Buscar este blog

jueves, 8 de noviembre de 2012

Un contacto en Desert Center

Un contacto en Desert Center

Difícilmente los seres humanos podríamos hacer una abstracción de cómo nos ven los seres de las estrellas, pero se puede intuir que en su opinión seriamos seres del grupo menos evolucionados de la Galaxia y con la capacidad de cometer toda clase de barbaridades hacia sus semejantes. Guerras de todo tipo a lo largo de la historia que solo han servido para ralentizar la propia evolución natural de los seres humanos y su integración en un conjunto mayor de Mundos desarrollados y pacíficos.

Y los seres de las estrellas, mostrando una infinita paciencia, así nos lo dicen, utilizando en la mayoría de los casos a personas de este  Mundo, tómese como ejemplo los mensajes dados a George Adamski por un extraterrestre de aspecto nórdico llamado Orthon . En el año 1946 Adamki deja su profesión como profesor de Filosofía y Ciencias para trabajar como director del restaurante Palomar Gardens, en Monte Palomar. Su afición a la astronomía le permite observar el cielo nocturno del desierto de California y fotografiar naves extraterrestres de diferentes formas y tamaños. Y fue precisamente en el desierto donde tomo contacto con aquel extraterrestre, el cual le informo sobre diferentes aspectos del Universo y de los seres humanos y su historia.


Fotografia de nave nodriza realizada por Adamski
Platillo volante fotografiado por Adamski
He transcrito una parte de esos mensajes dados por los extraterrestres a Adamski y recogidos en el libro Los grandes contactados, de Manuel Navas Arcos, página 49

Los planetas y los sistemas solares están constantemente en el proceso de formarse o ir a través del proceso de desintegración. Un sistema de planetas es muy parecido a cualquier otra forma, requiere un cierto período de tiempo para llegar a la cúspide de su expresión, luego se inicia el proceso de su declinación y desintegra­ción. Mucho tiempo antes que vuestro sistema se formara, ya había innumerables sistemas de planetas con seres humanos y entonces existían vuelos interplanetarios dentro de los sistemas y entre ellos. El propósito principal de tales viajes era el mismo de ahora, ósea estudiar las actividades del espacio en todas sus diversas fases. De esta manera cuando un planeta empezaba a formarse era observado y estudiado por los viajeros de muchos mundos.
Cuando un nuevo planeta se había desarrollado hasta el punto de poder albergar la vida humana y todos los planetas alcanzan tarde o temprano esa etapa, los viajeros hacían conocer este hecho a los habitantes de todos los otros mundos y los otros sistemas. Se pedían voluntarios que se ofrecieran para ir a habitar esos nuevos mundos y entonces grandes naves llevaban a esos voluntarios con todo el equipo esencial a bordo y los trasladaban al nuevo planeta: viajes adicionales se hacían para traer más equipos y abastecer a esos pioneros que lo necesitaban. También se llevaba a algunos de visita a sus planetas de origen. Así se abrían nuevos canales de expresión y simultáneamente se formaba un nuevo mundo habitado por la humani­dad.

La Tierra en el horizonte, vista desde la Luna
La Tierra fue el planeta más lento del sistema solar en alcanzar la etapa en que le fue posible albergar vida humana. Los primeros habitantes de la Tierra fueron traídos de otros planetas, pero no pasó mucho tiempo cuando algo inesperado tuvo lugar en la atmósfera que rodeaba a la Tierra y la gente trasplantada se dio cuenta que dentro de unos pocos siglos las condiciones de la vida en este globo dejarían de ser favorables. El resultado fue que los primeros habitantes de la Tierra, con unas pocas excepciones, embarcaron sus pertenencias en naves espaciales y se fueron a otros mundos. Los pocos que eligieron quedarse, se habían deteriorado entre la abundante belleza y la plenitud de este nuevo mundo y no desearon nada diferente; gradualmente se fueron sintiendo contentos de vivir en cuevas naturales y finalmen­te se perdieron en los anales del tiempo.

Sobre vuestra tierra no hay información de estos primitivos habitantes, excepto en la mitología de una de vuestras razas en que la memoria de esta primitiva civilización se preserva en lo que llaman el Dios Tritón. Poco tiempo después de la partida de estos pioneros del espacio, muchos cambios naturales se produjeron sobre la Tierra. Algunos territorios fueron tragados por las aguas, mientras surgían otros. Y entonces de nuevo la Tierra estuvo lista para recibir la vida humana. Pero esta vez, a causa de las condiciones, prevalecientes en la atmósfera exterior no se buscaron voluntarios.

El hombre es una extraña criatura, y esto es verdad donde quiera que se halle en el Universo. Aunque la raza del hombre como un todo, prefiere vivir en paz y armonía con el resto de la creación, por aquí por allá surgen unos pocos en quiénes crece el ego personal y la agresividad y por su codicia anhelan ejercer poder sobre los demás. Esto puede suceder aún en nuestros mundos a pesar de las enseñanzas que exige al hombre vivir de acuerdo con las leyes divinas.

