana habría fotografiado dos filas alineadas de obeliscos y que la
prensa comparó con las Agujas de Cleopatra*. Sin duda,
aquello evidentemente no tenía un origen natural, pero como sucede en estos
casos, se silenció rápidamente.
*(Las Agujas de Cleopatra (Cleopatra's
Needle) es el nombre anglosajón de una pareja de obeliscos ordenados esculpir
por el faraón Tutmosis III en el siglo XV a. C. Inicialmente se erigieron en
la antigua ciudad de Iunu, la “Heliópolis” de Egipto. Posteriormente
fueron trasladados a Alejandría, por deseo de César
Augusto. En el siglo XIX fueron trasportados a Londres y Nueva
York respectivamente.
Aguja de Cleopatra en el Central Park, Nueva York |
La palabra “obelisco” proviene del término griego
obeliskos, que es diminutivo de obelos y significa “aguja”, pero, a pesar de su
nombre, las Agujas de Cleopatra (Cleopatra's Needle) no tienen relación con
la reina gobernante de Egipto Cleopatra. FUENTE:
Wikipedia.)
Del libro La eterna cuestión: OVNIS, de Brinsley
Le Poer Trench
EL MISTERIO
DE LA LUNA
Fuimos
muchos los que nos sentimos subyugados ante aquel magnífico filme titulado2001: una odisea del espacio,
realizado por Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke. Quienes lo hayan
visto recordarán aquel monolito cristalino que surgía misteriosamente en la
Luna y otros planetas en el curso de la película.
Aquella
imagen revivió en el recuerdo al aparecer la siguiente noticia en el Daily Telegraph del 10 de julio
de 1970:
«El misterio de las torres lunares, por
nuestros corresponsales en Nueva York.»
Ayer
se dio la noticia de que las fotografías de la superficie de la Luna
revelan la presencia de objetos que parecen haber sido colocados donde se
encuentran por manos de seres inteligentes.»Según se dice, las fotografías
tomadas hace cuatro años por las naves espaciales Lunar-9, de Rusia,
y Orbiter-2,
de los Estados Unidos, revelaron unas misteriosas torres lunares.
Obeliscos sobre la Luna. (la proyección de sus sombras son determinantes).
Estas manifestaciones
aparecieron en la revista Argosy,
que decía que las naves
espaciales rusa y americana habían fotografiado grupos de objetos sólidos
ubicados en dos lugares muy distantes entre sí.
“Estos
dos grupos de objetos están dispuestos según un esquema geométrico concreto y parecen
haber sido colocados de esta manera por seres inteligentes.”
Las
fotografías tomadas por el Orbiter-2 mostraban lo que parecían las sombras de
ocho torrecillas puntiagudas, de forma parecida a la llamada Aguja de
Cleopatra.
Mrs. Judith M. Magee, en sus escritos publicados en Australian Flying Saucer Reviewacerca
de estas misteriosas torretas, manifiesta que el ingeniero espacial soviético Abramov
ha llevado a cabo un «análisis geométrico extremadamente sorprendente de la
disposición de tales objetos, los cuales obedecen a un esquema conocido en el
antiguo Egipto con el nombre de abaka.
Declaraba que los centros de las torretas del abaka lunar tienen
precisamente una disposición exacta a los ápices de las tres grandes pirámides».
De hecho, en el curso de los
últimos años, muchos astrónomos aficionados han venido observando multitud de
objetos móviles y estáticos, así como luces, en la superficie lunar. Se habló,
por ejemplo, del controvertido «puente de la luna», observado primeramente por
el difunto John J. O'Neill, antiguo editor científico del New York Herald Tribune.
A través de su telescopio vio un
gigantesco puente que se hallaba tendido sobre el Mare Crisium. Este hecho ocurría en julio de 1953. Astrónomos de todo el
mundo se burlaron de su afirmación. Un mes más tarde, el difunto doctor H. P. Wilkins, conocido
especialista británico en todo lo relacionado con la Luna, confirmaba que había
contemplado aquel puente, si bien éste no tenía la magnitud que O'Neill
le atribuía. Lo extraordinario del caso del puente de la Luna es que, pese a
que los astrónomos habían estado observando por espacio de años aquel punto en
cuestión, nadie lo detectara hasta entonces.
Construcciones sobre la Luna 1 de 3
No obstante, ahora se nos dice
que el puente ya no está en su sitio.
Posiblemente no todo el mundo sepa que nuestros astronautas observan continuamente
la presencia de OVNIS en sus excursiones por el espacio. Es cosa que viene
produciéndose desde hace años.
El comandante Robert White se
apuntó un récord de altitud al subir con un avión
cohete US X-15 hasta 314.750
pies con fecha 17 de julio de 1962. Según la revista Times, el comandante White de pronto comenzó a
vociferar a través de su aparato de radio mediante el cual establecía contacto
con la Tierra: « ¡Aquí arriba hay cosas!» Un gran objeto había pasado volando
junto a su aparato a 3.800 millas por hora. Después lo rebasó y desapareció
ante él.
Cuando el astronauta Gordon
Cooper realizaba su decimoquinto vuelo orbital alrededor de la Tierra
el 16 de mayo de 1963, informó al control
de tierra cuando pasaba volando sobre Australia de que un objeto brillante
de color verde se aproximaba a su nave espacial. Los de tierra pudieron
apreciar igualmente dicho objeto.
En una obra anterior pasábamos
revista a los OVNIS observados por los astronautas y nos demorábamos un tanto
sobre el tema, pero ahora vale la pena reconsiderar este dato. Según un
artículo de la revista Saga,
el doctor Garry Henderson,
destacado científico dedicado a la investigación espacial en el campo de la Dinámica
General, declaraba que todos los
astronautas americanos han visto OVNIS, si bien se les ha rogado que no hablen
de la cuestión a nadie.
Estructuras en la Luna, del programa de TVE Al otro lado, 1975
(Hacer doble clic en vídeo)
(Hacer doble clic en vídeo)
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Ruinas en la Luna Alan Davis 27 04 2008
Ruinas en la Luna
Tal
vez el gran público no lo advierta,
pero se puede censurar la transmisión de las conversaciones sostenidas con los
astronautas por el control de tierra mediante el sistema de la cinta diferida,
que concede un lapso de dos o tres minutos entre la transmisión en el
Control de la Misión, de Houston, y la continuidad de la emisión en las
casas particulares.
De hecho, los radioaficionados
-o los «radio hams», que es como se les conoce popularmente-operan a
diferentes frecuencias y, por tanto, captan a veces estos fragmentos de diálogo
censurados.
Relacionado con esto, circula
una historia referente al equipo del Apolo 11. Parece que Neil
Armstrong y Buzz Aldrin observaron algo muy
espectacular en la Luna y que su Conversación sostenida acerca del hecho fue
eliminada de la emisión directa por medio de la técnica de la cinta diferida
que acabamos de mencionar, si bien hubo algunos radioaficionados que captaron
el citado fragmento de diálogo. Es muy posible que ocurriera tal cosa dados los hechos comprobados que ya hemos expuesto;
quizá, si alguno de estos aficionados oyó algo interesante al respecto, querrá
informarme del hecho.
Con todo, parece que hubo OVNIS
que acompañaron al Apolo 12 durante una parte de su viaje a la
Luna.
OVNI y Apolo XVI |
He aquí una cita procedente de
la revista Saga:
«La noche del viernes 14 de
noviembre de 1969, los observatorios de toda Europa contemplaron
dos luces destellantes muy intensas, no identificadas, en las proximidades del
rumbo seguido por el Apolo 12, el cual situaría el segundo equipo
de astronautas americanos en la Luna.
»Con ayuda de potentes
telescopios, pudo observarse que un objeto seguía la nave espacial en tanto
otro parecía desplazarse delante de él. Ambos objetos lanzaban rápidos
destellos. El sábado, 15 de noviembre, nuestros tres astronautas, Pete
Conrad, Dick Gordony Allan Bean, informaron al Control de
la Misión, de Houston, haber detectado efectivamente dos
fantasmas a 132.000 millas de distancia. ¿Por qué no nos cuenta la NASA
toda la historia de este misterioso encuentro del Apolo 12 con
unos platillos volantes?».