Así, hace siglos, en una reunión de los maestros de sabiduría, en muchos planetas decidieron embarcar a esos seres egoístas y enviarles hacia nuevos planetas, en tales casos el planeta en desarrollo más lento fue seleccionado para el exilio de los culpables ósea la Tierra. Estos eran los rebeldes, los perturbadores, no pudimos destruirlos ni confinarles, ya que eso era contrario a las leyes universales; pero como estos seres eran de naturaleza arrogante, se entendió que como ninguno cedería ante otro, se verían forzados naturalmente a entenderse y a buscar la armonía. Este es el origen de las doce tribus originales de la Tierra.

Se les embarcó en numerosas naves de muchos planetas y se les transportó a la Tierra sin equipo de ninguna clase como se da a los voluntarios. Todos habían sido bien adiestrados en sus propios mundos para conocer el suelo, los minerales, la atmosfera y las muchas otras cosas necesarias para la manutención física, aquí en un nuevo mundo tendrían que usar su conocimiento y partir solo de lo que la naturaleza les proveyera. Esto fue hecho con el propósito de obligarse a trabajar y exhibir sus talentos, en la esperanza de traerles de vuelta a los que realizaran la voluntad del Creador. Estos son los Angeles Caídos, los humanos que descendieron de un estado superior y sembraron las semillas para lo que hoy ocurre en la Tierra.

Luego de traer estos seres a la Tierra, nuestra gente de muchos mundos les visitó a menudo, ayudándoles y cuidándoles, tanto como ellos lo permitieran. Pero en un grupo rebelde y arrogante no se podía esperar agradecimiento a alguno. Sin embargo, durante un tiempo se las arreglaron para vivir en buenas relaciones entre ellos, en el gozo de este nuevo mundo, los recién venidos empezaron a vivir en paz y felicidad y hubo satisfacción en los demás planetas. Pero luego como dice la Biblia vuestra el hombre comió del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal y empezaron las discusiones donde no las había habido antes. La ambición y el deseo de posesividad florecieron entre los hombres volviendo al uno contra el otro. A medida que pasaba el tiempo y aumentaba la población al margen de las tribus originales se alzaron hombres por sí y ante sí que empezaron a diferenciar entre las diferentes razas. Cada una empezó a pedir una autoridad emanada de su propio núcleo alegando que procedían de planetas más adelantados y por esa razón eran acreedores al poder.

Nosotros continuamos visitando a esos hermanos descarriados siempre con la esperanza de ayudarlos a volver a una relación fraternal. Pero lo jefes así designados continuaron arrojándose más y más poder y autoridad y nuestros esfuerzos chocaron contra su obstinación. Las divisiones, lejos de desaparecer se incrementaron, resultando en lo que actualmente se denomina naciones. El establecimiento de estas naciones contribuyó a separar más aún a los hombres y el total de la humanidad dejó de vivir de acuerdo con las Leyes Divinas. Como resultado de todo esto se registraron nuevos cultos, pero aún entonces continuamos enviando otros con la esperanza de ayudar a nuestros hermanos terráqueos. Estos hombres fueron conocidos como Mesías y sumisión consistió en ayudarles a volver a su comprensión original. Cada vez, unos pocos seguidores se juntaron alrededor de estos sabios, pero invariablemente ellos fueron distraídos por aquellos que aspiraban servir.

Los habitantes de todos los mundos que se han desarrollado por obra de hombres y mujeres que han ido como voluntarios para tal servicio, han continuado evolucio­nando. Ellos han existido como el Creador Infinito quiso que vivieran sus hijos, han crecido y se han expandido cumpliendo la voluntad del Padre; y cada vez que un grupo de voluntarios abandona su propio mundo para aventurarse en un nuevo mundo, luego que la divina mano le ha preparado para habitación humana ellos realmente ingresan a una escuela experimental en que ganan un conocimiento aún mayor de la comprensión del Universo total. Así ellos se califican por un continuo avance hacia estados de expresión y servicio cada vez más altos.
En la Tierra ha pasado exactamente lo contrario, porque a través de la exaltación del YO y la perversión de la Ley Natural, el hombre vuelve a los elementos en contra suya, el hombre guerreando contra el hombre, es uno de los ejemplos más obvios de esto, ya que está dirigiendo destructivamente las energías que el Creador proyecto para su bienestar.

Y esta es la diferencia principal entre los habitantes de la Tierra y los otros planetas. Cada vez que el hombre de la tierra ha llegado a ciertos niveles, ha sido solo para entrar a otra etapa de destrucción, que a través del mal uso de los elementos, ha destruido todo lo que había realizado.


En nuestros Mundos vivimos las Leyes del Creador, mientras en la Tierra solo se habla de ellas...

George Adamski


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu colaboración expresando un punto de vista sobre este tema. Una vez moderado,tu comentario aparecerá en el blog.