Un
hecho que nos tranquiliza es que, a pesar de que haya tantos astronautas que
han visto OVNIS en el espacio, ninguno ha informado de que se
hubieran producido incidentes hostiles con ellos
Aunque los Estados Unidos hayan
hecho aterrizar en la Luna a varios equipos de astronautas y los hayan hecho
retornar sanos y salvos, queda todavía mucho por saber. Siguen en pie muchos
interrogantes que esperan contestación. ¿Por qué la NASA no
revela el gran número de OVNIS vistos por los astronautas? ¿Es
que los OVNIS utilizan la Luna como base de
operaciones?
¿Qué son estas enigmáticas
«cúpulas lunares»? Fueron detectadas por vez primera hace casi cuarenta años.
En 1960 se contaron más de doscientas en la superficie de la Luna. Pero lo más
extraño es que se observó que se trasladaban de un lado a otro de la superficie
lunar.
Tanto el doctor Walter
Riedel, antiguo director de la Base Peenemunde, de Alemania,
como el astrónomo americano doctor Carl Sagan, expresaron hace unos
años su opinión de que los ocupantes de los OVNIS se servían de
la Luna como base desde la cual poder observar la Tierra.
Se supone que la capa
atmosférica que envuelve la Luna es muy delgada, pero no es
imposible que una raza más avanzada que la nuestra haya creado instalaciones
subterráneas y una forma de vida, colocando unos sistemas de aireación que
compensen la falta de oxígeno. Es una idea curiosa, pero hace unos cuantos
centenares de años también lo hubiera sido la televisión en color, e radar y
nuestros mismos vehículos espaciales.
Un
día, sin embargo, sabremos la verdad. De todos modos, de lo que ahora podemos
estar ciertos es de que la verdad nos es negada.
Del libro La ciencia Antigua y el misterio de la Luna,
de Chistopher Knight y Alan Butler.
«HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA»
Las tripulaciones de las dos
primeras de misiones Apolo alunizaron en la suave superficie de
algún «mar», las llanuras de lava que para los parámetros lunares son
relativamente jóvenes. Allí, la NASA se propuso visitar un lugar
donde pudiera estudiar las partes más antiguas de la Luna, es
decir, sus accidentadas colinas. A pesar de que la NASA no estaba
preparada para acometer el alunizaje de un módulo lunar (LM) en
un terreno rocoso y escarpado, la comisión encargada de la elección del lugar
estaba muy interesada en un lugar llamado «las colinas de Fra Mauro»,
en medio del océano de las Tormentas, que parecía ser un sector
bastante llano de las anfractuosidades lunares. El comandante Jim Lovell,
junto con Jack Swigert y Fred Haise, fueron
seleccionados para tripular la nave espacial Apolo 13 en
cumplimiento de la misión Fra Mauro. El lanzamiento, realizado
el11 de abril de 1970, tuvo éxito y disipó así los peores temores de quienes
estaban preocupados por una misión cuyo nombre incluía el nefasto número trece.
Entonces,
55 horas y 55 minutos después del despegue (y ya en el día también
decimotercero del mes), los tres astronautas oyeron y sintieron lo que describieron
como «una explosión bastante fuerte » en la nave espacial. Tanto
su tripulación como los controladores en tierra hicieron un rápido examen de la
integridad de la nave y comprobaron que dos de las tres células de combustible
del módulo de servicio estaban estropeadas. Nadie sabía exactamente qué había
funcionado mal, pero no había ninguna duda de que la tripulación corría serio
peligro.
Para
sobrevivir durante los cuatro días que duraría el viaje alrededor de la Luna
y el de regreso a la Tierra, los astronautas necesitaban una
cantidad suficiente de energía, oxígeno y agua, y temieron que la provisión de
esos elementos vitales fuera insuficiente en tales circunstancias. Con un
funcionamiento normal, el oxígeno y el
hidrógeno se mezclaban en los depósitos de combustible para producir
electricidad, pero los tanques de oxígeno y de agua
estaban perdiendo presión con tanta rapidez que incluso el depósito de
combustible que todavía estaba en servicio no duraría mucho tiempo. Además de
la penuria en la provisión de esos elementos básicos, la ausencia de potencia
en el módulo de mando significaba que para eliminar el dióxido de carbono de la
cabina los astronautas tendrían que depender del sistema de control ambiental
del módulo lunar. Aparte de estos males, el motor principal había perdido el
suministro de energía.
Sin embargo, tanto la tripulación como el personal de tierra
se dieron cuenta de lo afortunados que habían sido. Aunque la situación era
desesperada, el accidente había ocurrido en una de las primeras fases de la
misión, así que los astronautas todavía contaban con el módulo lunar
completamente equipado y provisto. Este módulo tenía un motor que podía
emplearse para enviar a la tripulación en el camino de vuelta y transportaba
agua, oxígeno y energía suficiente para los cuatro días que necesitaban para
volar alrededor de la Luna y volver a
casa. Mientras la nave dañada hacía su giro por detrás de la Luna,
a 262 kilómetros de altura, se perdió el contacto desde la Tierra
hasta que reapareció por el otro lado y volvió a ser captada por las estaciones
terrestres de rastreo.
Entonces, se escucharon las siguientes palabras: «Lo
que se ve ahí fuera es fantástico… Podéis ver por dónde estamos pasando».
A las 8.09 de la tarde, hora estándar del este en Estados Unidos,
la Apolo 13 tomó el camino de regreso a casa, y enviaron el
tercer tramo del cohete de despegue Saturno V, que pesaba quince toneladas,
para que se estrellase contra la Luna. Como se había previsto, golpeó
la superficie lunar con una fuerza equivalente a 11,5 toneladas de TNT. El
punto de impacto estaba a 136 kilómetros al oeste-noroeste del lugar donde la Apolo
12 había dejado un sismógrafo.
Tercer tramo del Saturno V |
Los informes de la NASA relatan
la reacción de los científicos en la Tierra cuando el Saturno V impactó contra
la superficie lunar: «La Luna sonó como si fuera una campana».
En noviembre de 1969, la tripulación
de la nave Apolo 12 había enviado su módulo lunar
para que se estrellara contra la Luna después de su regreso al módulo de mando
una vez completada la misión de alunizaje. El
módulo lunar había golpeado con una fuerza equivalente a una tonelada de TNT
provocando unas ondas de choque que alcanzaron su pico en
ocho minutos y duraron casi una hora. Las señales sísmicas producidas por el
impacto del cohete de la Apolo 13 fueron de
veinte a treinta veces más intensas y duraron
cuatro veces más que en la experiencia anterior con el módulo lunar. Esta vez,
el pico de intensidad fue a los siete minutos y las
reverberaciones se prolongaron durante tres horas y veinte
minutos, llegando hasta cuarenta kilómetros de profundidad. La conclusión
extraída de esta experiencia fue que la Luna tiene un núcleo insólitamente
ligero o que carece por completo de núcleo.
En el momento del impacto,
Houston comentó a la tripulación de la Apolo 13: «Por cierto, Acuario, ahora vemos el resultado que nos muestra el
sismógrafo de la 12. Parece que vuestro cohete acaba de golpear la Luna y se
está tambaleando un poco».
Informes de la NASA
dicen que los datos obtenidos a partir de los dos seísmos lunares conducen a la
reconsideración de las teorías propuestas acerca del interior de la Luna.
Entre los rasgos misteriosos, dice la NASA, están la rapidez con
que se llegó a un pico y las prolongadas reverberaciones,
algo nada comparable con lo que ocurre cuando algún objeto impacta contra la
Tierra.
Cuando hace algunos años Chris estuvo en
Seattle, tuvo un encuentro con Ken Johnston, que había trabajado
para Brown-Root y
Northrop, un consorcio formado por Brown-Root
Corporation y Northrop Corporation encargado del Laboratorio de Recepción
Lunar. El consorcio fue uno de los principales contratistas de la NASA
en la época de las misiones Apolo, y Ken era supervisor en el
departamento de control de datos y
fotografías. Ken le contó a Chris que en el momento del
impacto provocado por la Apolo 13 al enviar su
cohete de lanzamiento contra la Luna, los científicos no sólo habían dicho que
la Luna sonaba como una campana, también habían descrito la forma en que toda
la masa lunar había «temblado» de un modo
preciso, casi como si en su interior hubiese habido un gigantesco amortiguador
hidráulico».
Este efecto
campana hizo que muchos recuperaran la especulación que había estado en danza
durante varios años, la idea de que la Luna quizá fuera hueca. Ya en 1962, el
doctor Gordon McDonald, un científico de primera línea de la
NASA, publicó un informe en Astronautics Magazine en el que declaraba
que el análisis de los movimientos lunares indicaba que la Luna era hueca.
El doctor Sean C. Solomon, que fue profesor de
geofísica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y ahora es director del Departamento de Magnetismo
Terrestre del Instituto Carnegie de Washington, así como
investigador jefe por el Carnegie como miembro del Instituto de Astrobiología
de la NASA, afirma: «Los experimentos orbitales lunares han
mejorado enormemente nuestro conocimiento sobre el campo gravitatorio de la
Luna .., indicando la aterradora posibilidad de que nuestro satélite sea hueco»
.
Primera imagen de la Tierra desde la Luna. Tomada por la sonda Lunar Orbiter 1 el 23 de agosto de 1966 |
¿Por qué tendría ser aterradora
esta posibilidad?
Carl Sagan, profesor de astronomía y ciencias
espaciales y director del Laboratorio de Estudios Planetarios de
la Universidad Cornell, mientras analizaba las lunas de Marte,
insinuó la respuesta a esta pregunta cuando dijo: «Se entiende
perfectamente que un satélite natural no puede ser un objeto hueco».
Por consiguiente, el problema es
sencillo: si la Luna es hueca, alguien o algo la fabricó. Pero el debate continúa.
Un equipo de la Universidad
de Arizona, con sede en Tucson, ha informado en detalle
de los resultados obtenidos con su interpretación de los datos provenientes del
magnetómetro de la sonda Lunar Prospector. El equipo estima que
la Luna tiene un pequeño núcleo metálico que mide unos
seiscientos ochenta kilómetros de diámetro, con un margen de error de ciento
ochenta kilómetros aproximadamente. El jefe del equipo, Lon Hood,
dijo: «Sabíamos que el núcleo de la Luna era pequeño, pero no que era tan
pequeño. En realidad, esto refuerza la idea de que el origen de la Luna es
especial, nada parecido al de cualquier otro cuerpo celeste como la Tierra,
Venus, Marte o Mercurio».
También cabe la posibilidad de
que la Luna tenga vacíos en su composición, de la misma manera que tiene zonas
superdensas que llamamos mascones. En cualquier caso, la estructura lunar es
absolutamente insólita.
El principal argumento que
contradice la noción de una Luna hueca, repetido una y otra vez, era que no
había una teoría sobre sus orígenes que pudiera explicar tal circunstancia. El
argumento dice: «Dado que no podemos explicar cómo se puede formar un satélite
cuyo centro sea hueco, es imposible que exista uno así...quod erat
demostrandum ».
Este punto de vista es
suficientemente válido... si uno acepta la premisa que lo fundamenta, que la
Luna es una obra de la naturaleza. ¿Y quién no haría esa suposición?
Pero como nosotros dejamos a un
lado todas las ideas preconcebidas sobre lo que puede ser ylo que no puede ser,
tenemos que aceptar que los cuerpos sólidos no suenan como una campana... pero
los huecos, sí.
Hueca o no, decidimos observar
más a fondo la mecánica de la Luna.
Impresionantes Estructuras Artificiales en la Luna (Canal Mundo Desconocido)
El hombre que vió estructuras en la Luna (Canal Ufopolis, de Vicente Fuentes)
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